lunes, 30 de septiembre de 2013

¿Cuándo y a qué tipo de psicoterapia remitir a un menor de edad adoptado o acogido con historia previa de abandono, abuso y/o maltrato?

La semana pasada concluíamos afirmando que la plasticidad del apego es mucho mayor de la que se creía en un principio. Los esquemas tempranos de apego no permanecen inmutables e impermeables a las influencias sociales posteriores. Relaciones sanas y constructivas con otros  adultos (abuelos, tíos, profesores, educadores…) pueden reparar los esquemas mentales dañados y conducirlos a una resiliencia secundaria o un apego ganado a la seguridad. Es el poder que tienen las relaciones para influenciar positivamente en la biología. El cerebro no es un órgano aislado sino que interactúa con los factores psicológicos y sociales.

Afirmábamos en el último post que entre las relaciones que poseen poder sanador y reparador de los apegos tempranos subóptimos o dañados está, en un lugar prominente, la psicoterapia.

Muchos padres, madres y familias podéis preguntaros: ¿Y qué tipo de terapia? ¿A dónde le llevo? ¿Qué es una terapia realmente y por qué funciona? ¿Cuándo llevar a mi hijo/a a psicoterapia? A estas preguntas voy a intentar dar respuesta, desde mi punto de vista y mi experiencia.

Hace nueve años me formé en el diplomado de psicoterapia organizado por el IFIV de Barcelona (dirigido por el Dr. Jorge Barudy y la psicóloga y psicoterapeuta infantil Maryorie Dantagnan. Os he hablado de él en varias ocasiones durante estos años. En este enlace tenéis cumplida información los que estéis interesados en el mismo) para el tratamiento del psicotrauma infantil. Supuso un antes y un después en mi carrera. Este diplomado va por su sexta promoción (a cada promoción se le denomina APEGA), la APEGA 6. Antes de entrar en este diplomado llevaba unos años trabajando con niños y adolescentes víctimas de malos tratos, abandono y/o abuso sexual sin dar con un modelo de intervención eficaz, comprensivo y respetuoso con el sufrimiento de los niños y jóvenes. El modelo del IFIV me permitió incorporar a mi práctica clínica los conocimientos y metodología apropiada para poder tratar adecuadamente a los menores de edad que acuden a mi consulta. El modelo desarrollado por el IFIV basado en la ecología social de los buenos tratos, la teoría del apego y la psicología del trauma, propone un tratamiento psicoterapéutico que parte, primero, de una evaluación comprensiva y segundo de una intervención por bloques. Cada bloque tiene unos objetivos y unas técnicas (se cuenta con un elenco importante de ellas) de tratamiento psicoterapéutico. Aunque se adapta, por supuesto, a cada niño que es una individualidad propia, única e irrepetible. Dentro específicamente del enfoque terapéutico, éste es ecléctico (recibe aportaciones de todas las escuelas de psicoterapia) aunque cobran especial relevancia, a mi modo de ver, los siguientes puntos (hay varios más, pero no puedo dedicarme hoy a todos): La relación terapéutica, la regulación emocional, el trabajo con los padres o referentes del menor y la integración resiliente del trauma. Voy a describir someramente cada uno de estos elementos.

Uno de los pilares sobre el que se debe de sustentar la psicoterapia para niños víctimas de experiencias prolongadas de abandono y malos tratos y que presentan alteraciones en el vínculo de apego es la relación terapéutica. Parece mentira, pero 50 años después, Carl Rogers, uno de los representantes de la escuela de psicoterapia humanista (que preconiza que la terapia debe estar centrada en el cliente y que la relación terapéutica es la clave y debe de fundarse en cualidades del terapeuta como la cordialidad, la empatía y la autenticidad), tiene toda la razón. La neurociencia actual avala a Rogers y pone de relieve que una relación terapéutica sólida, confiable y cálida repara el apego dañado y da la oportunidad de descubrir el verdadero self. Y aún más: parece que las redes neuronales alteradas subyacentes a los problemas o trastornos del apego tienden a regularse. Cozolino afirma en su libro Neuroscience of psychotherapy: “Considerable evidencia apoya la idea de que una relación sintonizada intensifica la plasticidad neuronal y el aprendizaje. Es necesario un terapeuta capaz de favorecer la expresión emocional y la modulación debido a su impacto en los procesos biológicos subyacentes” Hemos de tener en cuenta que los niños con historias de abandono carecieron en demasía de relaciones sintonizadas emocionalmente ya que a través de las cuales se construye el vínculo de apego, entre otros elementos. Por eso,  que un terapeuta sea capaz de sintonizar emocionalmente con el niño (adaptándose a su estilo de vincularse, a su modo de relacionarse, etc.) es una habilidad que a mi juicio hay que introducir. Y también que el terapeuta sea una persona consistente y con habilidad para mantener la estabilidad emocional, y manejarse, incluso cuando el niño genere o actúe en la figura del terapeuta mostrando transferencias que son reflejo de sus relaciones pasadas (por ejemplo, portarse mal para que se le eche de la psicoterapia) En mi experiencia, lo que los niños más recuerdan de ésta es el cómo estuvieron y cómo se sintieron y relacionaron con el profesional.

