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martes, 31 de diciembre de 2024

Hicieron Buenos tratos en 2024, ¡Feliz Año Nuevo a todos y todas!, y una pieza de Rachmaninov de regalo.

Es momento de dar las gracias. Ha sido un año 2024 excepcional, con las VI Conversaciones como el momento cumbre donde, una vez más, pudimos reunirnos todos y todas los que hacemos Buenos tratos y creemos en otro tipo de congreso, en una estética diferente y en unos valores que respeten el "derecho del niño a los buenos vínculos". Quiero dar las gracias desde aquí a todos y todas los que hicisteis posible este evento, desde el comité organizador, pasando por los ponentes y llegando -uno a uno, una a una- a los y a las participantes.

El año 2025 nos va a traer novedades bibliográficas. Pronto os anunciaré la publicación -en colaboración- de tres nuevos libros, que me parece van a ser una gran aportación, siempre dentro del ámbito del apego, el trauma, la resiliencia y el desarrollo. 

También, como todos los años, es momento de recordar y dar las gracias de todo corazón a los y a las colaboradoras de este blog, quienes, desinteresadamente, han escrito artículos -o han concedido entrevistas- de calidad. Nos han dado a conocer su forma de trabajar, sus obras..., en suma, sus conocimientos y experiencias personales y profesionales. 

Sin ellos y ellas, el blog no hubiera sido nunca una realidad una temporada más.

¡Muchas gracias!

Buenos tratos se toma unas vacaciones hasta el día 20 de enero

Recopilación de todas las colaboraciones 

con Buenos tratos durante 2024

 

Diciembre 2024

Fundación Márgenes y vínculos

 

"¿Por qué es necesario concienciar en los colegios e institutos sobre el acogimiento familiar?" 

 

http://www.buenostratos.com/2024/12/por-que-es-necesario-concienciar-en-los.html

 

Noviembre de 2024

 

Maritxu Amenabarro

 

"No estoy sola", un cuento sobre las emociones y situaciones que se viven en el acogimiento familiar,

 

http://www.buenostratos.com/2024/12/no-estoy-sola-un-cuento-sobre-las.html

 

Paula Moreno

 

"Koko, en busca de sus koalidades", un relato para ayudar a los niños y sus familias a prevenir el impacto traumático de los accidentes y las enfermedades.

 

http://www.buenostratos.com/2024/11/koko-en-busca-de-sus-cualidades-un.html

 

José Castillo

 

“Adolescencia en conflicto con la ley”

 

http://www.buenostratos.com/2024/11/adolescencia-en-conflicto-con-la-ley.html

 

Octubre de 2024

 

Thais Gamaza

 

"Simientes", un relato breve

 

http://www.buenostratos.com/2024/10/simientes-un-relato-breve-escrito-por.html

 

Carolina Saavedra

 

"Los hijos no tienen la culpa (o parecíamos una familia muy normal)", un libro de Sergio Urriola

 

http://www.buenostratos.com/2024/10/los-hijos-no-tienen-la-culpa-o.html

 

Septiembre 2024

 

Patricia Hermosilla

 

"Maternidad en contextos de explotación sexual"

 

http://www.buenostratos.com/2024/09/maternidad-en-contextos-de-explotacion.html

 

Rafael Benito y José Luis Gonzalo

 

"Mano a mano entre Rafael Benito, psiquiatra, y José Luis Gonzalo, psicólogo" para hablar de neurobiología relacional en la infancia y adolescencia. 

 

http://www.buenostratos.com/2024/09/mano-mano-entre-rafael-benito.html

 

Junio 2024

 

Ana María Arón

 

"Cuidar a los que cuidan"

 

http://www.buenostratos.com/2024/06/cuidar-los-que-cuidan-desgaste.html

 

Arturo Ezquerro

 

"En defensa de la humanidad"

 

http://www.buenostratos.com/2024/06/en-defensa-de-la-humanidad-por-arturo.html

 

Mayo 2024

 

Nerea Benito

 

"La caja de arena en el tratamiento del trauma con niños/as y adolescentes: una revisión sistemática"

 

http://www.buenostratos.com/2024/05/la-caja-de-arena-en-el-tratamiento-del.html

 

Abril 2024 

 

Mireia Bazu

 

Un cuento que acerca la teoría polivagal a los más pequeños y a las familias: “Un secreto alucinante: Aprende a escuchar tu cuerpo junto a Lukas y Fordy”

 

http://www.buenostratos.com/2024/04/un-cuento-que-acerca-la-teoria.html

 

Marzo 2024

 

Jorge Barudy, Rafael Benito, Maryorie Dantagnan, Iciar García, José Luis Gonzalo, Cristina Herce

 

"Crecer en un entorno libre de violencia", derecho superior de la infancia.

 

http://www.buenostratos.com/2024/03/crecer-en-un-entono-libre-de-violencia.html


Enero 2024

 

Cristina Cortés

 

“Esculpiendo palabras en la arena”, un cuento de Cristina Cortés.

 

http://www.buenostratos.com/2024/01/esculpiendo-palabras-en-la-arena.html

Sandra Baita

"Tratamiento del trauma y la disociación en la infancia. En busca de la seguridad perdida"

http://www.buenostratos.com/2024/01/tratamiento-del-trauma-y-la-disociacion.html

¡FELIZ AÑO 2025!

URTE BERRI ON!

Os regalo esta pieza musical, poco conocida, de Rachmaninov
titulada "Spring waters", que han coreografiado para este bello Pas de deux. 
Nos recuerda a la sincronía regulatoria relacional del apego seguro.



martes, 24 de diciembre de 2024

Una caja de arena y un poema de Jorge León para honrar (por Navidad) a los niños y jóvenes

Una Nochebuena más aquí estoy, con todos vosotros, para compartir este post especial navideño. Todos los años me ocurre que no sé sobre qué escribir. Lo que suelo hacer es dejar que la mente fluya, me acuerdo de la metáfora del río de Siegel (2011): la corriente no se atasca en ninguna de las dos orillas cuando el agua circula por el medio del cauce. ¡Y ha funcionado!, la inspiración me ha llegado. No hay nada como dejarse ir. 

Os cuento.

Esta pasada semana estaba en psicoterapia con un joven de veinticinco años. Anteriormente, estuvimos trabajando durante tres años (de los quince a los dieciocho). Ahora, ha regresado porque precisa, de nuevo, tratamiento psicológico. Es un chico que vivió siete años de traumatización temprana y crónica, primero en su familia biológica en la que sufrió una negligencia física y afectiva severa, y después residió en un centro de acogida, donde padeció también deprivación y castigos físicos graves. 

