lunes, 23 de febrero de 2015

Enseñanza basada en el apego, una propuesta subversiva: la experiencia de Wetside Preparatory School de Marva Collins en Chicago (III y final)

Con el post de hoy cerramos esta trilogía dedicada a la enseñanza basada en el apego, la cual es extensamente presentada y descrita en el libro de Cozolino titulado: "Attachment-based teaching. Creating a tribal clashroom" Os recomiendo su lectura porque además del planteamiento teórico que sustenta esta forma de concebir una escuela y un aula -basado en la neurobiología del apego-, podréis acceder a las múltiples propuestas prácticas de trabajo que el autor propone para realizar una enseñanza y una educación que tiene en cuenta las relaciones y los vínculos entre los alumnos y el profesor.

Una persona me preguntaba si el libro está traducido al español y desgraciadamente, la respuesta es que, de momento, no. Está reservado sólo a los/as que puedan leer en inglés.
 
Para hoy nos queda ofrecer una experiencia real -trasladada al libro y recogida por el mismo Cozolino- de una escuela con una enseñanza basada en el apego. Después de leerla, me sale expresar profundamente que ojalá todas las escuelas fueran así. Porque actualmente tal y como están concebidas tanto la enseñanza como los colegios (empezando por la masificación que sufren) es complicado que exista espacio para los niños y niñas que tienen severos problemas emocionales como consecuencia de un trauma y que no logran integrarse o aprender. Se adoptan medidas de atención a la diversidad; pero no se hacen modificaciones sustantivas en la manera de concebir el aprendizaje. Este sigue siendo una experiencia competitiva que entroniza a la memoria y al examen como medidas de control de calidad. Y con esto muchos de nuestros niños y niñas (lo digo clara y meridianamente) no pueden. Las relaciones profesor/alumno y entre los mismos alumnos (en torno a las cuales debería pivotar todo aprendizaje) son secundarias. Si nos fijamos, el recreo o receso, un espacio de tiempo libre entre horas de clase, es más un descanso o desahogo que no se usa para tratar las relaciones, fomentarlas o fortalecerlas. Se considera de orden inferior porque lo importante son los contenidos que se transmiten en el aula. Se trabaja en valores, actitudes y normas (no lo niego) pero mucho menos en comparación con los contenidos formales. Y muy poco en las relaciones entre los niños. Y un menor de edad que no tenga calidad en sus relaciones interpersonales (empezando por las que mantiene en su casa, con sus padres o hermanos y terminando por las que mantiene en la escuela) y una vivencia rica en afecto y contención, no puede (ni encuentra sentido) al acto de aprender.

Esta semana una persona cuestionaba el papel protector que tiene que tener una escuela para los alumnos que -por sus problemas emocionales de origen traumático- no se integran, aduciendo que no es misión de la misma. Y yo me rebelo porque pienso que sí debe ser cometido de la escuela cuidar afectivamente cuando el niño o joven se encuentra en un estado psicológico negativo como consecuencia de un trauma complejo, pues el poder de las relaciones y los vínculos humanos es lo que favorece, paulatinamente, la curación del trauma. A mi juicio, se debería de contemplar en la escuela ordinaria personal específico (y formado) para poder acompañar a estos menores de edad cuando atraviesan etapas personales muy delicadas y que requieren de adultos que puedan sostener y acompañar. Me dicen que las actuales escuelas no tienen medios (lo cual equivale a presupuesto) para hacer esa labor educativo-terapéutica que yo propongo. Ni presupuesto, ni los profesionales que hoy por hoy trabajan al parecer, están para ese cometido. Y eso que hablamos de que son atendidos por profesionales de pedagogía terapéutica. Pero la pedagogía terapéutica contempla el tratamiento de, pongamos por caso, una dislexia, sí; pero ¿por qué no el acompañamiento a alguien que presenta un trauma y distintos trastornos asociados al mismo, por poner por caso una realidad frecuente en nuestro día a día? ¿No es acaso, pedagogía terapéutica? ¿O el concepto que yo tengo de la pedagogía terapéutica es erróneo? Así es en la actualidad nuestra realidad educativa en lo que a la escuela se refiere. Por eso propuestas como la de Cozolino le reconcilian a uno con la enseñanza. Otro escenario es posible.

