lunes, 25 de mayo de 2015

Estrés, apego y desarrollo cerebral.

Sigo entusiasmado con el nuevo descubrimiento (que ha venido de la mano de mi amigo y colega Rafael Benito, médico psiquiatra, cuya consulta está en Donostia-San Sebastián, especializado en trauma, apego y neurodesarrollo) a saber, el libro del que os vengo hablando desde hace unas semanas: What´s going on in there? (¿Qué pasa ahí dentro?) Hace referencia al cerebro, claro. Es un manual completo y detallado acerca de cómo la mente y el cerebro se desarrollan durante los cinco primeros años de vida. Hace un repaso exhaustivo por todos los temas importantes en cuanto a neurodesarrollo: biología básica, influencias prenatales en el cerebro, cómo afecta el nacimiento al cerebro, la importancia de tocar y acariciar (que ya vimos en un precioso post), el mundo de los sentidos, la emergencia de la memoria, el desarrollo socio-emocional, el lenguaje, la inteligencia… Y la buena noticia es que es para todos los públicos, esto es, los padres y las madres podéis acercaros al mismo tranquilamente y aprender sobre un tema trascendente para poder comprender a los niños y las niñas. El único requisito es que debéis saber inglés al menos como para poder leer.

Estoy revisando el apartado dedicado al área socio-emocional y he leído con verdadero gusto los epígrafes dedicados al apego. Hay uno que ha cautivado mi atención e interés más que otros, porque guarda estrecha relación con mi trabajo con los niños traumatizados y con problemas y trastorno del apego, y también me imagino que os atrae e interesa a vosotros/as que tenéis hijos/as o niños/as adoptados o acogidos a vuestro cargo y posiblemente algunos de ellos presenten problemas en estos aspectos. Me estoy refiriendo a los vínculos existentes entre estrés, apego y desarrollo cerebral. Tópico que ya hemos tratado en este blog en otras ocasiones pero siempre se hace necesario volver sobre ello y recoger las nuevas aportaciones, como las que este libro contiene.

Voy a exponeros lo más importante sobre el particular y os lo comento.

Lise Eliot -la autora- refiere que el apego y el desarrollo cerebral son como una calle con dos sentidos. La maduración del lóbulo frontal es un aspecto clave en el apego. Como ya sabéis -y sintetizando- en este lóbulo reside la capacidad del cerebro, entre otras funciones, de modular las emociones y los impulsos provenientes del sistema límbico (el área del cerebro donde residen dichos impulsos y emociones): esto implica regulación emocional, tolerar la demora de la gratificación, calmarse cuando se experimenta ansiedad o malestar, dar una respuesta meditada y planificada… Un apego seguro con el cuidador es esencial –nos dice la autora- para el normal desarrollo del cerebro y en concreto, para un funcionamiento saludable del sistema límbico. Lo que más puede afectar a esta amplia zona del cerebro responsable de nuestras vivencias emocionales, lo que más puede desregularla, es desgraciadamente, lo que muchos niños y niñas adoptados/as o acogidos/as han padecido en demasía y a edades tempranas: el estrés.

Un cuerpo creciente de investigación muestra que una elevación de las hormonas del estrés puede ser nocivo para el cerebro, especialmente para partes del sistema límbico como el hipocampo, el giro cingulado (hace de frontera del sistema límbico) y la amígdala (como una almendrita, órgano responsable de procesar muchas respuestas emocionales rápidas como la ansiedad, la ira…) En ratas adultas, por ejemplo, un exceso de hormonas del estrés hace a las neuronas del hipocampo (una estructura clave para el desarrollo de la memoria y el aprendizaje) más vulnerables. Si estas hormonas permanecen elevadas mucho tiempo, mayor es la extensión del daño. Los humanos también somos vulnerables: se ha observado atrofia en el hipocampo en pacientes que sufren depresión o trastorno por estrés postraumático, dos síndromes en los que se sabe que la hormona del estrés, el cortisol, es elevada.

