lunes, 3 de febrero de 2025

Victimización infantil y cognición social. Indicadores de riesgo del desarrollo de conductas antisociales en adolescentes, resumen de la tesis doctoral de Beatriz Ortega

 

Victimización infantil y cognición social. 

Indicadores de riesgo del desarrollo 

de conductas antisociales en adolescentes


Autora: Beatriz Ortega Vidal

Para contactar con el proyecto:



Twitter del proyecto: @LiVUCLM


El correo de Beatriz Ortega: Bea.Ortega@uclm.es


El correo de María Verónica Jimeno: veronica.jimeno@uclm.es




Presentación 

Agradezco a la profesora y Doctora en psicología María Verónica Jimeno que comparta con nosotros/as los principales hallazgos de esta tesis doctoral cuya autora es Beatriz Ortega, y que ha codirigido junto con el catedrático José Miguel Latorre, de la Universidad de Castilla-La Mancha.

Creo que a todos y a todas los que seguimos este blog nos interesa conocer cuáles son los indicadores de riesgo del desarrollo de conductas antisociales en adolescentes. Tanto si somos padres, acogedores, educadores, psicólogos, maestros, trabajadores sociales, abogados, jueces, fiscales, necesitamos saber cuáles son estos indicadores de riesgo, para poder, cada uno desde su ámbito, trabajar para minimizarlos. 


Foto: uik.eus 


En los resultados hay hallazgos sorprendentes y que nos deben hacer pensar acerca del papel tan relevante que la victimización indirecta tiene. Así que no me demoro más y os dejo con el resumen, no antes sin dejar de agradecer a María Verónica Jimeno Jiménez su consideración con nosotros, así como nuestra felicitación a su autora Beatriz Ortega, por su magnífico trabajo, una inestimable contribución social en aras de caminar hacia la protección de los niños y adolescentes.

Resumen de la tesis doctoral de Beatriz Ortega

En esta investigación exploramos los posibles efectos de los procesos tempranos de victimización a nivel cognitivo y conductual en los adolescentes ¿Qué observamos?

De los diferentes tipos de victimización infantil (VI) analizados, solo la VICTIMIZACIÓN INDIRECTA  se asoció con la participación de todas las conductas antisociales (agresión, vandalismo, robo, conductas contra las normas y conductas relacionadas con las drogas).

Las experiencias de VI se asociaron con una mayor presencia de distorsiones cognitivas auto-sirvientes (justificadoras de la conducta antisocial) La VICTIMIZACIÓN INDIRECTA es la única que se asoció con la presencia de todos los tipos de distorsiones.

Las experiencias de Victimización Infantil se asociaron con la existencia de sesgos en el Procesamiento de la Información Social (SIP, cómo percibimos e interpretamos las situaciones sociales) Observamos que un estilo de SIP sesgado, con tendencia agresiva y hostil se asoció con la Conducta antisocial (CA).

 

La Convención de los Derechos de los Niños de 1989 y del Centro Internacional de la Infancia de París, se considera que la victimización o violencia infantil es cualquier acto por acción u omisión  o trato negligente, no accidental, llevados a cabo por individuos, por instituciones o por la sociedad en su conjunto, que prive a los niños y niñas de sus derechos y de su bienestar, así como que amenacen y/o interfieran en su ordenado desarrollo físico, psíquico y social.
Foto: Observatorio de la infancia


Interesante: se observan algunas diferencias en éstas asociaciones de los procesos cognitivos distorsionados según el tipo de conducta antisocial...

Aunque las distorsiones cognitivas y los sesgos en el SIP tienen un poder mediador, éste es pequeño, y el efecto directo de la VI sobre la CA se mantiene... Esto indica que la victimización infantil se mantiene como principal factor de riesgo en la participación de la CA.

Pero... MUY DESTACABLE es el papel que tiene la VICTIMIZACIÓN INDIRECTA, pues es la única que se asocia a todas las CA los 4 tipos de distorsiones cognitivas auto-sirvientes En general, tiene una mayor influencia a nivel cognitivo y conductual que la victimización directa.

lunes, 20 de enero de 2025

"Teoría del apego y crianza natural en los juzgados de familia", por Martina Morell Gonzalo.


"Teoría del apego y crianza natural en los juzgados de familia"

Martina Morell Gonzalo


Presentación

Arrancamos el año con una nueva entrada, a cargo de mi colega Martina Morell Gonzalo. Es una propuesta novedosa, pues lleva, al fin, el apego a los juzgados de familia. Estamos necesitados de que este tema se extienda en este ámbito, porque las decisiones que se toman desde los juzgados no se basan la mayor parte de las veces en el interés superior de la persona menor de edad. Y el derecho a un buen vínculo (Hernán Fernández) es el más importante de todos. Los jueces, las familias y los diferentes profesionales que pueblan el ámbito judicial deben de conocer las implicaciones que el apego tiene para el desarrollo de los niños, sobre todo para los bebés y los adolescentes. La autora se fundamenta también en la crianza natural, pero al mismo tiempo tiene una mirada crítica hacia esta, afirmando que puede tener mucho de postureo, aunque no le quite un ápice de relevancia, siempre y cuando esta adopte los postulados del apego, que van más allá de la aplicación de unas determinadas fórmulas. Por lo tanto, saludamos la aparición de este libro, agradeciendo a Martina Morell que nos haya escrito una reseña para darlo a conocer. Os dejo con ella.



Martina Morell Gonzalo. Psicóloga Colegiada 18.720. Licenciada en Psicología por la UNED y en Geografía e Historia por la Universidad de Valladolid. Psicóloga General Sanitaria y Máster en Psicología Clínica por Clínica Moreno, Murcia. Experta en Psicología Forense. Miembro del TIP para los juzgados de Tarragona. Profesora asociada del Área de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico, del Departamento de Psicología de la Universitat Rovira i Virgili.




"Teoría del apego y crianza natural en los juzgados de familia"

Por Martina Morell Gonzalo


El 5-2-2014 a las seis menos cuarto de la madrugada mi vida cambió completamente.

Resulta un tópico esto de que los hijos te cambian la vida, pero jamás pude imaginar hasta que grado. La matrona, una muchacha joven, me dijo: “¡¡¡¡¡ya sale, ya sale, ¡cógelo!!!!!" "¿¿¿¿YOOOOO??? ¡Pero qué dices!". Recuerdo haber pensado: “Esta chica está loca ¿Y si le hago daño?” "Que sí, que sí ", insistió ella. "Agárralo de aquí y tira que lo recordaras toda la vida". 

Y efectivamente así fue. Mi madre decía: "las mujeres siempre hablamos de nuestros partos y los hombres de la mili". Voy de tópico, en tópico me consta, pero sentí tal subidón de amor, de felicidad y de alegría que pensé que iba a estallar. Esto no hace que se me olvidara el dolor que sufrí las horas anteriores, como me aseguraron que pasaría, pero es un dolor agridulce. En los días siguientes, pasé un auténtico tsunami emocional, completamente aplastante. La falta de sueño, la depresión post-parto, la inexperiencia de cuidar un bebé y el miedo, me convirtieron en un palito de madera a la deriva de un mar inmenso. 

Poco a poco, aquel concepto confuso y teórico que una vez leí, se fue convirtiendo en el eje central de mis días. El apego pasó de ser una página de un libro a un código de conducta. Yo que era conductista de toda la vida, me convertí a la crianza natural como San Pablo cuando cayó del caballo. Me di cuenta que el niño necesitaba estar conmigo y yo con él y que esta necesidad, lejos de ser enfermiza, tenia un sentido muy claro: propiciar la supervivencia del bebé. No digo con esto que no sean buenas y favorables al apego otras formas de crianza, pero yo personalmente, la cuna se la dejé al gato.

