martes, 26 de mayo de 2009

"El abrigo misterioso", de Jeannette Jenning

Nos propusimos, de vez en cuando, actualizar el listado de cuentos que nos parecen interesantes por sus cualidades educativas. En una entrada antigua (llamada Mis cuentos favoritos) tenéis información detallada sobre unos cuantos cuentos que me han parecido adecuados para regalar a los niños.

Y aquí estamos con un cuento nuevo (editado en el año 2008): El abrigo misterioso, que ha llamado mi atención nada más verlo (Porque realmente, cuando uno visita una librería, se encuentra con cientos de cuentos, pero son pocos, a mi juicio, los que te atrapan nada más ver la portada; éste sí tiene esta virtud)

El abrigo misterioso, de Jeannette Jennig, estimula la imaginación y la curiosidad del niño nada más empezar el relato. Otro atractivo del cuento son las ilustraciones: grandes, con perspectiva, ocupando toda la página, coloristas, ingeniosas, otorgándoles más protagonismo que a la palabra, la cual solamente acompaña a las imágenes cumpliendo la función básica de narrar la historia. Finalmente, me ha parecido que -una vez más es lo que buscamos- transmite valores importantes para el desarrollo de los niños, como la solidaridad. Está recomendado a partir de los 5 años.

No nos olvidemos que los cuentos son poderosas metáforas que ayudan a la comprensión e interiorización de valores y actitudes. Lo bonito es dejar que la metáfora actúe por sí sola en el niño, sin añadir explicaciones por parte del adulto. El cuento será bueno si el niño o niña pide leerlo una y otra vez, este es un criterio que no falla.

La premisa argumental de El abrigo misterioso es la siguiente, que hace que pique la curiosidad incluso del adulto, así que no digamos del niño: Todas las mañanas, el Sr. Abejorro salía de su casa con un abrigo enorme. Algo llevaba allí escondido, pero no lográbamos ver lo que era porque, en cuanto salía por la puerta, se iba a toda prisa calle abajo.

Leedlo y disfrutad con vuestros hijos/as, alumnos/as. Yo se lo voy a regalar a mi ahijada Janire, quien siempre me ayuda a testar la calidad y propiedades del producto.
Dejad vuestras impresiones y/o opiniones. Y si conocéis cuentos que os gustan y os parecen interesantes, compartidlos con todos, así vamos ampliando el listado poco a poco.

jueves, 21 de mayo de 2009

Charla-coloquio con los padres y madres de la Ikastola Ekintza, de Donostia, sobre educar en las nuevas tecnologías

Ayer estuve en la Ikastola Ekintza, invitado por el Departamento de Psicología y la Asociación de Padres y Madres de Familia, para impartir una charla, junto con mi colega Isabel González Acha, psicóloga clínica, sobre el tema: Educar a nuestros hijos en el manejo de las nuevas tecnologías.

Este tema es el que más interés había suscitado entre los padres y madres de la Ikastola, por encima de otros, y es por ello por lo que nos decantamos a la hora de elegirlo. Había que dar respuesta a la demanda.

La charla comenzó a las 19,00h y asistieron muchos padres y madres. El guión de la conferencia versó sobre estos puntos: qué nos preocupa; oportunidades y riesgos de las nuevas tecnologías; diferenciando el uso y el abuso; qué motivaciones tienen los jóvenes ante las nuevas tecnologías; factores que influyen en un adecuado manejo de las nuevas tecnologías: la comunicación familiar, los hábitos, la supervisión y el acompañamiento a los menores; pautas para un manejo responsable de las nuevas tecnologías.

El debate fue muy participativo, una de las veces que más recuerdo que los padres hayan opinado, comentado sus vivencias y planteado sus dudas e inquietudes. Se alargó mucho más de lo previsto (hasta las 21,00h), lo cual nos da una idea del alto compromiso de estos padres por aprender de este tema. Las intervenciones fueron excelentes y enriquecieron la conferencia en muchos puntos.

Resumo parte de lo que comentamos en el turno de debate, por si os resulta de interés para vuestros propios hijos:

- Los padres sentimos miedo ante lo desconocido y no nos abrimos a conocer las nuevas tecnologías. Mantenemos un sesgo negativo de las mismas y eso nos impide comunicar y compartir con los hijos lo que ellos viven.


- Dramatizamos en exceso los riesgos y minimizamos las oportunidades. Nos preocupa mucho lo que puedan estar haciendo, por ejemplo, en Internet, pero igual nos olvidamos de los riesgos de la calle, por ejemplo.

- Es una cuestión de enseñar y acompañar a los niños y adolescentes, de educarles en un uso responsable de las nuevas tecnologías. Si se hace este trabajo educativo, no tienen por qué surgir mayores problemas.

- Desde que son niños, es conveniente comunicar con ellos de todos los temas, darles espacio para escucharles y no invadirles en exceso con nuestro intervencionismo. Creando silencios educativos es como podemos propiciar que ellos se abran.