Un estudio hecho con niños de un año con niveles elevados de cortisol mostró una disminución de la actividad eléctrica procedente del hipocampo, sugiriendo que el cerebro de los bebés puede ser vulnerable a los efectos del estrés.

¿Cómo hemos de interpretar esto? Si mi hijo/a o mi niño/a ha vivido el estrés de la separación a edad temprana, significa que su hipocampo y su sistema límbico quedan dañados y afectados de por vida? No. Lo que hemos contado en el párrafo anterior tiene importancia a nivel de investigación: examinada una población de niños cuyo hipocampo está afectado, aislados muchos factores, se observa que en todos esos niños estaba presente una variable: el estrés del abandono temprano. Por ello, ambos factores o variables correlacionan. Por lo tanto, un exceso de cortisol pudo estar presente y pudo afectarlo. Incluso si el volumen del hipocampo presentara un tamaño inferior a la media, eso no quiere decir necesariamente que ese hipocampo falle en su funcionalidad. Y en los casos en los que el sistema límbico y el hipocampo estuvieran alterados por ese exceso de cortisol que afectó a su funcionamiento, con cuidados adecuados, estimulación y tratamiento, el cerebro es cambiable y se puede producir neuroplasticidad (regeneración y creación de nuevas conexiones neuronales) Por ello, las pruebas de neuroimagen no tienen demasiada utilidad a nivel de diagnóstico porque los tratamientos son de estimulación (con terapias que potencien el neurodesarrollo) y psicoterapia. Así que nadie se obsesione ni agobie, que los datos son estadísticos (¡con mucha utilidad para saber cómo el ambiente temprano afecta a nuestro cerebro, desde luego, y ayudarnos en el diseño de terapias!) 

Una evaluación neuropsicológica sí puede ser necesaria, si se observan alteraciones severas de memoria, atención, lenguaje… u otras áreas del desarrollo que han podido quedar afectadas por el estrés de la separación materna, al cual debemos sumar el estrés de la institucionalización (si la hubo) en orfanatos o casas de acogida donde pudieron sufrir abandono emocional y/o los cuidados (físicos y emocionales) no fueron de calidad. Una evaluación (junto con una intervención, si se precisa) temprana es importantísima. Por eso, una vez que el niño/a está en la familia (adoptiva o acogedora) y si existen dudas a este respecto, lo más adecuado es hacer esta evaluación. Los niños y niñas, además de psicoterapia, pueden precisar (antes o después) otro tipo de intervenciones especializadas conducentes a reparar otros daños producidos en su desarrollo por efecto del maltrato o el abandono: neuropsicología, logopedia, psicomotricidad… En España Montse Lapastora y equipo, en Madrid, además de terapia, ofrecen un buen número de terapias destinadas a este fin. En Donostia-San Sebastián Uxue Doñate, miembro del Basque Center of Cognition, Brain and Language y con consulta privada. Y en Iruña contamos con Cristina Cortés y equipo.

Porque los niños y niñas tienen que aprender con programas pedagógicos adaptados a sus posibilidades. Porque si no, si el niño/a percibe que las demandas superan su capacidad, o si hay una exigencia muy alta de trabajo y tarea, entonces sobrevendrá nuevamente el estrés. ¡Y el sistema de estos niños está ya muy afectado desde temprana edad! Eso es tóxico para todos los niños/as, pero para los que han sufrido esas adversas experiencias en la infancia temprana, es como golpear sobre heridas. Los niños/as no podrán gestionar ese estrés y a no mucho tardar el menor de edad desarrollará trastornos de ansiedad, de conducta, del estado de ánimo, se afectará el proceso de vinculación con la familia si se le presiona para lo que no puede… Sé (en el caso de que, por ejemplo, el aprendizaje escolar sea fuente de estrés) que no hay soluciones fáciles con lo que ofrece nuestro actual sistema de enseñanza, pero podemos y debemos exigir que el niño/a sea evaluado por los equipos psicopedagógicos escolares y que se le ofrezcan adaptaciones (si las necesita) del currículo. Para respetar su estilo, capacidad y ritmo de aprendizaje. Psicoeducar a los centros escolares (orientadores, profesores, tutores…) es fundamental para que puedan comprender todo esto y aplicar las medidas de atención a la diversidad que el niño/a necesite.