Mi conversión, que no tuvo nada de mística, sino de simple instinto y cálculo interesado, pilló desprevenido a mi entorno. Como muchas otras madres, he tenido que batallar como una walkiria para imponer el colecho y los bracitos de mamá a todas horas. Gané la batalla porque si soy yo quien le cuida, es lógico que haga lo que crea más conveniente. A mi también me han acusado de “enmadrar al niño”, de acapararlo y de sobreprotegerlo. Pero el resultado ha sido todo lo contrario: tengo un niño feliz, independiente y seguro de sí mismo. Un poco insoportable también cuando se encabezona en algo. Por supuesto, también mi hijo ha sido como un palo en las ruedas, profesionalmente hablando. Pero este es un precio que cada cual debe valorar si quiere pagarlo. 

Teniendo el trabajo que tengo, era de esperar que al final la vida profesional y personal convergieran y acabara defendiendo el apego en los procesos de guarda y custodia. Mi impresión personal es que las prácticas de crianza natural son aún grandes desconocidas en el ámbito judicial, donde son tratadas con suma desconfianza y como una manera de la madre de salirse con la suya y quitarle el niño al padre, al menos los primeros años. Si cuando comenzó el divorcio en España, allá en el año 1981, nadie discutía la guarda y custodia materna, hemos pasado al extremo contrario, sin tener en cuenta la edad, ni las circunstancias a la hora de conceder una custodia compartida. 


Esta es la primera página de mi libro "Teoría del Apego y Crianza Natural en los Juzgados de Famila". Prometo que nunca más en la vida voy a volver a hacer una tontería semejante, porque el trabajo da muchas más penas que alegrías. Pero ya que está, y está impreso, ojalá llegue a ser de utilidad para aquel que lo lea. Lo encontrarán interesante sobre todo los padres de niños pequeños y curiosos en general, pero, sobre todo, mi intención era explicar a los profesionales que trabajan en el ámbito de las custodias lo que es el apego y porque las mamás que se vinculan a sus bebés no están locas y, por otro, dar a conocer a las familias el proceloso mundo judicial. He procurado que el libro fuera ameno, porque odio aburrir a mi público, y comprensible, pero a la vez riguroso y basado en la bibliografía existente. 

El texto se divide en tres partes. En la primera hago un repaso de lo que es el apego propiamente dicho, que muchos de mis propios compañeros no conocen. En este primer tercio cuento que es el apego, como se forma, quien lo descubrió, qué tipos de apego hay y similares. En la segunda parte, hablo del apego relacionándolo con el mundo judicial. Aquí es donde explico la importancia de tener en cuenta la formación del apego en las custodias infantiles, del apego y la psicopatía, apego y abuso sexual, violencia de género y de como el apego se puede manipular para que un padre rechace al otro. En el último tercio, hablo sobre el concepto de "crianza natural", de donde viene, que significa y cuanto tiene de postureo, que no es poco. En medio, he salpicado el grueso del texto con unos cuadritos donde explico experiencias personales y anécdotas profesionales que pueden ser bastante chocantes para el lector. 

En realidad todo el contenido lo podemos englobar en el siguiente decálogo:


1. Los bebés prefieren biológicamente estar con su mamá. Si mamá no está disponible, cualquiera que les cuide es mamá.

2. Los hombres pueden y deben cuidar a los bebés, su aportación es básica para el desarrollo del niño. No es su derecho, es su obligación. Pero deben respetar los tiempos y hacerle un hueco a la lactancia. Esto no hace que el niño les vaya a querer menos, simplemente, ellos necesitan tener un mundo seguro, estable y predecible.

3. Un bebé no es un jarrón. No se puede traer y llevar como un saco de patatas de un lado a otro solo porque los padres se hayan separado.

4. La lactancia materna es lo mejor para el desarrollo del bebé, se mire por donde se mire y cuanto más tiempo mejor. El biberón es un sucedáneo aceptable cuando no hay otra cosa. No lo digo yo, lo dice la OMS, y cualquier pediatra con dos dedos de frente lo debe corroborar. Ahora bien, como dice la experta en el ámbito Yolanda González Vara, la lactancia materna o la lactancia artificial, si no está acompañada de una presencia emocional y disponibilidad materna coherente y consistente, así como de una repuesta sensible y adecuada, no fomentaría un apego seguro.

5. Los niños son adaptables, qué remedio les queda, pero que se adapten no quiere decir que lo que les ofrecemos sea lo mejor para ellos.

6. La infancia es para toda la vida. Un niño feliz tiene más posibilidades de ser un adulto feliz, mientras que un niño que sufre tiene más posibilidades de ser un adulto que sufre y que hace sufrir.

7. Los padres no son perfectos, se hace lo que se puede. Buscamos padres capaces de ser conscientes y abiertos a desarrollar una función reflexiva. Lo importante es ofrecer a los niños cariño y cuidados a partes iguales.

8. Los niños están biológicamente diseñados para agradar a los adultos, por eso quieren a sus cuidadores aunque sean malos cuidadores, negligentes o abusivos. Les va la supervivencia en ello. Pero el hecho de que les quieran no equivale a que desarrollen un vínculo de apego de calidad y seguro. Intensidad y fuerza del vínculo no equivale a calidad. Hay que mirar por el interés superior del niño, por su protección y por su derecho a un buen vínculo, como dice el abogado Hernán Fernández.

9. El apego es universal, biológico, innato y genéticamente predeterminado en todas las especies de maníferos.

10.Todo el mundo debería saber que es el apego, pero sobre todo aquellos profesionales que tratan con niños pequeños. Creo que es necesario tener presente que el apego va más allá del conocimiento de las tipologías, y el logro del apego seguro no depende necesariamente de la aplicación de unas fórmulas o pautas (como el colecho o el porteo). Lo relevante es proporcionar una experiencia continuada de seguridad al niño, sensibilidad, conexión y el logro de una autonomía progresiva. Y para ello son muy importantes las competencias parentales. Las dos fundamentales son la propia historia de apego de los padres o cuidadores (función reflexiva) y capacidad de empatía (Barudy y Dantagnan, 2010).


Para mí, la Teoría del Apego, es más que una teoría, es una ley tan cierta y precisa como la ley de la gravedad y con tanta evidencia científica como la rotación de la Tierra. No es discutible. Otra cosa son las pautas de crianza, las convenciones sociales y las tradiciones de cada cultura, que pueden ser muy distintas e igualmente válidas. Queda mucho que aprender sobre el animal humano, pero entre las pocas cosas ciertas que sabemos es que el vínculo que se forma entre un bebé y su cuidador principal conforma el núcleo de su personalidad futura y orienta la dirección de sus relaciones posteriores. 

El libro se puede adquirir en cualquier librería bajo pedido y también se puede comprar on-line en la Casa del Libro y Amazon. Se publica también en formato ebook en Unebook.

Amazon


Casa del Libro


Unebook

 

lunes, 13 de enero de 2025

Porges, Maté, Levine, Salvador... y muchos/as prestigiosos/as ponentes en el Congreso de Trauma en Barcelona (Online y presencial), del 3 al 5 de octubre de 2025.


Barcelona, 3-5 octubre de 2025

https://www.traumacongress.com/es

¡Os esperamos!


Para mí es un honor participar en este Congreso, en el que estarán además otros miembros destacados de la Red apega como Rafael Benito y Jorge Barudy. Participan otros grandes nombres en el ámbito del trauma, como Stephen Porges, Gabor Maté y Peter Levine. 

Desde la web del congreso, nos dicen:

El Congreso Internacional de Trauma Barcelona 2025 es una oportunidad valiosa para compartir, aprender e inspirarse en el campo del trauma.

¿Qué es el Trauma?

