En la actualidad el CEIP Fernando el Católico ha experimentado una gran mejoría en la convivencia, la educación emocional, la apertura a las familias y a las organizaciones del barrio y a la comunidad educativa en general. Sin embargo esto no fue siempre así: durante el curso 14/15 sufrimos graves problemas de convivencia con agresiones, insultos, actitudes racistas y xenófobas; una escasa y conflictiva relación con las familias… situación que llevó al equipo directivo a presentar su dimisión en bloque. Fuimos llamados al Servicio Provincial para explicarnos y solo cuando se entendió que los motivos no eran otros que los personales, se relajó el ambiente; al mismo tiempo habíamos preparado un proyecto para la mejora del colegio, pero el inspector jefe nos dijo que sin nosotros no tenía sentido.
El proyecto que se va a presentar a continuación no nació de un proyecto “Design for Change”, pero cumple con todas las fases de tales proyectos:
Siente (reflexionar sobre las necesidades), Imagina (crear un plan de acción), Actúa (llevarlo a cabo), Evolúa: (evaluación y evolución) y Comparte (contar la historia de cambio que puede inspirar a los demás).
En la primera fase, SIENTE, sentimos la presión recibida debido a lo graves problemas de convivencia que sufríamos, la escasa y conflictiva relación con las familias… Todo ello lo comunicamos a la prensa que se hizo eco de nuestra situación: pedíamos ayuda externa, pero nos dimos cuenta de que la solución sólo podía venir de nosotros, tal y como nos expresó la Consejera de Educación de aquel momento, mientras le leíamos una carta con reivindicaciones que a nuestro modo de ver eran justas: “vosotros pedís, pero ¿qué dais?”.
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| Titulares de prensa que forman parte de la historia del centro |
Así que nos pusimos a ello, empezamos por analizar las fortalezas y debilidades tanto de familias, como de alumnado y el profesorado.
Muchas de nuestras familias presentan una situación sociocultural baja por lo que no cuentan con las herramientas necesarias para apoyar escolarmente a sus hijos. Familias desestructuradas, muchas de ellas en clara exclusión social, situación de vulnerabilidad, con grandes carencias afectivas y pocas aspiraciones personales. La educación no se considera una inversión necesaria y útil. Muchas de las familias no muestran una visión positiva de la escuela. Esto se manifiesta en la aparición de frecuentes conflictos entre escuela – familia (tanto con el personal docente como no docente) y con una gran y preocupante falta de implicación en los procesos de enseñanza – aprendizaje de sus hijos/as y de participación en la vida del centro, bien porque no quieren, bien porque no saben.
Respecto del alumnado presenta escasa identificación con el centro educativo y por ello poca motivación a participar en la vida del centro, dificultades de comportamiento en el aula, problemas derivados de racismo y xenofobia, carencias en las habilidades sociales, escasa tolerancia a la frustración. Sin embargo, responden bien a los refuerzos afectivos, tienen buenas habilidades de la vida diaria, son capaces de imaginar y crear respondiendo positivamente ante metodologías activas.
El profesorado se implica, está comprometido con su trabajo y tiene muchas ganas de innovar, busca estrategias y modelos educativos que lleven al alumnado a mejorar su situación. Además, es consciente de las características y dificultades del que tiene que educar. No se limita únicamente a impartir un currículo, sino que realiza funciones de compensación educativa, busca la proximidad con el mismo y con sus familias y tiene una buena capacidad de trabajo en equipo. Sin embargo, casi todas las actuaciones en aquel momento eran a nivel de aula y no había una línea común en el colegio, algo que creíamos necesario.
Es así como surge nuestro proyecto, en la tercera fase: ACTÚA. Un proyecto que da respuesta a nuestras necesidades, dirigido a toda la comunidad educativa, que supone un cambio en la estructura organizativa e implica ir todos en la misma dirección, cuyo objetivo último es nuestro centro.
El CEIP Fernando el Católico, como todos los colegios, cuenta con un Claustro, un Consejo Escolar, una Comisión de Coordinación Pedagógica y Equipos Didácticos de ciclo; pero nosotros también trabajamos por “MESAS” de trabajo: la mesa de INNOVACIÓN, CONVIVENCIA E IGUALDAD, ENLAZANDO CON LA COMUNIDAD Y DIFUSIÓN. Todo el profesorado del colegio se adscribe a una de estas mesas a excepción del Equipo Directivo para no influir en las decisiones que deben tomar. Estas mesas trabajan de manera independiente y son autónomas para tomar sus propias decisiones salvo en la parte económica ya que el presupuesto del colegio no es demasiado alto. Por otro lado se creó la mesa PERMANENTE, en la están presentes las coordinadoras de cada una de las mesas anteriores, la orientadora del colegio, nuestro inspector de referencia y el asesor del centro de profesores. Esta mesa se reúne bimestralmente y en ella se expone lo que se está haciendo y las dificultades que se van encontrando.