Tiene una tendencia hacia la desconexión de sus emociones y de las relaciones, manifiesta como una disociación masiva. No expresa con palabras sus estados internos y su mirada se pierde en el vacío muy frecuentemente. Funciona con una parte aparentemente normal en aspectos básicos de la vida cotidiana, pero en otros muchos no puede manejarse de manera responsable y madura sin una figura adulta. Tener una terapia hablada con él es imposible, siempre contesta con monosílabos y tiende a normalizarlo todo. Puede ser fácilmente victimizado por cualquier adulto que quiera aprovecharse de él. No tiene amigos, lo desearía, pero tiene mucho miedo a relacionarse, no confía en nadie, experimenta tanto pánico que se siente desbordado en las interacciones sociales, quedándose completamente bloqueado. Su espacio privilegiado -ahí no tiene que hablar, solo expresarse con el cuerpo y seguir instrucciones- es el ballet, destaca como un excelente bailarín de estilo clásico. Hasta hace poco trabajaba, pero sus continuas desconexiones mentales, olvidos, problemas de atención y memoria -típicos en personas que presentan una disociación relacionada con el trauma- han provocado que su jefe le eche del trabajo. Este no le ha pagado las horas extras, beneficiándose de su sumisión -firmó la carta con el finiquito sin saber lo que hacía-, por lo que sus padres van a intentar reclamar judicialmente estas cantidades. 

Cuando nos encontramos en la última sesión de psicoterapia, conecté con lo tremendamente difícil que es la vida para estos chicos, lo incomprendidos que son en todos los contextos y cómo sus problemas son interpretados desde la voluntad: se comportan así porque quieren y no ponen de su parte. No hay afirmación más injusta para ellos. Nadie honra sus defensas, nadie se para a preguntarse qué les ha podido pasar para comportarse del modo en que lo hacen. Me refiero a la sociedad en general, no a personas en particular, porque siempre hay gente maravillosa, basta con que haya una sola. 

Son jóvenes que dependen del entorno, si este es favorecedor y comprensivo, confían, se tranquilizan y mejoran notablemente su funcionamiento porque su cerebro ya no está en posición defensiva. Esta misma semana me ocurría con otro chico: una orientadora escolar me informaba que su conducta había sido positiva y que habían notado un cambio en él. No se dan cuenta de que ellos también han cambiado, han tenido una mirada diferente sobre el joven desde que se entrevistaron conmigo. Este lo ha notado y se ha sentido visto y, por lo tanto, se ha regulado a nivel emocional y conductual.

Por eso, me preguntaba que, si el mensaje de la Navidad es fundamentalmente el de la Esperanza, ¿qué podrían esperar estos chicos? Que los adultos -ojalá- con los que se encuentren -cada uno de nosotros, de los que leemos este blog, que somos muchos- podamos comprenderles y aceptarles en lo fundamental: el respeto a su persona. Los niños son los únicos seres en el mundo que no tienen partido político, no interesan en este sentido, no se obtiene de ellos réditos en forma de votos. Sólo les cabe esperar que un adulto -como he dicho, basta que haya uno solo- maravilloso se encuentre con ellos y que esto suponga un cambio radical en sus vidas. 

Cuando he acompañado a profesionales en supervisión modalidad terapéutica, conocimiento y trabajo de la persona del terapeuta o educador, muchos tienen historias de vida muy duras a sus espaldas, pero casi todos expresan que hubo un encuentro con un adulto significativo que les transformó y gracias a este vínculo pudieron pasar de resistir a resiliar. Les insufló esperanza, fe, fuerza, valor, energía, afecto, seguridad, creencia en sí mismos… Son los llamados tutores de resiliencia. Boris Cyrulnik (2003) es quien ha acuñado el término y define qué es un tutor de resiliencia: 

"Un tutor de resiliencia es alguien, una persona, un lugar, un acontecimiento, una obra de arte que provoca un renacer del desarrollo psicológico tras el trauma. Casi siempre se trata de un adulto que encuentra al niño y que asume para él el significado de un modelo de identidad, el viraje de su existencia. No se trata necesariamente de un profesional. Un encuentro significativo puede ser suficiente”.

Soy consciente de que no podemos rescatar a los chicos y de que estos no pueden recuperarse como si no hubieran sufrido ningún trauma. Por muchas técnicas que utilicemos del tipo que sean, en algunos casos, las heridas son tan profundas que se llevan, como las cicatrices en la piel, de por vida. Heridas que pueden reabrirse. Aún así, estoy convencido de que la psicoterapia relacional es una poderosa experiencia que puede transformar la vida de estos chicos y ser el "viraje de su existencia", como dice el gran Cyrulnik. Somos mucho más importantes de lo que pensamos para ellos. Encuentran en nosotros, en nuestra mirada bondadosa, en nuestra sintonía empatica compasiva, en nuestra paciencia y perseverancia, en la narrativa que les ayudamos a construir que explique y reconstruya su historia... muchos motivos para seguir adelante y "esquivar el destino" y "negarse a la fatalidad en la desgracia" (Cyrulnik, 2020). Somos ESPERANZA para ellos. 

Y si la Navidad es AMOR, creo que -como se dijo en el Congreso de Psicoterapia Emocional Sistémica organizado por Psicólogos Pozuelo el pasado mes de noviembre de este año- la psicoterapia debe ser un acto de amor. 

Somos El calor del sol en invierno

 

Aplicado a los vínculos, es un concepto que habla de permanencia, profundidad, la vida en medio de la oscuridad o el trauma, la calidez. La presencia de una persona luminosa y el calor recibido de esa luz (Cockeram, 1623) 

 


A partir del 25 de diciembre, los días empiezan a ser un poco más largos y la luz gana terreno a la oscuridad. El cristianismo vio en este hecho una metáfora de la luz que vence a las tinieblas: el sol que renace invencible. Y por eso situó el nacimiento de Cristo en esta época, para santificar las fiestas paganas que se celebraban, como las saturnales romanas. Lo que nos importa a nosotros de este mensaje es que seamos luz para quienes viven en la oscuridad del trauma.

Así pues, intenté arrojar algo de luz en la oscuridad del joven de veinticinco años del que os he hablado. Le dije que sus desconexiones son recursos de supervivencia y que gracias a ellos ha logrado sobrevivir, que por eso debemos honrarlos. No son defectos de su carácter, no es su genética ni su temperamento. Es que algo duro le hicieron, algo le pasó. 

"Me gustaría honrar tus recursos", le dije. Y le pregunté si le apetecía hacer una caja de arena. Esta técnica es una manera amable, delicada, bondadosa y respetuosa de acercarse a conocer el mundo interno de las personas y apreciarlo con mirada libre de interpretaciones y juicios. Es la validación total del ser. 

Él no habla casi nada, es de poquísimas palabras. Porque no puede. Pero conmigo siento que está tranquilo, nos tenemos cariño el uno al otro y una conexión emocional especial. Por eso, sé que en psicoterapia da lo mejor de sí mismo, su cerebro funciona de un modo más integrado. Pero hay que darle herramientas adecuadas, porque hablar y recordar con palabras es una fuente adicional de sufrimiento psíquico para él (y para muchos pacientes). Creo que es muy importante para estos saber que no es necesario que hablen para que la psicoterapia resulte eficaz y, sobre todo, reparadora. Este mensaje es clave para los que presentan traumatización temprana y crónica y presentan un bloqueo del lenguaje. 

La caja de arena es una herramienta excelente para que este chico se exprese. Con ella, es capaz de hacer cosas increíbles. Os comparto su caja, es un modo de homenajear a personas que como él, día a día, trabajan para ESPERAR que quienes les rodean los entiendan y acepten incondicionalmente.


TÍTULO: LA VIDA ES COMPLICADA

AUTOR: Podría ser cualquier joven con trauma temprano


Obelix: Lleva mucho peso emocional encima, que nadie ve. Como un menhir que le agota. 