Otro de los elementos clave en la psicoterapia -y por lo que hay que comenzar la mayor parte de las veces- es por la estabilización emocional y conductual del menor. Hay que tratar de que el niño aprenda a mantener niveles de activación moderados pues con altos/bajos niveles no se pueden procesar emocionalmente las experiencias traumáticas ni hacer psicoterapia. Una de las tareas que solemos hacer desde el principio es lo que llamamos psicoeducación: enseñar al niño a regularse mediante diversas estrategias. La propia relación terapéutica -si se ha construido progresivamente de manera adecuada y se va tornando segura- ya regula al niño. Esto es un principio trasladable a otros  ámbitos: profesores, educadores, monitores, etc. que han sido capaces de tener una buena relación (o acaso una relación de colaboración, si es muy difícil el vínculo) su sola presencia ya puede calmar al niño y devolverle dentro del margen de tolerancia a las emociones. Recordad que una de las funciones del vínculo de apego es la de servir de potente regulador de los estados internos del bebé y posteriormente, del niño. Nos vamos a encontrar con infantes que han tenido experiencias duraderas en las que, al contrario, el progenitor dañaba, alteraba, crispaba o aterrorizaba a éstos.

A la par, y como dice Cristina Cortés, del centro Vitaliza de Pamplona, los padres o familia (si son competentes, conscientes y colaboradores) pueden constituirse en los mejores reguladores de sus hijos. Por ello en la etapa psicoeducativa, incorporamos a los adultos cuidadores o responsables del niño para que aprendan en el contexto de la sala de la terapia y con la ayuda del profesional, a sintonizar emocionalmente, empatizar (sobre todo la aportación fundamental de Jorge Barudy: reconocer el dolor al menor, que  el adulto se lo reconozca. Esto es importantísimo y totalmente reparador) y regular al niño con la palabra. Con este trabajo se va consiguiendo actuar sobre los esquemas mentales de apego temprano tratando de que éstos se vayan modificando hacia la seguridad. Otro buen número de experiencias en relación a los cuidadores que van construyendo vínculo poco a poco son también trabajadas en la terapia  (por ejemplo, nutrimiento afectivo, contacto piel con piel, crear espacios seguros para el bebé dentro del niño…)

Con todo esto llegamos a otro elemento (que debe tratarse en la última fase de la terapia y si -y sólo si- el niño o menor está protegido y estabilizado) al que Maryorie Dantagnan, mi maestra en psicoterapia, denomina acertadamente como integración resiliente: el trabajo de los contenidos traumáticos y la co-construcción de una narrativa. Ya os he hablado en varias ocasiones de porqué es importantísimo la elaboración de un relato que recoja la historia de vida del niño o menor de edad, escribiendo lo vivido pero a la vez subrayando y enfatizando con empatía los recursos y los valores resilientes de ese niño o joven. Cozolino nos dice a este respecto: “La importancia de la co-construcción de las narrativas está fundamentada en la coevolución del cortex cerebral y el lenguaje, reflejando la evolución de nuestro cerebro como un órgano social. El lenguaje dentro de una relación significativa ha modelado el cerebro durante la evolución y continúa haciéndolo a través de nuestras vidas. Una narrativa incardinada dentro de una relación emocionalmente significativa como lo es la psicoterapia es capaz de re-esculpir las redes neurales. A través del uso de la memoria autobiográfica, nosotros podemos crear narrativas que unen el proceso desde varias redes neurales hacia una historia cohesionada de uno mismo. Las narrativas nos permiten combinar –en la memoria consciente- nuestro conocimiento, sensaciones, sentimientos y conductas apoyando la integración de las redes neurales subyacentes” No debemos olvidar que los niños han sufrido historias de vida con rupturas, disrupciones en la comunicación y hechos de vida muy duros y límite en edades donde la mente está en desarrollo. La co-construcción de la narrativa puede reparar este crucial aspecto.

Esta parte final es muy delicada y sólo podemos llevarla a cabo si el niño tiene adultos (padre, madre, cuidadores…) que pueden contenerle adecuadamente y si el vínculo con éstos está desarrollado. La relación terapéutica ha de ser sólida igualmente. Los padres o cuidadores han de apoyar el trabajo que el psicoterapeuta hace. Una psicoterapia con un menor de edad cuyas necesidades no se satisfacen y/o sin nadie que apoye la labor del profesional tiende a caer en el vacío y puede resultar, además, contraproducente.

Hemos tratado de responder a qué tipo de psicoterapia y el por qué está funciona. Nos queda intentar “mojarnos” en el cuándo derivar al menor a tratamiento. Hace unos años hubiese afirmado que la derivación debe hacerse cuando haya una demanda o motivo/s: bajo rendimiento académico, conductas agresivas, graves violaciones de las normas, síntomas de ansiedad, depresión, hiperactividad, inhibición, problemas para relacionarse, etc. Sin embargo hoy en día pienso que todos los niños adoptados o acogidos con historias de vida traumáticas a sus espaldas deberían de hacerla antes de la adolescencia. No obstante, como dice Cozolino, no se puede dar por sentado nada en neurociencia y nunca es tarde para poder producir cambios en las personas. Ahora bien, las intervenciones tempranas complican menos el cambio. De todos modos, no sólo lo propongo para los menores adoptados o acogidos. Soy de la opinión de que TODOS deberíamos pasar por la experiencia de la psicoterapia y hacer un trabajo personal. Cuanto más autoconocimiento de nosotros mismos tengamos, mejores  padres, profesionales… en suma, mejores personas seremos.

La semana próxima el post tratará con más detenimiento sobre el modelo de psicoterapia para el tratamiento del psicotraumatismo infantil desarrollado por Barudy y Dantagnan y que aplicamos en España en varios centros denominados, como ya he mencionado, de la red apega (los distintos profesionales egresados del diplomado de formación en psicotrauma infantil organizado por ellos) Expondremos las bases científicas del modelo, en qué se fundamenta y los bloques que comprende la psicoterapia mostrando su aplicación con niños traumatizados en los centros de Barcelona (IFIV), A Coruña (Centro Alen) y Donostia (consulta de servidor de ustedes) Creo que además de los profesionales, es importante que las familias estéis informadas sobre qué es la psicoterapia.