Desde la mesa «ENLAZANDO CON LA COMUNIDAD» se pretende aumentar la participación e implicación de las mismas en el colegio, mejorar las relaciones entre toda la comunidad educativa y dar a conocer diferentes vías de participación en la vida del centro; además, coordina el Plan de Acogida para toda la comunidad educativa y busca voluntarios para las distintas actividades en las que se necesita esta figura.
La mesa de «INNOVACIÓN» pretende reflexionar sobre la práctica educativa del centro, investigar sobre nuevas metodologías y proyectos de innovación que puedan dar respuesta a las características de nuestro colegio. También es la encargada de detectar formación docente y ofrecer una introducción de los proyectos del centro a los nuevos compañeros docentes.
La mesa de «COMUNICACIÓN» procura dar a conocer las experiencias que se están desarrollando en nuestro colegio tanto hacia el exterior como hacia el interior. Ha puesto en marcha una nueva página web, difunde en redes y contacta con los medios de comunicación para dar mayor visibilidad a lo que realizamos.
Desde la mesa de «CONVIVENCIA E IGUALDAD» se coordinan actuaciones para la mejora de las mismas. Desde ella se llevan a cabo actuaciones que favorecen la Educación Emocional y las Habilidades Sociales, entre otras. Son la base del Plan de Acción Tutorial del colegio.
Y todo esto con una sola finalidad: EL ALUMNADO.
Llegamos ya a la cuarta fase: EVOLÚA. El proyecto del colegio ha evolucionado y crecido mucho desde sus inicios hasta ahora y sigue dando respuesta a nuestras necesidades. Algunas de las actividades iniciales han desaparecido o han sido reemplazadas por otras más adecuadas al momento que estamos viviendo, también se han añadido muchas más.
Y con este pequeño artículo ampliamos la última fase:
COMPARTE.
Tras llevar ya varios años implementando el proyecto Un Colegio Por Descubrir, poniendo en marcha estrategias de convivencia en el centro, buscando el bienestar de nuestro alumnado y de la comunidad educativa en general y logrando una mejora en todos estos aspectos, llegó 2020 junto con una pandemia mundial que nos obligó a meternos en casa, estar confinados durante al menos 2 meses y poner a prueba todos nuestros aprendizajes emocionales previos y estrategias más resilientes.
Tras ese momento insólito en nuestras vidas, volvimos al día a día del cole con nuestro alumnado, en septiembre de 2020. Reflexionando acerca de cómo habrían vivido el confinamiento, nos planteamos la elaboración de un cuestionario para que fuera respondido por nuestro alumnado y que lograra iluminarnos acerca de estas cuestiones. La jefa de estudios, la orientadora y la coordinadora de bienestar del alumnado, nos pusimos manos a la obra y tomamos como punto de partida el instrumento SENA, Sistema de Evaluación de Niños y Adolescentes para la detección de problemas emocionales y de conducta. A partir de él, adaptamos y clasificamos las preguntas en 5 competencias emocionales referidas por el grupo GROP, dirigido por Rafael Bisquerra en la Universidad de Lleida, a saber: Competencias en conocimiento emocional, regulación emocional, autonomía emocional, habilidades para la vida y el bienestar y competencia social.
Desde ese momento, decidimos que ese formulario sería la brújula emocional de nuestro centro, lo aplicaríamos anualmente al alumnado de primaria y sería el que nos guiaría hacia el acompañamiento más emocional de nuestro alumnado. Es por esto por lo que decidimos pasarlo todos los cursos para poder ir evaluando anualmente la evolución de nuestro trabajo en este aspecto y detectar las necesidades reales de nuestras criaturas. Pudimos apreciar cómo el alumnado de nuestro centro, en general, mostraba carencias importantes en regulación y autonomía emocional, detectamos las necesidades específicas de cada grupo clase y nos saltó la “alerta emocional” al darnos cuenta de que un número alto de nuestros chicos y chicas marcaban respuestas como “cuando trabajo en equipo no me tienen en cuenta”, “no estoy contenta conmigo físicamente”, “mi familia no me dice nada, lo haga bien o lo haga mal”, “casi nunca realizo bien las tareas”, “suelo pensar habitualmente en cosas malas que me han pasado”... Aquello nos hizo preocuparnos realmente y reflexionar acerca de cómo podíamos ayudarles, sin ser psicólogas ni terapeutas.
Así que decidimos crear un espacio para el alumnado más vulnerable, donde, durante 30 minutos a la semana, se sintieran escuchados a través de una tutoría individualizada con un docente que él o ella eligiera y en el que les acompañáramos sin juzgar, opinar o aconsejar, sino que fueran capaces de expresarse libremente, confiar y sentirse seguros, tratando de crear un vínculo de apego seguro.