Bambi: La inocencia, puede ser engañado por la bruja (es un joven que ha sido engañado varias veces)

Los dos playmobil detrás de Bambi: Los padres, gracias a ellos puede vivir, lo son todo para él, si no Bambi no sobreviviría. (¡Qué bueno que los padres, en este caso adoptivos, hayan logrado ser base de seguridad para él!)

El fantasma: Cuando siente desesperación, a Bambi le encantaría poder desaparecer, irse a un sitio donde no sufra. Delante del fantasma está la rabia, la que siente, a veces. 

La tristeza y el soldado: La coraza que tiene impide que esta tristeza salga (Aquí llora un poco, trata de reprimirlo, como siempre ha hecho, pero le animo a que lo haga y una lágrima sale de sus ojos y cae por la mejilla. Es la primera vez que llora. Le sostengo con mi presencia).

El mago y el espíritu:  El mago, ojalá que pudiera hacer que nada de lo que me pasó me hubiera sucedido. La estatua negra es la espiritualidad, que me permite encontrar la tranquilidad.

Todo esto lo contó sin apenas ayuda por mi parte. Sus palabras [con mi presencia segura y silenciosa, animadas por la conexión y regulación emocional desde el cuerpo al hemisferio derecho del cerebro, y de ahí hacia el izquierdo (integración vertical y horizontal, Benito, 2024); y vuelta a recorrer el mismo camino, esta vez a la inversa] dijeron (en este espacio libre y protector) lo que nunca hubieran podido decir en una conversación. Es el poder sanador de la imagen-emoción-sensación-palabra. 

Esta entrada está dedicada a todos los chicos y todas las chicas del mundo que han sufrido traumas tempranos y crónicos, que día a día sufren, pero encuentran en los demás, en seres maravillosos que les acompañan, como nosotros y nosotras, los puntos de apoyo que necesitan para no caer, y también para todos los lectores de nuestro blog:

Con todo cariño. 



FELIZ NAVIDAD /BON NADAL/ BO NADAL/ EGUBERRI ON


Termino regalándoos un hermoso poema del profesor y literato Jorge León, amigo, a quien le agradezco su generosidad al permitirme compartirlo con nosotros. Creo que es un mensaje muy necesario el que Jorge nos transmite con su particular maestría y con la profundidad de su arte para componer poemas. 

La fotografía que le acompaña, preciosa también, es de Claudia León Mas.



¿Me tomarás por fin de la mano

Y me guiarás por los caminos

                                          de la noche

me olvidarás de los odios

y del ruido del mundo

dolor del mundo

                             odio del mundo

para alcanzarme la paz y mostrarme

la armonía que sustenta

su pausada rotación

la plenitud del infinito?

Jorge León Gustà

domingo, 31 de diciembre de 2023

Bondad, un relato de José Luis Gonzalo sobre el diferente / Hicieron Buenos tratos durante 2023. ¡Feliz 2024!

Un año más el blog Buenos tratos ha llegado hasta todos vosotros y vosotras. Por ello quiero compartiros un mensaje de bondad, que es lo que puede transformar el mundo, a través de un relato corto que escribí en el taller de literatura del Laboratorio de escritura dirigido por María Alcantarilla en el que participo cada semana. También es momento de agradecer la inestimable contribución de todos y todas los que hicieron Buenos tratos, es decir, de los y las colaboradores/as del blog que nos regalaron sus artículos especializados mes a mes.

Espero seguir durante 2024 con el blog compartiendo con vosotros y vosotras sobre los temas que nos apasionan: apego, trauma y resiliencia. Desde el blog de la RED APEGA os deseo un muy Feliz Año Nuevo y os doy las gracias por apoyar este espacio con vuestras visitas. 

En el año 2024 celebraremos los días

         16 y 17 de mayo las

                              VI Conversaciones sobre apego y resiliencia en 

                                                                      San Sebastián, Gipuzkoa (España)

Id reservando el alojamiento y los billetes.

Durante las próximas semanas os informaré sobre el lema del congreso, los ponentes y las conferencias que celebraremos. ¡Nos encontraremos de nuevo, así que 2024 nos trae esta inmensa alegría de otra (la sexta) edición de las Conversaciones!.

El blog Buenos tratos regresa el día 15 de enero de 2024.

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Bondad
Un relato corto de José Luis Gonzalo

Foto: Cultura inquieta

Era de color verde. La apariencia como la de un sapo. Le miraban raro. Los ciudadanos respetables y con conciencia cívica tenían toda clase de teorías sobre su apariencia. 

Nunca pensó que aquello fuera tan liberador. Ni tan siquiera que sucedería, porque ya se había dejado ir, el caballo se había desbocado. Todos le criticaban y le miraban como escoria. “¿Cuándo sacarán a esta gente de aquí?”, decían. Eran muy respetuosos y morales, pero nadie quería a un tipo con la piel verde cerca de su familia… Solidarios de salón.

Foto: Wowhead


Montado en ese animal, él encontraba autoestima, podía conectar con su cuerpo cuando tenía relaciones sexuales, se sentía seguro, entraba en un profundo estado de calma, experiencias cercanas al éxtasis celestial… El dolor desaparecía de un plumazo. Se sentía fuerte y valioso. Todo, absolutamente todo, cobraba otra dimensión, hasta podía sentirse amado. La transformación del dolor en fuerza amorosa. ¿Quién no querría eso? 

En su niñez, sus padres habían construido un muro de objetos materiales en torno suyo, en cuyo interior el vacío asfixiaba. Porque nunca había sido visto, ni sentido, ni reconocido. Ya no tenía nombre y su apariencia resultaba repudiable. Un gran dolor interno le aniquilaba, menos cuando montaba al caballo. Nadie miraba más allá, sólo querían que lo dejara.

Pero pasó. Ojos negros plenos de compasión le miraron: “Dime tu nombre” “¿Mi nombre?” “Tengo un nombre, no soy atravesado por la multitud”. Entonces entendió “por qué el dolor” y no “por qué montaba al caballo”. Bondad amorosa que, cogida de la mano entró, en su interior como nadie nunca lo había hecho. Juntos transitaron por el paisaje más horrible que nadie pudo jamás imaginar, pero esta vez era diferente porque él estaba ahí, le agarraba de la mano, ponía la suya en el pecho y, en ocasiones, si lo necesitaba, le abrazaba. ¡Aquellos ojos! Desprendían un afecto y una bondad tan profunda que al fin pudo sentir. Y sanar. Llegar al verdadero yo, recuperar el poder perdido, al genuino y puro yo que todos tenemos antes de que otros seres humanos lo destrocen. 

Y, al fin, se bajó del caballo.

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Hicieron Buenos tratos durante 2023

Quiero agradecer a todos y todas las que habéis participado escribiendo desinteresadamente artículos para el blog. El último día del año siempre os hago un homenaje recordando vuestro mes y artículo con el que participasteis y colaborasteis. Uso un orden descendente, desde diciembre hasta enero de 2023, teniendo en cuenta que hay meses en los que no ha habido colaboraciones y solo ha escrito servidor de ustedes. 

