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lunes, 7 de abril de 2025

“Para mí lo más importante es saber estar y acompañar en el dolor a la persona”, Fundación Xilema entrevista a José Luis Gonzalo


Entrevista a Jose Luis Gonzalo Marrodán con motivo de 

la celebración de las jornadas "Trauma y reparación"

Fundación Xilema, Iruña, 21 y 22 de febrero de 2025


Resumen del post de hoy


En este especial jornadas” hablamos con uno de los ponentes que pudimos escuchar en esta sexta edición. Se trata de José Luis Gonzalo, psicólogo y psicoterapeuta, que muchas personas de Xilema ya conocían pues ofreció una formación interna para los recursos de menores de nuestra entidad.

José Luis expuso los “Vínculos resilientes en la reparación del trauma” y precisamente sobre vínculos, trauma y reparación charlamos con él.

Hablas de la importancia de los vínculos en el proceso de recuperación de las experiencias traumáticas. Si tuviéramos que dar un consejo a educadores/as, padres y madres de niños y niñas que han pasado por experiencias traumáticas, qué aspectos te parecen esenciales de cara a esa recuperación?

El principal factor de recuperación es la calidad de la relación que establezcamos con el niño o niña. No sólo centrarnos en las normas y en las consecuencias de sus actos, sino ser capaces de mostrar sensibilidad, despertar confianza y seguridad, respetándoles, promover diálogos mentalizadores (activar la capacidad de reflexión), volver a empezar con ellos siempre y no abandonarlos y hacerlos sentir que no los queremos o rechazamos. La aceptación incondicional (independientemente de su raza, sexo, conducta, temperamento, religión...) es el factor que se ha comprobado en las investigaciones que favorece un proceso resiliente a largo plazo. Los adolescentes necesitan sentir que sus esfuerzos son valorados y su persona siempre considerada. La relación de confianza y de seguridad nunca debe de romperse y ha de preservarse siempre. Esto junto con proveer al adolescente de recursos externos e internos. “Dame un punto de apoyo y moveré MI mundo”, dicen Gema Puig y José Luis Rubio, psicólogos.

Los autores, reputados expertos en resiliencia, han reunido en este libro las herramientas que cualquier Tutor de resiliencia necesita para acompañar a sus pacientes en el proceso resiliente. El libro consta de dos partes: En primer lugar, arranca con un relato ameno y en estilo novelado donde se muestran ejemplos, reflexiones y vivencias de los tutores de resiliencia que pueden ayudar a otros tutores a entender a sus pacientes y afrontar mejor las realidades que se encuentran. En la segunda parte del libro los autores exponen los conocimientos teóricos necesarios para desempeñar este oficio

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¿Y a las personas que han padecido estas experiencias traumáticas?

Si tuviera que dar un consejo a personas que han pasado por experiencias traumáticas les diría lo primero que merecen todo nuestro reconocimiento y nuestra empatía por la injusticia sufrida. Me parece que lo más importante es evitar la soledad y el aislamiento, porque las heridas de los traumas difícilmente se sanan en soledad. Que encuentren a una persona en la que puedan confiar y se puedan apoyar. También les aconsejaría que si hacen terapia elijan a psicólogos que estén especializados en este tema y que tengan un formato de terapia donde la relación terapéutica sea lo fundamental. Lo mismo que el trauma se genera en un contexto relacional, se repara también en un contexto de personas buenas y solidarias. También les animaría a cultivar la bondad amorosa hacia ellos mismos: todo lo que ahora manifiestan son recursos que tuvieron que utilizar para resistir y sobrevivir. Un cambio de mirada hacia uno mismo es fundamental.

Foto: Yogi Tea


Como profesionales, ¿cómo nos acercamos a una persona que ha padecido experiencias dolorosas? ¿Qué consejos nos darías?

Para mí lo más importante es saber estar y acompañar en el dolor a la persona. En general nos orientamos mucho hacia la solución de problemas, olvidándonos que la mayoría de las veces las personas no necesitan que les digamos lo que tienen que hacer, sino que las escuchemos con receptividad empática y estemos con ellos a su lado, ayudándoles, estando presentes, a atravesar el dolor emocional y las situaciones adversas de la vida.

¿Qué tal la experiencia en estas VI Jornadas de Protección a la Infancia y Adolescencia? ¿Qué te parecieron las jornadas?

Me han parecido una maravilla, una variedad de temas y un nivel muy alto en los profesionales que han participado. Unas jornadas con rigor científico, pero a la vez experienciales y sentidas. Felicito a todo el fenomenal equipo de Xilema por estas jornadas.


Xilemanario Especial VI Jornadas

https://mailchi.mp/57030686a52d/xilemanariojornadas2025

Enlace a la entrevista

https://www.xilema.org/xilemanario/202503_entrevistajoseluisgonzalo.pdf

 

lunes, 3 de marzo de 2025

Entrevista a Carlos Pitillas, Doctor en psicología, sobre su nuevo libro "Caminar sobre las huellas. Vínculos, trauma y desarrollo humano"



Entrevista a Carlos Pitillas, Doctor en psicología.
Con motivo de la publicación de su nuevo libro
"Caminar sobre las huellas. 
Vínculos, trauma y desarrollo humano"

Vídeo de Carlos Pitillas presentando su libro
en exclusiva para todos/as los y las seguidores/as
de Buenos tratos


Carlos Pitillas Salvá es Doctor en Psicología por la Universidad Pontificia Comillas, donde imparte clases de Psicoanálisis, Clínica Psicodinámica de la Infancia y Adolescencia o Intervención con Familias en Riesgo de Exclusión, entre otras. Coordina el proyecto Primera Alianza: mejorando los vínculos tempranos, a través del cual ha intervenido con familias en ámbitos de exclusión, ha formado y supervisado a profesionales de la protección del menor y ha desarrollado investigación sobre innovación en el trabajo con familias. Se ha especializado en la detección, prevención y tratamiento del trauma interpersonal temprano. Recientemente, ha comenzado a trabajar sobre cuestiones de crianza e intervención centrada en el vínculo en contextos no occidentales. Es co-autor de Primera Alianza: fortalecer y reparar los vínculos tempranos. Contacto:  cpitillas@comillas.edu



Presentación

En Buenos tratos sólo nos hacemos eco de los libros de calidad, como este que tengo el honor de presentaros hoy de mi colega y profesor de la Universidad de Comillas, Carlos Pitillas. 

Carlos, muchas gracias por atender, una vez más, la llamada de Buenos tratos, es un placer tenerte de nuevo entre nosotros. Me gustaría recordar tu participación en el blog, con un artículo titulado: "Primera alianza: fortalecer y reparar los vínculos tempranos". También fuiste ponente en San Sebastián, en las VI Conversaciones sobre Apego y Resiliencia, en el año 2022, con una conferencia en torno a la transmisión intergeneracional del trauma. Con esto has demostrado tu compromiso con este blog. Ahora amablemente te acercas por aquí porque has publicado un nuevo libro, del cual nos hacemos eco, titulado “Caminar sobre las huellas. Vínculos, trauma y desarrollo humano”. Te ha llevado años de trabajo. 

José Luis: ¿Por qué este libro, Carlos? ¿Cuál es la motivación que te ha animado a escribirlo?

Carlos: Gracias por tenerme de nuevo en este espacio que admiro tanto y tanto ayuda. Es un placer y, también, un apoyo que valoro mucho para este libro. Caminar sobre las huellas es un ensayo que viene gestándose desde que me dedico a hablar, en contextos diversos, sobre el efecto de las experiencias vinculares tempranas en el desarrollo social y emocional de las personas y, particularmente, sobre los modos en que el trauma afecta a estas trayectorias. En ese sentido, el libro emerge de todas las ocasiones en que he tenido que estudiar y organizar el conocimiento que existe sobre este tema, y hacerlo accesible para otros. Es, en definitiva, mi “modelo” acerca de cómo se construye la mente socio-afectiva partiendo de los vínculos tempranos. El modelo se ha elaborado a través de los años, en diálogo tanto con la literatura científica y con las personas a las que he tenido la suerte de dar clase, tratar o supervisar, y bebe de la teoría del apego, la teoría del trauma, y la teoría psicoanalítica contemporánea. 

La motivación por la que preguntas está muy cerca de lo que acabo de explicar. Se trataba de plasmar y compartir (en la versión más ordenada de la que soy capaz) algo que llevaba leyendo, estudiando y contando a otros durante una parte importante de mi carrera. Esta motivación era casi una necesidad, si se quiere. Y que el libro exista ahora y esté publicado es una alegría y tiene algo de liberación (¡llevaba mucho tiempo dentro de mi cabeza!), aunque esto también se acompaña, claro, de cierto vértigo.

Portada del nuevo libro de Carlos Pitillas.

Para adquirir el libro, haz click AQUÍ


José Luis: ¿Puedes contarnos cuál es el plan del libro?