Termino la entrada de esta semana (ya sabéis que últimamente os invito a terminar el post ofreciéndoos una “picada”) precisamente haciendo referencia a Jorge Barudy. Hace unos días intervino en un debate sobre resiliencia en La 2 de TVE. Aquí os dejo el enlace del vídeo para que nos os lo perdáis. Participa junto con otras dos personas resilientes en un coloquio muy interesante en el que se desgranan de una manera concisa y clara, y también desde las propias vivencias, cuáles son las claves de la resiliencia. La idea que anteriormente os he enfatizado cuando hablábamos de la empatía con los niños como manera fundamental de reparar -que es de Jorge Barudy y es genial- es dicha en este vídeo: que te reconozcan el dolor. Eso genera resiliencia.

Cuidaos / Zaindu

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Curso "El proceso de la crianza terapéutica", abierto a profesionales y familias y organizado por el Centro Alen, en A Coruña


Tengo el placer de presentaros este excelente programa formativo organizado por el Centro Alen de A Coruña conceptualizado y diseñado para que todos los profesionales y familias  interesadas puedan formarse en el trabajo y acompañamiento a niños y adolescentes que presentan historias de vida en las que han estado presentes los malos tratos, el abandono y/o el abuso sexual y que están afectados por el trauma y las alteraciones de la vinculación.

Formarse es imprescindible para poder realizar intervenciones eficaces y de calidad con los niños y adolescentes traumatizados, cuya crianza y tratamiento educativo y terapéutico es un auténtico desafío.

Elena Borrajo y su equipo (Centro Alen) organizan este curso para poder formarse en esta línea. Colaborarán como docentes invitados Jorge Barudy, Maryorie Dantagnan y servidor. Estoy encantado de poder participar como profesor invitado en un programa de tanta calidad y con un equipo profesional cualificado, con amplia experiencia en el ámbito de la protección a la infancia.

Las plazas son limitadas y el curso empieza en noviembre.


Cómo establecer una relación terapéutica con niños y niñas que han sufrido

OBJETIVOS DEL CURSO

Generar conocimientos y vivencias en los asistentes que les capaciten para asumir el acompañamiento terapéutico de niños y niñas afectados por trauma temprano, o para formar y apoyar a aquellos que han de hacerlo. El curso proporcionará un espacio de cuidado y de trabajo del adulto que alumbre y fomente sus  propios recursos terapéuticos.

A QUIÉN VA DIRIGIDO

Técnicos de infancia, educadores sociales, profesorado, terapeutas familiares, terapeutas infantiles, familias acogedoras, psicoterapeutas, psiquiatras infantiles, trabajadores sociales.

REQUISITOS

Formación relacionada con la infancia, la salud mental, o experiencia laboral que acredite conocimiento del ámbito.

Será necesaria realizar entrevista personal previa a la admisión al curso.

FECHAS PROPUESTAS

Nº Máximo de asistentes: 15  

Primer año: Nº de horas de formación: 150h.

Modo de celebración: Viernes de 16,00 a 20,30h y Sábado de 10,00 a 19,30h.

Lugar de celebración: Centro Alén. Avda. Primo de Rivera , nº 10, 4º. A Coruña

8 y 9 de noviembre de 2013

29 y 30 de noviembre de 2013

20 y 21 de diciembre de 2013

17 y 18 de enero de 2014

21 y 22 de febrero de 2014

21 y 22 de marzo de 2014

11 y 12 de abril de 2014

23 y 24 de mayo de 2014

13,14 y 15 de junio de 2014

12,13 y 14 de septiembre de 2014

DOCENTES

Facilitadores del curso: María Elena Borrajo y Eduardo Barca

CUERPO DOCENTE:

Eduardo Barca. Psicólogo (Centro Alén), Diplomado en “La psicoterapia de niños y niñas afectados por traumas, trastornos del apego y del desarrollo, consecuencia de malos tratos, exposición a violencia conyugal, agresiones sexuales, separaciones conflictivas, abandono y malos tratos antes de la adopción” y Doctorando de la Universidad de Vigo en "Dificultades de aprendizaje y procesos cognitivos". Especialista en Evaluación e Intervención Cognitiva. Profesor Asociado en la Universidade da Coruña.

Laura Fariña. Psicóloga (Centro Alén), Experta en Programas de Intervención Familiar (UDC), Especilista en Estimulación Precoz (AGADIR), Especialista en Mediación Familiar (UEPP).Miembro del equipo auxiliar del Programa de Trastorno Mental Grave del Hospital Marítimo de Oza. Desde el año 1999, interviniendo con familias de niños que han sufrido daño y en el ámbito de protección a la infancia.

María Vergara Campos. Psicóloga. Terapeuta Centro EXIL Barcelona. Directora programas BICE en Sudeste asiático.

María Elena Borrajo. Psicologa infantil ,especializada en el tratamiento con niños y niñas, adolescentes, que han sufrido desamparo temprano. Formada por la Fundación Exil por el profesor Jorge Barudy y Maryorie Dantagnan, en el diplomado especializado para niños víctima de maltrato. Con 20 años de experiencia en el ámbito de la protección infantil y la atención en centros de menores y el acogimiento familiar. Fundadora del Centro Alén. Terapeuta EMDR.