Agradezco de todo corazón las colaboraciones de:

Laura Estremera

Arturo Ezquerro

Iciar García

Tamara Iglesias

Ignacio Serván



Diciembre de 2023

Experiencias adversas en la infancia en la era de internet, inteligencia artificial y macrodatos (II): perpetración y victimización de ciberviolencia, por Iciar García Varona, doctora en psicología y traumaterapeuta sistémica


Noviembre de 2023

Experiencias adversas en la infancia en la era de internet, inteligencia artificial y macrodatos, por Iciar García Varona, doctora en psicología y traumaterapeuta


Octubre de 2023

¿Cuántas leyes se han violado en Israel y en Gaza?, por Arturo Ezquerro, psiquiatra y miembro de IAN


Entrevista a Laura Estremera con motivo de la publicación de su nuevo libro "Criar con apego seguro"


Marzo de 2023

Tierra Daurora, una historia de disociación relacionada con el trauma y la resiliencia, por Tamara Iglesias Costas, psicóloga y traumaterapeuta sistémica


Abril de 2023

Desorganización del apego, por Ignacio Serván, psicólogo clínico


Marzo de 2023

Leyes trans y protección del menor, por Arturo Ezquerro, psiquiatra

domingo, 24 de diciembre de 2023

Anhelo de consuelo (¡Feliz Navidad!)

Abrázame, abrázame

Y arráncame el escalofrío

Abrázame, abrázame

Que me congela este vacío [...]



Luis Eduardo Aute


Anhelo de consuelo 

Un artículo de

Jose Luis Gonzalo Marrodán

Psicólogo clínico y traumaterapeuta sistémico


Quienes sois fieles seguidores y amigos de Buenos tratos (somos ya legión, muchas gracias por vuestra fidelidad) sabéis que tengo por tradición escribir un post especial por Navidad. Vivimos una situación mundial dura, con varias guerras horribles causando muerte y devastación a miles de víctimas inocentes, entre ellas niños y niñas, que nos sume en una rabia y tristeza profundas y en un desesperante sentimiento de impotencia. Guerras (y sus refugiados sin identidad) que se suman al dolor de otros seres humanos que, sin recursos, en innumerables partes del mundo, sufren las consecuencias del empobrecimiento, el hambre, la soledad, la enfermedad, el abandono, la inmigración, las catástrofes naturales… ¿Pocos motivos para celebrar la Navidad? ¿O, al contrario, muchas razones para recordar y reivindicar su auténtico significado?

Quizá en estos tiempos post-pandémicos caracterizados por la preocupación social por la salud mental (los psicólogos y psiquiatras no paramos de trabajar y de atender personas con diferentes trastornos y crisis emocionales, lo cual nos alerta de que “algo está pasando”; aunque también existe una mayor sensibilidad y una cultura de autocuidado que antes no había), donde las cifras de suicidio crecen año a año (especialmente entre los adolescentes, una población vulnerable), parecen existir pocos motivos para la esperanza. A uno le sale clamar como Luis Eduardo Aute y pedir que le abracen. Porque sentimos miedo y nos congela el vacío de un mundo cada vez más deshumanizado.


Los suicidios crecen año a año en España


A pesar de todo, soy optimista. Tengo una gran convicción y fe en las redes de apoyo mutuo, en que las personas podemos ser lo mejor para otras personas, si existe una educación que se base en el Paradigma de los buenos tratos a la infanca de Barudy y Dantagnan. (Barudy y Dantagnan, 2005). Sabemos que nuestra sociedad no es, muchas veces, productora de buenos tratos y que eso tiene grandes consecuencias en el desarrollo de nuestros niños y niñas. Toda el área del cerebro socioemocional donde se asienta la conducta antisocial y violenta es la misma en la que se desarrollan el afecto y la empatía por los demás. Autores como Moya, Barudy, Dantagnan, Baron-Cohen, Schore, Goleman, Benito… entre otros, lo explican desde el punto de vista científico. Bruce Perry (2017) lo dice claramente: no hay nada que más repare a nivel emocional cuando se ha vivido un trauma o se experimentan problemas emocionales que una “poderosa red de relaciones”. Por eso, los abrazos que Aute reclama son más que una metáfora. 

El paradigma de los Buenos tratos a la infancia 
es transformador de nuestra sociedad

Si los seres humanos conseguimos tejer redes de cuidado y sostenimiento afectivo entre nosotros, nuestra especie podrá sobrevivir y afrontar todos los desafíos que este planeta en el que vivimos nos lanza. Un planeta que tose porque está enfermo, pues también le hemos maltratado duramente. Sus “alteraciones emocionales” se observan en las “alteraciones climáticas”.  Este año 2023 pasará a la historia como uno de los más calurosos hasta la fecha... No es buen síntoma.

La ola de sufrimiento mundial que nos asola desde hace muchos años (aunque en la sociedad occidental la pandemia de salud mental la estemos notando más ahora) sólo puede atenderse y sujetarse desde la solidaridad humana. Personas que calladamente ("manada de hombres y mujeres buenos y buenas", como dice Jorge Barudy) se ocupan del bienestar, y de proveer buenos tratos a otros seres humanos, especialmente a los más vulnerables y vulnerados. Nuestra supervivencia está decididamente arraigada en "el poder del apego grupal", por lo que las palabras de Arturo Ezquerro (2023), psiquiatra y discípulo de nuestro querido John Bowlby, sobre la fuerza de los grupos, formales e informales, tienen mucho sentido para nosotros: "El apego de persona a grupo incluye algunas de las funciones que regulan el apego de persona a persona, por ejemplo, ambos tipos de vínculos incluyen la búsqueda de apoyo y de protección, así como el desarrollo de una capacidad de respuesta mutua y de cierto grado de intimidad emocional, que son procesos relacionales clave. Para comprender la naturaleza del apego grupal, es esencial identificar con qué se vinculan exactamente las personas cuando se relacionan, no sólo con los miembros o líderes del grupo sino, también, con el grupo en su conjunto como-un-todo".

Por eso, creo que solo cabe hablar de Navidad si existe ese espíritu transformador que movilice a las personas a fomentar vínculos que buscan el apoyo y la protección, pues los cuidados son la base de una sociedad avanzada y sensible. Toda la exuberancia que la Navidad puede conllevar tiene sentido si ese espíritu nos impregna y se alarga todo el año. 

Este año el mensaje de Navidad que quiero transmitir se basa en poner en valor este sistema de cuidados y afecto que los seres humanos, cuando somos auténticamente humanos, somos capaces de proveernos. A los niños, adolescentes y ancianos sobre todo, que son los que más los necesitan. Y esto lo hacen miles de personas callada, silenciosa, bondadosa y afectuosamente. Y llevan un anhelo de esperanza y consuelo a miles de personas cada día. Es el abrazo de Luis Eduardo Aute, un algo así como "estoy contigo". Es un mensaje de Esperanza, que es intrínseco a la Navidad, pues es el triunfo de la luz sobre las tinieblas, el sol que renace invencible. El solsticio de invierno que los cristianos asociaron con el Nacimiento de Jesús (Luz) y su victoria sobre la muerte (Tinieblas). La victoria de los buenos tratos (Luz) sobre los malos tratos (Tinieblas), que es con lo que soñamos todos y todas los y las que hacemos buenos tratos.