Carlos: "Caminar sobre las huellas" comienza con una introducción donde se establece una de sus premisas básicas (si no la más importante): nuestro funcionamiento actual en las relaciones (nuestra identidad, la forma que tenemos de sentirnos y comportarnos en el seno de los vínculos importantes) es el resultado de nuestras trayectorias de desarrollo, las cuales comienzan con la primera puerta al mundo social que son esos vínculos que establecemos en la de niñez y la adolescencia, en el seno de la familia (aunque no solo). Y esta premisa es la que da sentido al título, que hace referencia al hecho de que nuestros patrones relacionales adultos son, hasta cierto punto, una repetición de aspectos de nuestras relaciones tempranas (interacciones que se hicieron habituales, afectos nucleares, estrategias de “supervivencia” que tuvimos que desarrollar, etc.). 

Aunque rara vez nos damos cuenta, caminamos sobre nuestras propias huellas. Repetimos, revivimos y, en los casos más graves (cuando venimos de un mal sitio), podemos llegar a reproducir formas de dolor muy destructivas, en nosotros mismos o en los demás. La persona que repetidamente se expone a situaciones de maltrato; quien cae una y otra vez en experiencias de invisibilidad social o aislamiento; el que con frecuencia gestiona su fragilidad asustando o dañando a otros; quien se aleja de las buenas oportunidades que la vida le pone por delante (una relación amable, la oportunidad de ser visto o cuidado, etc.); entre otros, están, en muchos casos, siendo víctimas de procesos emocionales y cognitivos que se instalaron tempranamente y que sesgan el comportamiento, adulto de formas que son (auto)destructivas y perpetúan el trauma. 

El plan del libro comienza, por lo tanto, estableciendo y fundamentando esta premisa, para continuar “desempaquetando” el conjunto de procesos que sostienen esta relación pasado-presente. 

Dichos procesos (en orden de aparición), incluyen:

Los esquemas cognitivo-afectivos que adquirimos de pequeños y que nos sirven para poner orden y navegar la experiencia social. Esquemas de seguridad (p.ej., sentirse querido, en contacto con alguien que quiere; sentirse seguro en contacto con un cuidador disponible), esquemas de inseguridad (p.ej., sentirse incapaz de retener a un cuidador esquivo o intermitente), o esquemas traumáticos (p.ej., verse como alguien pequeño en contacto con otros que son destructivos y de los que se depende).

Los antecedentes intergeneracionales de la seguridad y del maltrato, es decir, los mecanismos invisibles que hacen que los padres puedan dar seguridad a sus hijos o, por el contrario, exponerlos a un peligro que –de formas a veces sutiles– reproducen el peligro que ellos mismos vivieron. Los miedos de los padres, sus tendencias defensivas, su capacidad de ajustarse al temperamento del niño, o su capacidad de ver al niño como una persona separada y por derecho propio, son abordados como partes fundamentales del “juego” relacional que marca la diferencia entre vínculos tempranos seguros o inseguros/traumáticos. 

Las adaptaciones que hacen algunos niños a las condiciones inseguras en las que crecen. Estas adaptaciones han sido particularmente bien estudiadas a la luz de los estilos de apego, las defensas de apego o las estrategias de reorganización del apego en niños que sufren mucha confusión y miedo (porque tienen padres muy confusos o muy asustados ellos mismos). 

El libro se sumerge, entonces, en la “arquitectura” de la mente traumatizada y sus conflictos. Aquí exploramos la fragmentación interna de los niños que han crecido con padres impredecibles o amenazantes, la agresividad –muy difícil de manejar– que acumulan estos individuos, sus fantasías negativas acerca de los demás, o la necesidad de esconder ciertas necesidades o emociones como vía de supervivencia, entre otras. En definitiva: cómo una historia de peligro estimula la tendencia a defenderse.

Y las defensas siempre tienen su límite funcional, es decir, tarde o temprano, dejan de servirnos. El libro finaliza dedicando algunas secciones al efecto “irónico” de las defensas postraumáticas más rígidas. Estas, al tratar de salvarnos de un peligro, lo que hacen es exponernos con más fuerza a otros peligros que no somos capaces de predecir.

El libro finaliza con dos casos narrados con relativo detalle y analizados bajo el prisma de todos los contenidos que se estudian en las secciones previas. 

José Luis: “Algunos sesgos y patrones en nuestra forma de actuar y sentir parecen acompañarnos desde nuestros primeros años…” afirmas en la presentación. Esto es cierto para todas las personas, pero es especialmente importante para quienes han sufrido traumas tempranos y complejos. Me vienen a la mente los niños acogidos y adoptados, cuyas familias siguen este blog, cuyos patrones -por ejemplo, el temor al abandono- les influyen poderosamente a lo largo de la vida. Poder comprender esto es importante para que la crianza y la terapia sean reparadoras para estos niños, y que las familias reciban el apoyo que necesitan…

Carlos: Absolutamente. Cada vez me convenzo más de que el mejor modo de cuidar a alguien y alcanzar una verdadera reciprocidad en una relación (con los hijos, con las parejas, con los pacientes) es a través de un reconocimiento de la vulnerabilidad propia. Este reconocimiento, si se hace bajo condiciones de seguridad y uno es hasta cierto punto capaz de apropiarse de ello, nos permite establecer relaciones más profundas, y más complejas (en el buen sentido). Si están en contacto con su vulnerabilidad, los padres acogedores y adoptantes, los profesionales de la relación de ayuda, los tutores de resiliencia y educadores, los padres biológicos, etc., son más sensibles, más conscientes de sus límites, más capaces de pedir ayuda a tiempo, más capaces de recuperar su mentalización cuando la pierden, y más justos. Esta vulnerabilidad, con frecuencia, es histórica: la traemos de un tiempo anterior y de una relación pasada. Así que aquí hay un trabajo narrativo (mirar hacia atrás y contarse uno su propia historia) que, por cierto, casi siempre es imposible de hacer fuera de una relación mínimamente segura. 

José Luis: ¿Consideras que es un libro para profesionales o también pueden beneficiarse de su lectura las familias y el público en general?

Carlos: Es un libro técnico, pero he hecho un esfuerzo grande por conseguir que la exposición de los principios sea accesible para cualquiera. He intentado que los conceptos complejos tengan relevancia y sentido para personas diversas y no necesariamente formadas. En este caso, además, me he permitido incorporar al texto muchos ejemplos de la cultura: extractos de novelas, referencias a películas, anécdotas de la historia de la cultura (hay una referencia a Elvis Presley a la que tengo especial cariño), incluso cito trozos del monólogo de un cómico estadounidense. No puedo estar seguro de que estas estrategias hayan hecho que el libro sea accesible y claro. Pero, si me he acercado algo a este objetivo, pienso que el libro podría servir a personas ajenas a la profesión. Supongo que el tiempo (y el feedback) dirán. 

José Luis: Si pudieras hacer una síntesis de lo fundamental del libro, dirías…

Que es un ensayo escrito con un intento de precisión y, al mismo tiempo, mucha pasión por este problema científico y humano que es la pregunta acerca de cómo nos construimos, y por qué a veces es tan difícil, para las personas que han tenido peor suerte, dejar de sufrir. 

José Luis: ¿Quieres decirnos algo más sobre el libro?

Carlos: Que me siento afortunado de haberlo escrito y agradecido de todos los interlocutores (alumnos, pacientes, colegas, etc.) que, a lo largo de los años, han motivado su existencia.

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Buenos tratos regresará con un nuevo post 
el día 24 de marzo de 2025, como siempre, a las 9:30h de España

lunes, 9 de septiembre de 2024

Mano a mano entre Rafael Benito, psiquiatra, y Jose Luis Gonzalo, psicólogo para hablar de neurobiología relacional en la infancia y adolescencia ¡Bienvenidos a la 17ª temporada del blog Buenos tratos!

Neurobiología relacional en la infancia y la adolescencia

Conversación entre Rafael Benito y Jose Luis Gonzalo

Jose Luis Gonzalo, psicólogo y Rafael Benito, psiquiatra


Presentación

Hace unas semanas Rafael Benito y yo nos reunimos para conversar sobre los aspectos más relevantes en relación a los adolescentes, el apego, el neurodesarrollo y los malos tratos tempranos, y cómo aunar visiones desde la neurobiología y la psicoterapia, huyendo de planteamientos cartesianos que dividen cerebro-cuerpo y mente. Desde ambos lados (como la anchura y la largura de una superficie, ambas son necesarias para calcular esta), nos proponemos explicar y desengranar algunos de los elementos más importantes, de acuerdo con la ciencia del cerebro, que conducen a un buen desarrollo infantil. También hablaremos de lo que ocurre en el cerebro cuando una persona sufre malos tratos, qué es lo que favorece su reparación.

Fruto de nuestra conversación, que fue grabada en vídeo (la grabación ofrece más contenidos que el texto y la ofreceremos pronto en este blog), elaboramos este documento-resumen que he ordenado para publicarlo aquí en formato conversación. Me parece que es el mejor modo de comenzar esta 17ª temporada de nuestro querido blog Buenos tratos: proponer una visión de las relaciones interpersonales desde la neurobiología y repasar qué aspectos favorecen el bienestar de nuestros niños y adolescentes, especialmente de los que han sufrido adversidad temprana.