El trauma es una experiencia que impacta profundamente la salud mental, física, emocional y social de una persona. Sus causas son variadas, desde la violencia y el abuso hasta desastres naturales y conflictos bélicos, y puede afectar tanto a nivel individual como colectivo. Para abordar esta complejidad, existen múltiples enfoques en el tratamiento del trauma, cada uno con sus propias bases teóricas y metodológicas.

¿Por qué asistir a este congreso?

Nuestro objetivo es crear un espacio de diálogo enriquecedor donde profesionales, expertos y personas interesadas puedan:

Conocer las últimas herramientas y avances en el tratamiento del trauma, con innovaciones que transforman la prevención y atención.

Intercambiar experiencias y buenas prácticas en un ambiente colaborativo que fomente el aprendizaje mutuo.

Explorar juntos los desafíos actuales y generar ideas que impulsen el cambio.

Sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de apoyar a quienes han sufrido traumas, ampliando la comprensión sobre su impacto.

Facilitar el aprendizaje de cualquier persona interesada en profundizar en el conocimiento y las habilidades necesarias para abordar el trauma.

Dirigido a

Este congreso está dirigido a todos aquellos que trabajan o se interesan por el trauma, desde profesionales en la práctica clínica, intervención social y docencia, hasta investigadores, gestores, activistas y estudiantes. También es una oportunidad para voluntarios, periodistas y cualquier persona interesada en profundizar en el conocimiento del trauma.

Posibilidades de colaboración

El congreso ofrece diversas opciones de colaboración para entidades y organizaciones que deseen apoyar el evento. Ser colaborador permite:

Aumentar la visibilidad de tu marca ante una audiencia especializada y comprometida..

Establecer contactos y crear alianzas con otros actores relevantes del campo del trauma.

Acceder a conocimientos actualizados sobre los avances y tendencias en este ámbito.

Participar activamente en el congreso mediante talleres, mesas redondas y otras actividades.


Si estás interesado en colaborar puedes escribir a

info@traumacongress.com


martes, 31 de diciembre de 2024

Hicieron Buenos tratos en 2024, ¡Feliz Año Nuevo a todos y todas!, y una pieza de Rachmaninov de regalo.

Es momento de dar las gracias. Ha sido un año 2024 excepcional, con las VI Conversaciones como el momento cumbre donde, una vez más, pudimos reunirnos todos y todas los que hacemos Buenos tratos y creemos en otro tipo de congreso, en una estética diferente y en unos valores que respeten el "derecho del niño a los buenos vínculos". Quiero dar las gracias desde aquí a todos y todas los que hicisteis posible este evento, desde el comité organizador, pasando por los ponentes y llegando -uno a uno, una a una- a los y a las participantes.

El año 2025 nos va a traer novedades bibliográficas. Pronto os anunciaré la publicación -en colaboración- de tres nuevos libros, que me parece van a ser una gran aportación, siempre dentro del ámbito del apego, el trauma, la resiliencia y el desarrollo. 

También, como todos los años, es momento de recordar y dar las gracias de todo corazón a los y a las colaboradoras de este blog, quienes, desinteresadamente, han escrito artículos -o han concedido entrevistas- de calidad. Nos han dado a conocer su forma de trabajar, sus obras..., en suma, sus conocimientos y experiencias personales y profesionales. 

Sin ellos y ellas, el blog no hubiera sido nunca una realidad una temporada más.

¡Muchas gracias!

Buenos tratos se toma unas vacaciones hasta el día 20 de enero

Recopilación de todas las colaboraciones 

con Buenos tratos durante 2024

 

Diciembre 2024

Fundación Márgenes y vínculos

 

"¿Por qué es necesario concienciar en los colegios e institutos sobre el acogimiento familiar?" 

 

http://www.buenostratos.com/2024/12/por-que-es-necesario-concienciar-en-los.html

 

Noviembre de 2024

 

Maritxu Amenabarro

 

"No estoy sola", un cuento sobre las emociones y situaciones que se viven en el acogimiento familiar,

 

http://www.buenostratos.com/2024/12/no-estoy-sola-un-cuento-sobre-las.html

 

Paula Moreno

 

"Koko, en busca de sus koalidades", un relato para ayudar a los niños y sus familias a prevenir el impacto traumático de los accidentes y las enfermedades.

 

http://www.buenostratos.com/2024/11/koko-en-busca-de-sus-cualidades-un.html

 

José Castillo

 

“Adolescencia en conflicto con la ley”

 

http://www.buenostratos.com/2024/11/adolescencia-en-conflicto-con-la-ley.html

 

Octubre de 2024

 

Thais Gamaza

 

"Simientes", un relato breve

 

http://www.buenostratos.com/2024/10/simientes-un-relato-breve-escrito-por.html

 

Carolina Saavedra

 

"Los hijos no tienen la culpa (o parecíamos una familia muy normal)", un libro de Sergio Urriola

 

http://www.buenostratos.com/2024/10/los-hijos-no-tienen-la-culpa-o.html

 

Septiembre 2024

 

Patricia Hermosilla

 

"Maternidad en contextos de explotación sexual"

 

http://www.buenostratos.com/2024/09/maternidad-en-contextos-de-explotacion.html

 

Rafael Benito y José Luis Gonzalo

 

"Mano a mano entre Rafael Benito, psiquiatra, y José Luis Gonzalo, psicólogo" para hablar de neurobiología relacional en la infancia y adolescencia. 

 

http://www.buenostratos.com/2024/09/mano-mano-entre-rafael-benito.html

 

Junio 2024

 

Ana María Arón

 

"Cuidar a los que cuidan"

 

http://www.buenostratos.com/2024/06/cuidar-los-que-cuidan-desgaste.html

 

Arturo Ezquerro

 

"En defensa de la humanidad"

 

http://www.buenostratos.com/2024/06/en-defensa-de-la-humanidad-por-arturo.html

 

Mayo 2024

 

Nerea Benito

 

"La caja de arena en el tratamiento del trauma con niños/as y adolescentes: una revisión sistemática"

 

http://www.buenostratos.com/2024/05/la-caja-de-arena-en-el-tratamiento-del.html

 

Abril 2024 

 

Mireia Bazu

 

Un cuento que acerca la teoría polivagal a los más pequeños y a las familias: “Un secreto alucinante: Aprende a escuchar tu cuerpo junto a Lukas y Fordy”

 

http://www.buenostratos.com/2024/04/un-cuento-que-acerca-la-teoria.html

 

Marzo 2024

 

Jorge Barudy, Rafael Benito, Maryorie Dantagnan, Iciar García, José Luis Gonzalo, Cristina Herce

 

"Crecer en un entorno libre de violencia", derecho superior de la infancia.

 

http://www.buenostratos.com/2024/03/crecer-en-un-entono-libre-de-violencia.html


Enero 2024

 

Cristina Cortés

 

“Esculpiendo palabras en la arena”, un cuento de Cristina Cortés.

 

http://www.buenostratos.com/2024/01/esculpiendo-palabras-en-la-arena.html

Sandra Baita

"Tratamiento del trauma y la disociación en la infancia. En busca de la seguridad perdida"

http://www.buenostratos.com/2024/01/tratamiento-del-trauma-y-la-disociacion.html

¡FELIZ AÑO 2025!

URTE BERRI ON!

Os regalo esta pieza musical, poco conocida, de Rachmaninov
titulada "Spring waters", que han coreografiado para este bello Pas de deux. 
Nos recuerda a la sincronía regulatoria relacional del apego seguro.



lunes, 30 de diciembre de 2024

¿Por qué es necesario concienciar en los colegios e institutos sobre el acogimiento familiar? Por Fundación Márgenes y vínculos


¿Por qué es necesario concienciar en los colegios e institutos sobre el acogimiento familiar?