Cada año aludo a un símbolo que refleje las ideas que quiero compartiros. En las nochebuenas anteriores he hablado de la empatía, de las novelas dickensianas, de “Los Miserables”, de Frank Cappra, de Benjamina de Burgos… Este año mi mente ha hecho una asociación con la canción de Navidad más famosa del mundo: “Noche de Paz”. ¿Por qué? Porque se compuso en una época posterior a las guerras napoleónicas y todo Europa ansiaba la paz (tiempo después, hoy las guerras devastan muchas zonas del mundo y todos ansiamos la paz). Y porque es un canto a la esperanza y un arquetipo del consuelo que necesitamos los seres humanos. Y porque nació en una Noche muy especial, de una manera callada y silenciosa, humilde y pobre, sin pretensiones. Los grandes hitos de la humanidad, las cosas más sublimes, lo son porque surgieron en mitad de la adversidad y de una manera sencilla, sin coheterías. 

¿Conocéis el nacimiento de la canción de Navidad Noche de Paz? Os lo cuento. Es que es como un cuento…


Obenrdorf, ciudad donde sonó por primera vez "Noche de paz"
Foto: GetyourGuide


Cuando el 24 de diciembre de 1818, en una pequeña iglesia de la localidad de Oberndorf, cerca de Salzburgo, fue cantada por primera vez por su letrista, Joseph Mohr (1792-1848), coadjutor de Salzburgo, y su compositor Franz Xaver Gruber (1786-1863), maestro y organista natural de la Alta Austria, nadie imaginaba que iba a convertirse en la canción de Navidad más famosa del planeta.

La génesis de la obra empieza humilde, cuando el joven cura Mohr idea un poema de seis estrofas (hoy suelen cantarse tres) en 1816, llamado “El año sin verano”, debido a un severo frío anómalo que destruyó cosechas y propagó el hambre. Los científicos lo atribuyen a una caída de la actividad solar sumada al oscurecimiento del cielo por millones de toneladas de polvo, cenizas y dióxido de azufre arrojadas a la atmósfera en fuertes erupciones volcánicas en 1815 en Indonesia. Las causas del desastre climático, uno de los peores de la historia moderna, eran desconocidas para la gente de entonces, y en Europa central agravó la inseguridad sociopolítica y las penurias que ya habían dejado las guerras napoleónicas (1792-1815). 

Mohr, nacido en la pobreza como hijo ilegítimo en Salzburgo, la ciudad natal del legendario Mozart, pudo hacer carrera gracias a la ayuda de un vicario que descubrió su talento y lo promovió. Aparentemente, fue Mohr quien le pidió a Gruber, un maestro de escuela y organista, componer una melodía para su poema, y los dos entonaron juntos la canción en la Misa de Gallo de 1818 en Oberndorf, acompañados por una guitarra. Tal noche como la de hoy estos dos grandes hombres hicieron sonar tan bellos acordes y cantaron tan bella letra. Parece ser que unos ratoncillos habían roído el fuelle del órgano de la iglesia y tuvieron que crear una canción de Navidad para ser interpretada a guitarra. ¿Gracias a estos roedores tenemos el villancico más bonito del mundo?

Poco después los caminos de los dos amigos se separaron, sin imaginar la gigantesca expansión de la audiencia que iba a tener su obra conjunta gracias, sobre todo, a familias tirolesas de vendedores ambulantes que la integraron en el repertorio de canciones que ofrecían en ferias y actuaciones por Europa. 

Para Tina Breckwoldt, autora del libro “Ein Lied mit Geschichte” (“Una canción con historia”), el poema “tocó un nervio” altamente sensible en la Europa de entonces: “Todos deseaban la paz”. ¡Yo creo que todos deseamos la paz ahora también!

Además, “Mohr, que había nacido y crecido en medio de la guerra”, expresa en tres de las estrofas, las menos cantadas hoy, "el ideal de la unión de los pueblos", explicó en el 2018 (bicentenario de la creación del villancico) a Wanda Rudich de la Agencia EFE, la experta, responsable de Dramaturgia del célebre coro infantil Niños Cantores de Viena. “Noche de Paz” es mucho más que una canción de Navidad", afirma.

El villancico entusiasmó así en Leipzig (Alemania), San Petersburgo, París, Londres o Nueva York y además fue impreso en numerosos cancioneros y los misioneros cristianos lo dieron a conocer en todos los continentes.

El 24 de diciembre de 1914 la entonaron cientos de miles de soldados de diversas naciones en su idioma natal, desde las trincheras de la Primera Guerra Mundial, en unas horas de tregua apodadas "milagro de hermandad". Ojalá esta canción fuera capaz de parar las guerras que hoy asolan el mundo...


Todos desearíamos con todas nuestras fuerzas
que "Noche de Paz" no sólo diera una tregua por 
Navidad, sino que pudiera parar todas las guerras del mundo.

Años más tarde, en 1941, mientras la dictadura nazi intentaba imponer una versión de propaganda, cambió la letra por "...todo duerme... Adolf Hitler vela por el destino de Alemania".

El presidente de EE.UU., Franklin D. Roosevelt, y el primer ministro británico, Winston Churchill, la cantaban en la Casa Blanca.

Bing Crosby, Simon y Garfunkel, Johnny Cash, Justin Bieber, Sinéad O'Connor... son solo algunas de las estrellas de la música popular que han presentado versiones propias del villancico.

Nació una fría Nochebuena en los Alpes austríacos, recorrió el mundo conquistando generación tras generación, interrumpió batallas, fue manipulado por los nazis y adaptado a diversos estilos: el villancico “Noche de Paz, Noche de Amor” cumple 205 años. Nadie se libra a veces de los malos tratos y el villancico fue vilipendiado y ensuciado por los nazis. Pero el poder resiliente de este es transformador y nada pudo con él. Se abrió camino para llegar con su mensaje profundo de


ESPERANZA

Foto: LinkedIn


CONSUELO

Foto: Psicología online

y


PAZ
                       
Foto: El Orden Mundial


Recuerdo haberla cantado innumerables veces a lo largo de mi vida, como muchos de vosotros, seguro. Y si no lo habéis hecho nunca, no desaprovechéis hoy la oportunidad. Un año, que lo tengo grabado en mi memoria, siendo estudiante de psicología, en nuestra tradición de cuadrilla, antes de la cena de Nochebuena por los bares del barrio, lo cantamos uniéndonos a varias personas integrantes de un coro con quienes nos encontramos. 

Doscientos cinco años después, cientos de millones de personas, una vez más, cantaremos esta canción esta noche en más de 300 idiomas y dialectos en todo el mundo. Sentiremos nostalgia y lloraremos, pediremos los abrazos que nos consuelan mientras nos arrullamos entre su melodía increíblemente sencilla y bella, y nos emocionaremos recordando a todos los que nos precedieron y amamos, porque influenciaron nuestra identidad y contribuyeron poderosamente en ser quienes somos, mientras anhelamos la paz. 

Noche de paz es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, himno universal de la paz, bien cultural internacional y legado musical. Austria recordó en el 2018 el 200 aniversario de su creación. 

Os dejo con Noche de Paz. Primero con la letra original. Y después con tres vídeos: uno con la canción en castellano (versión grupo mexicano Matisse), otro en euskera (lengua vasca) y otro en catalán. Versión en gallego no he encontrado. Si alguien me la envía, la subo. 