Por utilizar una metáfora que nos ayude a comprender cómo podemos aunar visiones que se complementan, me vino a la mente la labor de dos genios como Eduardo Chillida (escultor) y Cristobal Balenciaga (modisto). Ellos, desde dos ámbitos artísticos diferentes, consiguen interpretarse el uno al otro para llegar a producir lo mismo: belleza y armonía a través materiales y expresiones distintas que dialogan. Psicología y psiquiatría llegan también por dos vías diferentes a dialogar para estudiar y tratar lo mismo: el cerebro/mente. Chillida y Balenciaga, mediante materiales y configuraciones en principio antagónicas (los vestidos y las esculturas) encuentran nexos y confluencias. Sin que tengamos la genialidad de estos grandes, ni mucho menos, intentaremos transmitiros esta idea del diálogo y la complementariedad entre psiquiatría y psicología. 

Espero que os aporte en vuestro caminar personal y profesional.

Balenciaga y Chillida, expresiones artísticas distintas, 
pero llegan a conceptos que confluyen y están unidos.

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Neurobiología relacional en la infancia y la adolescencia
Mano a mano entre Rafael Benito, psiquiatra y 
Jose Luis Gonzalo, psicólogo


Rafael Benito: La cría de la especie humana nace con un sistema nervioso sin hacer, con un desarrollo prolongado que se extiende hasta la treintena.

La naturaleza dispuso que el moldeado de las redes neurales que componen este sistema se produzca a lo largo del neurodesarrollo utilizando la plantilla proporcionada por el cerebro ya hecho de los adultos que interaccionan con el niño y el adolescente a través de una relación interpersonal suficientemente estrecha y duradera denominada relación de apego.

Y para moldear cerebros integrados, las figuras de apego deben proporcionar interacciones sintonizadas con los estados emocionales del niño y el adolescente, capaces de oscilar en función de las variaciones del afecto infantil, y suficientemente coherentes para evitar el caos que supondrían respuestas impredecibles para el niño. 

Jose Luís: En la línea de lo que comentas, Rafa, antes de ayudar a un adulto a sintonizar con un niño o joven, es importante que aprenda primero a sintonizar con sus propios estados emocionales. ¿Puede recordar alguna persona que en su vida validara sus emociones o mundo interno? Alguien que le dijera: "siento lo que te ha ocurrido, comprendo que te sientas así, tiene que ser duro, imagino que te sentirás triste…" "Al recordar esto, ¿qué sientes?" "¿Qué notas en tu cuerpo?" ... "Nótalo, acógelo y valídalo". Está bien lo que sentimos. Ahora quizá, después de sintonizar con nosotros, estamos  más preparados para sintonizar con el niño o joven. "¿Qué sentiste en esa situación?" Si sabe expresarlo, le decimos que entendemos que se sintiera así y validamos esa emoción. Si no lo sabe, podemos tratar de aventurar a modo de hipótesis cómo pudo sentirse. Por ejemplo: "Cuando alguien no te invita a una fiesta, uno se puede sentir rechazado. ¿Puede ser?" Si el chico o joven da muestras de que sí puede ser eso, le decimos que sentimos que se sintiera así pero que es normal que lo sienta y positivo que lo pueda expresar. Nosotros lo comprendemos y estamos a su lado. Hay que tratar de estar presentes corazón con corazón, que el niño sienta que escuchamos su yo autobiográfico. 

Rafael: ¡Muy bueno, Jose Luís!. Seguimos aportando conceptos científicamente importantes. Sabemos desde la neurobiología que la evolución de las redes neurales desde la máxima flexibilidad a la máxima eficiencia, a través de procesos de proliferación y poda, hace que las relaciones interpersonales que tienen lugar durante el desarrollo sean decisivas en la conformación del sistema nervioso, y determinen en gran medida como será su funcionalidad en el adulto. El cerebro no va a perder nunca la capacidad para moldearse con arreglo a nuevas experiencias; pero esta facultad nunca va a estar tan desarrollada como en las fases de proliferación y poda. 

El desarrollo cerebral en el ser humano es prolongado y se extiende desde la sexta semana tras la concepción hasta los 25 o 30 años. A lo largo de esas tres décadas hay dos fases fundamentales de proliferación y poda: la primera se produce durante la infancia y la segunda durante la adolescencia.

Cerebros moldeando otros cerebros. Cómo las relaciones interpersonales guían la evolución del cerebro infantil y adolescente desde el nacimiento. Nuevo libro de Rafael Benito. Para adquirirlo haz click aquí:

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Durante los primeros tres años el sistema nervioso es especialmente sensible a interacciones presididas por el maltrato o el abandono. Desgraciadamente, también es el periodo de tiempo en el que resulta más difícil detectar ese daño y acabar con él.

Jose Luís: Es impresionante lo que cuentas, Rafa. Pienso en un ejercicio que puede ayudar a tomar conciencia de la importancia de las relaciones interpersonales de las que hablas en la formación del sistema nervioso. A ver qué te parece. 

Le podemos pedir a un adulto que, tras un rato respirando, entre en un estado de calma atenta. La confianza que ese adulto tiene en la persona que le acompaña en el ejercicio es importante. Sería bueno hacerlo con un psicoterapeuta (u adulto) en el que se confía. Le indicamos que acceda a un recuerdo de la adolescencia asociado a una emoción difícil de regular, como el rechazo, la rabia o la vergüenza. Tratamos de que no sea un recuerdo de una intensidad emocional muy alta (No más de 3 ó 4 sobre 10) Le pedimos que nos diga qué imagen le viene a la mente, qué sensación corporal y qué pensamientos. Que sea capaz de traer al presente todos los componentes de la experiencia, que conecte sentidamente con el recuerdo (...) Le decimos que piense en lo que hubiera necesitado en ese momento por parte de un adulto. Le pedimos que, si es demasiado intenso, pare cuando quiera y se dé cuenta de que está en el presente con nosotros. Fundamental que sienta que no pierde la conexión emocional con nosotros en ningún momento. Le decimos si nota nuestra presencia reguladora. Y le pedimos que vaya expresando lo que le venga a la mente. Después, le ayudamos a comprender desde el yo adulto lo que se quedó sin poder elaborar. Este ejercicio suele servir para que los adultos se den cuenta de lo duro que es experimentar experiencias de este tipo a esta edad, y eso que no elegimos recuerdos de intensidad muy elevada. Permite tener más empatía, paciencia y comprensión hacia los chicos que han sufrido maltrato. 

Rafael: ¡Me ha encantado este moldeamiento neuronal a través de este ejercicio, Jose Luís! Seguimos. Consideramos la adolescencia como un regalo de la naturaleza; una época en la que se renueva el bosque neuronal y podemos reparar de un modo profundo y eficaz las heridas del maltrato durante la primera infancia.

Durante la pubertad se produce una nueva fase de proliferación a la que seguirá, a lo largo de toda la adolescencia, una fase de poda que finalizará hacia los 25 años con la culminación del desarrollo del córtex prefrontal. Todavía quedará, a lo largo de la treintena, completar el desarrollo de las conexiones interhemisféricas que perfeccionarán la capacidad cerebral para convertir en narrativa las vivencias corporales.

Jose Luís: ¡Excelente exposición! Ahora que mencionas las narrativas, me viene a la mente la técnica de la caja de arena (tú y yo colaboramos en la escritura de un libro titulado: "La armonía relacional. Aplicaciones de la caja de arena a la traumaterapia"). La creación de una escena usando miniaturas en una caja de arena, símbolos visuales, permite en un primer momento conectar con las vivencias corporales. Habrá símbolos que produzcan sensaciones placenteras y otros que generen sensaciones más intensas, como miedo, rabia, asco… Todavía la persona no sabe por qué. En ese momento, aún no accedemos a la narrativa. Le pedimos a la persona que observe lo que note en su cuerpo como sensación física mientras respira suavemente, tratando de observarlo. Poco a poco, notará que las sensaciones corporales se hacen más reguladas, o se transforman y varían. Ahora es cuando le podemos pedir al constructor de la caja que narre, o mediante preguntas le pedimos que vaya contando lo que cree que representan o significan, y podrá ligar una narrativa más coherente, consiguiendo convertir las sensaciones en narración. 

Rafael: Preciosa manera de llevar la neurobiología de las narrativas a una técnica que lo representa muy bien. Realmente, el neurodesarrollo durante la adolescencia es una especie de reinicio. Las áreas del sistema límbico proliferan en un crecimiento acelerado que rompe provisionalmente la integración, haciendo que predominen y abran al adolescente a nuevas experiencias en una búsqueda constante de nuevas respuestas. Por el contrario, la corteza prefrontal enlentece su desarrollo dificultando la regulación emocional y el control de los impulsos.

Como se puede ver, es un periodo lleno de oportunidades, pero también de riesgos; un periodo en el que vuelve a resultar necesario contar con el cerebro ya maduro de las figuras de apego para proporcionar recursos de que les ayuden a conectar adecuadamente las áreas límbicas con las zonas frontales que deben regularlas. Al mismo tiempo, las conexiones interhemisféricas del adolescente organizarán narrativas congruentes con las experiencias vividas.

