Abrimos la 19ª temporada del blog Buenos tratos. Os doy la más cordial bienvenida, aquí seguimos, con las mismas ganas e ilusión con la que empezamos la primera, allá por el 11 de septiembre de 2007.
Y lo hago presentándoos con gran ilusión un nuevo libro sobre la técnica de la caja de arena, esta vez pensando en los adolescentes.
(Para opciones fuera de España, consultar con la editorial)
Con mucha felicidad y dicha, os anuncio la publicación de un nuevo libro sobre la técnica de la caja de arena, esta vez dedicado a los adolescentes. Echaba de menos un material que versara sobre la aplicación de esta técnica a las personas menores de edad que se encuentran en la franja que va desde los doce hasta los veinticinco años (la adolescencia neurobiológica). Porque no existe nada publicado hasta la fecha -al menos cuando, hace un año, hice una búsqueda- y se hacia necesario contar con un texto especializado. Los adolescentes requieren de una psicoterapia propia, no vale ni la que usamos con los adultos ni tampoco la que utilizamos para los niños. El periodo de la vida por la que atraviesan es muy delicado desde el punto de vista del desarrollo del cerebro -este está, literalmente, en construcción-, por lo que necesita conocimientos y propuestas terapéuticas específicas.
El libro está escrito en co-autoría, junto con mi amigo Iván Rodríguez Ibarra, Trabajador social, Orientador familiar y Traumaterapeuta sistémico, que tiene una vasta experiencia en la terapia con adolescentes y en el uso de la técnica de la caja de arena. Iván dedica, desde hace muchos años, su vida profesional a relacionarse con adolescentes, a ayudarles en un espacio terapéutico, y tiene una capacidad especial para conectar con ellos. Lo hace formando parte de un equipo multidisciplinar -dentro del Programa de Apoyo a Adolescentes NORBERA, de la Fundación IZAN-. No he podido encontrar mejor socio para hablar sobre la caja de arena, la Traumaterapia sistémica y los adolescentes. Sin Ivan este libro no tendría la riqueza que tiene. Las asociaciones entre colegas, cuando hay buena sintonía, dan mucho mejor resultado.
A la hora de aplicar la técnica de la caja de arena, los que nos conocéis sabéis que somos partidarios de integrarla dentro de un modelo más amplio de psicoterapia, y que nuestra apuesta es por la Traumaterapia sistémica, por considerarla comprensiva, moderna -basada en el conocimiento de la ciencia del cerebro-, con aportaciones de la teoría del apego, de la psicología del desarrollo, de la traumatología y de diferentes escuelas de terapia. Es un modelo abierto que integra dentro de un principio de orden neurosecuencial las distintas técnicas que podemos ir utilizando para abordar los objetivos de cada uno de los tres bloques que conforman la Traumaterapia sistémica. Por lo tanto, se trata de un libro que se basa en el uso de la caja de arena con adolescentes dentro de este modelo.
Tanto Ivan como yo hemos querido que el libro lleve fotografías de las cajas de arena de los adolescentes que nos cuentan sus historias, pero que, a la vez, contenga ilustraciones y dibujos propios, para darle ese toque idiosincrásico de la edad que una obra así necesita. Por ello, pedimos a la joven Maider Dorregaray Gorrochategui, estudiante y excelente ilustradora, que nos hiciera unos dibujos ad hoc para la ocasión y, en honor a la verdad, estos, preciosos, ensalzan el contenido y nos ayudan a meternos en el universo adolescente.
Queremos agradecer a Linda Homeyer, una referente mundial en el ámbito del sandplay, el que haya leído el libro y que haya dedicado parte de su escaso tiempo para escribir el prólogo. Es todo un honor que ella nos haya dedicado unas líneas para introducir la obra y ponerla en valor.
También nuestro agradecimiento a los profesores y amigos Jorge Barudy y Maryorie Dantagnan, con quienes nos formamos en Traumaterapia sistémica, por escribir la presentación del libro y apoyar siempre todo lo que hacemos.