La experiencia que Cozolino relata –y que os voy a transcribir a continuación- veréis que tiene un punto de partida que hoy por hoy (si me pongo muy crítico con la escuela que tenemos, me lo decís en los comentarios; sé que, como en todas las profesiones, hay personas maravillosas que se implican dispensando un trato afectuoso a los niños y jóvenes que más sufren, que no son otros que los que han padecido trauma complejo) es ciencia-ficción. En un cartel de la entrada a la escuela pone: "Bienvenidos al éxito. Adiós al fracaso. Porque vosotros no vais a fracasar" Así es la experiencia que el autor de "Attachment based teaching" expone. Paso a relatárosla con mucho gusto.

Cozolino refiere que los niños que tienen grandes dificultades para aprender y relacionarse en las escuelas convencionales y que fracasan reiteradamente no es tanto por falta de capacidad sino por la ausencia de habilidades sociales, recursos emocionales y habilidades conductuales. A algunos de ellos se les considera imposibilitados para el aprendizaje. Muchos de ellos provienen de experiencias de maltrato, abandono y abuso y sus cerebros se han apartado de la capacidad para poder aprender en un aula al uso, esto es, las que son mayoría: pupitre, libro, silla, atención, memoria y examen.

Muchos chicos y chicas que he conocido, adoptados y adoptadas, con muchos años de abandono y maltrato a sus espaldas, tomados por incapacitados para poder aprender en un aula ordinaria, podrían tener una mejor adaptación si el planteamiento fuera una enseñanza basada en el apego.

Cozolino nos habla en el mencionado libro de Marva Collins, cuya filosofía pedagógica es que los estudiantes (sobre todo los desfavorecidos por apegos inseguros y entornos deprivados) no pueden tener éxito en un sistema donde los prejuicios y el fracaso son más la norma que la excepción (al menos para estos alumnos), y en los que no se presta ninguna atención al bienestar emocional de los mismos. Ella se dio cuenta que la enseñanza con los menores en riesgo debería de proveerles de un entorno de cuidados y apoyo que fuese como una familia. Esta mujer disponía de una cantidad suficiente de dinero y decidió abrir una escuela de estas características en Chicago (Wetside Preparatory School) Su principal objetivo era enseñar y hacerse cargo de aquellos que habían sido catalogados como "inenseñables"

La señora Collins recibía a los alumnos -además de con el mencionado cartel- con esta frase: "Estáis aquí para ganar, habéis nacido para ganar y yo voy a cuidar de vosotros más que vosotros mismos" Su mensaje es simple: requiere un trabajo y un tratamiento a estos chicos y chicas basado en el afecto y en la seguridad (palabra clave en apego, como sabemos) Ella es capaz de reconocer los devastadores efectos del fracaso, el rechazo y la humillación en las caras de los estudiantes, por lo que sus encuentros y conocimiento de los mismos es de total dedicación y amor. Su filosofía de la educación está basada en la humanidad, la compasión y en la apreciación del niño en su totalidad. Su concepción es la misma que se tiene en las tribus donde los niños se consideran parte de todos, de toda la comunidad.