"En la adolescencia hay que contar con el cerebro maduro
de las figuras de apego"
(Rafael Benito)


Jose Luís: Por eso, Rafael, de acuerdo con lo que dices, pienso que para que los niños y los jóvenes puedan contar con el cerebro maduro de las figuras de apego es importante que estas hayan desarrollado la capacidad de mentalizar. Para poder mentalizar hay que reconocer el mundo interno de los chicos. Partir de la idea de que debo darle herramientas que le permitan usar mis competencias como figura de apego para guiar sus actuaciones. Lo primero, escuchar sin juzgar. Por supuesto, validar y tratar de no criticar, los adultos en seguida moralizamos. Lo segundo, conversar y mediante preguntas (sabias por nuestra parte), ayudarles a comprender lo que les pasa a ellos y a los demás por dentro. Las preguntas no deben ser algo policial sino formuladas en términos de apertura, curiosidad y saber más. Preguntas que ayudan a los chicos a conversar y a aprender. En un momento dado, podemos orientar y mediante nuevas preguntas animarles a que vean más puntos de vista. Algunas preguntas útiles pueden ser (ya las ofrecimos en otro post):

¿Qué ocurrió?

¿Qué te lleva a afirmar eso?

¿Qué efecto tuvo en ti?

Hablando de uno mismo:

Cuál era tu estado emocional antes

En qué estado emocional te encontrabas…

¿Qué piensas de lo ocurrido?

Tal vez sientas…

Me pregunto si…

Pareces pensar que te voy a abandonar, no estoy seguro de que te lleva a pensar tal cosa...

Ayúdame a verlo de ese modo

Hablando de los otros:

¿Qué le llevó a actuar así?

¿Qué ocurría con la sensación de que él o ella…?

Creo que me he equivocado. Lo que no puedo entender es como he podido llegar a decir eso. ¿Puedes ayudarme a volver a lo que sucedió antes de equivocarme?

¿He pasado por alto algo obvio?

Ahora lo que me intriga es que tú y yo estamos teniendo una perspectiva diferente (marcar una perspectiva alternativa)...

Quiero sacar un tema que no quiero que tomes como que te juzgo, pero me parece importante porque me preocupa y tenemos que hablarlo…

Aprecio lo que dices, pero ese es el efecto que me produce lo que haces o dices… O lo que hace o dice otro.

¿Qué te parece, Rafa?

Rafael: ¡Muy bien! Seguimos con más cuestiones importantes. Vamos a hablar ahora de un tema muy sensible para nuestras familias, pero necesario para poder comprender y ayudar eficazmente: los malos tratos.

Cuando un niño ha sufrido maltrato o abandono en la infancia, llega a la adolescencia en las peores condiciones para afrontar los cambios del neurodesarrollo propios de esta etapa. Los problemas de integración vertical originados por el maltrato hacen que se acuse más la inestabilidad generada por el crecimiento acelerado de las áreas límbicas y la incompetencia transitoria del córtex prefrontal.

La necesidad de figuras de apego con sistemas nerviosos bien integrados es máxima en esta situación. Presencia e influencia serían las palabras clave en las necesidades de apego adolescente. Como dice Daniel Siegel en su libro "La mente en desarrollo", los adultos deben convertirse para los adolescentes en la “pista de despegue” que les ayude a volar, y en el “puerto seguro” al que siempre pueden regresar para encontrar apoyo y contención.

Jose Luís: ¡Aquí neurociencia y apego se dan la mano de una manera fascinante, Rafa!. Es muy importante -según lo que acabas de contarnos- decirles (ponerlo en palabras) a los niños que se les ama siempre y, sobre todo, que se les valora, que los comentarios, críticas o valoraciones cotidianas es sobre lo que hacen o dicen, no sobre lo que son (aceptación fundamental), que en ningún momento sientan que nos avergonzamos de ellos o que les devaluamos. ¡La persona y la relación por encima de todo! No necesitan ser competentes en todo lo que hagan para ser amados y considerados por nosotros. 

También es fundamental que sientan que estamos siempre disponibles para ayudarlos, que desarrollen esa expectativa. Primero, estamos presentes (presencia segura) cuando se sientan agobiados, frustrados, tristes, enfadados..., ante cualquier vivencia… Y, después, tratamos de ayudarlos con sus problemas: "¿Qué puedes hacer?" "¿Cómo puedes manejarlo?" "¿Qué opciones tienes?" "¿Cómo te puedo ayudar yo? Cuando son más pequeñitos, los tenemos que acompañar, cuando van creciendo, les guiamos, pero ellos mismos van afrontando las situaciones y les enseñamos a afrontar los problemas. "¿Cuál es el problema?" "¿Posibles soluciones?" "¿Consecuencias al ponerlas en práctica?" "¿Para mí?" "¿Para los otros?" Todo lo que sea potenciar su capacidad reflexiva es muy importante. Hay veces que las cosas no saldrán bien y los reconfortamos. El dolor forma parte de la vida, pero estamos ahí para escuchar, calmar, abrazar, ayudar a narrar… El asunto no es tanto que nos pasen cosas difíciles, adversas… sino no contar con nadie. Que sepan claramente: "Si me necesitas, estoy". Eso da muchísima seguridad. 

Rafael: En conclusión, la adolescencia de los chicos y chicas víctimas de maltrato en la infancia exige todavía más de sus figuras de apego; por lo que es vital que éstas sean suficientemente capaces de regular sus emociones, conozcan bien las fortalezas y debilidades de sus propios sistemas nerviosos y cuenten, si es necesario, con presencias auxiliares (educadores, terapeutas, médicos) que generen una red de cerebros moldeadores. ¿Qué te parece?

Jose Luis: Cien por cien de acuerdo. Llegamos al fin de nuestra conversación. Ha sido un placer, como siempre, departir y encontrar lugares comunes contigo, amigo y colega.

Rafael: Lo mismo digo, amigo y colega Jose Luís, un auténtico gusto poder encontrarnos y buscar nexos y confluencias que logren aportar luz a las familias en el acompañamiento de sus hijos durante la crianza. 

lunes, 27 de mayo de 2024

Qué le piden los niños y las niñas a los profesionales que conforman su contexto de vida.

Como sabéis, acabamos de celebrar con gran éxito las VI Conversaciones sobre apego y resiliencia en San Sebastián, Gipuzkoa (España). Este congreso ha estado dedicado a enfatizar la enorme importancia que tiene el contexto de vida que rodea a los niños y a las niñas. Y dentro de este, el papel tan relevante que juegan los profesionales que trabajan con el niño/a: los maestros, los psiquiatras, los trabajadores sociales, los técnicos de infancia...

En las VI Conversaciones escenificamos un acto de inauguración donde simbólicamente representamos lo que los niños y niñas le piden a los profesionales de este contexto. Me dijeron que era de gran valor y que merecía la pena darlo a conocer entre quienes no habéis podido asistir a las Conversaciones. 

Así que hoy os comparto el guión del acto de inauguración de este congreso con los textos que contienen los mensajes que los chicos y las chicas nos lanzan. En nuestra labor psicoterapéutica, no debemos de olvidar nunca que todo niño y niña interactúa y se relaciona en un contexto determinado. Obviar y no tener en cuenta este es un error que no nos podemos permitir cometer, sobre todo cuando somos conscientes de la enorme repercusión que dicho contexto tiene en el desarrollo y salud de la persona menor de edad. Como profesionales de la psicoterapia y de la salud mental, nuestra tarea es también la de contribuir a generar contextos terapéuticos y protectores para nuestros niños y niñas.

Representantes simbólicos del contexto de vida del niño/a
en el acto de inauguración de las VI Conversaciones

Mientras se proyecta el vídeo TXALAPARTA, las personas que representan el papel de profesionales integrantes del contexto del niño/a entran uno a uno en el escenario y se colocan mirando al público. Una madre y sus hijos/as caminan desde el fondo de la sala, se acercan al escenario y entregan a cada adulto (uno a uno) que representa a un profesional, un sobre grande que contiene una hoja donde está escrito un requerimiento. Cuando acaban, la madre y los niños/as se quedan al lado de los profesionales y de José Luis. 

Vídeo del Acto de inauguración de las VI Conversaciones


La txalaparta, instrumento ancestral del País Vasco 
simbolizó la llamada del CONTEXTO

José Luis lee este texto:

La txalaparta es un instrumento de percusión tradicional del País Vasco, Navarra y el País Vasco Francés. Su origen se remonta al Paleolítico. Su utilización estaba íntimamente ligada a las labores de fabricación de la sidra. Tras triturar la manzana, se celebraba una cena y la fiesta se podía prolongar hasta altas horas de la madrugada. 

Una vez terminada la cena, al oír el instrumento, la gente de los alrededores se iba animando y se acercaba al lugar. Su uso siempre ha estado vinculado con el medio rural y con este modo de vida. También se utilizaba en bodas, bien el mismo día o días antes del festejo. 

Como hemos visto y oído, la txalaparta es un instrumento de percusión que permite crear juegos rítmicos con improvisación. 

Podemos considerar a la txalaparta como un instrumento de CONTEXTO, porque es una llamada a toda la comunidad que vive alrededor para sumarse a una fiesta. En este caso nos sumamos a estar cerca y alrededor del niño o niña. 

La txalaparta es la llamada que los niños y niñas hacen al CONTEXTO de vida que les rodea, para que sean VISTOS. El contexto es fundamental para que se desarrollen sanamente. Nos interpela a todos sobre las necesidades de los niños/as a este nivel, no podemos hacer ninguna intervención terapéutica ignorando su llamada. Esta resuena en nosotros como los sonidos de la txalaparta. Y CADA VEZ, COMO HABÉIS VISTO, NOS LLAMA CON MÁS FUERZA E INSISTENCIA.