¿Quién puede modular y reparar poco a poco el sistema de respuesta al estrés afectado desde temprana edad? A este respecto, Lise Eliot nos dice lo siguiente: "Como con las ratas y los monos, en los humanos el apego seguro con la madre (o persona sustituta) parece ser el responsable de modular este sistema de estrés. En efecto, los niños apegados seguramente mostraban niveles más bajos en las hormonas del estrés en respuesta a acontecimientos extraños o de miedo"

¿Qué podemos hacer? Si nuestro hijo/a tiene el sistema de estrés desregulado desde muy temprana edad, ¿significa que no podemos hacer nada por recuperar a nuestro/a hijo/a? Nada de eso. Lo primero es proteger adecuadamente a los niños y sacarlos fuera de las fuentes de estrés. Para ello, los acogimientos familiares a temprana edad (bebés) y la adopción son las mejores medidas porque garantizan la continuidad de los cuidados que el menor de edad precisa (con adoptantes y acogedores competentes, claro) Lise Eliot afirma que "los estudios científicos muestran que siempre y cuando los cuidadores (padres, madres acogedores, adoptivos… y también el resto de personas significativas en la vida del niño/a) sean receptivos emocionalmente, capaces de jugar, sensitivos… el niño/a no experimentará una elevación significativa del cortisol. Pero si el cuidador es frío, distante y no vincula… ¡los niños/as pueden elevar la tasa de cortisol!" Un cuidador competente podrá incluso ser filtro estabilizador y amortiguador de las fuentes de estrés que el niño/a pueda tener en su vida cotidiana. Y además, con los niños/as más dañados en este sentido, con sistemas de respuesta al estrés hiperalterados (con respuestas de lucha/huida hiperactivadas), con pautas adecuadas que muestran empatía y límite (con autoridad calmada), se consigue darle la vuelta y regularlo. Pero no existen recetas mágicas ni soluciones a corto plazo: toda la red social debe acompañar al niño/a para ayudarle a lograrlo, durante todo su desarrollo. Con ese trabajo y esa perseverancia, se logra devolverles (todo o parte) del bienestar que se les robó de bebés o niños/as. Con el post de hoy hemos podido comprobar que la calidad de los cuidados es la clave para proteger a los niños/as y contribuir a reparar el daño.

Cerramos el post de hoy como siempre, con la picada y el recordatorio de entradas antiguas en Buenos tratos.

Mi amiga y colega psicóloga Naiara Zamora me ha facilitado una picada buenísima: me ha pasado el enlace a un blog titulado: Mamás Gallina (me encanta este título) Su autora basándose en la literatura científica, "intenta responder a las principales dudas que nos invaden durante los primeros años del bebé" En dicho blog ha publicado recientemente un artículo titulado: "Los peligros de dejar llorar al bebé", en el cual desarrolla magistralmente por qué no se debe de dejar llorar a los bebés; además, nos expone los puntos de vista de Sue Gerhardt sobre cómo el adulto responsable del cuidado del infante regula la respuesta al estrés de su organismo. No os perdáis este magnífico artículo, al tiempo que os recomiendo el blog.

El post que recuperamos hoy de los archivos de Buenos tratos no es uno sino ¡dos!: los que en su día dedicamos, precisamente, al libro “El amor maternal” de Sue Gerhardt, el cual habla sobre cómo el afecto maternal regula todo el sistema hormonal y de respuesta psicofisiológica del niño de manera temprana. Son: La importancia de la edad bebé y Los buenos tratos regulan el sistema de respuesta fisiológico y emocional del individuo desde temprana edad.