Os deseo una muy Feliz Navidad, junto con mi afecto y el de la Red Apega

Stille Nacht! Heilige Nacht!, idioma original

Noche de Paz, castellano

Haurxto Maite, euskera

Santa Nit, catalán


Algunos datos para viajeros navideños

Salzburgo es el lugar de nacimiento de Joseph Mohr. Hay visitas temáticas guiadas de la ciudad de Noche de Paz.

Arnsdorf es la localidad en la que vivió Franz Xaver Gruber. Hay un museo de Noche de paz y un santuario.

Oberndorf es la localidad en la que se interpretó la canción por primera vez. Hay un museo de Noche de paz y una capilla conmemorativa en la zona de Noche de paz.

Hallein es la localidad en la que Gruber vivió sus últimos años y donde está enterrado. Hay un museo de Noche de paz (actualmente cerrado por reestructuración), y se celebran los cánticos en la tumba de Gruber.

Mariapfarr es el primer lugar en el que trabajó Mohr. Hay un museo de Noche de paz y un santuario.

Hintersee fue la primera parroquia que Joseph Mohr administró independientemente. Hay un museo de Noche de paz, una capilla y un sendero temático.

Letra de Noche de paz en castellano, basada en la letra original


Noche de paz, noche de amor,

Todo duerme en derredor

entre los astros que esparcen su luz

viene anunciando al niño Jesús

Brilla la estrella de paz

Brilla la estrella de paz.

Noche de paz, noche de amor,

oye humilde el fiel pastor,

coros celestes que anuncian salud

gracias y gloria en gran plenitud

por nuestro buen Redentor

por nuestro buen Redentor.

Noche de paz, noche de amor

ved que bello resplandor

luce el rostro del Niño Jesús

en el pesebre del mundo la luz

astro de eterno fulgor

astro de eterno fulgor.

Noche de paz, noche de amor

Todo duerme en derredor

Fieles velando allí en Belén

Los pastores, la Madre también

Y la estrella de paz,

y la estrella de paz.


Noche de paz, noche de amor.

Brilla con esplendor.

Un humilde establo en Belén.

Velan juntos María y José.

Duerme el Niño Jesús.

Duerme el Niño Jesús.

Noche de paz, noche de amor.

Gloria al Salvador.

Cantan ángeles Aleluya.

Y pastores vendrán a adorar.

Al Mesías Jesús.

Al Mesías Jesús.

Noche de paz, noche de amor.

Ya nació el Señor.

Alegría, es el Hijo de Dios.

Ilumínanos rostro de Dios.

Luz de Cristo Jesús,

Luz de Cristo Jesús.

REFERENCIAS

Barudy, J., Dantagnan, M. (2005). Los buenos tratos a la infancia. Parentalidad, apego y resiliencia. Barcelona: Gedisa.

Ezquerro, A. (2023). Apego y desarrollo a lo largo de la vida. El poder del apego grupal. Barcelona: Sentir.

Perry, B., & Szalavitz, M. (2017). El chico a quien criaron como perro: y otras historias del cuaderno de un psiquiatra infantil. Capitán Swing Libros.

Wikipedia, Noche de Paz. https://es.wikipedia.org/wiki/Noche_de_paz

Diario As.  https://as.com/tikitakas/noche-de-paz-origen-letra-y-significado-del-villancico-mas-popular-de-navidad-n-2/

sábado, 24 de diciembre de 2022

Capra por Navidad

Un año más, me dispongo a escribir el tradicional post navideño. Es costumbre, desde el blog Buenos tratos, compartiros una reflexión por estas fechas que nos sea útil como idea rectora para todo el año. Porque el espíritu de la Navidad (dickensiana) debe de perdurar en el tiempo. No obstante, en estas entrañables fiestas es cuando la hacemos patente, porque simplemente, en mi opinión, siempre ha sido la mejor época del año. Quizá porque en mi vida he tenido la suerte de que en tiempo de Navidad nunca me golpeó la tragedia; y, además, hemos sido una familia suficientemente buena, capaz de comunicar y expresar las emociones y pensamientos con libertad y respeto, donde hemos sabido perdonarnos cuando ha sido necesario, y también con habilidades para resolver los problemas. Y somos todos muy navideños, claro.

Comprendo y valido a todos y a todas los y las que rechazáis La Navidad. Y que, incluso, la odiáis profundamente. Estos días, en mi consulta de psicología, ante la pregunta de cómo vives estas fiestas, la respuesta ha sido muy diferente en cada persona: hay quienes las veneran, hay quienes las rechazan y están deseando que pasen -les gustaría desaparecer de esta época del año-, y hay quienes se muestran indiferentes y se quedan solo con el lado más desenfrenado y placentero: comer y beber de lujo e ir de fiesta. Por mi parte, la respuesta a mis pacientes es que son totalmente libres de sentirse como ellos necesiten o les venga bien para su bienestar y/o salud mental.

Mi postura personal siempre ha sido de amar la Navidad. No puedo evitarlo. Es lo que siento. Puede que sea porque no me han sucedido las terribles historias que les han acontecido a los pacientes, niños y adultos, de mi consulta de San Sebastián. Y por ello, La Navidad no está asociada a contenidos, a veces, traumáticos. ¡Cuántos pacientes me han narrado horribles recuerdos del día de Nochebuena y Nochevieja, entre sollozos, o, protectoramente, desde la más absoluta frialdad -como mecanismo defensivo-, normal que no quieran saber nada! Y, en efecto, no me han sucedido, afortunadamente. Mis navidades siempre fueron una época llena de amor, cohesión familiar, lazos de amistad, gozo y exuberancia en La Fiesta, así, con mayúsculas: villancicos, tradiciones vascas (como el ogi salutadore o pan salvador [1], antiquísima, que no sé si se habrá perdido), menú vasco (siempre cardo o coliflor, bacalao al pil pil o besugo, si la economía de ese año lo permitía; y como soy medio riojano, no faltaba en nuestra mesa el cordero lechal, que traía mi abuela materna a casa. De postre, la pantxineta de la pastelería Otaegi, por supuesto), regalos, adornos navideños, y Árbol y Belén, y besos y abrazos, por supuesto. Solíamos acudir a la Misa del Gallo y recuerdo un año escuchar en la Iglesia de San Vicente el Mesias sarritan (precioso villancico vasco que podéis escuchar en el link) cantado por un tenor que nos puso los pelos de punta. Mi padre aún recuerda oírle al gran tenor Carlos Munguía cantarlo el día de Navidad. 

En Nochevieja, algarabía y fiesta de gala. Aún recuerdo el primer cotillón, las madrugadas viendo amanecer en la Playa de la Concha, los bailes... Y cómo no, con la cuadrilla (en Euskadi se le llama cuadrilla a tu grupo de referencia y al que perteneces), siempre el tradicional poteo (ir de bar en bar tomando de pie una consumición y oyendo los villancicos vascos que diferentes agrupaciones corales cantaban informalmente) de Nochebuena y Nochevieja. Una tradición que se vio rota por la pandemia… y que retomaremos, pues la hemos mantenido durante ¡35 años!