Concienciar en los colegios e institutos sobre el acogimiento familiar contribuye a crear una cultura de acogimiento familiar a nivel social. Debemos tener presente que las niñas y niños de ahora serán los futuros acogedores del mañana y si desde pequeño conocen los beneficios que pueden reportar esta medida y se muestran sensibilizados ante la infancia más vulnerable, el índice de que se conviertan en potenciales familias acogedoras se incrementarán.

Es por ello que es importante que las poblaciones infantil y juvenil conozcan y entiendan el acogimiento familiar, normalizándola dentro de la diversidad familiar que coexisten en la actualidad, y el medio más natural para hacerlo es desde el ámbito educativo, como contenido trasversal.

Esta normalización a su vez, favorece que las personas menores que en la actualidad se encuentran sujetos a esta medida de protección y que conviven con otra familia distinta a la suya de origen, bien de extensa o ajena, entiendan que la situación que les ha tocado vivir es muy habitual y compartida por muchos otros niños y niñas de su entorno.

Programa acogimiento familiar Fundación Márgenes y Vínculos


Nada más que en la provincia de Cádiz, hay más de 800 niñas y niños que se encuentran en acogimiento familiar, personas menores que acuden diariamente a sus colegios respectivos. La mayoría de las veces no comparten esta información con sus compañeras y compañeros, ocultando su situación, por vergüenza o por miedo a que les hagan preguntan incómodas o difíciles de responder para ellos. Qué diferente puede ser su situación respecto a su grupo de iguales, si desde pequeños se aborda el acogimiento familiar en los colegios desde el respeto, la empatía, y la normalización; que tranquilizador podría ser para ellos, saber que no son los únicos, y que convivir con otras familias diferentes a la suya es visto con absoluta normalidad.

Hace unos años apareció el movimiento Me too impulsado por la primera actriz que se atrevió a denunciar los abusos de carácter sexual dentro de la industria cinematográfica, y seguidamente fue auspiciado por muchas otras actrices que se atrevieron a dar el paso y reconocer sin vergüenza que ellas se habían encontrado ante la misma situación de abuso. Cuando no te sientes solo, y compruebas que hay más persona en tu misma situación, se tiende a normalizar y la normalización contribuye a la interiorización y superación.

A diario cuando hacemos campañas de difusión para la captación de familias, se observa como el acogimiento familiar sigue siendo una medida muy desconocida por la población en general, y de las personas que, de alguna u otra manera, han podido oír hablar, muestran confusiones o tabúes hacia ciertos aspectos del acogimiento o hacia la población acogible. La única manera para que el acogimiento familiar deje de ser un desconocido, es incorporándolo a la mente colectiva y creando cultura de acogimiento familiar, desde la primera infancia y con absoluta naturalidad.

Para ayudar a que esta cultura del acogimiento familiar sea una realidad, el proyecto Acogimiento.es ha editado la guía "La importancia de la familia. Guía didáctica para docentes de Educación Primaria", destinada a las y los docentes de Andalucía que estén interesadas e interesados en abordar valores fundamentales relacionados con los derechos de la infancia, su protección y la importancia de la familia como principal entorno de cuidado y afecto, para el desarrollo madurativo y la felicidad de niñas, niños y adolescentes.

El objetivo de esta guía didáctica es que sirva de apoyo en el desarrollo del currículo educativo de los centros educativos, en el apartado de valores, solidaridad y crecimiento personal. Está pensada para emplearla en el aula o de forma colectiva. Puede ser utilizada como herramienta trasversal o con el fin de celebrar fechas conmemorativas relacionadas con la infancia, sus derechos fundamentales y la familia.

La guía incluye actividades didácticas para poner en práctica en las aulas para que el alumnado reflexione sobre la importancia de la familia en las diversas sociedades, las diferentes tipologías de familias y el derecho de las niñas y niños a crecer en un entorno afectivo seguro, para su adecuado desarrollo personal y social con respeto y con la protección merecida.

La guía está en formato digital y puede descargarse en el enlace: https://acogimiento.es/biblioteca/

viernes, 27 de diciembre de 2024

Claves para familias adoptivas y de acogida, entrevista a José Luis Gonzalo

 

Bruno Moioli entrevista a 

José Luis Gonzalo sobre 

adopción y acogimiento familiar

Café con autor

Editorial Desclée de Brouwer



Vincúlate. Relaciones reparadoras del vínculo en niños adoptados y acogidos

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Y celebramos el décimo aniversario de su publicación

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martes, 24 de diciembre de 2024

Una caja de arena y un poema de Jorge León para honrar (por Navidad) a los niños y jóvenes

Una Nochebuena más aquí estoy, con todos vosotros, para compartir este post especial navideño. Todos los años me ocurre que no sé sobre qué escribir. Lo que suelo hacer es dejar que la mente fluya, me acuerdo de la metáfora del río de Siegel (2011): la corriente no se atasca en ninguna de las dos orillas cuando el agua circula por el medio del cauce. ¡Y ha funcionado!, la inspiración me ha llegado. No hay nada como dejarse ir. 

Os cuento.

Esta pasada semana estaba en psicoterapia con un joven de veinticinco años. Anteriormente, estuvimos trabajando durante tres años (de los quince a los dieciocho). Ahora, ha regresado porque precisa, de nuevo, tratamiento psicológico. Es un chico que vivió siete años de traumatización temprana y crónica, primero en su familia biológica en la que sufrió una negligencia física y afectiva severa, y después residió en un centro de acogida, donde padeció también deprivación y castigos físicos graves. 

Tiene una tendencia hacia la desconexión de sus emociones y de las relaciones, manifiesta como una disociación masiva. No expresa con palabras sus estados internos y su mirada se pierde en el vacío muy frecuentemente. Funciona con una parte aparentemente normal en aspectos básicos de la vida cotidiana, pero en otros muchos no puede manejarse de manera responsable y madura sin una figura adulta. Tener una terapia hablada con él es imposible, siempre contesta con monosílabos y tiende a normalizarlo todo. Puede ser fácilmente victimizado por cualquier adulto que quiera aprovecharse de él. No tiene amigos, lo desearía, pero tiene mucho miedo a relacionarse, no confía en nadie, experimenta tanto pánico que se siente desbordado en las interacciones sociales, quedándose completamente bloqueado. Su espacio privilegiado -ahí no tiene que hablar, solo expresarse con el cuerpo y seguir instrucciones- es el ballet, destaca como un excelente bailarín de estilo clásico. Hasta hace poco trabajaba, pero sus continuas desconexiones mentales, olvidos, problemas de atención y memoria -típicos en personas que presentan una disociación relacionada con el trauma- han provocado que su jefe le eche del trabajo. Este no le ha pagado las horas extras, beneficiándose de su sumisión -firmó la carta con el finiquito sin saber lo que hacía-, por lo que sus padres van a intentar reclamar judicialmente estas cantidades. 

Cuando nos encontramos en la última sesión de psicoterapia, conecté con lo tremendamente difícil que es la vida para estos chicos, lo incomprendidos que son en todos los contextos y cómo sus problemas son interpretados desde la voluntad: se comportan así porque quieren y no ponen de su parte. No hay afirmación más injusta para ellos. Nadie honra sus defensas, nadie se para a preguntarse qué les ha podido pasar para comportarse del modo en que lo hacen. Me refiero a la sociedad en general, no a personas en particular, porque siempre hay gente maravillosa, basta con que haya una sola. 

Son jóvenes que dependen del entorno, si este es favorecedor y comprensivo, confían, se tranquilizan y mejoran notablemente su funcionamiento porque su cerebro ya no está en posición defensiva. Esta misma semana me ocurría con otro chico: una orientadora escolar me informaba que su conducta había sido positiva y que habían notado un cambio en él. No se dan cuenta de que ellos también han cambiado, han tenido una mirada diferente sobre el joven desde que se entrevistaron conmigo. Este lo ha notado y se ha sentido visto y, por lo tanto, se ha regulado a nivel emocional y conductual.