Collins tiene una especial preocupación por los que se sientan (motu propio) en el final de la clase, en las últimas filas, pues considera que estos chicos y chicas pueden estar sufriendo los efectos de la negligencia, el maltrato o el abandono en sus hogares. Por eso estimula y motiva al profesorado de su escuela a que se acerque a ellos y encuentren ambos maneras de conectar con los demás estudiantes. Además, anima a los profesores a que diariamente digan algo positivo sobre sus alumnos y alumnas. Ella siente que es prioritario dejar las lecciones o contenidos a un lado durante buena parte del tiempo para dedicarse a investigar qué es lo que aburre o molesta a un alumno. Su método consiste en primero, tener una conexión emocional con el niño y después llegar a un acuerdo o compromiso para resolver los problemas juntos. Collins considera (y estoy de acuerdo) que los profesores nunca deberían decir nada negativo de sus estudiantes. En vez de castigos o expulsiones, en su escuela la disciplina viene en forma de lecciones afectuosas (con autoridad calmada) dirigidas a enseñar y reconectar con los estudiantes. Collins afirma que "cuando se reprende a un niño, hay que hacerlo de una manera amorosa. Nunca traten de humillarle o degradarle" Hay que intentar decir que se les quiere mucho pero que ese tipo de conductas no son aceptadas, ni positivas para él ni para los demás. Collins considera que cuando los niños se sienten bien consigo mismos, no tienen ninguna razón para pasar al acto. Un acting out (actuar hacia el exterior o pasar al acto. En términos coloquiales, portarse "mal") es un signo de que algo va mal con ese niño. Él carece de la habilidad para poder articular sus sentimientos. Cuando los niños se sienten no queridos o abandonados, ellos sienten un vacío y éste se manifiesta en dolor, rabia y conducta agresiva, en ocasiones. Sabemos que los niños necesitan más nuestro cariño y aceptación cuando menos lo merecen sus actos. Esta genial frase (la aprendí en el magnífico blog hermano llamado Resiliencia infantil, de mi amiga y colega Conchi Martinez Vazquez) es justo lo contrario de lo que nos han enseñado que hay que hacer: castigar, rechazar, no aceptar en lo fundamental al niño...

Collins crea un entorno tribal y seguro para los estudiantes (lleva a la práctica el concepto de base segura de la teoría del apego de Bowlby) que no han tenido éxito en las grandes escuelas públicas. Ella anima a tener contacto físico con los estudiantes cogiéndoles la mano, por ejemplo. Collins cree que crear una clase segura con contenidos estimulantes es el mejor modo de asegurarse la atención de los estudiantes. Y aunque pudiera parecer que no, anima y propone trabajar intensamente y esforzarse. Ella piensa que los estándares altos en cuanto a nivel de aprendizaje de los contenidos y el amor y el afecto no tienen porque ir por separado. Yo creo que tampoco. Vosotros y vosotras, ¿qué pensáis?

Sin duda una propuesta innovadora la de esta gran mujer, Collins, quien propicia que los alumnos puedan aprender sin olvidar que las relaciones, el vínculo y la base segura (junto con el afecto y la sensibilidad) son los que precisamente hacen posible que se dé dicho aprendizaje. Personalmente, me ha maravillado y por eso he querido compartirlo con vosotros y vosotras. Espero que los profesores y las profesoras lleven muchas de estas propuestas a su aula y entre todos, hagamos realidad otro tipo de enseñanza.