Regresamos el 15 de junio con un post que despedirá la temporada. ¡No os lo perdáis!  Porque en el mismo -además de tratar un tema, como habitualmente hacemos- os daré un adelanto de las novedades -muy jugosas- que nos esperan la próxima temporada 2015-16, la cual dará comienzo en septiembre.

Cuidaos / Zaindu.

miércoles, 13 de mayo de 2015

Abierto el plazo de matrícula en el diplomado de formación en trauma terapia infantil-sistémica de Barudy y Dantagnan en San Sebastián (curso 2015-17)


Diploma de formación en trauma terapia 

infantil-sistémica de Barudy y Dantagnan


Curso 2015-17


San Sebastián-Donostia


Organiza: IFIV Barcelona 



Organizado por el IFIV de Barcelona (Instituto de Investigación-Acción sobre la Violencia y la Promoción de la Resiliencia), tengo el gusto de anunciaros que se abre el plazo para matricularse en el diploma de formación en la trauma terapia infantil-sistémica. El programa comprende dos cursos académicos (bienio 2015-17) y se celebrará en San Sebastián-Donostia. Esta es la segunda promoción de profesionales denominada Apega 2. El plazo de matrícula está abierto desde hoy hasta el 12 de octubre de 2015.

Es una formación especializada para poder trabajar en psicoterapia -o en contextos laborales donde puedan realizarse evaluaciones e intervenciones de carácter psicoterapéutico y/o psicoeducativo- con menores de edad que han sufrido abandono, malos tratos, negligencia y diferentes tipos de violencia. Éstos suelen presentar con alta probabilidad, trastornos del apego y traumas crónicos, tempranos y complejos. La formación se apoya en los cuatro dominios de la intervención con los niños y adolescentes dañados: apego, trauma, desarrollo y resiliencia. 

En este diplomado se aprende a aplicar el modelo de intervención psicoterapéutica para la trauma terapia infantil sistémica diseñado por Jorge Barudy y Maryorie Dantagnan. Esta formación ya viene celebrándose en Barcelona desde el año 2004, denominando a cada promoción de profesionales egresados con el nombre APEGA. Siempre os he comentado que es la formación que a mí me cambió la vida a nivel profesional porque con este modelo de psicoterapia he podido y puedo comprender, evaluar e intervenir adaptándome al sufrimiento y daño que estos niños y adolescentes acarrean. 

La formación contempla tanto el aprendizaje de los conceptos y conocimientos (provenientes de la neurociencia, la psiquiatría, la psicología y la psicoterapia articulados y diseñados en un modelo -adaptado al sufrimiento infantil- propio tanto de evaluación como de intervención, que por encima de todo es respetuoso con la persona del menor de edad) como de las técnicas y metodologías de intervención psicoterapéutica necesarias para trabajar en cada uno de los tres bloques de tratamiento que se contemplan y que siguen un orden neurosecuencial. Finalmente, la formación da un lugar prominente al autoconocimiento y trabajo de la persona del terapeuta pues el niño o el adolescente desarrolla su proceso de sanación emocional en la interacción y relación con aquél. 

Participan como docentes de este diplomado: Jorge Barudy, psiquiatra y psicoterapeuta de familia; Maryorie Dantagnan, psicóloga y psicoterapeuta, del IFIV de Barcelona. Rafael Benito, psiquiatra y psicoterapeuta; Tatiana Caseda, psicóloga y psicoterapeuta y José Luis Gonzalo (servidor), psicólogo clínico y psicoterapeuta. Todos diplomados en trauma terapia infantil sistémica por el IFIV de Barcelona.

Las plazas son limitadas porque se requiere un grupo pequeño para poder trabajar individualizadamente con los alumnos/as. Se contempla la posibilidad de 3-4 plazas para personas de profesiones afines a la psicología y a la psiquiatría que tengan una trayectoria contrastada en el ámbito de trabajo que nos ocupa y tengan la posibilidad de aplicar los conocimientos y técnicas tratados en la formación. 