PROFESORES COLABORADORES:

Jorge Barudy Labrín. De origen chileno, neuropsiquiatra, psicoterapeuta y terapeuta familiar. Formador de la EFTA (Asociación Europea de Terapia Familiar). Docente del postgrado en psicoterapia e intervención social sistémica de la Universidad Católica de Lovaina (1983-1998). Antiguo Director Clínico del programa de prevención y tratamiento de os malos tratos infantiles (Equipe SOS Enfants Familles) de la Universidad Católica de Lovaina , Bélgica ( 1982 –1997). Director Fundador y actual Director de EXIL, Centro Médico psicosocial para refugiados políticos y víctimas de tortura en Bélgica y en España. Docente de varias Universidades españolas y chilenas en cursos de post-título en relación con la prevención y el tratamiento de los efectos de la violencia en niños, mujeres, la familia y la comunidad. Co-Director de IFIV “Instituto de Formación e Investigación-Acción sobre las Consecuencias de la Violencia y la Promoción de la Resiliencia”, Barcelona.

Maryorie Dantagnan. Chilena, pedagoga, psicóloga, psicoterapeuta infantil. Antigua responsable de programas de promoción de salud mental infantil y prevención de malos tratos infantiles en Barranquilla, Colombia. Actual responsable clínica del Programa de psicoterapia para niños y niñas víctimas de malos tratos acogidos en centros o en familias y del programa de acompañamiento a la adopción, en el centro EXlL España. Psicóloga infantil del programa de Salud Mental para exiliados políticos y víctimas de la tortura del centro EXIL España en Barcelona. Co directora de IFIV “Instituto de Formación e Investigación-acción sobre las consecuencias de la violencia y la promoción de la resiliencia. Barcelona.

José Luis Gonzalo Marrodán. Psicólogo vasco y psicoterapeuta infantil. Máster en terapia de conducta de la UNED. Posgrado en psicopatología clínica U. de Barcelona. Docente del Diplomado de Formación especializada para psicoterapeutas infantiles de IFIV. Autor de la “Guía para el apoyo educativo de niños con trastornos del apego” y de los libros “¿Todo niño viene con un pan bajo el brazo? Guía para padres adoptivos con hijos con trastornos del apego” y “Construyendo puentes. La técnica de la caja de arena”  Profesional con una vasta experiencia en el trabajo clínico con niños, adolescentes y adultos víctimas de malos tratos, abusos sexuales y trastornos del apego.

CONTENIDOS DEL CURSO

BLOQUE I EL PARADIGMA DE LOS BUENOS TRATOS INFANTILES

1.1 La crianza terapéutica y los buenos tratos: definición, componentes y proceso

1.2. El papel de los buenos tratos en el  proceso de formación, organización del cerebro y  desarrollo de la mente infantil. Los aportes de la neurociencia.

1.3. El modelo de competencias parentales y su aporte a la crianza terapéutica.

1.4. Buenos tratos y el desarrollo de la resiliencia infantil. La resiliencia primaria y secundaria.

BLOQUE II MODELO COMPRENSIVO DEL SUFRIMIENTO INFANTIL EN EL NIÑO/A

2.1.  Modelos explicativos del sufrimiento infantil y el daño provocado por los malos tratos.

2.2. Las manifestaciones del trauma infantil en las diferentes áreas: 
· Apego. Bases teóricas. Alteraciones del Apego. 
· Los trastornos del apego: Consecuencias, Tipologías y manifestaciones según la edad.  La relación con niños y niñas con alteraciones del apego
· Trauma. Bases teóricas. El trauma complejo y los  procesos traumáticos.  Impacto de las vivencia de trauma en los niños y niñas.  
Los trastornos de estrés post-traumático. El trauma derivado del abuso sexual. 
· Desarrollo. Bases teóricas.
Impacto de los malos tratos sobre el desarrollo en los   niños y niñas afectados por desamparo o trauma temprano.
 Las diferentes alteraciones  de los procesos educativos y de socialización infantil y sus manifestaciones.

BLOQUE III MODELO DE CRIANZA TERAPÉUTICA EN BASE AL RECONOCIMIENTO DEL DAÑO Y DE LOS RECURSOS RESILIENTES EN LOS NIÑOS: DEFINICIÓN, CARACTERÍSTICAS Y ESPECIFICIDADES

3.1. Indicadores para una evaluación comprensiva del daño infantil

3.2. Premisas básicas de las intervenciones que favorecen la crianza terapéutica y la resiliencia

· Características de los contextos reparadores.
· Los tutores de resiliencia: definición, características y proceso de formación

3.3. El modelo de crianza terapéutica. 

· Los diferentes bloques del modelo de crianza terapéutica: objetivos, actividades y técnicas
· Intervenciones educativas terapéuticas específicas a cada contexto: contexto escolar,   contexto familiar y contexto residencial.

3.4. Recursos terapéuticos

· Técnicas para facilitar la emergencia de una relación terapéutica de confianza y seguridad
· Técnicas para facilitar el reconocimiento y el manejo de las emociones.
· Técnicas para facilitar el desarrollo de la empatía.
· Técnicas para trabajar contenidos traumáticos.
· El juego
· El arte
· Técnicas narrativas
· Intervenciones verbales
· Técnicas de apoyo terapéutico basadas en los modelos de resiliencia

3.5. La relación con el adulto como instrumento terapéutico de excepción. Fases de la construcción de una relación terapéutica.

3.6. Factores que imposibilitan el éxito del uso de las técnicas educativas terapéuticas

3.7. Abordajes terapéuticos de los diferentes tipos de daño.      
   
· Tratamiento de los trastornos del apego         
· Tratamiento de las  consecuencias de los procesos traumáticos         
· Tratamiento de los trastornos conductuales.

ORGANIZA

CENTRO ALEN.