La "picada" de hoy (no nos despedimos nunca sin ofrecer algo "rico" e interesante para degustar intelectual y afectivamente): Hablamos de un libro, publicado recientemente por Gema Puig y José Luis Rubio Rabal, de Addima. Se titula "Tutores de resiliencia. Dame un punto de apoyo y moveré mi mundo" Editorial Gedisa. Tuve la suerte y el placer de poder acompañarles en su casa, Zaragoza, con su gente, amigos y familia, en la presentación del libro, el pasado 5 de febrero. Disfrutamos de un encuentro entrañable en el que fuimos desgranando algunas de sus claves y los elementos que lo hacen único. Muy pronto hablaremos aquí de este libro, más extensamente. Lo estoy terminando. Te atrapa por completo. Es un libro que a mi me ha dejado una reconfortante sensación en el cuerpo. ¿Qué es un tutor de resiliencia? Os preguntaréis algunos/as. En el libro podéis ver, en la portada, una metáfora que lo expresa: algo o alguien que es un punto de apoyo, gracias al cual -como Arquímedes cuando descubrió la palanca y movía pesos increíbles- seré capaz de transformar mi mundo. Y "mi" mundo pueden ser muchas cosas. Nos reconforta, sí, porque las familias adoptivas, acogedoras (o cualquier persona que tenga que hacer frente o acompañar a alguien en el afrontamiento de una adversidad o un trauma), han de saber que es posible rehacerse, crecer y transformarse desde las duras experiencias. Gracias a los tutores de resiliencia. Los tutores de resiliencia son elegidos por el niño, el joven o el adulto. Aunque es algo que surge de una manera natural -algo que no se enseña- los autores, brillantemente, nos ofrecen en el libro algunas claves para ponernos en disposición de serlo, pero sin romper la magia y alterar lo natural. En la contraportada de su libro está otro de los elementos clave de la tutorización de resiliencia: la metáfora del mago. Por cierto, casi se me olvida... El prólogo está a cargo de Boris Cyrulnik. Casi nada. ¿Por qué será que esta eminencia en resiliencia y psiquiatría decide prologar su libro? Porque Gema y José Luis han hecho un excelente trabajo. Lo veréis (Bueno, en realidad son dos libros en uno. Y también múltiples enlaces a vídeos, documentos o ejercicios prácticos que nos ofrecen al final del cada capítulo)

Mucho más diremos de esta obra más adelante, pero para todos/as los/as que estamos implicados/as en el acompañamiento de menores o adultos víctimas de malos tratos y que padecen trauma (o sufren cualquier otra adversidad) me parece imprescindible leerlo y tenerlo en la biblioteca. Los autores han estado invitados por La 2 de Televisión Española para hablar de todo ello, y no es para menos porque lo merece. Os dejo su intervención en el programa para que la veáis. 




El post que rescato del baúl de los recuerdos de Buenos tratos es justamente uno que nos viene muy bien con la "picada" de hoy: el anterior libro de Gema y José Luis titulado "Manual de Resiliencia Aplicada", innovador en su didáctica manera de exponer los contenidos y que en su día celebramos que apareciera, aquí, en éste nuestro blog sobre el buen trato.

martes, 17 de febrero de 2015

Charla-coloquio organizada por el Instituto Familia y Adopción, en Barcelona y desde el ordenador de tu casa. Con Montse Lapastora, el 28 de febrero de 2015


Instituto Familia y adopción organiza una charla-coloquio
28-2-2015
En Barcelona y desde el ordenador de tu casa





Desde el Instituto Familia y Adopción de Barcelona nos informan de este evento: 

En la charla coloquio de febrero queremos tratar el tema de adopción y racismo, así como de las estrategias para enfrentarse a ello.

Vivimos en un entorno más racista de lo que a simple vista queremos reconocer. Tanto los padres como los adultos que rodeamos a los niños, tenemos actitudes racistas sin darnos cuenta, pero que a ellos no les pasan desapercibidas.

Contaremos con profesionales y testimonios que nos explicaran sus experiencias.

Se tratarán situaciones concretas para que entre todos podamos resolverlas.

Os invitamos a leer el testimonio muy reciente de una madre adoptiva al respecto. Podéis leerlo aquí.

Ponentes:

Montse La Pastora de Psicoveritas. Psicóloga clínica, Supervisora EMDR, Especializada en adopción, Directora de Pisicoveritas, centro de Psicología y adopción. Muy comprometida con todo lo relacionado con el mundo adoptivo. Aurtora del libro  "Niños adoptados" y de múltiples artículos. Imparte cursos y conferencias por todo el territorio nacional.