Por eso, me preguntaba que, si el mensaje de la Navidad es fundamentalmente el de la Esperanza, ¿qué podrían esperar estos chicos? Que los adultos -ojalá- con los que se encuentren -cada uno de nosotros, de los que leemos este blog, que somos muchos- podamos comprenderles y aceptarles en lo fundamental: el respeto a su persona. Los niños son los únicos seres en el mundo que no tienen partido político, no interesan en este sentido, no se obtiene de ellos réditos en forma de votos. Sólo les cabe esperar que un adulto -como he dicho, basta que haya uno solo- maravilloso se encuentre con ellos y que esto suponga un cambio radical en sus vidas. 

Cuando he acompañado a profesionales en supervisión modalidad terapéutica, conocimiento y trabajo de la persona del terapeuta o educador, muchos tienen historias de vida muy duras a sus espaldas, pero casi todos expresan que hubo un encuentro con un adulto significativo que les transformó y gracias a este vínculo pudieron pasar de resistir a resiliar. Les insufló esperanza, fe, fuerza, valor, energía, afecto, seguridad, creencia en sí mismos… Son los llamados tutores de resiliencia. Boris Cyrulnik (2003) es quien ha acuñado el término y define qué es un tutor de resiliencia: 

"Un tutor de resiliencia es alguien, una persona, un lugar, un acontecimiento, una obra de arte que provoca un renacer del desarrollo psicológico tras el trauma. Casi siempre se trata de un adulto que encuentra al niño y que asume para él el significado de un modelo de identidad, el viraje de su existencia. No se trata necesariamente de un profesional. Un encuentro significativo puede ser suficiente”.

Soy consciente de que no podemos rescatar a los chicos y de que estos no pueden recuperarse como si no hubieran sufrido ningún trauma. Por muchas técnicas que utilicemos del tipo que sean, en algunos casos, las heridas son tan profundas que se llevan, como las cicatrices en la piel, de por vida. Heridas que pueden reabrirse. Aún así, estoy convencido de que la psicoterapia relacional es una poderosa experiencia que puede transformar la vida de estos chicos y ser el "viraje de su existencia", como dice el gran Cyrulnik. Somos mucho más importantes de lo que pensamos para ellos. Encuentran en nosotros, en nuestra mirada bondadosa, en nuestra sintonía empatica compasiva, en nuestra paciencia y perseverancia, en la narrativa que les ayudamos a construir que explique y reconstruya su historia... muchos motivos para seguir adelante y "esquivar el destino" y "negarse a la fatalidad en la desgracia" (Cyrulnik, 2020). Somos ESPERANZA para ellos. 

Y si la Navidad es AMOR, creo que -como se dijo en el Congreso de Psicoterapia Emocional Sistémica organizado por Psicólogos Pozuelo el pasado mes de noviembre de este año- la psicoterapia debe ser un acto de amor. 

Somos El calor del sol en invierno

 

Aplicado a los vínculos, es un concepto que habla de permanencia, profundidad, la vida en medio de la oscuridad o el trauma, la calidez. La presencia de una persona luminosa y el calor recibido de esa luz (Cockeram, 1623) 

 


A partir del 25 de diciembre, los días empiezan a ser un poco más largos y la luz gana terreno a la oscuridad. El cristianismo vio en este hecho una metáfora de la luz que vence a las tinieblas: el sol que renace invencible. Y por eso situó el nacimiento de Cristo en esta época, para santificar las fiestas paganas que se celebraban, como las saturnales romanas. Lo que nos importa a nosotros de este mensaje es que seamos luz para quienes viven en la oscuridad del trauma.

Así pues, intenté arrojar algo de luz en la oscuridad del joven de veinticinco años del que os he hablado. Le dije que sus desconexiones son recursos de supervivencia y que gracias a ellos ha logrado sobrevivir, que por eso debemos honrarlos. No son defectos de su carácter, no es su genética ni su temperamento. Es que algo duro le hicieron, algo le pasó. 

"Me gustaría honrar tus recursos", le dije. Y le pregunté si le apetecía hacer una caja de arena. Esta técnica es una manera amable, delicada, bondadosa y respetuosa de acercarse a conocer el mundo interno de las personas y apreciarlo con mirada libre de interpretaciones y juicios. Es la validación total del ser. 

Él no habla casi nada, es de poquísimas palabras. Porque no puede. Pero conmigo siento que está tranquilo, nos tenemos cariño el uno al otro y una conexión emocional especial. Por eso, sé que en psicoterapia da lo mejor de sí mismo, su cerebro funciona de un modo más integrado. Pero hay que darle herramientas adecuadas, porque hablar y recordar con palabras es una fuente adicional de sufrimiento psíquico para él (y para muchos pacientes). Creo que es muy importante para estos saber que no es necesario que hablen para que la psicoterapia resulte eficaz y, sobre todo, reparadora. Este mensaje es clave para los que presentan traumatización temprana y crónica y presentan un bloqueo del lenguaje. 

La caja de arena es una herramienta excelente para que este chico se exprese. Con ella, es capaz de hacer cosas increíbles. Os comparto su caja, es un modo de homenajear a personas que como él, día a día, trabajan para ESPERAR que quienes les rodean los entiendan y acepten incondicionalmente.


TÍTULO: LA VIDA ES COMPLICADA

AUTOR: Podría ser cualquier joven con trauma temprano


Obelix: Lleva mucho peso emocional encima, que nadie ve. Como un menhir que le agota. 

Bambi: La inocencia, puede ser engañado por la bruja (es un joven que ha sido engañado varias veces)

Los dos playmobil detrás de Bambi: Los padres, gracias a ellos puede vivir, lo son todo para él, si no Bambi no sobreviviría. (¡Qué bueno que los padres, en este caso adoptivos, hayan logrado ser base de seguridad para él!)

El fantasma: Cuando siente desesperación, a Bambi le encantaría poder desaparecer, irse a un sitio donde no sufra. Delante del fantasma está la rabia, la que siente, a veces. 

La tristeza y el soldado: La coraza que tiene impide que esta tristeza salga (Aquí llora un poco, trata de reprimirlo, como siempre ha hecho, pero le animo a que lo haga y una lágrima sale de sus ojos y cae por la mejilla. Es la primera vez que llora. Le sostengo con mi presencia).

El mago y el espíritu:  El mago, ojalá que pudiera hacer que nada de lo que me pasó me hubiera sucedido. La estatua negra es la espiritualidad, que me permite encontrar la tranquilidad.

Todo esto lo contó sin apenas ayuda por mi parte. Sus palabras [con mi presencia segura y silenciosa, animadas por la conexión y regulación emocional desde el cuerpo al hemisferio derecho del cerebro, y de ahí hacia el izquierdo (integración vertical y horizontal, Benito, 2024); y vuelta a recorrer el mismo camino, esta vez a la inversa] dijeron (en este espacio libre y protector) lo que nunca hubieran podido decir en una conversación. Es el poder sanador de la imagen-emoción-sensación-palabra. 

Esta entrada está dedicada a todos los chicos y todas las chicas del mundo que han sufrido traumas tempranos y crónicos, que día a día sufren, pero encuentran en los demás, en seres maravillosos que les acompañan, como nosotros y nosotras, los puntos de apoyo que necesitan para no caer, y también para todos los lectores de nuestro blog:

Con todo cariño. 



FELIZ NAVIDAD /BON NADAL/ BO NADAL/ EGUBERRI ON


Termino regalándoos un hermoso poema del profesor y literato Jorge León, amigo, a quien le agradezco su generosidad al permitirme compartirlo con nosotros. Creo que es un mensaje muy necesario el que Jorge nos transmite con su particular maestría y con la profundidad de su arte para componer poemas. 