Os dejamos con esta introducción, que forma parte del libro, para abriros el apetito.
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Son ya casi veinte años utilizando la técnica de la caja de arena. Acumulamos una experiencia que nos ha permitido aprender de nuestra práctica clínica. Cada paciente con el que nos encontramos en sesión realiza una representación en el espacio de la caja única e irrepetible. El conocimiento estadístico no es relevante cuando usamos este abordaje terapéutico. Nos interesa cada uno de nuestros pacientes en su singularidad y en el proceso idiosincrásico de descubrimiento de los arquetipos que pueblan su “inconsciente colectivo”, un proceso al que Jung (2009) llamó “individuación”.
Durante estos años nos hemos sentido conmovidos por los “poderes transformadores de la psique” (Kalffl, 2020), los cuales se ponen de manifiesto cuando se trabaja con una caja de arena. Los numerosos talleres impartidos nos han permitido acercarla y difundirla entre diferentes profesionales del área de la salud mental que trabajan por toda la geografía española, produciendo indirectamente un beneficio en muchos pacientes que desconocían este abordaje terapéutico. Actualmente, son muchas las consultas -públicas y privadas- que cuentan entre sus técnicas con la caja de arena.
Nuestra apuesta decidida por la Traumaterapia sistémica hizo que desde el principio integráramos esta técnica dentro de la metodología de trabajo de este modelo, ideado y diseñado por Barudy y Dantagnan y colaboradores (2025). Esto no debe de extrañarnos, pues desde que Margarett Lowenfeld descubriera la técnica en el año 1929 trabajando en terapia con los niños de su consulta de Nothing Hill, en Londres y de que, posteriormente, Dora Kalff (tras formarse con Margarett) la desarrollara y la promoviera desde la psicología analítica, la técnica ha conocido una gran expansión y diferentes escuelas la han incluido dentro de su modelo y la han adaptado e incorporado a su metodología. Entre otras, destacan: la terapia de juego de Virginia Axline, la terapia Gestalt y la terapia adleriana (Homeyer y Marshall, 2022).
Los actuales desarrollos de la neurociencia y de la psicología del trauma sostienen que la cura solo por la palabra no logra contribuir a la sanación emocional. Es necesario implicar al cuerpo y al hemisferio derecho en la psicoterapia (Schore, 2022) para que sea un tratamiento completo y eficaz. Porque el trauma, como se sabe, afecta al cuerpo y a sus conexiones con el sistema nervioso (Van der Kolk, 2020), puesto que los impactos traumáticos quedan inscritos en este y su afectación, si no se trata a este nivel, puede ser duradera e impactar seriamente en la salud de las personas.
La moderna ciencia del cerebro ha mostrado en su investigación como este es afectado por los traumas tempranos y complejos, con lo cual se hace necesaria una psicoterapia relacional y que utilice técnicas capaces de restaurar la integración cerebral (vertical y horizontal) alterada por experiencias tan estresantes como el maltrato, el abuso y la negligencia (Benito, 2024). La técnica de la caja de arena ha mostrado que posee esta capacidad, si se utiliza dentro de un modelo psicoterapéutico informado por el apego y se trabaja también con el contexto del paciente, es decir, dentro de un paradigma bio-psico-social de intervención (Benito y Gonzalo, 2017)
Nosotros nos hemos dedicado a explicar cómo un uso relacional, no verbal y conectivo de la caja de arena produce beneficios psiconeurológicos, adaptando la técnica a nuestro modelo integral de reparación de las consecuencias que los malos tratos en sus diferentes formas dejan en los niños, adolescentes y adultos: la Traumaterapia sistémica (Barudy, Dantagnan y cols, 2025). Y no por ello hemos alterado la autenticidad de este abordaje. Al contrario, somos totalmente respetuosos con el legado de Lowenfeld y Kalff y conservamos y aplicamos la técnica tal y como ellas, tras muchos años de estudio y trabajo, la diseñaron y desarrollaron, sin perder las esencias. Solamente la adaptamos a un modelo con el que la caja de arena sintoniza muy bien.