COLABORADORES

CENTROS DE LA RED APEGA:

· Instituto de Formación e Investigación-Acción sobre las Consecuencias de la Violencia y la Promoción de la Resiliencia.

· Consulta de psicología y psicoterapia infantil de José Luis Gonzalo Marrodán.

PRECIO

1.400 EUROS. (Posible pago fraccionado: Matrícula 500 €,  dos cuotas de 450 €)

2º AÑO DE FORMACIÓN

El segundo año de formación, se contempla el proceso de supervisión y acompañamiento, además de en la profundización del contenido abordado durante el primer año.

MODO DE INSCRIPCIÓN

Enviar email con datos personales, breve curriculum y modo de contacto (email y nº de teléfono) a:

centroalen@centroalen.org
 
Indicando la solicitud de asistencia al curso “crianza terapéutica”

martes, 24 de septiembre de 2013

Curso "Detección e intervención en casos de abuso-maltrato" organizado por Umayquipa e impartido por María Barbero

Tengo el gusto de presentaros este magnífico curso organizado por Umayquipa e impartido por María Barbero de Granda, dirigido a todas aquellos profesionales que tienen que trabajar con menores que son víctimas de abuso-maltrato.


DETECCIÓN E INTERVENCIÓN EN CASOS DE ABUSO-MALTRATO
 
Organiza: Umayquipa, a.e.
Día: 17 de noviembre 2013

 
 
En los últimos años existe una demanda a los profesionales de salud sobre la intervención en casos en los que se han producido malos tratos o abuso. Entendemos por esto también acoso en el aula y conductas de abuso y acoso a través de las redes sociales.

Los objetivos de este curso son ayudar en esta problemática a los familiares, en el aula -si es el caso- y, por supuesto, a la víctima.

Contenidos:

Detectar a través de la evaluación psico­-emocional lo que ocurrió y las consecuencias en la persona que lo sufre.
Cuestiones importantes en estos casos: ¿Cómo intervenimos, denunciamos, hablamos con los padres?

Trabajaremos en las sesiones para recoger datos importantes, detalles que nos ayudan a realizar un buen diagnóstico diferencial.
Abordaremos el trabajo enfocado a los abusos a través de las nuevas tecnologías.

Pautas de intervención en psicoterapia y trabajo con la familia.
Utilizaremos el juego como técnica principal en el caso de los niños, como modo de explorar y sanar el daño ocurrido.

Para terminar -muy importante- qué y cómo comunicar el caso y realización de informe o y enfoque  pericial si fuera necesario
Información e inscripciones:
UmayQuipa a.e
Secretaría y Consultas:
Alberto Aguilera 58 3º Izquierda / 28015-Madrid
Tlf. y Fax 91 549 38 78 / 671 960 299
 

lunes, 23 de septiembre de 2013

Plasticidad del apego: ¿pueden cambiar nuestros primeros patrones infantiles?


Con el tiempo que llevamos de blog, son muchos los capítulos que hemos dedicado a este apasionante tema como lo es el apego. Baste ir a la etiqueta “apego”  -a la derecha de la pantalla de tu PC o portátil (en la versión para el móvil creo que no salen las etiquetas)- para encontrarnos con un buen número de entradas que versan sobre el particular.

En los post sobre apego que he ido redactando y recopilando, recuerdo que ya hemos tocado este crucial punto; me refiero al de si es posible modificar o influir en las primeras representaciones de apego gestadas durante los primeros años de vida e interiorizadas en el contexto de una relación prolongada con los cuidadores principales del bebé. El modelo interno de trabajo (ese modelo o esquema conductual, cognitivo, sensorial y emocional que contiene la información que nos permite representarnos cómo es la relación con esos cuidadores y además crear expectativas acerca de su disponibilidad y capacidad para dispensarnos seguridad, confianza y calma emocional) postulado por Bowlby y que ya se ha desarrollado ¡para el primer año de vida!, ¿cuán de estable es? Los bebés con experiencias de apego inseguro subóptimas con los cuidadores e incluso los que han sufrido vivencias graves (como el maltrato físico y/o emocional severo), ¿tienen el destino marcado? ¿No hay mucho que hacer para influir en ese modelo interno de trabajo? ¿Son niños fragilizados de por vida? ¿Son niños con una especial vulnerabilidad? ¿Realmente es así de estable el patrón de apego interiorizado? A todo esto vamos a intentar dar respuesta. Y para ello vamos a basarnos en el genial Louis Cozolino y su libro Neuroscience of psychotherapy. Healing de social brain. También daré mi personal opinión que basaré en mi experiencia de tratamiento con menores adoptados y acogidos, algunos de los cuales he podido tratarles psicológicamente de niños y después de adultos.

Lo primero, debemos empezar afirmando que el apego como representación mental es la resultante de la codificación en la memoria de las experiencias con los cuidadores tempranos. Por poner un ejemplo, con el padre se ha podido desarrollar un patrón de apego seguro e inseguro con la madre. Con el padre mostrará unas conductas de apego y con la madre otras. Pero a la hora de evaluar el apego lo que al clínico le interesa es valorar la representación mental desarrollada resultante de esas experiencias conjuntas. Para los tres años se pueden evaluar estas representaciones mediante procedimientos en base a juegos con muñequitos en los que el niño dramatiza situaciones familiares prediseñadas donde se pone en juego el apego y se valora qué narrativo expone el niño en relación a los recuerdos de esas experiencias con sus cuidadores principales. Durante el segundo año, para valorar la calidad del apego, en cambio, prima más qué conductas de apego muestra el niño en una situación con el cuidador principal evaluadas mediante un procedimiento diseñado por Mary Ainsworth denominado La Situación del Extraño)

A mi modo de ver (esto es una opinión personal) durante el primer año la relación bebé-madre es más predominante y fundamental que la del padre. Éste es gran apoyo para la madre y también proporciona al niño otro tipo de momentos de juego e interacción más psicomotriz. No en vano en el libro El amor maternal de Sue Gerhardt se expone la trascendencia de esta relación durante el primer año de vida. Posteriormente, la figura masculina tomará papeles más relevantes; por ello el vínculo que se va creando entre padre/hijo-a es muy importante.