Maurici Rolo.Licenciatura en Económicas por la UB. En la actualidad forma parte del equipo de gestión del Campus Sant Cugat. Responsable Career Resource Center y coordinador de la Summer School (2008-2013)

Raissa Janer. Raïssa nació y fue adoptada hace 34 años en Barcelona. Después de 33 años y mucha investigación ha encontrado a su madre biológica. Raïssa nos ofrecerá su testimonio personal de este viaje interior hacia sus orígenes. 

Facilitadora:


Eva Gispert Fundadora y Directora del Instituto Familia y Adopción, Terapeuta y Mediadora Familiar. Adoptada y madre adoptiva. 

Facilitadora técnica: 

Eva Vidal: madre adoptiva, profesora de la Escuela de Telecomunicaciones de la UPC y  colaboradora del IFAD desde sus inicios.



Día y hora: Sábado, 28 de febrero del 2015. 


NUEVO HORARIO de 11:30 a 13:30 horas.


Lugar: Casa Orlandai.



jueves, 12 de febrero de 2015

Curso teórico-práctico en trastornos alimentarios, a cargo de Natalia Seijo, psicóloga y especialista en trastornos alimentarios. Organizado por Vitaliza Sarea.

VITALIZA ORGANIZA EL SIGUIENTE CURSO




CURSO TEÓRICO PRÁCTICO EN TRASTORNOS ALIMENTARIOS:


Estructurado en 2 módulos y dirigido a profesionales sanitarios, especialistas del ámbito social y estudiantes. El Módulo I se realizará el 20 y 21 de marzo y el Módulo II, el 8 y 9 de mayo.


MÓDULO I, 20 y 21 de Marzo

El objetivo del Módulo I consiste en llegar a saber cómo dar estructura al tratamiento de los Trastornos Alimentarios, conociendo las características de los mismos y así poder elaborar un desarrollo de tratamiento adecuado.


MÓDULO II, 8 y 9 de Mayo

En el Módulo II se completa la formación, para optar a un mayor nivel de especialización en el trabajo con las personas que sufren Trastornos Alimentarios. Puedes consultar el contenido completo del curso en el tríptico informativo adjunto.




NATALIA SEIJO, FORMADORA:


Psicóloga terapeuta especializada en Trastornos Alimentarios. Natalia es miembro de AETCA (Asociación Española para el estudio de los Trastornos Alimentarios) y directora del centro Psicoterapia y Trauma, además de especialista en trauma y trastornos alimentarios, psicosomáticos y de disociación.



PRECIO E INSCRIPCIONES:


- Precio general: 245€ por módulo
- Precio inscripción y pago antes del 15 de febrero: 210€
- Precio inscripción y pago en los dos módulos antes del 15 de febrero: 400€
- Precio estudiantes y desempleados: 130€ por módulo 

lunes, 9 de febrero de 2015

Enseñanza basada en el apego, una propuesta subversiva: cómo crear un aula tribal (II)

El pasado post comenzamos exponiendo la novedosa propuesta de Cozolino (un
experto en neurobiología del apego y en la psicoterapia basada en la neurociencia) consistente en crear una enseñanza basada en el apego.

En esta segunda parte (los que no habéis leído el post anterior debéis acudir a él
 para poder seguir el de hoy) retomamos exactamente en el punto donde nos quedamos: decíamos que Cozolino afirmaba que las soluciones a la mayoría de los problemas que el futuro nos depare -en cuanto a necesidades formativas de nuestros niños- no serán técnicas sino humanas. Debemos retornar al modo en el que el cerebro se configuró para aprender: dentro de una comunidad tribal donde apego y aprendizaje van de la mano. Algo que se truncó con el comienzo de las sociedades industrializadas, en el siglo XIX. Pero si bien en épocas anteriores existía una mayor certidumbre sobre el tipo de formación que los niños debían de recibir, actualmente, en una sociedad tan cambiante, hay mucha más incertidumbre con respecto a lo que deberán saber dentro de diez años, los niños que hoy en día están en la Primaria. Por ello, la clave estará seguramente en aprender a aprender, en aprender a convivir, a cooperar, a desarrollar competencias en contextos participativos y nutritivos desde el punto de vista emocional, no sólo intelectual, donde se aprenda en relación con otros (y con el profesor como base segura) La adquisición de contenidos conceptuales, la repetición mecánica, la memoria y el examen como modo de valoración, actuales monarcas, en general, de nuestras escuelas, no serán lo fundamental.