El calendario del diplomado en San Sebastián-Donostia es el siguiente:

23-24 octubre 2015
20-21 noviembre 2015
18-19 diciembre 2015
22-23 enero 2016
26-27 febrero 2016
11-12 marzo 2016
15-16 abril 2016
13-14 mayo 2016
10-11 junio 2016

Horario: los viernes de 15,00h a 21,00h y los sábados de 9,00h a 15,00h

Semana intensiva: 4 al 10 de julio 2016

Horario de la semana intensiva: 10,00h a 16,00h

Para información detallada sobre el programa e inscripciones, haz click aquí.

martes, 12 de mayo de 2015

"Vacaciones, una oportunidad para divertirse y crecer como personas y familia", charla-coloquio en Barcelona y desde el ordenador de casa, sábado 30 de mayo.




Charla Coloquio de mayo en Barcelona y 
en el ordenador de tu casa 





Las vacaciones de verano son un espacio de ocio y tiempo libre para disfrutar y crecer como personas y familia, haciendo otras actividades que aporten un valor añadido. Os invitamos a venir a esta charla con vuestros hijos.



En la charla coloquio de mayo vamos a reunir a diferentes profesionales que nos hablarán de sus experiencias con niños y adolescentes en un espacio lúdico y terapéutico, en diferentes ámbitos, como:

Danza creativa, con Aina de Gispert, adoptada y madre biológica que hace muchos años empezó con el mundo de la danza contemporánea y el jazz y decidió redirigir sus cursos hacia un espacio más libre, creativo y terapéutico. 

Teatro, con Rosa Galindo de Eòlia, que es mucho más que una escuela de teatro; es un proyecto vivo, un espacio donde todo el mundo puede encontrar un lugar en el que desarrollarse. 

Vela, con Toni Olivas hablaremos de una actividad que ya os hemos recomendado desde Instituto Familia y Adopción en otras ocasiones. "Acompañados por el viento" es un proyecto que nace con la intención de que los adolescentes se dejen acompañar por el viento navegando con velero.  

Y más....

Ponentes:

Toni Olives.  Educador Social y Capitán de barco con atribuciones profesionales (P.P.E.R.) 

Xavi Pérez. Educador social.

Aina de Gispert. Adoptada, madre biológica y profesora de danza.

Rosa Galindo. directora Escola Eolia ESAD (Escola Superior d’Art Dramàtic), fundada el año 2000  y asociada con las compañías de teatro Tricicle, Dagoll Dagom y desde 2012 también con Projecte Galilei.

Facilitadora:
Eva Gispert, Fundadora y Directora del Instituto Familia y Adopción, Terapeuta y Mediadora Familiar. Adoptada y madre adoptiva. 
Día y hora:
Sábado, 30 de mayo del 2015. 
HORARIO de 11:30 a 13:30 horas.
Información y reservas: aquí

lunes, 11 de mayo de 2015

Acariciar como terapia: el contacto temprano y el masaje pueden promover el crecimiento y desarrollo de los niños adoptados y acogidos

Cuando en el año 1995 Documentos TV emitió un reportaje titulado “Las habitaciones de la muerte”, pudimos conocer cómo los niños chinos (sobre todo las niñas) eran abandonados/as en las calles y llevados/as a orfanatos con escaso personal. Los/as que enfermaban eran literalmente dejados/as a su suerte en habitaciones, sin casi contacto humano. Pudimos sentir el terrible sufrimiento al que eran sometidos/as estos niños y niñas. He estado viendo el comienzo del documental (no he podido seguir, se encoge el corazón y como a muchos/as de nosotros/as, se me saltan las lágrimas), el cual, si lo deseáis, podéis visionar en Youtube (tecleando: “Las habitaciones de la muerte”) Es muy dura esta realidad, pero gracias a este reportaje de denuncia la comunidad internacional se concienció y las condiciones de los orfanatos chinos mejoraron.