En mi casa, nunca faltó nadie en nuestra mesa de Navidad. La silla vacía en las comidas y cenas de las fiestas navideñas, una situación a la que tienen que enfrentarse miles y miles de personas en estas fechas. Los psicólogos damos consejos sobre cómo manejar las emociones de duelo durante las fiestas de Navidad (yo prefiero no darlos y que cada paciente descubra los suyos propios. Prefiero escuchar y validar, las dos mejores cualidades de todo psicoterapeuta). La persona o personas queridas no nos acompañan físicamente en la mesa, pero siguen viviendo en nuestro recuerdo, si las mantenemos presentes, y las honramos y les damos un lugar. Muchos se sienten rotos de dolor estos días y los sentimientos asociados con la pérdida aparecen con gran crudeza, porque el ser querido ya no está en carne y hueso, le echas de menos y no te puede -ni le puedes- dar ya nada nuevo. Los recuerdos se agolpan y pasan por la mente como imágenes fugaces de navidades pasadas donde todo fue gozo y felicidad, porque aquel estaba presente en persona. A veces, la evocación de la pérdida puede estar asociada a sentimientos ambivalentes, porque la persona ausente físicamente nos despierta tristeza por su falta; pero, al tiempo, también surgen otros sentimientos como rabia, por el desamor, el maltrato o la indiferencia afectiva que pudimos sentir junto a aquella. 

¡Pero algún día, tristemente, tenía que ocurrir, dado que el mar y la vida fluyen incesantemente y se cumple el tempus fugit!: este es el primer año en el que mi madre no estará en las comidas y cenas de Navidad. No estará físicamente. Y a pesar de que el dolor y la pena me embargan, y las sentiré conmigo esos días, igual que mi familia, sigo amando la Navidad. Trato de aceptar y acompañar en mi interior la experiencia tal y como es y la siento. La pérdida de mi madre, aunque me ha sumido muchas veces en una honda pena, también me ha ayudado a ser mejor persona. Soy más empático con mis pacientes y comprendo mejor sus sentimientos, y me doy cuenta, con más clarividencia, de que a muchas personas no les es tan fácil cambiar o dejar de usar sus mecanismos adaptativos; porque el dolor emocional -que el cerebro procesa en las mismas áreas que el dolor físico- puede desbordar, y nuestros recursos para gestionarlo colapsan. 

Ya no será la misma Navidad, sí, pero no tiene por qué ser una mala Navidad. En la silla vacía -que veremos y notaremos- no estará físicamente mi madre. Aún así, mi familia y yo la tendremos presente y le agradeceremos todo lo que nos ha dado, que nos llena de felicidad. Ella vive en el recuerdo dentro de nosotros. 

Mi madre, "suficientemente buena", ha estructurado mi vida desde niño mucho más de lo que yo creía. Y esa estructura (holding winnicottiano) me ha apoyado para la separación final, que es el día (28/1/2022) que la muerte se la llevó, el día que vi como el féretro entraba en el panteón. Es un cuerpo lo que allí queda, que desaparecerá. Pero los recuerdos sobre ella, cargados de imágenes y emociones, y su legado de amor, valores y enseñanzas, seguirán vivos para siempre dentro de nosotros, en nuestra mente, en nuestros sentimientos, en nuestro cuerpo... En mi familia y viendo la mesa vacía, sentiremos pena y nostalgia por tiempos pasados, sí; pero también experimentaremos un profundo sentimiento de agradecimiento, y de paz y serenidad, porque ella está simbolizada en nuestro interior. 

Y también habrá un lugar para muchos otros y otras, amigos y amigas, que ya no están: los recuerdos, agradecidos por haberlos conocido, y llenos de nostalgia, desfilarán por mi mente, durante todo el día, envolviéndome como una dulce y suave nube. Son las navidades pasadas que, en una parte, han forjado mi identidad. 

Y, finalmente, estas fechas me recuerdan lo querido que me siento: el día que mi madre murió, mis amigos y amigas allí estuvieron para sostenerme y acogerme con cariño. En mi familia nos arropamos, en esos duros momentos, unos a otros, los pacientes me transmitieron un afecto y comprensión conmovedoras... Toda una catarata de amor y sostén que me hace sentir que no estoy solo para afrontar la parte dura de la vida. ¿Se puede ser más afortunado? Esto también está ahí todo el año... ¡Y es maravilloso! 

Además de la silla vacía -experiencia que las familias del planeta tierra viven desde tiempo inmemorial-, este año no nos es ajeno que continuamos atravesando y sufriendo un periodo muy complicado para la humanidad. No sólo por la postpandemia -desgraciadamente se han cumplido los peores pronósticos en cuanto a salud mental, y la ola ahora es el desafío de atender psicológicamente a todos/as los que han debutado con problemas y trastornos, los que han reventado tras aguantar mucho tiempo con los recursos que tenían-, sino porque en febrero estalló una guerra por todos conocida que enfrenta a dos países [aunque todos sabemos que, por detrás, se enfrentan Rusia versus la OTAN y que toda esta sinrazón ha traído a las personas dolor, muerte, pérdidas, penurias, hambre, encarecimiento de los precios, refugiados sin identidad ni pertenencia (los ucranianos más los de todos los países, no nos olvidemos de ellos…) Un total sinsentido en pleno siglo XXI. Porque las guerras no sirven para nada más que para traumatizar y dañar a las personas durante varias generaciones. En fin, qué os voy a contar en este aspecto que no sepáis o sufráis] Al margen de cuestiones políticas de las que no entiendo, sólo veo que las personas, los ciudadanos de a pie -sobre todos los niños y niñas, los más vulnerados y vulnerables- padecemos las funestas consecuencias de todo esto. 

¿Y cuál puede ser el mensaje navideño de este año, si cada vez hay más motivos para creer que avanzamos hacia la autodestrucción (guerras, pandemia, una tierra que se ahoga y se rebela climáticamente por lo que la humanidad le hace, pobreza, refugiados, migrantes que viajan para encontrar un lugar donde vivir dignamente, la salud mental cada más afectada en todo el mundo…, completad la lista)?

Foto: uam.es 


Pues a pesar de todo -será que es mi espíritu, soy optimista-, como dijo Juanito Aranzabal: “el mundo se sostiene y no se desmorona gracias al trabajo callado y silencioso de mucha gente buena”, yo creo firmemente en la “manada de hombres y mujeres buenos y buenas” (Jorge Barudy) y en su capacidad para unirse; y, desde la bondad, promover lo que dicen Jorge y Juanito. No creo tanto en las manifestaciones y revoluciones, sino en ese contagio solidario persona a persona, baldosa a baldosa, que va extendiéndose como un reguero de pólvora, uno a uno, una a una. Juanito Aranzabal hizo muchas cosas desinteresadamente por el bienestar de muchas familias, en silencio -tal y como Unamuno recoge en la intrahistoria-, sin tener ninguna ONG. Y como él, seguro que, en muchos lugares de la tierra, miles de personas lo han hecho, lo hacen y lo harán. Mientras esto no se pierda, gracias a las potentes redes de relaciones que nos sostienen, afectivas y solidarias, logaremos sobrevivir.