Me gustaría que los profesores que seguís este blog veáis en esto una oportunidad para poder formar a los alumnos, futuros adultos, como personas. Para ello os voy a trasladar, según Cozolino, cuáles son los elementos que debe de tener un aula tribal, así como cuál debe ser el papel del profesor. El principal escollo con el que os podéis encontrar es el excesivo número de alumnos que tengáis; de todos modos, ello no es óbice para que podáis introducir bastantes de los componentes que caracterizan un aula con una enseñanza basada en el apego. Una nueva escuela para una nueva forma de aprender a ser: fundamentada en las relaciones y el nutrimiento afectivo, no sólo el intelectual.

¿Por qué una forma de aprender en el aula basada en las relaciones?



Para Cozolino –ofrecemos sus aportaciones recogidas de su reciente libro titulado: "Attachment-Based Teaching. Creating a Tribal Classroom"- el fundamento científico de todo esto reside en que el cerebro es un órgano social. La biología (incluida la función intelectual) no puede desarrollarse si las relaciones sociales no son adecuadas o son reducidas a segundo plano, o directamente ni se contemplan. Por ello, hemos de tener en cuenta, según Cozolino, en ese binomio ciencia-educación lo siguiente:

Una nutrición apropiada (física y emocional) tiene un impacto en la memoria y el aprendizaje. Tanto como el dormir y la actividad física.

El cerebro no es un órgano aislado y separado que vive en el vacío, como muchas personas creen, como muchos enseñantes piensan.

Nuestro cerebro social reside y descansa en una matriz de relaciones interpersonales y en las realidades de la vivencia diaria.

Es el reconocimiento de que el cerebro humano es un órgano social de adaptación.

El camino hacia una mente abierta es un corazón abierto: si quieres que tus alumnos aprendan, alimenta su corazón.

¿Cómo era el aprendizaje hace miles de años?


El aprendizaje temprano tuvo lugar en parejas o grupos pequeños de relación interpersonal en los que los individuos con mejor “curriculum” guiaban a los demás en la supervivencia diaria.

Durante cientos de miles de años, los humanos más modernos desde el punto de vista anatómico se implicaban en pequeñas comunidades compuestas y amparadas por rituales comunes de relaciones de familiaridad y cooperación.


La interdependencia del grupo continuó siendo tan trascendente y modelando nuestro cerebro de tal modo que las tribus llegaron a ser súper-organismos.

¿Cómo crear una clase tribal?


Las instituciones más exitosas son aquéllas que son capaces de integrar los imperativos instintuales de nuestro cerebro social dentro de las estructuras organizacionales jerarquizadas.

La acomodación de los instintos tribales dentro de amplias instituciones, denominadas redes de trabajo o círculos de trabajo, mejoran el funcionamiento de los grandes grupos activando los instintos sociales primitivos.

Los cuatro aspectos clave de una clase tribal


Relaciones confiables y seguras. La posición del profesor tiene un paralelismo con la de los padres en la construcción del cerebro. Ambos pueden apoyar la regulación emocional proveyendo una base segura que favorece el proceso de aprendizaje.

La sintonización entre profesor y estudiante es especialmente importante con los estudiantes que están en riesgo.

Niveles de activación y de ansiedad de bajos a moderados. El cerebro interrumpe la plasticidad neural a niveles muy bajos de arousal (arousal=grado de activación generalizada del organismo) para conservar la energía; y a niveles muy altos de arousal para desviar la energía hacia la supervivencia inmediata.