Como ya hemos expuesto en obras anteriores, las técnicas deben, a nuestro juicio, de integrarse en modelos globales comprensivos que tengan en cuenta no sólo la realización de un tratamiento psicoterapéutico, sino la valoración y la implicación del contexto del paciente en su proceso de sanación, porque los modelos de salud son siempre bio-psico-sociales. Y si, además, trabajamos con personas menores de edad se hace necesario y obligatoria la participación e implicación en la intervención como co-terapeutas de los padres o responsables del cuidado del niño o adolescente. Es muy importante que el profesional, antes de decidir ninguna psicoterapia, haga un análisis de la demanda. Así lo hacemos dentro del modelo de Traumaterapia sistémica. Porque es posible que una psicoterapia no sea lo prioritario ni lo que un niño o joven necesite en ese momento; e, incluso, puede que esté contraindicada (Barudy, Dantagnan y cols, 2025).
Ninguna técnica debe de fascinarnos por sí misma. Es la calidad de la relación y del vínculo terapéutico que se va entretejiendo entre paciente y psicoterapeuta, la implicación de todo el contexto, la satisfacción de las necesidades del niño y la protección de este lo que contribuye a su sanación emocional. Sobre todo, cuando estamos hablando de que nuestros jóvenes pacientes han sufrido malos tratos y presentan trauma del desarrollo (Van der Kolk, 2020) y trastornos del apego. Es todo un equipo de personas -red de relaciones significativas y poderosas, con fuertes puntos de apoyo (Perry y Szalavitz, 2017)- lo que favorece que los niños y adolescentes puedan contrarrestar los efectos negativos que los traumas provocados por los malos tratos ejercen sobre su desarrollo y personalidad. Esto es imprescindible cuando nos relacionamos con personas menores de edad; pero también en el tratamiento de pacientes adultos es clave preocuparse por sus redes psicosociales de apoyo y entorno relacional.
Así pues, nuestros libros más que de la caja de arena, tratan sobre la Traumaterapia sistémica y la caja de arena. Y este dedicado a los adolescentes no será una excepción.
¿Y por qué un libro específico de caja de arena, traumaterapia y adolescentes?
Existen poderosas razones para dedicar una obra a esta población. Primero, la adolescencia es una etapa de la vida crítica donde nuevamente el cerebro sufre espectaculares transformaciones. Es un periodo de grandes riesgos psicosociales, pero también de grandes oportunidades. El libro de instrucciones que es el ADN vuelve a abrirse y está sujeto a las influencias del entorno de una manera muy sensible. Así Rafael Benito (2021), psiquiatra experto en neurodesarrollo, dice:
“No todos los periodos del desarrollo tienen la misma importancia; ya que la proliferación y poda de las conexiones se produce sobre todo en dos etapas de la vida: los primeros dos o tres años, y la pubertad y la adolescencia. Durante esta última el sistema nervioso experimenta una revolución que lo devuelve a una situación análoga a la de los primeros años de vida; una situación en la que el sistema límbico tiene una actividad más intensa, con un déficit relativo de las funciones reguladoras del córtex prefrontal. En esta etapa se hace necesaria de nuevo la presencia de las figuras de apego para guiar la evolución del cerebro adolescente hacia el logro de ese funcionamiento integrado”.