Esta madre, sus hijos y su hija, nos piden que la ESCUCHEMOS y entregan a los representantes simbólicos del contexto (dentro de un sobre) lo que le piden a cada uno de ellos. Leámoslo:

(Cada participante, lee, uno a uno, el contenido de cada sobre)

PROFESORA 

Los niños necesitamos escuelas sensibles al trauma, con profesores formados en las consecuencias que la adversidad temprana tiene en nuestro desarrollo y salud. Profesores que conozcan cómo nuestra atención, comportamiento y emociones se pueden desregular, dificultándonos y complicándonos el aprendizaje y las relaciones con los demás. 

Necesitamos que los profesores nos prestéis vuestro cerebro para que desde vuestra permanencia externa podáis estimular nuestra permanencia interna. 

La paciencia, el afecto, la solidaridad y la empatía (conectar con nuestro sufrimiento para no nos veáis como sujetos con mala o buena conducta) son cualidades que debéis de cultivar. 

Pensad que vuestras maneras de actuar, cómo valoráis nuestras acciones y rendimiento, y los mensajes que nos transmitís, repercuten directamente en nuestra autoestima e influenciarán nuestra identidad adulta. 

PSIQUIATRA

Los niños necesitamos psiquiatras formados en trauma, apego y resiliencia. Profesionales conocedores de cómo las experiencias infantiles tempranas, si están caracterizadas por el maltrato, la negligencia y/o el abuso sexual, afectan y dañan el desarrollo del cerebro y del sistema nervioso. 

Psiquiatras que tengan una visión bio-psico-social de los trastornos mentales y del desarrollo de los niños y adolescentes, que apuesten por tratamientos donde el valor de las relaciones sea central en la recuperación de las consecuencias de los traumas tempranos. 

Psiquiatras que, además de tener conocimientos y ofrecernos medicinas desde el vínculo, sean cercanos, amables, empáticos y sensibles al sufrimiento de los niños y adolescentes. Así desarrollaremos con vosotros una relación de confianza, básica para que aceptemos vuestros cuidados médicos. 

Psiquiatras capaces de ver que lo que el mundo adulto llama “trastorno” realmente es una expresión de nuestra desesperación y dolor, nuestro grito para pedir ayuda.

EDUCADORA

Los educadores sociales sois profesionales clave en nuestras vidas. Vuestro ideario pedagógico no debe de basarse en una metodología conductual, de premios y castigos. Tenéis que involucraros en nuestras vidas. Las actuaciones educativas distantes y despreocupadas de nuestro mundo interno son inadecuadas. Necesitamos que nos ayudéis a comprender nuestra mente y la de los demás.  

Es muy importante que estéis formados en las consecuencias que la adversidad temprana tiene en nuestro desarrollo, pues genera un impacto traumático que afectará a todas las áreas de nuestra personalidad. 

Los niños necesitamos que las administraciones os ofrezcan unas condiciones laborales que os permitan sentiros satisfechos en vuestro puesto de trabajo, para que no haya tanta movilidad laboral, pues eso impide la permanencia, vital para que podamos establecer con vosotros un vínculo afectivo, resiliente, que dé sentido a nuestras vidas. 

Vuestra capacidad para vincular y para la empatía son dos competencias fundamentales para que podamos sanar de nuestras heridas traumáticas. Vuestra paciencia, perseverancia y solidaridad para con nosotros son indispensables, aun sabiendo que no os lo ponemos nada fácil. Recordad que nosotros tuvimos unos modelos parentales que dañaron nuestra confianza y seguridad en el mundo adulto y por eso necesitamos que seáis base segura para nosotros. 

TÉCNICO DE INFANCIA 

Sois los profesionales más importantes de nuestro contexto vital. ¿Sois consciente de que las decisiones que toméis pueden marcar nuestra vida hacia la fatalidad en la desgracia o hacia un camino que puede ser resiliente? 

Vuestros conocimientos sobre las consecuencias que los malos tratos tienen en el desarrollo de los niños, especialmente en los periodos sensibles, en los que necesitamos un tipo especial de estímulos, son imprescindibles. Para nosotros es vital que priméis nuestro interés superior, no el del mundo adulto. Y que la burocracia no enlentezca las decisiones que nos protegen. Porque, como dice Rafal Benito: “el neurodesarrollo no espera y no entiende de que las comisiones tarden en reunirse y decidir”. 

Los niños necesitamos que los técnicos nos protejáis y que toméis las decisiones que atañen a nuestra seguridad y estabilidad, a nuestro derecho a ser niños y disfrutar de ello. 

Si los contactos o la relación con nuestros padres u otros adultos nos dañan y no es beneficiosa para nosotros, vosotros debéis de protegernos. Muchas veces estar expuestos a estas situaciones nos dispara terribles recuerdos y re-consolida nuestros traumas en la memoria.

JUEZA 

Eres otra figura muy relevante en nuestras vidas. Para nuestra seguridad y protección, para que podamos crecer y desarrollarnos sanamente, es totalmente necesario que persigáis siempre nuestro interés superior. Necesitáis que los peritos a los que recurrís sean capaces de ofreceros informes técnicos bien argumentados en los que os dejen bien claro que las personas adultas con las que vamos a convivir (en guardia y custodia o en régimen de visitas), si nos hacen daño activo o pasivo (negligencia) afectan a nuestro cerebro y, por tanto, a nuestro desarrollo. Por ello, habéis de decidir en base a nuestro “derecho al buen vínculo” (propuesto por el abogado Hernán Fernández, el cual tiene jurisprudencia) y no en base al derecho de los padres. Los niños somos personas a las que debéis de proteger, no somos una propiedad de nuestros padres. Hay que recordaros que La Convención de los Derechos del Niño es el tratado internacional que nos protege y es de carácter obligatorio para los Estados firmantes. 

Del mismo modo, sabed que romper los vínculos afectivos nos daña, por ello debéis de priorizar el “derecho al buen vínculo”, a que tengamos unas personas adultas competentes y estables en nuestras vidas, no unos padres o familia biológica. 

Finalmente, cuando cometemos una infracción, vuestras decisiones y las medidas que adoptéis para rehabilitarnos (porque estamos a tiempo), son también fundamentales. Los profesionales os deben de informar técnicamente de qué es lo mejor para nosotros. Muchas veces delinquir es nuestro último síntoma. El mundo adulto que nos rodeaba no vio que estábamos desprotegidos y tuvimos que dar ese último y desesperado grito de socorro… Los chicos que delinquen tienen corazón, leed, por favor, “Acogiéndote, diario de un comienzo”.

PSICOTERAPEUTA 

Los niños necesitamos psicoterapeutas formados en apego, trauma y resiliencia, preferentemente traumaterapeutas. El aspecto técnico es importante, pero sabed que la persona del psicoterapeuta es el principal instrumento para que podamos transformarnos. Por eso tenéis que estar formados a este nivel. Cuando hacemos terapia, nos encontramos con vuestra persona. ¿Sabéis que para nosotros estar en una sala los dos solos puede ser amenazante? ¿Sabéis que explorar nuestro interior nos asusta? Necesitamos, primero, confiar y sentir seguridad. 

La neurocepción (el tripómetro) que despertéis en nosotros hará que queramos seguir en la terapia o mostremos nuestras defensas. Tenéis que comprender estas defensas, es una manera de protegernos del dolor de haber sido maltratados o abandonados. Si os alías con ellas, seguro que nos va mejor. 

Tened paciencia con nosotros, constancia, haced que notemos que os importamos, dedicad sesiones a nuestros padres o referentes y no os quedéis encerrados en vuestra sala de terapia. ¡Sed psicoterapeutas ecosistémicos y coordinaos con nuestros psiquiatras, educadores o profesores! El trabajo, así, será completo y mejoraremos mucho más, porque atenderéis a lo que ocurre en nuestro contexto de vida. 

No nos hagáis hablar de lo traumático demasiado pronto. Bruce Perry dice que muchas veces elegimos cuándo, dónde y a quién comunicar lo traumático, y que esto lo hacemos en pequeñas dosis. 

Maryorie Dantagnan es nuestro referente sobre cómo ser un psicoterapeuta suficientemente bueno. Leed el cuento que ella y su colega y discípulo José Luis han elaborado: “Estoy contigo”. Si tenéis en cuenta todo eso, nos irá bien. 

José Luis dice: La combinación de golpes, que los viejos txalapartaris utilizaban para crear un juego en el que uno pone el orden o equilibrio mientras que el otro se dedica a romperlo para hacer el desequilibrio, expresa muy bien la tarea que nos es encomendada a los profesionales: restaurar el equilibrio del CONTEXTO y lograr que sea sano y promotor de buenos tratos para los niños/as.

UNA NIÑA lee el texto final:

El amor y la solidaridad son la mejor de las terapias.

El ser humano tiene que aprender a volverse humano. 

Los niños necesitamos personas estables a nuestro lado que crean en nuestros recursos y nos den confianza, cambiando la mirada sobre nosotros y las causas de nuestro dolor. 

Personas que tengan paciencia, perseverancia y permanencia. 

Adultos, no olvidéis nunca esto: 

“No todo lo que hagáis por nosotros ahora lo veréis ahora” 

“La gota de agua no horada la piedra por su paciencia sino por su perseverancia”

José Luis dice:

Que así sea.