De este modo nacieron las TUTORÍAS AFECTIVAS (TAF) tal y como las llevamos a cabo en el CEIP Fernando el Católico, un programa completo, estructurado y sistematizado que tantos centros educativos, de todos los niveles, dentro y fuera de Aragón, han querido conocer e implementar. Este programa se organiza en 4 fases:
El emparejamiento docente-alumno partiendo de los intereses de ambas partes
Tanto el docente como el alumno/a, indica qué perfil de alumnado (edad, curso, grupo, necesidades) prefiere tutorizar, mientras que el alumnado selecciona a los y las docentes con los que tiene mayor afinidad.
La formación docente
En este camino que dura 5 años, vivimos un antes y un después al descubrir a
Juan Carlos Castelló Meliá, Doctor en Filosofía, docente de Educación Secundaria y escritor, entre otros muchos, del libro “La Tutoría Afectiva. Una propuesta desde la ética del cuidado”. A través de él conocimos, cómo desde la filosofía y el diálogo socrático, podíamos acompañar de manera muy rigurosa a nuestro alumnado sin necesidad de ser terapeutas. Simplemente (aunque de simple tiene poco), teníamos que escuchar a nuestro alumnado afectivo, parafrasear y preguntar.
El equipo docente se ha ido formando en tutoría afectiva y ética del cuidado, teoría del apego, trauma, educación emocional… Imprescindible para un acompañamiento completo y serio.
Además, el docente debe comprender que ha de cambiar su rol dentro de las sesiones de tutorías afectivas. Dejará de ser El Docente, autoridad que tiene las respuestas a todo, que sabe cómo solucionar cada problema e incluso nos los puede resolver. Ahora debe escuchar para comprender y no para responder. Debe utilizar los silencios activos, en actitud de escucha donde invitamos a seguir, transmitiendo que estamos aquí, que queremos seguir escuchando y estamos preparados. A través de preguntas abiertas, sin respuestas dirigidas ni evidentes, ayuda a su alumnado a expresarse realmente, reflexionar sobre lo que siente, lo que necesita y cómo lo puede resolver o mejorar, buscando su propio camino.
El desarrollo de las sesiones a través cuatro etapas
Tomando como referencia las obras de Juan Carlos Castelló Meliá, estructuramos las sesiones de tutoría afectiva a lo largo de 4 etapas. En las dos primeras debemos generar la confianza y conocer mejor las estrategias y experiencias vitales de nuestro alumno/a. Para ello nos servimos de juegos, dianas de autoevaluación, tarjetas de preguntas e imágenes, etc.
En la tercera etapa utilizamos cuentos, canciones, imágenes, o vídeos para abordar la necesidad o la conducta que hemos detectado. A través de ello hablamos de lo que les pasa a otros, reflexionamos sobre sus comportamientos y sentimientos y les aconsejamos, para después centrarnos en cómo nos vemos reflejados en esas historias y reflexionar sobre ello. En este camino, el docente puede identificar las necesidades reales del alumno para ir acompañando de la mejor manera posible.
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| Cuentos para tutorías afectivas |
Finalmente, la cuarta etapa es aquella en la que nos centramos en el presente, continuamos trabajando semana a semana.
La evaluación del proyecto
Como todo proyecto riguroso debe contar con un seguimiento y una evaluación. En nuestro caso, cada tutor/a afectivo/a tiene su propio diario, donde recoge y reflexiona sobre cada sesión; pero además, el equipo participante nos reunimos para comentar nuestras necesidades y dificultades en el proceso y poder aconsejarnos unos a otros. A final de curso, se hace una recogida de información de cada TAF.
El programa de Tutorías Afectivas trata de acompañar al alumnado a nivel personal y emocional, intentando prevenir problemas de salud mental, detectando necesidades y dificultades del alumnado más vulnerable, porque a veces, lo que una persona necesita no es una mente brillante que le hable, sino un corazón paciente que le escuche.
Referencias bibliográficas
Felitti, V. J., Anda, R. F., Nordenberg, D., Williamson, D. F., Spitz, A. M., Edwards, V., Koss, M. P., & Marks, J. S. (1998). Relationship of childhood abuse and household dysfunction to many of the leading causes of death in adults: The Adverse Childhood Experiences (ACE) Study. American Journal of Preventive Medicine, 14(4), 245–258.
https://doi.org/10.1016/S0749-3797(98)00017-8
Ellis, W. R., & Dietz, W. H. (2017). A new framework for addressing adverse childhood and community experiences: The Pair of ACEs. American Journal of Preventive Medicine, 52(3S3), S291–S300.
https://doi.org/10.1016/j.amepre.2016.11.024
Castelló Meliá, Juan Carlos (2021). La tutoría afectiva. Una respuesta desde la ética del cuidado. Editorial Vinatea S.L.