Imagen: @trabajosocialconfamilias


Y como soy optimista, el mensaje para esta Navidad está en la línea de los anteriores: Quiero compartiros algunas películas -me encanta verlas por Navidad- dentro de un género que se ha denominado srewball comedy. Así como otros años no encontraba a qué referirme y no me llegaba la inspiración, este año me ha llegado rápido gracias a mi amiga y colega -experta en cine- Iciar García Varona. Precisamente este género de películas surgió -como nos pasa ahora- en una época de gran adversidad. Creo que necesitamos imbuirnos del espíritu de esas películas. Algunas son ya historia del cine. Americano -habrá quien no le guste-, sí, pero hemos de reconocer que ellos saben hacer cine, no en vano fueron los inventores de su lenguaje. En Europa, cuando surgió el cinematógrafo, lo que hacían era rodar con la cámara quieta, como si fuera una obra de teatro. Los americanos, en cambio, se dieron cuenta de que la cámara se podía mover: Griffth con El Nacimiento de una nación, instauró el lenguaje del cine. En Rusia Eisenstein con El acorazado Potemkin, creó el montaje. 

“La screwball comedy ha resultado ser uno de los subgéneros cinematográficos más populares y duraderos. Ganó notoriedad en 1934 con It Happened One Night, que ha sido citada en muchas ocasiones como la auténtica primera screwball comedy. Muchos investigadores están de acuerdo en que su período clásico terminó en 1942, pero los elementos del género han persistido y pueden verse en el cine contemporáneo” (Wikipedia)

“Durante la Gran Depresión, los espectadores demandaban películas con un alto contenido de crítica a las clases sociales pero que al mismo tiempo fuesen esperanzadoras y sirvieran de vía de escape. El formato screwball fue el resultado de los esfuerzos de los grandes estudios cinematográficos para evitar la censura, y estas comedias podían incorporar en la trama contenido adulto y elementos subidos de tono, como sexo antes del matrimonio y adulterio” (Wikipedia)

Dentro de este género, considero que sobresale un cineasta, entre todos: Frank Capra. Es verdad que en su cine triunfan las fantasías de buena voluntad y podremos decir “esto es américa” y “todo acaba bien” Es posible. Pero nadie le puede negar a este cineasta su capacidad de llegar al corazón de la gente y transmitirle optimismo; porque él pensaba que el modo de superar las desgracias y las tragedias que asolan al ser humano es creyendo en el valor de las personas frente al mal colectivo y los desmanes de los poderosos. 

Así que os invito a que, esta Navidad, veáis sus películas. Yo he visto en noviembre tres de las que os voy a hablar.

Una de ellas es muy conocida -pero, curiosamente, la gente joven no ha oído nunca hablar sobre la misma-. Me refiero a ¡Qué bello es vivir! Un clásico de la Navidad americana y una preciosa película que rescata el valor de nuestras acciones y lo que podemos significar para los demás, sin saberlo, y cómo eso puede conseguir cosas increíbles. Una vez más, el valor de la unión y bondad de las gentes que se juntan para, estrechando lazos solidarios, lograr ser sostén para el otro en un momento de gran desesperación y ganas de morir. Como le está pasando a mucha gente en la actualidad. Cuando la veo, me emociono. ¡Porque fue mi tutor de resiliencia Juanito Aranzabal, ya fallecido, quien me la enseñó cuando yo tenía quince años…! Con ello, me lanzó un mensaje que me estructuró mucho más de lo que pensaba. Por eso, como dice Cyrulnik, no hables con un joven de determinados temas, ofrécele otros símbolos, y propiciarás conversaciones e influirá en él como experiencia, probablemente, resiliente a futuro. ¡Será muy emocionante volver a ver este año esta película tan profundamente bella!

Fotograma de la escena final de la película
"¡Qué bello es vivir!"


Mi abuelo me contó, hace muchos años, que cuando la estrenaron, en su bar -tuvo un bar en la Parte Vieja de Donostia, en la Calle 31 de agosto, en los años cincuenta, muy conocido, Casa Marrodán- un hombre que debía dinero a otro le dijo: “He visto la película ¡Qué bello es vivir! Y usted puede ser mi ángel salvador…” Pues, efectivamente, lo fue, ¡porque el deudor aceptó la condonación de los intereses de la deuda y el pago en especias de lo que le debía! Mi abuelo no se lo podía creer, pero las paredes de muchas casas y edificios esconden historias, que se pierden en la noche de los tiempos, de este tipo, y que forman parte de la intrahistoria más bondadosa de gentes anónimas. 

Además de ¡Qué bello es vivir!, os animo a que veáis -Capra tiene muchas películas- dos más: El secreto de vivir y Juan Nadie. Las películas que os recomiendo son lo que son también gracias sus protagonistas, excelentes actores que han pasado a la historia: Gary Cooper, inolvidable James Stewart, gran Barbara Stanwyck...

Cartel original de "El secreto de vivir"
Imagen: Filmaffinity



En la primera, “…la acción se sitúa en Estados Unidos, tras la depresión provocada por el crack de la Bolsa en 1929. Longfellow Deeds (Gary Cooper) es un músico que toca la tuba. De repente hereda veinte millones de dólares, y se propone usarlos para ayudar a personas corrientes. Pero como es natural, el altruismo de Deeds es tomado por una chaladura. Con el fin de demostrar su honestidad, Deeds emprende un viaje a Nueva York. En el trayecto conoce a una hermosa periodista, interesada por sus intenciones. De manera inevitable, ambos se enamoran y la periodista ayuda a Deeds a demostrar sus buenas intenciones”.

Cartel de la película "Juan Nadie"
Imagen: Wikipedia


En Juan Nadie, "Los trabajadores de un periódico son despedidos casi en su totalidad cuando un rico magnate lo compra. Una avispada periodista publica un montaje en su último artículo en el periódico: una carta donde uno de los empleados despedidos anuncia su suicidio. La carta lleva en su firma el nombre de Juan Nadie. El alcance del artículo es tal, que el periódico se ve en la necesidad de mantener el engaño y crear un Juan Nadie, por lo que encontrarán a un vagabundo que pasará a convertirse en el personaje más popular del momento". ¿Se suicidará por coherencia y honestidad -al no encontrar sentido a lo vivido y sentirse profundamente utilizado y engañado- John Doe en Nochebuena, justo a la hora en que nace el Hijo de Dios? 

Llega el momento de despedirme, y emocionado por la escritura de este artículo que os regalo, a todos y todas, amigos y amigas, colegas, familias, seguidores… os hago llegar un fuerte abrazo y mis mejores deseos, que el espíritu de la Navidad sople y los extienda para todo el año. Os dejo con la escena final de ¡Qué bello es vivir! , preciosa. Me quedo con la dedicatoria escrita en el libro que abre James Stewart. 


"Pocas películas aciertan a retratar con tanta precisión el deseo íntimo y animal de seguir vivo. (...) 
la película, como casi toda la filmografía del director, no hace sino
reflejar a la perfección el espíritu de su tiempo." Luis Martínez.


Conexión, Apego, Presencia, Regulación, Apoyo



[1] Ogi salutadore. Únicamente preservada en ciertas comarcas de Bizkaia, consiste en lo siguiente: en la cena de Nochebuena, el señor de la casa, o quien presida la mesa, coge el pan, lo bendice, lo besa y con un cuchillo corta un trozo de uno de los extremos. Se guarda el trozo de pan bajo el mantel, y tras haber cenado, en una caja, guardada a su vez en un armario o en otro lugar preciso. Parece ser que este trozo de pan nunca se enmohece y posee una fuerza especial: protege de los rayos, ahuyenta las tormentas, sana la rabia a los perros, etc. Este pequeño trozo de pan debe ser renovado todos los años. https://urtesasoiak.com/?page_id=53&lang=es