(Antes de irse, la madre entrega a cada profesional un ejemplar del libro Buenos tratos)

lunes, 22 de abril de 2024

Un cuento que acerca la teoría polivagal a los más pequeños y a las familias: "Un secreto alucinante: Aprende a escuchar tu cuerpo junto a Lukas y Fordy", por Mireia Bazu


VI CONVERSACIONES SOBRE APEGO Y RESILIENCIA

EN SAN SEBASTIÁN (PAÍS VASCO, ESPAÑA)

LOS DÍAS 16 Y 17 DE MAYO DE 2024.

PRESENCIAL Y ONLINE (PODRÉIS VER LA GRABACIÓN)


Programa completo e inscripciones:

https://joseluisgonzalo.com/conversaciones-2024/

Descarga el programa haciendo click AQUÍ



Con ponencias de: Jorge Barudy, Catherine Young, Rafael Benito, 

Nacho Serván y Patricia Hermosilla, 

Mesas de experiencias con: Tatiana Cáseda, José Luis Gonzalo, 

Rafael Benito, Maryorie Dantagnan y Jorge Barudy.

Con cortometrajes de: Bittor Arnaiz y Josu Goikoetxea, "Maltrato legal en el siglo XXI".

Ander Iruretagoyena, "Copos de miedo"

Participarán jóvenes-adultos que han hecho un proceso de reconstrucción resiliente.

Una madre adoptiva nos contará cómo su cerebro está moldeando el de su hijo gracias a la parentalidad terapéutica.


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Un secreto alucinante: 
Aprende a escuchar tu cuerpo junto a Lukas y Fordy

Autora: Mireia Bazu


Si estás interesado/a en adquirir el cuento, visita la web de la editorial:


O ponte en contacto con la autora a través de este número de Whatsaap:

644 73 99 49


Presentación

Hoy os presentamos este material imprescindible en nuestra biblioteca, pues como bien sabéis no andamos nada sobrados de herramientas psicoeducativas de calidad. Si seguís este blog, seguro que conocéis la Teoría Polivagal de Stephen Porges, porque hemos hablado de ella varias veces. Es probable que hayas tenido que explicar a un niño o a las familias los conceptos básicos de esta teoría y hayas echado de menos disponer de algún material de apoyo. Es posible que le hayas puesto imaginación para hacerte entender. Pues bien: esto ya no es un problema porque Mireia Bazu ha elaborado un cuento sencillo pero muy claro y atractivo, con dibujos muy logrados, para que podamos disponer al fin de un recurso para acercar esta teoría a personas menores de edad, adultos y familias, que también agradecen que el lenguaje sea fácil. El cuento me ha encantado. Mireia ha logrado algo que no está al alcance de todo el mundo: hacer comprensible y digerible lo que es complejo. La tarea psicoeducativa es lo que más agradecemos porque es uno de los pilares de nuestra labor profesional.

Con el fin de conocer más este cuento, me he acercado donde Mireia Bazu que, encantadora, me ha recibido amablemente y ha accedido a hacer esta entrevista para Buenos tratos. 

Mil gracias, Mireia Bazu, por este excelente trabajo que nos es de gran utilidad. 


Preséntate por favor, Mireia, para quienes no te conocen.

Mireia Bazu

Hola, soy Mireia Bazu, mamá, consultora de crianza y educación conscientes e inclusivas y autora de cuentos infantiles. Lectora incansable, amante de la naturaleza y los animales, y apasionada de la educación y la literatura infantil y juvenil. Desde muy pequeña recuerdo haber soñado con ser mamá, veterinaria y escritora por el amor absoluto que me despertaban los niños, los animales y las historias. 

Crecí y la vida me llevó por otros derroteros, licenciándome en ADE&MBA y trabajando en marketing, cine y arte, lo que me permitió mirar el mundo desde muy diferentes perspectivas y nutrirme de multitud de historias humanas. Aunque, pasado un tiempo, cuando sentí la llamada de la maternidad, hace ya más de diez años, comencé a transitar un nuevo camino personal que me llevó a investigar y formarme en Crianza y Educación Conscientes, Pedagogías Activas (Montessori, Waldorf, Reggio Emilia), Terapia de Juego, Arteterapia y Neuroeducación. En la actualidad, asesoro a familias y docentes sobre crianza y educación desde un punto de vista holístico, empático y compasivo basado en la neurociencia, la psicología del desarrollo, la teoría polivagal y las pedagogías activas que pone el foco en nuestra neuroanatomía y su impacto en el comportamiento y el aprendizaje. Asimismo, comparto con niños y niñas neurodiversos la magia de los libros, el juego y la expresión creativa en talleres donde priorizo la conexión, la seguridad sentida, la autonomía, el movimiento y la conciencia somatosensorial. También abogo por el trato respetuoso hacia la infancia y por una educación compasiva y realmente inclusiva para los niños neurodivergentes. He publicado el cuento ilustrado “Simplemente Olivia”, una historia muy dulce y tierna que nos invita a niños y adultos a reflexionar sobre las etiquetas y a abrazar todas las facetas y matices de nuestras personalidades; y “Un Secreto Alucinante. Aprende a Escuchar a tu Cuerpo junto a Lukas y Fordy”, un libro ilustrado para grandes y pequeños basado en la Teoría Polivagal del que os contaremos más detalles en esta entrevista.


¿Puedes hacernos un breve resumen de la teoría polivagal para quienes no la conocen, para que las familias la entiendan?

La Teoría Polivagal es una teoría desarrollada por el neurocientífico Stephen Porges que nos explica el modo en que el cuerpo, el sistema nervioso y el cerebro dialogan e interactúan entre sí en nuestro día a día con el fin de cuidarnos y protegernos. Un diálogo constante que va más allá de nuestra conciencia y voluntad, y que afecta profundamente al modo en que adultos y niños experimentamos la vida y nos relacionamos con nosotros mismos, con el entorno y con los demás, dependiendo de si nos sentimos seguros, en peligro o bajo amenaza. Una teoría imprescindible en el ámbito de la infancia que subraya nuestra necesidad biológica, como humanos y mamíferos, de sentirnos seguros y de estar en conexión con los otros, y que nos va a ayudar a mirar a los niños y sus comportamientos de una forma totalmente diferente a la habitual. Una forma de mirar que, en vez que centrarse en corregir, cambiar o eliminar los comportamientos más difíciles, disruptivos e incómodos  -por asumir que son intencionados- nos invita a observarlos con curiosidad y a recibirlos como una información muy valiosa para entender mejor a los niños y sus necesidades; como un pedido de ayuda de los niños para que les veamos, escuchemos y apoyemos con sus retos, y para que les ayudemos a sentirse de nuevo seguros y regulados en cuerpo, mente y corazón. Y esto es realmente importante, porque cuando cambiamos la mirada, cuando aprendemos a observar con curiosidad al niño y a descifrar qué nos está expresando a través de su cuerpo, ya sea con su tono de voz, comportamientos, movimientos, postura corporal, mirada o gestos, comenzamos a ver a un niño diferente, un niño maravilloso que tan sólo necesita de nuestra conexión, compasión y ayuda para volver a sentirse bien. 

En definitiva, la Teoría Polivagal aplicada a la infancia, nos permite darnos cuenta de que todos los comportamientos de los niños tienen sentido cuando los miramos desde este prisma, cuando reconocemos en ellos nuestro “imperativo biológico” -en palabras del propio Stephen Porges- de seguridad y conexión.

¿Cómo surge la idea de crear el cuento “Un Secreto Alucinante: Aprende a Escuchar a tu Cuerpo junto a Lukas y Fordy”?

La idea de crear un libro ilustrado para que niños y adultos descubran la Teoría Polivagal en un viaje compartido con sus vínculos de referencia surgió, hace ya muchos años, cuando empecé a investigar sobre neurodivergencia desde un punto de vista holístico. Mis investigaciones me llevaron a descubrir el trabajo de Stephen Porges, Mona Delahooke, Stuart Shanker, Ross Greene, Lori Desautels, Bruce Perry y muchos otros profesionales que apuestan por miradas y enfoques que honran, respetan y atienden las particularidades individuales de niños y jòvenes a la hora de experimentar y procesar sus experiencias en el mundo.

A medida que iba leyendo más sobre el tema e integrando en mi propia vida los conceptos de la Teoria Polivagal, pensaba mucho en que me hubiera gustado aprender en el colegio a familiarizarme con mi sistema nervioso y sus distintos estados, porque me habría ayudado a abrazar, entender y disfrutar de mi propia neurodivergencia y sensibilidad, y a sentirme mucho más segura y empoderada en mi vida.

El trabajo de Stephen Porges es tan brillante e importante, tan necesario para nuestro bienestar físico, emocional, social y cognitivo que no me parecía justo que sólo pudieran disfrutarlo profesionales de la psicología y del ámbito académico universitario (risas), por lo que decidí seguir investigando para poder traducirlo a un lenguaje que fuera sencillo y accesible tanto para adultos como para niños.