- El afecto y el control, una vez más, son claves: si existe afecto, cariño, hacia los hijos es mucho más fácil poder ponerles control, esto es, límites. Sin éstos, los niños y los adolescentes no pueden crecer con seguridad. Se trata de querer siempre a nuestros hijos, explicarles las razones de por qué les ponemos los límites, pero no argumentar en exceso ya que llega un momento en el que hay que decir “hasta aquí” Tolerar el enfado y la rabia del menor ante el límite que no le gusta (no permitiendo conductas agresivas hacia los demás), aceptar sus emociones, como parte del proceso normal de crecimiento y maduración cuando nos ponen una norma que no queremos, es necesario.

- No es posible controlar todas las conductas de nuestros hijos. Si hemos sentado unas bases de cariño y respeto, hábito y acompañamiento, el menor habrá desarrollado la capacidad de autorregularse y tendrá recursos para resolver determinados problemas. Hay que confiar en los menores, aunque sin perder de vista que no todos son iguales ni presentan la misma edad madurativa, por lo que conviene hacer excepciones a esta regla.
- En línea con lo anterior, se desaconseja vigilar o revisar las conversaciones que el menor mantiene a través de internet. Es un atentado a su confianza y la relación queda resentida para el futuro. Es necesario enseñar a los niños que las mismas normas de educación que rigen en sus relaciones físicas también lo hacen en las relaciones a través de la red. Y educarles en los mismos consejos que les damos cuando salen a la calle: ni hablan con desconocidos, ni se van con éstos, ni proporcionan datos privados... Y lo que se considere ética y legalmente inaceptable en la vida real también lo será en la virtual.

- Hay que enseñar y educar en las nuevas tecnologías desde pequeños. La edad en la cual ya pueden tener un ordenador para ellos y sus estudios es aproximadamente los nueve/diez años, aunque hemos de mirar siempre el grado de madurez global más que la edad cronológica.

- Algunos padres se interesaron por saber con exactitud cuántas horas se les puede permitir de videojuego, de Internet… Cada padre debe de elegir un criterio y ponerlo en práctica, pues cada niño o adolescente es diferente y tiene características propias que requieren de medidas individualizadas. Sabiendo, eso sí, que el exceso de horas es negativo por el riesgo de abuso y porque pierden horas que podrían dedicar a otras actividades educativas.

- Finalmente, se ensalzó Internet como uno de los mejores descubrimientos de la humanidad, si les enseñamos los riesgos. Aun siendo esto así, Internet, en realidad, es un instrumento más que no podrá sustituir la magia y la calidez de las relaciones humanas en un contexto físico, en el cual podamos sentirnos sentidos.

Gracias a toda la comunidad escolar de Ekintza Ikastola por la sensibilidad mostrada y el interés en reflexionar para ser mejores padres cada día. Esperamos vernos el año próximo.

sábado, 16 de mayo de 2009

¿Por qué los niños con apegos disfuncionales no desarrollan suficiente competencia social y cognitiva?

A menudo, a los profesores les cuesta comprender porqué un niño con trastorno del apego -como consecuencia del trauma de los malos tratos- no puede estudiar y relacionarse adecuadamente con los compañeros.

Recientemente he elaborado una GUÍA PARA EL APOYO EDUCATIVO EN EL ÁMBITO ESCOLAR PARA NIÑOS CON PROBLEMAS DE APRENDIZAJE Y CONDUCTUALES SEVEROS COMO CONSECUENCIA DE UN TRASTORNO DEL APEGO. En la misma expongo, en una primera parte, porqué los niños con apegos disfuncionales no desarrollan suficiente competencia social y cognitiva.

En la Guía afirmo que "una relación de apego segura entre bebé y cuidador es la base, el fundamento seguro, en palabras de Bowlby, para que un niño alcance un adecuado y armónico desarrollo a todos los niveles: emocional, cognitivo, del lenguaje, social…

La especie humana nace en unas condiciones de dependencia total de un adulto cuidador y protector. Necesitamos, en comparación con otras especies, años de acompañamiento, cuidados, consejos, apoyo… para poder desarrollarnos como seres independientes y responsables. Como dice Jorge Barudy, un niño necesita de la presencia continuada de los cuidadores (o al menos un cuidador) para llegar a ser alguien.

Cuando un bebé nace, presenta, diríamos metafóricamente, como un programa, genéticamente preestablecido, para apegarse a un cuidador. Emite conductas de apego (como llorar, fijar la mirada, sonreír…) para vincularse y garantizar su supervivencia. Si el cuidador responde a estas conductas de manera cariñosa, ordenada, predecible, y además sincroniza su comunicación con la del bebé, éste comenzará a organizarse psíquicamente. El ambiente de juegos, caricias, alimentación a tiempo, el sueño reparador, según un orden y unos tiempos, o lo que es lo mismo, un entorno caracterizado por unos cuidadores empáticos y sensibles a las necesidades del niño, que calmen sus angustias sin invadir, que templen las frustraciones del bebé… influyen en el desarrollo del cerebro ya que lo organizan. Los buenos tratos, en suma, inciden directamente sobre la morfología y la funcionalidad del cerebro. Autores como Siegel (2007) dan cuenta recientemente de esta realidad: las experiencias de buenos tratos actúan sobre el cerebro y dan lugar a estados de la mente integrados.