En Rumania, bajo la dictadura de Ceaucescu se fomentaron planes para promover la natalidad. Como consecuencia, miles y miles de niños y niñas nacieron. Dada la crisis económica que padeció el país, los menores de edad tuvieron que ser entregados al Gobierno Rumano, el cual los relegó en orfanatos hacinados, en unas condiciones extremadamente dañinas para el desarrollo (mal alimentados, sin apenas contacto humano y estimulación) Eso es abandono: una tipología de maltrato. La pasada semana, precisamente, El Semanal publicó un artículo titulado: Orfanatos, ¿un daño irreparable?, en el cual da cuenta de las devastadoras consecuencias de la institucionalización de baja calidad (en este caso infrahumana) El reportaje no nos ha dejado indiferentes a nadie. He tratado a algunos de estos niños y niñas en mi consulta (algunos/as continúan, dadas las secuelas permanentes que este daño deja en el cerebro/mente) y os puedo decir que en algunos/as de ellos/as las consecuencias de esta temprana institucionalización -maltratante para su salud mental y desarrollo- son arrasadoras: trauma complejo, trastorno del apego, retraso severo en el desarrollo, trastorno de conducta… A pesar de todo, con trabajo, paciencia, perseverancia y tratamientos especializados, estos chicos y chicas pueden llegar a tener una vida suficientemente buena.

Como ya sabéis, el Gobierno Rumano encargó al especialista en apego (psiquiatra Zeanah y equipo) un estudio sobre los efectos de la institucionalización temprana en los niños (podéis leer en este post las conclusiones) Gracias al mismo dicho Gobierno prohibió la institucionalización temprana de los niños/as y dedica sus esfuerzos al acogimiento familiar. Nunca es tarde, pero… ¡La Organización Mundial de la Salud contaba ya con un informe de este tipo realizado por el mismísimo Bowlby en los años 60…! El estudio -anteriormente referido- que refleja el artículo de El Semanal pretende lo mismo: evidenciar las secuelas del abandono en el cerebro. ¡Pero si ya se sabe! ¿Es ético en nombre de la investigación hacer dos grupos de menores sabiendo que uno de ellos lo componen niños que se van a quedar en el orfanato, expuestos al daño, y otro grupo de menores, en cambio, va a pasar a acogimiento familiar? Personalmente, yo no podría...

Estos dos ejemplos son casos de niños/as extremadamente perturbados a nivel emocional. Todos/as padecieron graves carencias físicas y emocionales. Sobre todo las emocionales, que todavía en determinados sectores, cuesta entender que se puedan sufrir carencias emocionales. Ninguno de esos niños/as vivió el confort y el calor de ser acariciado/a y sujetado/a, contenido/a (holding) No hubo apenas contacto humano.

Afortunadamente, no todos los casos son tan severos como estos. Los niños/as pueden haber residido en instituciones de una mayor calidad, o provenir de familias de acogida adecuadas. Además, hay grados a nivel de maltrato y abandono: leve, moderado y grave. Pero, hecha esta salvedad, aunque en la institución haya habido más calidad en los cuidados prodigados al niño/a, no es lo mismo que tener y sentir a un cuidador exclusivo con el que el niño/a establece un vínculo de apego seguro; un cuidador que comprende al niño/a, sabe lo que necesita y conoce como calmarle, es experto en leer sus estados internos y responder adecuada y rápidamente a sus necesidades físicas emocionales. Hay un buen número de niños/as que, debido a esto que estamos contando, han experimentado escasos momentos de caricias y de contacto piel con piel. Algunos de ellos/as, como referimos en el post anterior, al nacer prematuros, han tenido que estar aislados en incubadoras rodeados de ventiladores, tubos y otros dispositivos, con una política de “mínimo contacto” (“minimal touch”) Y, posteriormente, son derivados a un orfanato donde ahí dependen de la calidad de los cuidados que prodiga el personal de esa institución. Muchos niños y niñas pasaron al menos los dos primeros años de su vida en una institución donde es posible que el elevado número de menores no permitiera ese contacto, ese tocar y acariciar al niño con toda la dedicación y exclusividad que necesita. Y si además el niño/a presenta antecedentes de prematuridad, este tipo de experiencias de contacto piel con piel son muy necesarias para estimular su crecimiento y desarrollo físico y psicológico.