Creo que esta teoría debería inspirar todas nuestras relaciones sociales, porque el cambio de paradigma en la educación y la crianza no va a suceder si se hace de forma aislada,…requiere de un cambio a nivel colectivo, social, un cambio que empieza por mirarnos a nosotros mismos y a los demás con esa mirada compasiva que nos invita a ofrecer seguridad y conexión en lugar de juicio, crítica y exclusión, especialmente cuando hablamos de personas con cerebros, comportamientos y sensibilidades “diferentes”.

Todos, niños y adultos, estamos unidos en una búsqueda común: entornos y relaciones que nos hagan sentir seguros, aceptados, valorados, queridos y comprendidos, entornos y relaciones que satisfagan nuestras necesidades biológicas de seguridad y pertenencia. Sin ellos, hay sufrimiento y no podemos aprender, relacionarnos, disfrutar ni enamorarnos plenamente de la vida…

Por eso, básicamente, quise crear este libro, para aportar mi pequeño granito de arena en ese sentido y para que vayamos entendiendo como sociedad que el buen trato hacia la infancia empieza por hacerles sentir amados y seguros allá donde estén.




A través de los personajes de Lukas y Fordy los niños pueden aprender a escuchar su cuerpo. Esta sabiduría no se enseña en la educación de nuestros hijos, parece que nos centramos en el conocimiento racional…

Totalmente. La inmensa mayoría de los colegios de nuestro país basan la educación de nuestros hijos en lo académico, en el aprendizaje de unas determinadas materias que todos los niños, independientemente de sus intereses, tipos de inteligencias y necesidades, deben aprender por igual. Nos olvidamos que la ciencia nos dice que el aprendizaje significativo sólo es posible cuando hay emoción, vínculos seguros y entornos respetuosos con las diferentes necesidades y sensibilidades sensoriales de los niños.

Por eso, desde mi punto de vista, debemos cambiar completamente el enfoque educativo en nuestro país y empezar a pensar en las escuelas como espacios de crecimiento conjunto de niños, jóvenes y adultos, como comunidades de aprendizaje donde cada una de las personas que las conforman puedan sentirse seguros, respetados, escuchados, valorados y tenidos en cuenta. Y esto es especialmente relevante cuando hablamos de niños y niñas neurodivergentes, porque sus sistemas nerviosos más sensibles son más propensos a la activación constante de estados defensivos y, por tanto, a ser impactados por el trauma de vivir en un mundo que, con mucha frecuencia, les resulta abrumador.

Siempre digo que los niños neurodivergentes o los que tienen necesidades diferentes a lo “típico” ponen a prueba la calidad de las escuelas, de la cultura organizativa, de las relaciones… y, lamentablemente, por mi propia experiencia y por lo que me cuentan las familias con las que trabajo, son pocas las que la superan.

Por otra parte, me gustaría hablar sobre el “boom” de los últimos años relacionado con la educación emocional, una educación que, según nos dicen, todos deberíamos impartir a niños, niñas y jóvenes en edad escolar. Ha sido un avance, claro, porque en mi época el mundo emocional se dejaba completamente de lado o apenas se mencionaba, y todo se centraba en el aprendizaje meramente intelectual. Sin embargo, la educación emocional que, en la actualidad, están recibiendo la mayoría de niños en distintos ámbitos suele ser bastante superficial, muy cognitiva, y generalmente se limita a que los niños aprendan el nombre de las emociones y las asocien a distintos colores, marcando como objetivo que los niños aprendan a estar en calma.

Sin embargo, me parece que eso es un aprendizaje demasiado racional que omite aspectos corporales necesarios para potenciar no sólo el desarrollo socioemocional de los niños, sino también su autoconocimiento y resiliencia: la importancia de escuchar a nuestro cuerpo, de entender sus señales, de desarrollar un lenguaje relacionado con las sensaciones que les permita identificarlas, observarlas, reconocerlas, vivenciarlas y prestarles atención.

Yo creo que la educación emocional en los hogares y las escuelas debería ser integral y mostrar que las sensaciones, emociones, pensamientos y necesidades están relacionados, que cuando sentimos esa tensión en los músculos, ese corazón acelerado y ese sofoco en la piel, es porque el cerebro nos está mandando señales para protegernos, para que entendamos, por ejemplo, que nos estamos enfadando, que nuestros pensamientos van a reflejar cómo nos sentimos en ese preciso momento y que, en lugar de descargarlo contra los demás o contra nosotros mismos, podemos encontrar formas constructivas de expresarlo y, de esa manera, ir recuperando nuestro equilibrio y nuestra sensación de seguridad. Una educación emocional
que, para ser realmente efectiva y poder ser integrada por los niños, debería partir de nuestro propio ejemplo como modelos de autorregulación.

Enseñarles esa visión holística va ayudar a los niños a no identificarse con sus emociones, pensamientos ni comportamientos, a ir desarrollando poco a poco su capacidad de autorregulación en nuestra compañía, a desarrollar su empatía y compasión hacia sí mismos y hacia los demás al entender que cada uno lo hace lo mejor que puede en cada momento, que él, ella y sus compañeros tienen su propio ritmo y forma única de expresar sus necesidades, y que todos y todas podemos construir espacios, comunidades y entornos en los que nos ayudemos unos a otros a sentirnos seguros, regulados y en conexión con lo que sentimos en cuerpo, mente y corazón. Y también a descubrir que no se trata de estar siempre en calma, sino de ser capaces de tolerar, sentir y vivenciar todas nuestras emociones y sensaciones para poder expandir nuestra ventana de tolerancia al estrés y vivir una vida más plena, auténtica, conectada y humana.

Uno de los grandes puntos fuertes del cuento es que mediante atractivos dibujos se ponen ejemplos muy claros y cercanos a la vivencia de los niños para que aprendan a identificar qué es estar en el modo simpático o parasimpático (ventral o dorsal) 

Sí, es fundamental que los niños y las niñas puedan identificarse con las vivencias del personaje principal del cuento, Lukas, porque hay muchos niños que o bien no tienen las palabras necesarias para expresar cómo se sienten en un determinado momento o bien tienen dificultades para entender y expresar lo que están sintiendo tanto a nivel corporal como a nivel emocional. Y de esta manera, con el libro, van a poder entenderse mejor y compartir con sus vínculos de referencia cómo se sienten; van a descubrir que todos, adultos y niños, tenemos vivencias parecidas en nuestra vida y que identificarlas y atenderlas nos va a permitir conocernos mejor y encontrar estrategias para superar nuestros retos, para lidiar con nuestro estrés.

Que los niños aprendan a identificar los distintos estados del sistema nervioso autónomo (conexión social, lucha/huida y colapso) y a familiarizarse con las distintas sensaciones, emociones y comportamientos que los acompañan, les va a permitir conocer mejor su cuerpo y sus señales, y aprender a reconocer tanto sus estresores principales como sus fuentes de seguridad, lo que es crucial para su desarrollo socioemocional y su resiliencia.

Desde el primer momento, tuve muy claro que era necesario traducir la teoría polivagal a un lenguaje muy visual, que fuera atractivo, expresivo y fácil de entender tanto para los niños como para los adultos. Por eso, cuando vi el trabajo de Federico Gomis, el ilustrador de este cuento, lo tuve clarísimo, y supe que sus ilustraciones conseguirían justamente ese objetivo, porque poseen una combinación increíble de frescura, ternura y humor, y son capaces de expresar muchos matices emocionales y de seducir a todo tipo de lectores.

Federico Gomis, ilustrador del cuento

Que los niños puedan aprender a formar un súper equipo con su cuerpo y su cerebro y puedan idear estrategias para regularse es importante. Pero lo que más me ha gustado es que son los adultos los que deben de responsabilizarse de ayudar a los niños a activar el modo de conexión social, con lo cual se pone el acento en la trascendencia de la regulación interactiva, es decir, todo el peso no se puede poner en manos de los chicos…

Me alegra que lo menciones, José Luis, porque esa regulación interactiva, que Stephen Porges llama corregulación, es el punto clave que debemos integrar todos los adultos que nos relacionamos con niños, seamos padres, madres, cuidadores, maestros, psicólogos u otros profesionales al servicio de la infancia.

La capacidad de autorregulación en la infancia no se desarrolla enseñando a los niños herramientas de autorregulación desde preescolar, sino a través de infinidad de experiencias de corregulación consistentes y predecibles con adultos amables y empáticos que les ayuden a recuperar su equilibrio durante los momentos de estrés. Es un proceso evolutivo que está íntimamente relacionado con el desarrollo de vínculos seguros, una necesidad biológica inherente a nuestra condición de mamíferos humanos que nos va acompañar durante toda la vida.

La corregulación con los niños se podría definir como el proceso a través del cual un adulto regulado ofrece señales de seguridad y conexión a un niño desregulado (esto es, un niño con activación simpática o vagal dorsal en su sistema nervioso) para que pueda apagar la alarma de su cerebro y activar su sistema de seguridad y conexión social a través de la vía vagal ventral. Es decir, el proceso de ayudar a nuestros niños a vivenciar y tolerar sus emociones y sensaciones más intensas arropados por nuestro amor, conexión, seguridad y empatía.

Siempre pienso en la regulación como un lenguaje más, el lenguaje de los ritmos y de la reciprocidad relacional que los niños van a aprender e integrar de una forma parecida a cómo aprenden e integran su lengua materna: empapándose de ella a través de las relaciones, experimentándola de forma repetida en diferentes contextos y situaciones, emulándola en su propio cuerpo como reflejo de aquello que procesa e integra a través de todos sus sentidos.