La fotografía que le acompaña, preciosa también, es de Claudia León Mas.



¿Me tomarás por fin de la mano

Y me guiarás por los caminos

                                          de la noche

me olvidarás de los odios

y del ruido del mundo

dolor del mundo

                             odio del mundo

para alcanzarme la paz y mostrarme

la armonía que sustenta

su pausada rotación

la plenitud del infinito?

Jorge León Gustà

lunes, 16 de diciembre de 2024

La parentalidad terapéutica dentro de la Traumaterapia sistémica en el acogimiento familiar, por Jose Luís Gonzalo


La parentalidad terapéutica 
dentro de la Traumaterapia sistémica 
en el acogimiento familiar

Por Jose Luis Gonzalo, psicólogo clínico y traumaterapeuta sistémico, miembro de la RED APEGA

Este artículo ha sido elaborado para la Fundación Márgenes y Vínculos, una organización sin ánimo de lucro de interés en la atención social, que trabaja por la promoción de los derechos, la protección, la igualdad, la cultura, la convivencia, la educación y el bienestar de las personas. Desarrollan, entre otros, proyectos y servicios sociales destinados a la infancia, las familias, la mujer, personas con discapacidad, migrantes o personas en situación de vulnerabilidad o desigualdad.


El acogimiento familiar es una medida de protección para personas menores de edad en situación de desamparo con el fin de proporcionarles un entorno familiar estable. Es un derecho recogido en la Convención de los Derechos del Niño[i] que considera el interés superior de estos en todas las medidas jurídicas que se adopten. Dicha Convención dice al respecto que “… corresponde al Estado asegurar una adecuada protección y cuidado, cuando los padres y madres, u otras personas responsables, no tienen capacidad para hacerlo”

Otra alternativa de cuidados para las personas menores de edad en situación de desamparo y que por diferentes causas no pueden convivir con su familia biológica (padres u otros) es el acogimiento residencial. En este caso, los niños y adolescentes ingresan en un hogar y son cuidados y atendidos por educadores, tratando de mantener la relación con la familia de origen, si es posible y beneficioso para ellos. Los niños y jóvenes, en general, están muy bien cuidados en estos centros. Sin embargo, en muchas ocasiones, no tienen la posibilidad de crear y establecer vínculos afectivos como los que se pueden formar con una familia. 

Por ello, una familia supone otorgar a la persona menor de edad un derecho preconizado por el abogado chileno Hernán Fernández: el de “los buenos vínculos”[ii]. Como dice la experta en el ámbito, Cristina Herce[iii]: “acoger no es recoger. Con la gran cantidad de investigación disponible actualmente sobre trauma, neurociencia y bienestar infantil, el sistema no puede ocuparse únicamente de proporcionar un alojamiento y una protección física a los niños que han sufrido maltrato. Sí, la seguridad física es fundamental para alcanzar el bienestar infantil, pero su presencia por sí sola no la garantiza, ni tampoco protege necesariamente de la repetición de los ciclos de maltrato entre generaciones”. 




Por ello, es necesario que el acogimiento familiar se organice en torno al concepto de “parentalidad terapéutica”(Dantagnan)[iv] La ciencia del cerebro postula que el mantenimiento de los vínculos de apego (Bowlby)[v] es una necesidad de primer orden. “La relación de apego, esa conexión especial y estable entre las crías humanas y los adultos de su misma especie, genera interacciones que moldean el desarrollo cerebral durante la infancia y la adolescencia. En esa relación está el fundamento de un neurodesarrollo saludable y, por tanto, de la salud física y mental durante la vida adulta; pero cuando los niños y adolescentes sufren malos tratos o abandono, el crecimiento de las redes neurales sigue una trayectoria anómala, con graves consecuencias para su salud a lo largo de toda la vida” (Benito)[vi]. Por lo tanto, disponer de al menos una figura adulta estable con quien vincularse es una necesidad y un derecho de todo ser humano, y sin esta condición no se produce un sano desarrollo de la personalidad. La Ley de Protección Jurídica del Menor, tras la retirada de la tutela de un niño o niña de sus padres, dice que la primera medida de cuidado alternativo recomendada es el acogimiento familiar. Esto no quiere decir que el acogimiento residencial no deba de existir. En determinado supuestos y franjas de edad puede ser un recurso (si los centros se organizan de acuerdo con el concepto de crianza terapéutica) que se adecúe más a las necesidades de determinados niños y adolescentes. 

La mayoría de las personas establecen el vínculo de apego con sus padres y/o familia biológica, pero cuando existen problemas que comprometen la competencia de estos para garantizar los cuidados, la estabilidad de los vínculos (seguridad, afecto y permanencia) y la debida protección, la mejor medida es proporcionar a las personas menores de edad otro entorno familiar (bien dentro de la familia extensa bien en familia ajena). Cualquier configuración familiar puede ser beneficiosa para un niño o adolescente, siempre y cuando tengan suficientes “competencias parentales” (Barudy y Dantagnan)[vii] para ejercer los cuidados responsablemente. La parentalidad terapéutica es un desafío, pues conlleva hacerse cargo de niños y adolescentes que necesitan una reparación de su vínculo de apego (a menudo alterado por las historias de malos tratos que han sufrido en sus primeros años de vida). Por ello, las familias de acogida deben de formarse y prepararse para esto. Es obligación de las administraciones públicas dotarles de los equipos técnicos que les proporcionen los profesionales especializados en la aplicación de los métodos y técnicas de la parentalidad terapéutica. 

Podríamos referirnos a múltiples aspectos relacionados con el acogimiento familiar. Basándome en mi experiencia profesional de acompañamiento psicoterapéutico a niños, jóvenes y familias que conviven en régimen de acogimiento familiar, considero que son importantes los siguientes aspectos, sobre todo cuando se acoge a niños “profundamente traumatizados”. (Hughes)[viii]

La necesidad de que los equipos profesionales trabajen coordinadamente y de acuerdo con un modelo de actuación biopsicosocial que sea especializado y capaz de dar respuesta a la afectación que estos niños y adolescentes presentan en las áreas de apego, desarrollo y mentalización, así como al impacto que el trauma del desarrollo tiene en el cerebro, el sistema nervioso y, en suma, en su personalidad.

Dicho modelo debe de ser comprensivo, ecobiográfico y capaz de explicar los síntomas, dificultades y características del niño o joven como consecuencia del impacto de los malos tratos tempranos en su neurodesarrollo. Si el niño o adolescente ha sido dañado por los primeros adultos con los que se vinculó, es mediante poderosas relaciones de calidad como se producirá la reparación (Perry y Szalavitz)[ix] afectiva. Un modelo que reformule los síntomas del niño y no le señale, con diagnósticos descriptivos mal utilizados, como el causante -por las alteraciones que puede presentar- de problemas psíquicos que él no ha generado. Dichos síntomas reflejan los esfuerzos que las personas menores de edad han hecho por sobrevivir. Son los recursos que pudieron desarrollar, aunque ahora se manifiesten mediante alteraciones conductuales, que son las que molestan al mundo adulto. (Cuando los síntomas son más internalizantes o incluso aparecen como chicos complacientes y sumisos, no son perturbadores y estos tienen menos posibilidades de recibir ayuda). En realidad, reflejan un sufrimiento y son indicadores del impacto del trauma relacional en el desarrollo de las personas menores de edad. 