Los padres y madres que estáis en espera en adoptar, los que acabáis de adoptar y vuestro hijo/a es aún bebé (tiene 1 año, 18, 24 meses o más), los que acogéis niños/as de urgencia o de manera temporal o permanente, y también los que tenéis niños o niñas más mayores que han podido padecer esa ausencia (o escaso) contacto humano (e incluso un contacto maquinal, o que irritaba o alteraba al niño) podéis añadir ahora esa experiencia de diarimente acariciarles y darles un masaje.

En nuestro grupo de fomento de la resiliencia con los niños y niñas adoptados/as de la Asociación Ume Alaia (institución señera en el ámbito de la adopción, con multitud de actividades, servicios y programas psicopedagógicos encaminados al logro del bienestar de las familias y de los menores adoptados/as, con quien tengo el honor de colaborar) al final de cada sesión, dedicamos el último cuarto de hora a que los menores se tumben en el suelo y mientras escuchan una música ad hoc, les acariciamos el pelo, la cabeza, la espalda, con un suave masaje. A la mayoría les encanta y si por un casual nos retrasamos, ¡nos lo piden con insistencia!: "¡Qué, hoy no hay mimos!"- Nos dicen. Casi siempre hay uno o dos niños o niñas que no desean ser tocados/as, les desagrada. Nunca lo forzamos, por supuesto. Así pues, ya veis que es una conducta tremendamente reparadora para estos niños y niñas. Los que no desean ser acariciados/as y tocados/as es posible que su vínculo de apego se defienda en torno a la evitación como consecuencia del rechazo o el maltrato tempranos sufridos. Con estos niños/as hay que ir desensibilizando el contacto poco a poco. Nunca forzar. 

Así pues, añadid una rutina de masaje en la vida de vuestros niños y niñas, incluso podéis dejaros asesorar y enseñar por un especialista en estimulación temprana (los/as fisioterapeutas son los/as profesionales fiables a consultar en este sentido) Lise Eliot (en su maravilloso libro titulado: “What´s going on in there?”, al cual acudiremos muchas veces aquí, en Buenos tratos) nos dice que el masaje infantil ha tenido mucha tradición en el Sur de Asia, donde un masaje por todo el cuerpo del niño/a forma parte importante del cuidado de éste/a. Incluso (¡y esto sí que es una buena noticia!) en los orfanatos indios (por eso no todos los orfanatos son iguales) los niños/as son tratados regularmente con masajes, y estos niños/as crecen y se desarrollan especialmente bien, teniendo en cuenta otras muchas desventajas que tienen. En los Estados Unidos, muchos estudios controlados han mostrado que los masajes mejoran la salud y el desarrollo de los bebés que tienen varios problemas médicos, incluyendo la prematuridad, la exposición a la cocaína e infecciones como el virus de inmunodeficiencia.

Con los bebés, durante una hora, podéis masajear, frotando a un bebé prematuro por todo el cuerpo –cara, hombros, espalda, pecho, brazos y piernas- parando cuando se haga una zona para que el niño/a no resulte sobreestimulado/a (si el masaje es demasiado suave, los niños reaccionan aversivamente, como si estuvieran recibiendo cosquillas y no  experimentan los mismos beneficios para la salud) A esto, a menudo le sigue una suave flexión y extensión de los cuatro miembros, proveyéndoles de estimulación propioceptiva. Desde luego que nosotros tenemos que estar en sintonía y contacto emocional con el niño/a, claro.