Por lo tanto, son necesarias personas sanas que acompañen a los adolescentes -además de sus propios padres- que se constituyan en sus tutores de desarrollo (Cyrulnik, 2003) y sean puntos de apoyo desde los cuales poder interiorizar una base segura para conducirse en el mundo. Y, al mismo tiempo, saber que dichos adultos pueden ser un refugio seguro al cual acudir en caso de necesidad (Bowlby, 1989) Es un falso mito sostener que los adolescentes priman el grupo de iguales y que no necesitan de las figuras adultas, siendo ya autónomos. Aunque el grupo y la pareja pueden ser figuras de apego prominentes, los adultos significativos son valorados y buscados por los adolescentes para desarrollarse con seguridad, sentimiento de pertenencia y vivencia de ser amado y valorado.
Entre las personas que pueden conformar la red de apoyo de un adolescente pueden estar los psicoterapeutas, depositarios, si se logra establecer con ellos un vínculo terapéutico seguro, de su mundo e intimidad personales. Si el psicoterapeuta cuenta con herramientas tan idóneas para conectar con los adolescentes como la caja de arena, se logra con ellos una co-transferencia que hace que la psicoterapia sea una vivencia conectiva y transformadora. Esta técnica, en las manos de un psicoterapeuta competente, puede favorecer las conexiones corticolímbicas (Schore, 2022). Esto es muy importante abordar, con paciencia y perseverancia, en este periodo de la vida. El cerebro de los adolescentes necesita del cerebro maduro de los adultos, algo así como un préstamo, pues son las mentes interconectadas (el cerebro no es un órgano unipersonal, sino bipersonal, como dice Schore, 2022) las que son más fuertes y sabias (Bowlby, 1989), favoreciendo que el adolescente se desarrolle sanamente. Dice Schore (2022):
“Lo que ayuda al paciente a efectuar el cambio es experimentar este empoderamiento en el contexto de seguridad proporcionado por el trasfondo de la regulación afectiva interactiva psicobiológicamente armonizada del terapeuta empático”.
Consideramos que las especificidades propias de los adolescentes precisan de una adaptación de la técnica de la caja de arena a sus necesidades, y no a la inversa. Como veremos, tanto el lenguaje que debemos adoptar para acercarnos a ellos suscitando confianza, la manera de presentar la técnica y la adaptación de las fases de construcción de la caja de arena, deben de amoldarse a ellos. Nuestro conocimiento de los adolescentes y nuestro trabajo con estos durante muchos años (especialmente de Iván Rodríguez, co-autor de este libro, que dedica exclusivamente su vida profesional a la terapia con adolescentes) utilizando la caja de arena nos refrendan en la importancia que tiene aplicar esta de un modo que resulte amable, respetuoso, afectuoso y libre, pero a la vez muy protector (Kalff, 2020).
El adolescente no es un niño y no quiere que le asemejen a uno. Al mismo tiempo, sus intereses se centran en el mundo de lo real (sus amigos, sus relaciones de pareja, sus problemas, la necesidad de comprenderse, sus series y músicas…), por lo que llevarlos al terreno de las miniaturas, de la arena y al mundo de lo imaginario puede suscitarles rechazo. Del mismo modo, enfoques interpretativos, confrontadores y que usen la caja de arena como un medio para hacerles hablar de sus intimidades (cuando no quieren o no están preparados para ello), además de contraproducente, está abocado al fracaso. Más pronto que tarde dejarán de hacer cajas de arena. Finalmente, como ya se ha dicho, debemos de tener claro qué pretendemos al usar esta técnica, en qué objetivos terapéuticos puede ayudar al adolescente que tenemos delante y por qué la elegimos y no otras. No es un juego o recurso para usar sin más ni más por muy fascinante que nos pueda parecer. La técnica por la técnica no sirve de nada.
Todo ello ha motivado a los autores a escribir este libro, para darles un lugar a los adolescentes en la literatura hispana científico-profesional de la caja de arena y disponer de un libro que pueda guiarnos en el trabajo psicoterapéutico con ellos.