Así pues, un bebé, en un periodo de la vida tan sensible como es el que transcurre entre los 0 y los 3 años (es una etapa crucial porque se está formando el cerebro y tiene lugar un espectacular neurodesarrollo), creciendo en un ambiente de buenos tratos, desarrollará con alta probabilidad un cerebro (y en consecuencia una mente) cuyas conexiones neuronales se fortalecen. El resultado, ya lo hemos apuntado: un cerebro organizado, y por ende, un niño organizado. Y, por lo tanto, adquirirá las competencias cognitivas necesarias para el aprendizaje, desarrollará un lenguaje auto-regulador de sus emociones, se sentirá seguro para explorar el entorno y aprender, percibirá a sus padres de manera coherente y estará en mejor disposición para interiorizar las normas que rigen la convivencia en el mutuo respeto, atribuirá intenciones positivas a los comportamientos de los demás, vivirá la satisfacción interior de sentirse amado y valorado, podrá conectar con que los demás tienen sentimientos, sabrá relacionarse positivamente con los iguales, podrá centrar su atención, tolerará mejor la frustración, será más autónomo y estará más preparado para empezar la escolaridad… En suma, en palabras de Jorge Barudy, llegará a ser.

En cambio, cuando un bebé vive en un ambiente de malos tratos o de abandono (tanto como si el niño es testigo de violencia física y psicológica como si la sufre en sus carnes; o como si sufre la negligencia, el desinterés, la dejación por parte de sus cuidadores que conduce a la falta de estimulación, tan dañino como golpear, insultar o humillar al niño) el cerebro no se organiza. Más bien podríamos decir que se desorganiza como una forma de adaptación a unas pautas mal tratantes. Pero, fuera de ese contexto, esas estrategias resultan claramente desadaptativas para el niño. Si estas experiencias de mal trato las sufre el bebé a edades tempranas, en general se puede decir que afectan al desarrollo global del futuro niño. Si suceden en edades posteriores, el impacto será menor porque el cerebro del niño ha podido constituirse coherentemente. De todos modos, ¡siempre hay niños que nos sorprenden con una inusitada resiliencia o capacidad para mantenerse suficientemente equilibrados pese a los impactos traumáticos!

Los estudios científicos y las opiniones de reputados expertos en trauma crónico y desarrollo (Rygaard, 2008; Siegel, 2007; Barudy y Dantagnan, 2005; Ziegler, 2002) apuntan a que las relaciones de apego seguras (el vínculo positivo que se establece en el niño como consecuencia de los buenos tratos de los cuidadores o cuidador y que se constituye en una experiencia interior de sentirse integrado y querido, permitiéndole esa vivencia anticipar que los demás se comportarán así con uno mismo, de enorme trascendencia para llegar a tener una identidad integrada y una buena salud mental) programan el cerebro adecuadamente, sobre todo el cerebro emocional, esa central de procesamiento de las personas y el mundo que nos rodea, responsable de valorar lo que acontece y darle un significado, así como de regular las propias emociones y comprender las emociones e intenciones sociales de los otros"
Espero publicar la Guía pronto, la cual está dirigida al profesorado, y de vez en cuando os proporcionaré extractos interesantes de la misma.
Como siempre, son bienvenidas vuestras aportaciones.

sábado, 9 de mayo de 2009

La magia del contacto real

Asistimos a un boom en lo que a páginas de redes sociales en internet se refiere. Estas páginas (facebook, tuenti…) son probablemente los sitios web más buscados. En las mismas, podemos registrarnos y contactar con personas, bien sean amigas bien nuevas que nos acepten en su red. Así, uno puede estar relacionado con un sinfín de personas de manera virtual.

Las ventajas de estas formas de contacto son obvias: Permite a muchos romper el aislamiento, ponernos en relación con gente con la que estudiamos o convivimos en una época que de otro modo no podríamos hacerlo, conocer a otros a través de tus amigos, abrir nuevas relaciones… en suma es un medio ideal para que seamos “animales sociales”, como decía Platón.

Pero quizá estos medios nos acomodan para que no nos acerquemos a los demás en la vida real. Hoy en día parece que hablarle a alguien en la calle le pone en guardia. Uno puede tener cientos de contactos y de amigos en el facebook pero dedicarse a su trabajo y salir muy poco a la calle, a la ágora (lugar público) Y relacionarse a través de la pantalla del ordenador está muy bien y es una herramienta muy útil pero no puede compararse a la magia del contacto real persona a persona. Un ordenador jamás podrá facilitar, creo yo, que dos personas sintonicen del mismo modo a como cuando están físicamente juntas. Cuando estamos con alguien con quien conectamos, la magia del sentirse sentido físicamente (el hemisferio derecho de una persona se conecta con el de la otra, como si de una red wifi se tratara) es incomparable a la de "sentirse" a través de una pantalla.

Están muy de moda estas redes de contacto por internet y a cada paso oímos hablar de ellas, pero yo apuesto por el contacto en vivo, máxime cuando este es gratificante, con una persona con la que sentimos que nuestros estados mentales se alinean con los suyos.