En la vida del niño -y a partir del segundo año principalmente- van apareciendo otras figuras con las que desarrollará un vínculo (el vínculo de apego recordamos que se desarrolla con los cuidadores principales, fundamentalmente la madre o sustituta, y su cima está en los 9 primeros meses, en los cuales ya hay un apego centrado; con otras personas o cuidadores se desarrollan posteriormente vínculos) Se les llama figuras vinculares subsidiarias. Irán conformando la red del niño y se apoyará en ellas para ir haciendo su camino y su desarrollo hacia la autonomía (porque recordad también que apego no equivale a dependencia, sí inicialmente, pero para culminar en una independencia gracias a la seguridad interiorizada por el niño en esa relación con los cuidadores segura que le permite llevarse esa seguridad consigo en su mente)

Estas posteriores relaciones pueden influir en las representaciones de apego y segurizarlas, cuando las iniciales fueron inseguras. Es el papel reparador que pueden tener muchos profesores y profesoras, educadores y educadoras. La psicoterapia temprana padres/bebé con una intervención focalizada en el apego en los casos en los que se comprueba que éste se ha insegurizado por múltiples causas, puede modificar estos patrones inseguros aprendidos o interiorizados tempranamente, siempre y cuando nos encontremos con unos padres conscientes y dispuestos a reparar. Una relación duradera con un tutor de resiliencia puede también actuar como relación compensatoria reparadora de un patrón de apego inseguro adquirido en los primeros años de vida, como sucede con muchas familias de acogida que hacen una labor inestimable que sana apegos dañados. Los niños adoptados pueden igualmente sanar apegos alterados gracias a la labor de su padre y/o madre, con unas pautas específicas y una intervención orientada por profesionales que se centre en el apego y en la elaboración de la historia de vida traumática. En suma, se puede desarrollar lo que se denomina un apego de seguridad ganada o ganados a la seguridad

En definitiva, el apego temprano que hemos desarrollado como esquema mental, las primeras impresiones que nos revelan cuán seguro, cálido y confiable es el mundo de ahí fuera, pueden modificarse o si no, influirse positivamente gracias a la red de relaciones posteriores y también mediante una psicoterapia reparadora. Lo dicen dos expertas en la materia en su libro Vinculaciones afectivas, el cual os recomiendo desde ya (es un compendio sobre apego completo, teórico y práctico): “El apego influye pero no determina, al menos como único factor”

¿Qué nos dice Cozolino? El título de este post es suyo (plasticidad del apego) Este autor refiere que “el apego en la infancia es normalmente conceptualizado como una relación específica, mientras que el apego en la adultez es interpretado como un rasgo del carácter”. Cozolino afirma que “...hemos aprendido mucho de la vasta investigación que se ha realizado sobre apego: cómo las categorías de apego reflejan la conducta de los padres y la reacción de los niños ante el estrés; hemos aprendido de la investigación sobre apego cómo los esquemas de apego llegan a la vida adulta, cómo afectan a nuestra elección de pareja, a la naturaleza de nuestras relaciones y en la manera en la que nosotros ejercemos nuestra parentalidad con nuestros propios niños. El entusiasmo que tenemos acerca del poder de las categorías de apego (a saber inseguro evitativo/ansioso/ desorganizado vs. seguro) para explicar el desarrollo emocional a menudo fallan en el reconocimiento de que existe una considerable fluctuación en los estilos de apego a lo largo del tiempo” (…) “Nosotros podemos pensar que un esquema de apego podría cambiar porque nosotros pensamos en el mismo como un rasgo de personalidad”

“En los humanos –prosigue Cozolino- nosotros vemos que es más probable que un decremento de la seguridad o el mantenimiento de la inseguridad durante la adolescencia ocurra en presencia de estresores psicológicos, ambientales o familiares. Los adolescentes que ven a sus madres como fuente de apoyo, es más probable que ganen seguridad; mientras que la depresión materna correlaciona con un movimiento del apego desde la seguridad a la inseguridad. De todos modos, el apego seguro, aunque no es inmune, aparece más resistente al cambio que el apego inseguro. Los eventos de vida negativos operan para mantener el apego inseguro. La mayor implicación para la psicoterapia de estos resultados es que el apego inseguro está predispuesto al cambio como resultado de un input social positivo. La consistencia de las tasas de apego (seguro versus inseguro), esto es, el porcentaje de sujetos que presentan la misma clasificación de apego varía entre un 24-64% dependiendo de los estudios. Es decir, la consistencia no es alta. Esto puede suponer malas noticias para los que están interesados en el apego como un rasgo estable, pero buenas noticias para aquellos de nosotros interesados en el cambio” “Como psicoterapeuta –dice Cozolino- que está interesado en el cambio positivo, la variabilidad de los datos es una buena noticia. Yo creo que los esquemas de apego son una maleable forma de memoria implícita, así pues la relación terapéutica con los clientes puede alterar los mismos de una manera saludable. En este sentido, la psicoterapia viene a ser una relación de apego  guiada con el objetivo de apoyar la homeostasis (moderados estados de activación) y una eventual reparación de los esquemas de apego inseguro”