Cuando los niños crónicamente estresados y traumatizados son confrontados con un nuevo aprendizaje, a menudo son incapaces de activar los procesos de neuroplasticidad. Esto lo vemos en los niños víctimas de abandono, maltrato, abuso. No pueden aprender no porque no sean inteligentes sino porque no tienen la suficiente regulación emocional para que se produzca la neuroplasticidad (el aprendizaje por la creación de nuevas conexiones neuronales)

Pensar y sentir. Durante la evolución de los primates, el hemisferio izquierdo y el derecho llegaron a ser diferentes: el izquierdo especializado en el lenguaje y el pensamiento racional; el derecho en las emociones.

Las experiencias que estimulan el pensamiento crítico en situaciones emocionalmente relevantes refuerzan la integración hemisférica que apoya la regulación emocional y la solución de problemas complejos.

La co-construcción de narrativas. La evolución del cerebro humano es interdependiente de la narración de historias y la co-creación de historias entre los miembros de una tribu. Una buena historia contiene conflictos y resoluciones, gestos y expresiones y pensamientos acompañados de emociones. Las historias son transferidas cerebro-a-cerebro mediante en una, diríamos, sinapsis social y sirven para integrar el funcionamiento de los individuos dentro de los grupos mediante habilidades de enseñanza y la creación de objetivos y perspectivas compartidas. Esto apoya la integración de las redes neurales.

Dice Cozolino que desgraciadamente, crear una clase tribal es un acto subversivo que está en oposición a la obsesión cultural de los resultados de los tests y la competición. Construir una tribu es un arte guiado por la empatía, la sintonización y la sensibilidad humana. Necesitamos ser creativos para construir una clase tribal. Va a depender en gran medida de nuestros intereses, personalidad, pasiones y cualidades. Seamos subversivos y desterremos los exámenes como forma de valoración. Personalmente, con los profesores que más aprendí en la Facultad de Psicología son los que nos proponían hacer trabajos de grupo y además, a ser posible, aplicados a una realidad profesional que ya nos atrajera. Así que no creo que los profesores de Primaria o Secundaria estén obligados a usar el examen como forma de evaluación ¿O sí? ¿Alguien me lo puede aclarar?

Tiempo. Las clases tribales se caracterizan por el tiempo que sus miembros pasan juntos. Este tiempo extra en el cual el profesor cultiva la socialización, áreas de trabajo y proyectos conjuntos es importante para distinguir a la tribu de otro tipo de clases.

Otra manera de incrementar el tiempo que los niños conviven juntos es aumentar la intensidad emocional del tiempo de clase mediante experiencias y ejercicios que son más personales y que favorecen la implicación emocional.

Familiaridad. Las tribus se caracterizan por las experiencias que comparten, la comunicación y la ausencia de secretos. Una parte importante de lo que llamamos construcción de grupo en las organizaciones modernas ocurre naturalmente durante la vida o el día a día en las tribus.

La intimidad se crea mediante el contacto continuo y el conocimiento de los unos y los otros, así como haciendo énfasis en la identidad de grupo.

Afecto. Cuidar a otros está basado en la compasión y en la empatía así como en conductas inclusivas, la toma de decisiones democrática, ayudarse los unos a los otros a conseguir los objetivos y compartir responsabilidades en el éxito y el fracaso.

El valor de la experiencia de cada uno es importante para todos. El éxito es entendido como un objetivo grupal más que como un logro individual y el auto-concepto se define también por ser miembro del grupo.

Propósitos comunes a través de causas valiosas. En las sociedades a pequeña escala la fuerza que impulsa a la tribu es la supervivencia física. Lo que parece que activa las mismas emociones en los estudiantes es la dedicación del grupo a una causa valiosa. Durante el proceso, la cooperación y la cohesión, la confianza y la compasión son reforzadas y expandidas. 

Más importante que la tarea es el reto, el cual mediante la lucha, la perseverancia y el éxito cimentan la conexión grupal.