Los resultados son muy beneficiosos, tanto para los bebés nacidos pretérmino, los bebes nacidos a término y para todos los niños/as que padecen diversos problemas psicológicos.

Los bebés pretérmino que reciben un masaje diario ganan peso más rápido, rinden mejor en los tests de conducta neonatal, y, debido a su más rápido progreso, son capaces de abandonar el hospital antes que otros bebés pretérmino que no recibieron estimulación. Estos masajes potenciaron además, la capacidad de tocarse a sí mismos. Seis meses después, en un estudio, aquéllos bebés que habían recibido los masajes rindieron mejor en los tests de reconocimiento visual que los comparados con los que no lo recibieron.

Los bebés que nacieron a término, comparados con los que no recibieron masajes, rindieron mejor en tests donde estímulos auditivos y visuales cambiaban y uno nuevo aparecía. También obtenían mejores resultados en CI que los que no recibieron masajes, sugiriendo que el masaje temprano y regular tiene importantes beneficios cognitivos para todos los niños y niñas.

Los masajes han demostrado mejorar el curso clínico con niños con todo tipo de problemas, incluyendo las condiciones de abandono y las patologías y secuelas físicas y psicológicas que pueden acarrear, por supuesto. Se incluye además: asma, diabetes, cáncer, autismo, problemas de piel, artritis juvenil, trastornos de alimentación y otros síndromes psiquiátricos. En general los niños/as mostraron niveles más bajos de ansiedad, mejor humor, mejoraron patrones de sueño y mayores niveles de atención cuando fueron masajeados/as por sus padres diariamente. Particularmente interesante es el descubrimiento acerca de que la terapia de masaje mejora el humor y la sociabilidad de los niños/as que han sido víctimas de abuso sexual o físico. Dada la importancia que esta terapia tiene y los beneficios físicos y psicológicos que se obtienen, sería necesario que los profesionales de jardines de infancia y preescolares incorporaran el mismo a sus programas de trabajo. Evidentemente, el masaje no es la panacea (ninguna terapia lo es, hay que hacer otras muchas cosas y tareas con los niños/as, no podemos ir  buscando ese "remedio mágico" que no existe; el secreto es acompañamiento, trabajo, paciencia, perseverancia, establecer un vínculo positivo con los niños/as, enseñar, empatizar, exigir según sus posibilidades y poner límites adecuadamente, durante el tiempo que el niño y la niña necesiten hasta que puedan desempeñarse por sí mismos/as) pero la investigación científica y los libros especializados avalan su utilización.

Despedida como siempre, presentando la picada: La de hoy es interesantísima, nos viene muy bien para aprender más sobre neurociencia y, más concretamente, sobre cómo se conectan las neuronas (a buen seguro que el masaje dado a los bebés potencia la interconexión neuronal) y el proyecto que a nivel mundial se está llevando a cabo para desentrañar este complejo y apasionante desafío. Os cuelgo a continuación un vídeo que me ha pasado una colega sudamericana (que recientemente ha estado en España), que corresponde a un programa de la serie Redes emitido por TVE (Televisión Española): "El neurocientífico Sebastian Seung afronta un reto titánico: desentrañar el patrón de conexiones que hay entre los 100.000 millones de neuronas de nuestro cerebro. Es el llamado conectoma humano y en él podrían residir aspectos de nuestra mente que todavía no logramos comprender, tales como el lugar donde residen los recuerdos. En este capítulo de Redes, Seung explica a Eduard Punset los detalles de su investigación y cómo su trabajo puede contribuir a entender mejor el cerebro y a combatir ciertas enfermedades mentales. Y en la Mirada de Elsa, veremos cómo podemos aprovechar la enorme capacidad plástica de nuestro cerebro para cambiar nuestros comportamientos más rígidos y rutinarios"



El post que rescato de los archivos de Buenos tratos entronca perfectamente con el tema que hoy hemos tratado: Cómo potenciar el apego seguro en los niños: parte I, parte II y parte III y última.


Cuidaos / Zaindu