En consecuencia, huyamos de posturas radicales. Es posible influir en los esquemas de apego de un modo que éstos puedan sanar. Bien modificándolos en su naturaleza, bien generando nuevos esquemas alternativos en una suerte de resiliencia secundaria. Mi experiencia profesional coincide con lo que los expertos como Cozolino nos transmiten: el apego es plástico. Ahora bien, si a un menor no se le da la oportunidad de reparar unos esquemas de apego dañados en la primera infancia por experiencias adversas graves de maltrato y abandono, si crece y pasa muchos años con abandonos reiterados, ausencia de permanencia de una figura adulta sensible, disponible y empática, rupturas de contacto y de contexto reiteradas, los esquemas iniciales se ven reforzados y las probabilidades de acercarse a la adolescencia con una vulnerabilidad alta y procesos patológicos son mucho mayores. Nunca es tarde en la vida, pero será muchísimo más complicado. Los niños con trastorno del apego temprano que van de institución en institución o de familia de acogida en familia de acogida, sin un adulto o referente empático y firme (límites puestos con aceptación incondicional) en sus vidas, es más probable que lleguen a la vida adulta con un trauma no resuelto. Los niños que tuvieron durante un tiempo largo la posibilidad de vincularse con una figura adulta alternativa sana (bien con un educador de centro de acogida bien con un acogedor en una familia) son los que he comprobado en mi práctica clínica que se desarrollan con más resiliencia.

La psicoterapia se revela como una experiencia -nos dice Cozolino- capaz de influir en los esquemas de apego alterados, tanto en los niños como en los adultos. ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Qué tipo de terapia? ¿Cuándo ir a terapia? Esto es motivo para otro post la próxima semana.

Antes de despedirme, quiero enfatizar dos cosas:

La primera, la entrada de la semana pasada referida a los cuentos terapéuticos elaborados por la educadora Verónica Pérez ha sido todo un éxito. Este post ha tenido numerosísimas visitas, lo cual agradezco. También me sugiere que estamos todos muy necesitados de herramientas. Así pues, pienso prepararos otro post pronto con materiales de esta índole.

La segunda, os invito a leer el blog de mi amiga y colega Pepa Horno, gran persona y excelente profesional. Nos habla en esta entrada de una adversa experiencia como madre. En efecto, como madre empática y sensible, sí, pero también ella sabe como profesional lo que puede ocurrirles a las víctimas. Es una experiencia doliente y sufriente que le afecta en lo más hondo de su persona pero con un mensaje, una vez más, de que los procesos resilientes son posibles, si somos capaces de estar ahí con permanencia, contención, aceptación, empatía y… amor. Nos os la perdáis. Podemos aprender mucho de las experiencias. También os recomiendo su nuevo trabajo Escuchando mis tripas Dice Pepa: "El maltrato infantil, y el abuso sexual en particular, es una realidad en nuestra sociedad. Y sin embargo tememos hablar sobre ella a los niños y niñas, tanto en nuestras familias como en las escuelas. Entre otras cosas, porque a menudo no sabemos cómo. Falta formación y existen pocos materiales específicos para poder hacerlo, sobre todo con los niños y niñas más pequeños. El programa Escuchando mis tripas es una propuesta didáctica de prevención primaria del abuso sexual infantil en niños y niñas de tres a seis años"
Os espero a todos/as la semana que viene. Cuidaos / Zaindu.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Magníficos cuentos terapéuticos para niños en acogimiento familiar o residencial creados por la educadora Verónica Pérez Gutiérrez

¿Alguna vez te has preguntado cómo trabajar con un niño en situación de acogimiento residencial los sentimientos que tiene respecto a por qué no puede vivir con sus padres? ¿O cómo ayudarle a que exprese éstos cuando va a pasar de vivir en un centro de acogida a una familia acogedora? ¿Y cómo siente un hermano la llegada de un niño a la familia de acogida? ¿Has pensado cómo explicarle, qué palabras utilizar, cómo construir una narración que favorezca la comprensión del suceso vital o el cambio que va a acontecer en su vida? ¿Te has devanado los sesos discerniendo una manera segura mediante la cual podrías favorecer la expresión de sus pensamientos y sentimientos? ¿Has reflexionado sobre cómo propiciar una comunicación contigo usando un tercer elemento en el que apoyarse o proyectarse?

Me imagino que si eres profesional educador, terapeuta, padre, madre o familia de acogida, la respuesta será afirmativa. Y también creo suponer que te habrá costado un montón dar con un material adecuado. Ese material, además, yo no lo he encontrado... hasta ahora.

Este verano coincidí en una formación con Verónica Pérez Gutiérrez, educadora con unos cuantos años de experiencia a sus espaldas y actualmente coordinadora educativa de uno de los centros de menores que la Fundación Eudes tiene en San Sebastián-Donostia. Verónica es, además, acogedora de una niña.

Verónica me regaló unos cuentos escritos por ella pensados como vehículo para que los niños puedan comprender acontecimientos como los que os he descrito en el párrafo primero. Esta educadora ha tenido la genial idea de crear un material que creo inexistente (pues es muy específico) o, al menos, difícil de encontrar; y además, ha concebido cuentos o historias adaptando el lenguaje a los contenidos, personajes e imaginario infantil, de tal manera que inmediatamente los niños se sienten atraídos por ellos. Los personajes viven situaciones simbólicas similares a las que ellos deben de afrontar, y utilizando los recursos estilísticos y las metáforas adecuadas a su edad, puede acercar lo que es muy complicado de explicar o transmitir a un niño. En pocas palabras: adaptarse al mundo y a las necesidades de los niños, crear un medio seguro (un tercer elemento en el que puedan proyectarse) a través del cual se puedan expresar y favorecer, mediante la narración, la comprensión cognitiva y el procesamiento emocional.