El modelo más adecuado y que lleva veinticinco años implantándose con éxito es la Traumaterapia infanto-juvenil sistémica de Barudy y Dantagnan y colaboradores[x]. Este modelo trabaja juntamente con el niño o joven y su familia acogedora (y en ocasiones con la biológica), así como con el contexto psicosocial donde aquel se desenvuelve. Se aplica tanto en modalidad sala de terapia (o sala de valientes) con trabajo terapéutico individual con el niño o joven, con los acogedores y en sesiones diádicas, como en modalidad ecosistémica, esto es, actuaciones conjuntas con la red psicosocial que rodea al niño y que puede mejorar o amplificar sus dificultades.

El modelo de Tres Bloques de Barudy y Dantagnan y colaboradores está basado en un principio de orden neurosecuencial (Perry, 2017)[xi] (Cómo el cerebro es afectado por el impacto traumático que los niños suelen sufrir en sus primeros años de vida, claves para la organización cerebral y para la creación de los sentimientos de seguridad y confianza). “Cuanto más replique una intervención cómo se produce el desarrollo del cerebro y más se aproxime a un principio de orden neurosecuencial, más probable que resulte exitosa”, dice Bruce Perry (2017) El modelo de Barudy y Dantagnan hace suyo este principio.

 

©Modelo de Intervención en Traumaterapia sistémica de Tres Bloques
(Barudy y Dantagnan)


En el acogimiento familiar es fundamental que los acogedores dispongan de un espacio propio de valoración, apoyo y promoción de sus “competencias parentales” (Barudy y Dantagnan)[xii], que estén dispuestos a revisar sus propios modelos de crianza, su historia de apego y conserven suficiente “función reflexiva” (Fonagy et al.)[xiii] para poder conectar y dar seguridad psicológica a los niños y adolescentes. Las familias que mayores probabilidades de éxito tienen para que una persona menor de edad pueda permanecer con ellos en su hogar son aquellas que tienen una adecuada salud mental, que han revisado su biografía, que han ganado madurez y seguridad, que no necesitan ser gratificados por el niño o joven y que verdaderamente desean vincular. Se abren a la ayuda profesional y a entender su mente y la de su niño o adolescente acogido (mindsight, mente que se ve a sí misma, Siegel)[xiv], reconocen su papel en los problemas que surgen y tienen conciencia de cómo impactan sus actos en la persona menor de edad. Necesitan formación en trauma y apego, pero es más recomendable el trabajo personal. Las capacidades de apego y empatía de las familias son imprescindibles para el ejercicio de la parentalidad terapéutica. Se necesitan familias conscientes, no perfectas.

Acoger a un niño o joven supone introducir una historia de dolor en casa. Toda la unidad familiar debe de prepararse para poder comprender las alteraciones emocionales y conductuales que el niño o joven puede presentar como reflejo de ese dolor. Sólo así podemos desarrollar la capacidad de empatía y la conexión emocional que estas personas menores de edad necesitan para sanar de sus heridas en el apego. 

No existen soluciones facilistas a los problemas de los niños y adolescentes, ni tampoco podemos erradicar sus conductas y sus emociones y sustituirlas por otras. Además, no todo depende de la persona menor de edad, ni está en sus manos por su inmadurez y sus afectaciones al neurodesarrollo poder hacer los cambios que los adultos les pedimos. Como dice el psiquiatra y experto en neurobiología Rafael Benito, "no es una cuestión de voluntad, neurológicamente no hay ningún área en el cerebro donde resida el que “si quieres, puedes”. Existe la capacidad de que estos niños y adolescentes integren más eficientemente sus redes neuronales y con la presencia, el acompañamiento, la paciencia, la seguridad, el afecto incondicional y la guía de un adulto equilibrado consigan transformar su dolor y pasar de los mecanismos de resistencia a los de resiliencia, si es que cuentan con un entorno de apoyo, afectivo y solidario. 

Los profesionales no podemos hacerlo todo para que estos niños y adolescentes sanen en sus heridas de apego, del trauma relacional y de los trastornos emocionales y conductuales que presentan. Los acogedores tienen un papel clave en este proceso de sanación; y los otros profesionales que acompañan al chico (orientador, tutor, técnicos de infancia, psiquiatra…) también. Juntos y coordinados seremos la red que sostendrá a la persona menor de edad y le ayudaremos a hacer un camino transformacional, pero no con la idea de “solución”, porque además de ser un marco referencial imposible es muy frustrante. Con el trabajo continuado, surgirán así cualidades en estos niños y jóvenes insospechadas, se abrirán a la empatía, al afecto, la mutualidad. Se sentirán dignos y merecedores de buscar su lugar en el mundo, de emprender y aportar a la sociedad sin esperar el rechazo y el abandono de los demás. 

De todos los elementos, el que más se ha comprobado que genera resiliencia a largo plazo es el de la aceptación incondicional. Con independencia de sus rasgos, temperamento, conducta, personalidad… contar con adultos que los acepten como personas y cuenten con su amor, respeto y valoración, es un poderoso factor de resiliencia. Esto es lo más difícil, pero clave. La crianza puede ser muy desafiante (por las alteraciones que estos chicos presentan), agotadora y estresante (por eso se cuenta con el apoyo de toda una red profesional). No obstante, un acogimiento también está lleno de grandes momentos de felicidad, conexión, anécdotas, ilusión, juego, goce, diversión, pertenencia… “Cuando las cosas se hacen bien: preparación, formación, apoyos…, salen bien”, como dice Cristina Herce [xv], psicóloga y traumaterapeuta sistémica y co-directora del programa técnico de acompañamiento al acogimiento familiar en la provincia de Gipuzkoa, llevado a cabo por el Centro Lauka y la Diputación Foral, con treinta años de experiencia en el ámbito. 

 


No me puedo olvidar de la familia biológica. El niño o adolescente tiene derecho al mantenimiento de este vínculo, siempre y cuando este no le dañe y le retraumatice, exponiéndole a las mismas dinámicas maltratantes que sufrió cuando convivía en su hogar de origen. La neurociencia nos dice que este tipo de experiencias relacionales retraumatizan. En estas situaciones donde el niño o adolescente es nuevamente expuesto al trauma se le vuelve a dañar emocional y cerebralmente. No puede, por ello, desprenderse de las defensas que le permiten sobrevivir. Nadie duda de que la familia biológica ama a sus hijos, pero la ciencia ha demostrado lo dañino que es para el vínculo ser amado por quien te hace sentir inseguro y te maltrata… La relación con la familia biológica debe de propiciarse si es beneficiosa para la persona menor de edad. El interés superior de esta exige protegerle. Si la relación incide en dinámicas de malos tratos, las visitas deben de suspenderse o reducirse al mínimo contacto y supervisadas. Creo que esto lo tenemos muy claro cuando se trata de violencia de género, pero no tanto cuando se trata de violencia contra la infancia. 

Por su parte, en mi experiencia, los acogedores han de hacer un trabajo de aceptación y respeto de la familia biológica y asumir que acoger es aceptar que el niño o joven tenga relación y contacto -si este es positivo- con ellos, y que es normal que antes y/o después de los encuentros la persona menor de edad le revuelvan emocionalmente. 

Es fundamental ver a los padres biológicos como los niños que sufrieron malos tratos o condiciones de vida injustas que afectaron a su capacidad parental, que no recibieron ni la ayuda ni la protección a la que tenían derecho, como dice Jorge Barudy. No fueron vistos ni protegidos por el mundo adulto. Una actitud cercana, de respeto, de valoración, bondadosa, de colaboración y tratando de “acoger” también a la familia biológica permitirá que el niño pueda integrar en su biografía a ambas familias.