Por eso, de entre todas las herramientas de regulación emocional para niños y jóvenes, la mejor son los distintos adultos de referencia en la vida del niño y la relación que son capaces de tejer con él. Adultos que, con su mirada amable y delicada, su postura relajada y reconfortante, su tono de voz dulce y pausado, su autenticidad, escucha y comprensión, sepan mirar más allá de lo obvio (etiqueta y comportamiento) y ofrecer una presencia serena y compasiva que envuelva a los niños en ese manto de amor, seguridad y conexión que necesitan para superar sus retos, para crecer sanos y flexibles, y para aprender y disfrutar de sus aventuras en el mundo.


Me parece un gran acierto que incluyáis un material para que el niño pueda trabajar con la guía de un adulto los momentos y actividades que le ayudan a sentirse regulado y en equilibrio…

Gracias, José Luis. Decidimos incluir un material de trabajo asociado a “Un Secreto Alucinante” justamente para que el aprendizaje pueda ser vivencial, para que una vez leído el libro, niños y adultos puedan prestar atención a su propio cuerpo, a sus propias vivencias y a su propio ritmo de regulación. Para que niños y adultos sientan y descubran que en cada sensación hay un mensaje muy profundo e importante del cuerpo que nos da pistas sobre qué necesitamos, sobre cómo nos hacen sentir las personas, entornos, situaciones y actividades que forman parte de nuestro día a día. Mensajes a los que debemos atender para poder identificar tanto aquello que nos ayuda a sentirnos en equilibrio y regulados en casa y en el colegio, como aquello que nos hace sentir malestar y desregulación y que nos desconecta de nosotros mismos, del entorno y de los demás.

Un aprendizaje crucial (y más aún si es en un viaje compartido con adultos) porque nuestras experiencias, repetidas a lo largo del tiempo, van a dar forma tanto a nuestras creencias como a la historia de nuestras vidas. Y, ya desde pequeños, necesitamos que nos enseñen a tornar la mirada hacia dentro, a aprender, sentir y entender que es natural moverse entre los distintos estados y experimentar un amplio abanico de sensaciones, emociones y pensamientos. Y que, además, tenemos el superpoder de descubrir e idear estrategias agradables y divertidas que nos ayuden a recuperar nuestra paz, seguridad, equilibrio y alegría cuando no nos sentimos bien.

En casa, nosotros tenemos colgadas las láminas de trabajo que acompañan al libro en un lugar visible. Y cada día, por la tarde, dedicamos unos minutos a escanear nuestro cuerpo, a compartir nuestras sensaciones, nivel de energía e identificar el estado del sistema nervioso en que nos encontramos. Entonces, miramos los dibujos que cada uno ha hecho para plasmar las actividades que nos regulan, equilibran y nos hacen sentir bien, y nos preguntamos: ¿hemos disfrutado de alguna de ellas hoy? ¿Cuántas? ¿Cuáles? ¿Necesitamos practicar alguna más hoy para sentirnos mejor y poder equilibrar nuestro nivel de energía? ¿En qué situaciones hemos sentido malestar y desregulación? ¿Cuál podría ser la causa? ¿Cómo hemos recuperado nuestro bienestar?... Es un ritual de conexión, autocuidado y reflexión muy bonito y sencillo que recomiendo practicar a todas las familias y maestros con sus niños (pero sólo si
éstos están interesados y les parece divertido).

Porque, incidiendo de nuevo en la corregulación y el modo en que los niños aprenden a regularse, para que ellos aprendan a familiarizarse con su sistema nervioso autónomo van a necesitar que exista al menos un adulto en su vida que también esté dispuesto a hacerlo.

Al final has incluido una guía para familias y profesionales, algo imprescindible. 

Sí, decidí incluir una guía, porque considero que conocer la Teoría Polivagal y sus principios fundamentales (jerarquía de los estados del sistema nervioso autónomo, la neurocepción y la corregulación) nos va a permitir a los adultos integrar aspectos cruciales que impactan profundamente en nuestras emociones, comportamientos, relaciones y formas de percibir y de estar en el mundo, y que, por tanto, van a definir nuestra calidad de vida, nuestro nivel de bienestar y la forma en que educamos y acompañamos a nuestros niños y niñas en su caminar por la vida.

Cuando familias y profesionales descubren el impacto que sus propios estados neurofisiológicos tienen en los niños, es decir, el modo en que sus propias emociones, actitudes y comportamientos afectan a las emociones y comportamientos de los niños y a su neurocepción de seguridad, las relaciones mejoran y su forma de acompañar y educarles comienza, paso a paso, a ser más respetuosa, consciente e informada.

Comienzan, algunos de ellos, a cuestionar las prácticas educativas que vivenciaron de niños, a entender que, aunque una gran mayoría siga educando a base de premios y castigos y con el foco puesto en modificar conductas y erradicar comportamientos (sin plantearse su función adaptativa ni las causas que los impulsan), las cosas se pueden hacer de una forma más sana, respetuosa y alineada con nuestras necesidades biológicas y con la forma en que funciona nuestro cerebro.

Como ya he comentado anteriormente, pienso que todos los adultos que se relacionan con niños deberían saber que la mejor estrategia y herramienta son ellos mismos, su capacidad de permanecer regulados en los momentos de desregulación del niño y de ofrecer la presencia segura y sensible que los niños necesitan para fortalecer su sistema nervioso, superar sus retos y crecer sanos, en equilibrio y en conexión con lo que sienten en cuerpo, mente y corazón.

De ahí que debamos, entre todos, cambiar el foco del enseñar al ser y empecemos a centrarnos en tejer relaciones profundas, sanas y auténticas que sean fuente de alegría, conexión y seguridad para todos. Porque así, de esta forma, el deseo de aprender, de descubrir el mundo y de explorar su entorno se despertará (y emanará) naturalmente en todos ellos.

Ésas son algunas de las ideas sobre las que me gustaría que reflexionaran los adultos que lean el libro.

¿No tenéis pensado hacer alguna promoción por los colegios? Creo que sería muy útil y beneficioso porque llegaréis a muchos niños y familias…

Sí, José Luis, que “Un Secreto Alucinante” llegue a muchos colegios, familias y niños es fundamental. Hemos contactado con muchos colegios y algunos de ellos ya lo están trabajando con los niños en clase. Pero nuestro alcance es bastante limitado: Mar de Sauces es una editorial muy pequeña e independiente de reciente creación, completamente autofinanciada (sin subvenciones de ningún tipo). Además, los autores del libro no somos famosos ni “influencers”, por lo que suele costar mucho llegar a familias y colegios, e incluso que nos den la oportunidad de explicar de qué trata el libro y de mostrarles lo valioso que es como herramienta de educación emocional para trabajar junto a los niños tanto en el colegio como en
los hogares.

El mundo editorial en España es un oligopolio y, por tanto, muy complejo para las editoriales pequeñas y los autores independientes… De ahí que nosotros, aparte de las pequeñas acciones de marketing que podamos realizar, dependemos mucho del boca a boca, de que las personas que descubren el libro y lo valoran lo recomienden en sus entornos (colegios, bibliotecas, AMPAs, colegas de profesión y amistades) y nos apoyen con su compra.

Por eso, José Luis, agradezco infinitamente que me hayas invitado a tu maravilloso blog para hablar sobre nuestro libro y poder así llegar a muchas más familias y profesionales que podrían beneficiarse de él.

¿Ya conoce Porges este cuento? Habrá que hacerle llegar uno, yo creo que le va a encantar…

Me encantaría que Stephen Porges conociera y leyera “Un Secreto Alucinante”. Ya sois muchos los profesionales del ámbito de la salud mental infantil que me habéis sugerido que se lo haga llegar. La asistenta de la Dra. Lori Desautels - miembro ésta última del Instituto Polivagal en Estados Unidos, experta en la aplicación de la Teoría Polivagal en el ámbito educativo, y cuyo trabajo ha sido fundamental para desarrollar este libro- lo leyó en español hace unos meses y le encantó… animándome incluso a que lo tradujera al inglés para que el libro pudiera llegar a más gente. Valoré traducirlo, pero como no tenemos los fondos necesarios para una traducción profesional técnica de calidad, he pensado que sería más interesante que fuera una editorial extranjera la que se encargara de ello en el futuro, ya que además tienen mayor conocimiento del mercado anglosajón y de sus canales de venta y distribución. Ya hay algunas que han mostrado interés…

Ahora mismo, el libro está de camino a USA para que un miembro del Consejo Editorial del Instituto Polivagal lo lea en español… Si a ella también le gusta el libro, quizá pueda llegar a Stephen Porges.

Me encantaría que lo tuviera en sus manos y que le llegara mi agradecimiento por haber desarrollado una teoría tan valiosa que nos va a ayudar a todos, como sociedad, no sólo a relacionarnos de una forma más sana y consciente con nuestros niños, sino a hacer de este mundo un lugar más amable, empático e inclusivo para todos.

Gracias de nuevo, José Luis, por tu tiempo, por el apoyo y por esta interesante charla. Un gran honor poder ser parte de tu blog.

Gracias a ti, Mireia, por atendernos.