Muchas veces hemos enfatizado el poder curativo de los cuentos (si contamos con adultos faciliadores con los que el niño mantenga un vínculo positivo); las narraciones se han construido para dar sentido a lo que nos acontece y desarrollar el sentido de uno mismo a lo largo del tiempo. Los relatos son propios del hemisferio izquierdo, que es un lado contador, analizador, secuenciador... que necesita de una historia con el que dar sentido y apaciguar las emociones que se generan en el lado derecho. La letra y la música, diríamos, ambas en armonía, construyen y modelan el ser.

Los niños demandan historias y cuentos, las saborean y les encanta repetirlas. Se empoderan cuando se identifican con alguien, un personaje, atractivo, que debe de enfrentar situaciones, desafíos o retos similares a los suyos y sale triunfante. Pero para poder capturar al niño, atrapar y cautivar esa tendencia innata que ya tienen hacia los cuentos y las historias, es necesario contar con buenos narradores. Y Verónica Pérez Gutiérrez, a mi juicio, consigue serlo. Se nota y se palpa que sabe el terreno que pisa, que conoce por lo que pasan, viven, sienten y piensan los niños porque ha trabajado y se ha vinculado con muchos de ellos en su tarea como educadora. Además, demuestra conocer el abc de los cuentos porque sabe presentar las historias -que tocan los temas clave- ofreciendo una amalgama de personajes y situaciones que conectan con la magia y la imaginación infantil. Y, finalmente, creo que tiene la gran virtud de convertir en cuento temáticas muy complejas de abordar -y dolorosas- para los niños, haciendo que lo difícil resulte más sencillo, seguro, diáfano, positivo, digerible, comprensible y aderezado con los ingredientes narrativos y estilísticos que la literatura infantil exige. En suma, un excelente material y una herramienta que no abunda, ni mucho menos, que nos puede ayudar en nuestro trabajo con los niños. A mí me han encantado. Enhorabuena, Verónica, tus cuentos están entre mis favoritos. Te seguiremos la pista.

En palabras de la propia Verónica, desde su página web http://www.cuentosparahaizea.com/castellano.php

"Este proyecto lo hemos creado para aquellas personas que quieran mostrar a sus hijos, sobrinos, nietos, alumnos...una realidad que existe y con la que nos podemos encontrar en casa, en el parque, en la escuela... 

Hoy en día ya entendemos que hay familias nucleares, extensas, monoparentales, biparentales u homoparentales, madres solteras, padres separados, pero aun muchas personas desconocen que existen familias formadas por un grupo de niños y educadores o familias donde uno de sus miembros cuente con dos madres y dos padres. 

Los cuentos que aquí encontrarás intentan mostrar situaciones cotidianas, vivencias, sentimientos, miedos... que he podido percibir trabajando y conviviendo con estas familias.  Cuentos para Haizea esta creado con la finalidad de mostrar a todos esos niños/as, inmersos en intervenciones familiares, centros, casas, pisos de acogida, acogimientos familiares, que sus historias son reales y compartidas por miles de niños que se transforman en divertidos personajes. 

Trabajar, convivir día a día con estos niños me ha permitido aprender y poder ahora compartir mis cuentos con todos vosotros. Gracias niños y niñas, preadolescentes y adolescentes, sin vosotros esto no habría sido posible. Y como no, gracias Haizea, tu fuiste el motor de todo esto"

Os presento los cuentos y os expongo la edad para la que está dirigida y lo que se puede trabajar con el niño.

Más información en su página web, desde la cual podéis, además, adquirirlos. Los cuentos están disponibles también en euskera.


Estos cuentos ya forman parte de mis materiales de la consulta. Os animo a que los conozcáis.
 


Cuando un niño pasa de un piso de acogida a una casa. 4 á 9 años. "Cuanto miedo nos dan los cambios... pero si los hacemos acompañados resultan más dulces. Acompaña a fresita en su paso de bolsa de chuches a castillo de chocolate"

 

 
Pensado para transmitir a los niños: "Si lo intentas, ya podrás". 2 á 6 años. P-A-C-I-E-N-C-I-A. Simplemente eso.
 

 
Cuando un niño debe de ingresar en un centro de acogida a través del centro escolar. 4 á 9 años. "Ante una salida del hogar, arroparles será nuestra misión"

 


Cuando un niño no puede vivir con sus padres. De 2 á 6 años "¿Qué deseaba Gusin? Sumérgete en el mundo de los sentimientos de nuestra gusanilla"


 

 
Cómo vive el acogimiento el hermano de acogida. A partir de 4 años. "El roce hace el cariño. La convivencia no es fácil pero nos enseña. Compartir es amar"

 

 
Pensado para explicarles porque no pueden vivir en casa con sus padres y que puedan expresar cómo se sienten. De 4 á 9 años. "¿Cómo se siente Puli? Acompañarle en este viaje será nuestra misión"




 
Mi niña de acogida me reclamaba para todo, ella lo necesitaba. Y esto es lo que he plasmado con mucho cariño. De 3 á 6 años. "¿Cuántas veces habremos oído esta palabra en boca de nuestros hijos? No importa el tiempo que pase para que se den cuenta de que estaremos ahí, lo importante es que se den cuenta"


Hasta la semana que viene, en la que hablaremos si es posible modificar los patrones tempranos de apego.
 
Cuidaos / Zaindu