La causa valiosa puede ser dirigida hacia un objetivo de los miembros de clase o un proyecto que puede ser útil a otros.

¿Y el papel del profesor-educador?


Como Cozolino dice, éste no puede ser otro que el derivado de la teoría del apego de Bowlby: El educador crea un entorno tribal que es base segura sobre todo para aquéllos que no han tenido éxito en las escuelas anteriores.

“Mirad, os quiero y tenemos que conseguir actuar juntos. Vosotros vais a aprender o si no vais a morir” Este es el mensaje para la tribu. Aprender no es una opción; es necesario para la supervivencia.

El educador debe pensar en la clase como una familia amorosa que crea un clima de cuidado y apoyo. Si no queremos a los niños, es imposible enseñarles y que aprendan algo significativo.

El entorno contenedor es una relación que es lo suficientemente segura para dejar el miedo, la confusión y la incertidumbre, a la par que se apoya y se anima a crecer. La seguridad que crea una base segura hace que vayan desapareciendo las autodefensas.

Espero haber despertado el entusiasmo, el convencimiento y la energía suficiente en quienes depende que esto pueda ser así en nuestras escuelas, más centradas en fomentar los valores de nuestra sociedad actual (la competición, el éxito individual, la obediencia) que los de la tribu (cooperación, igualdad, liderazgo basado en el servicio)

Os voy a dejar este vídeo de una experiencia en un aula de Japón llevada adelante por un profesor cuya manera de enseñar se aproxima a un aula tribal. Fijaos en cómo saluda a los niños (se nota que les quiere y les recibe con alegría) y lo que les dice al principio: “La vida debemos vivirla con alegría porque solo tenemos una vida” La empatía es lo más importante en esta aula. Pensemos sobre ello y hagámoslo posible.






Picadas de hoy:

La primera, es celebrar la aparición
de AIRE: Asociación para la Investigación de la Resiliencia. Ha sido presentada socialmente en Sevilla los pasados días 19 y 20 de enero. AIRE se gesta en Bilbao, en el Congreso Europeo de Resiliencia que tuvo lugar en octubre de 2013. De una multitudinaria asamblea nació el deseo de asociarse para poder tener una institución que articulara organizadamente la investigación y la formación aplicada sobre resiliencia que muchas personas manifestaron necesitar. Uno de sus primeros frutos ha sido el Postgrado sobre Resiliencia que echó a andar el mes de octubre de 2014, organizado por la Universidad de Barcelona. Pero esto no es sino uno de los muchos que irán llegando. Os dejo su dirección web. Desde aquí le damos la bienvenida y nos felicitamos por su aparición. 

Página web de AIRE: http://aireresiliencia.org/

La segunda picada es que Siegel -formando dueto nuevamente con Payne, no nos olvidemos de ella- acaba de editar un nuevo libro titulado: “Disciplina sin lágrimas. Una guía imprescindible para orientar y alimentar el desarrollo mental de tu hijo” Sigue la misma línea que el afamado “El cerebro del niño”. Hay que celebrar y alegrarnos también por este tipo de libros, de prestigiosos autores, que están haciendo un
esfuerzo divulgativo enorme para tratar de desterrar la vieja idea de que disciplina y afecto no pueden ir juntas. ¿Para ser firme y que mis hijos o niños obedezcan, debo ponerme de malas, enfadarme, encolerizarme y recurrir al castigo o a enviar al chico o chica a su cuarto? No. De verdad que si queremos evolucionar (y desterrar técnicas de disciplina clásica basadas en una parentalidad que no es positiva y en una cultura que no favorece el buen trato) y formar y educar a nuestros hijos como personas equilibradas, empáticas, asertivas y responsables, otro tipo de disciplina es posible.

Que estéis bien, hasta dentro de quince días, que nos espera la tercera parte sobre aulas tribales. Hablaremos de una experiencia real. Cuidaos / Zaindu.