Los niños y jóvenes acogidos en general viven tratando de disociar la experiencia del maltrato y del acogimiento, como si no existiera, por eso no pueden hablar de ello, o desarrollan relatos incoherentes, desconectados de la emoción, fantasiosos, o muestran gran angustia o enfado si se les pregunta por ello. Les remite a profundos sentimientos de “vergüenza crónica” (Deyoung)[xvi] que son profundamente desintegradores. Ser diferente y señalado socialmente es muy duro para ellos porque les recuerda a no ser amados, ser abandonados, maltratados y/o rechazados y padecer experiencias de desconexión emocional de sus padres o cuidadores. Por eso, para ellos es más tolerable hacer como que todo eso no existe, o manifestar otros síntomas (reacciones de rabia, fugas, obsesiones, alteración conductual, autolesiones…) que les resultan más soportables. “Exceptuándote a ti, yo no hablo con nadie del tema del acogimiento, hago como si no existe”, me comentó una vez un joven en terapia. Hago un llamamiento social para poder ver a estos niños sin estereotipos y normalizando la diversidad familiar, que es riqueza.

El “bloqueo de los cuidados” es un término acuñado por Hughes [xvii]. Aprovecho para recomendar su libro a todas las personas que quieran acoger a niños en su hogar, y a todos los profesionales: “Construir los vínculos de apego” Esto significa que algunos de estos niños no pueden aprovechar los cuidados normalizados que todas las familias ofrecen, ni aceptar la autoridad en todos los casos, ni la disciplina clásica. Bloquean los cuidados porque recelan de las personas que dicen ser sus padres o familia acogedora por el temor a ser dañados. No hay que olvidar que sufrieron graves maltratos, negligencia y/o abusos sexuales y la confianza en el mundo adulto está seriamente afectada. Por ello, no pueden ceder el control ni abrirse a la vulnerabilidad ni al amor, ni a la empatía, porque hay miedo y rabia que les pone en una posición de ataque, a la defensiva; o, al contrario, excesivamente sumisos. Además, han podido desarrollar esquemas mentales y creencias tempranas sobre el mundo adulto difíciles de desmontar, como “no puedo confiar”, “estoy en peligro”, “a la larga te abandonarán”, “solo vigila por lo tuyo” … No pretendo desanimar a nadie, al contrario, trato de motivar a los acogedores y a todos los futuros acogedores a ser conscientes de esto para poder abordarlo. Si se siguen unas pautas de parentalidad terapéutica y primero se afianza una respuesta consistente en los acogedores -estructura, rutinas, seguridad y predictibilidad-, se abrirán y responderán positivamente al afecto de la familia, a la empatía y los cuidados, y a la aceptación de los límites y las normas. Pero hay que tener paciencia y perseverancia. Es un proceso lento, aunque se van produciendo transformaciones en las personas menores de edad. Los acogedores han de mantenerse firmes y regulados emocionalmente para no dejarse arrastrar por las transferencias afectivas de estos niños y jóvenes, que inconscientemente van a tratar de confirmar que aquellos abandonan y son inherentemente malos. Si no caen en la tentación de castigarlos, criticarlos, perder el control, hacerles el vacío y manejan estas tormentas relacionales desde la empatía y el sostenimiento afectivo respetuoso (tolerando el odio), y salvan el sentido de sí mismo (bueno) del niño (que puede hacer cosas que están mal, pero que puede aprender), este irá modificando su modelo interno mental sobre los nuevos adultos que son sus acogedores que le cuidan. Estos niños sienten que son malos, no que hacen las cosas mal, pero son intrínsecamente dignos. Sienten vergüenza intensa más que culpa, que es una emoción mucho más temprana y dolorosa. Pero insisto, si se contempla esto, y las cosas se preparan adecuadamente para tratar terapéuticamente a estos niños y jóvenes más profundamente dañados, la evolución puede ser satisfactoria y beneficiosa para ellos y las familias. 

Las familias de acogida no son “familias de segunda”, no es la biología la que garantiza los cuidados de calidad sino la competencia parental basada en una historia de apego elaborada, capacidad mentalizadora (reflexiva) y empática, habilidades de crianza terapéutica, plasticidad mental y apertura a la ayuda profesional (Barudy y Dantagnan)[xviii]. Las familias deben ser seleccionadas de acuerdo con estos criterios para garantizar el mejor contexto familiar vincular para los niños y adolescentes. Con paciencia, perseverancia y permanencia, observamos que se puede recorrer y acompañarlos en el camino de la sanación de sus traumas y alteraciones. Es algo realmente gozoso compartir esta experiencia reparadora con un niño o joven. Recordemos estas frases de Maryorie Dantagnan[xix]: “La gota de agua no horada la piedra por su fuerza sino por su perseverancia” “No todo lo que hagamos por los chicos ahora lo veremos reflejado ahora” También recomiendo el libro “Vincúlate. Relaciones reparadoras del vínculo en niños adoptados y acogidos”, que escribí pensando en los niños y las familias de acogida. Y El libro de Rafael Benito titulado: “Cerebro moldeando cerebros. Cómo las relaciones interpersonales guían la evolución del cerebro infantil y adolescente desde el nacimiento”.


REFERENCIAS

[i] https://www.unicef.es/publicacion/convencion-sobre-los-derechos-del-nino

[ii] http://www.buenostratos.com/2021/04/el-derecho-los-buenos-vinculos-y-los.html

[iii] Herce, C. (2022). El acogimiento familiar como recurso para promover cambios epigenéticos. Documento no publicado.

[iv] Dantagnan, M. (Comunicación personal, 25 de octubre de 2014)

[v] Bowlby, J. (1953). Cuidado maternal y amor. México: Fondo de Cultura Económica.

[vi] Benito, R. (2024). Cerebro moldeando otros cerebros. Cómo las relaciones interpersonales guían la evolución del cerebro infantil y adolescente desde el nacimiento. Bilbao: Desclée de Brouwer.

[vii] Barudy, J. y Dantagnan, M. (2010). Los desafíos invisibles de ser padre o madre. Manual de evaluación de las competencias y la resiliencia parental. Barcelona: Gedisa.

[viii] Hughes, D. (2019). Construir los vínculos de apego. Cómo despertar el amor en niños profundamente traumatizados. Barcelona: Eleftheria.

[ix] Perry, B., & Szalavitz, M. (2017). El chico a quien criaron como perro: Y otras historias del cuaderno de un psiquiatra infantil. Capitán Swing Libros.

[x] Barudy, J. y Dantagnan, M. (2017). Prólogo. En Benito, R. y Gonzalo, J.L. La armonía relacional. Aplicaciones de la caja de arena a la traumaterapia. Bilbao: Desclée de Brouwer.

[xi] Perry, B., & Szalavitz, M. (2017). El chico a quien criaron como perro: Y otras historias del cuaderno de un psiquiatra infantil. Capitán Swing Libros.

[xii] Barudy, J. y Dantagnan, M. (2010). Los desafíos invisibles de ser padre o madre. Manual de evaluación de las competencias y la resiliencia parental. Barcelona: Gedisa.

[xiii] Fonagy, P., Gergely, G., Jurist, E. y Target, M. (2002). Affect regulation, mentalization, and the development of the self. New York: Other Press.

[xiv] Siegel, D. (2011). Mindsight, la nueva ciencia de la transformación personal. Barcelona: Paidós.

[xv] Herce, C. (2022). El acogimiento familiar como recurso para promover cambios epigenéticos. Documento no publicado.

[xvi] DeYoung, P. (2024). Comprender y tratar la vergüenza crónica. Sanar el trauma relacional del hemisferio derecho. Barcelona: Eleftheria.

[xvii] Hughes, D. (2019). Construir los vínculos de apego. Cómo despertar el amor en niños profundamente traumatizados. Barcelona: Eleftheria.

[xviii] Barudy, J. y Dantagnan, M. (2010). Los desafíos invisibles de ser padre o madre. Manual de evaluación de las competencias y la resiliencia parental. Barcelona: Gedisa.

[xix] Dantagnan. M. (Comunicación personal, 20 octubre de 2023).