Esta obra es fruto de compartir nuestras respectivas experiencias dentro del marco profesional de la RED APEGA desde nuestros respectivos trabajos. José Luis Gonzalo en su consulta de LOTURA[1], de psicología y traumaterapia, en la que a diario trabaja con niños, jóvenes, adultos (padres) que han sufrido diferentes formas de maltrato. E Iván Rodríguez en su labor como terapeuta en el Programa de Apoyo a Adolescentes NORBERA de la Fundación IZAN[2], en el que trabaja con adolescentes en riesgo y sus familias, y donde ha acumulado una rica experiencia y un material clínico que merecen ser compartidos en este libro.
A través del análisis de distintas metodologías de trabajo, el libro abre una ventana a sesiones reales y procesos terapéuticos complejos, narrados con detalle y enriquecidos con fotografías y dibujos realizados por una adolescente. Cada caso es un mapa que nos muestra cómo navegar en la compleja geografía emocional de la adolescencia, siempre con una mirada ecosistémica y protectora.
En el libro hacemos primeramente un repaso de qué es la técnica de la caja de arena, pero centrándonos en la etapa adolescente, subrayando la importancia de saber presentar la técnica y del lenguaje no verbal en el trabajo terapéutico con jóvenes. A continuación, hablamos de la terapia con adolescentes y de las particularidades de esta etapa. Seguimos aportando novedades y hablamos de la caja de arena y de las técnicas basadas en la evidencia, dando a conocer el estudio de investigación llevado a cabo por la psicóloga Nerea Benito. Tras introducir el modelo de Traumaterapia sistémica y su aplicación con adolescentes, presentamos las metodologías de trabajo con la caja de arena. Comentamos, después, cuál es el proceso de creación de las cajas de arena y damos unos apuntes sobre la interpretación de las cajas. Cerramos la obra con un amplio capítulo donde contamos sesiones -con transcripciones de diálogos completos- de terapia con la caja de arena con adolescentes y exponiendo las tentaciones principales en las que podemos caer cuando trabajamos con esta técnica.
Esperamos que sea de vuestro agrado, que os sea útil y os aporte en vuestro caminar profesional.
REFERENCIAS
Barudy, J., Dantagnan, M. y colaboradores (2025). Traumaterapia sistémica. Un enfoque comprensivo para abordar el dolor visible e invisible de los procesos traumáticos, desde un modelo terapéutico basado en los buenos tratos, la resiliencia y la justicia social. El hilo Ediciones.
Benito, R. y Gonzalo, J.L. (2017). La armonía relacional. Aplicaciones de la caja de arena a la traumaterapia. Desclée de Brouwer.
Benito, R. (2024). Cerebro modelando otros cerebros. Cómo las relaciones interpersonales guían la evolución del cerebro infantil y adolescente desde el nacimiento. Desclée de Brouwer.
Cyrulnik, B. (2003). El murmullo de los fantasmas. Volver a la vida después de un trauma. Gedisa.
Bowlby, J. (1989). Una base segura: aplicaciones clínicas de la teoría del apego. Paidos Ibérica.
Gonzalo, J.L., Cáseda, T. Benito, N. y grupo Apega 5 Donostia (2021). Traumaterapeutas en la caja de arena. Desclée de Brouwer.
Homeyer, L., Marshall, N.L. (2022). Terapia avanzada de la caja de arena. Profundizar en la práctica clínica. Desclée de Brouwer.
Jung, C.G. (2009). Arquetipos e inconsciente colectivo. Paidós Ibérica.
Kalff, M. (2020). Afterword. In Sandplay. A psychoterapeutic approach to the psyque. (p. 107 -115) Analytical Psychology Press: Sandplay Editions. Oberlin, Ohio: EE.UU.
Perry, B. y Szalavitz, M. (2017). El chico al que criaron como perro y otras historias del cuaderno de un psiquiatra infantil. Capitán Swing Libros.
Schore, A. (2022). Psicoterapia con el hemisferio derecho. Eleftheria.
Van der Kolk, B. (2020) El cuerpo lleva la cuenta. Cerebro, mente y cuerpo en la sanación del trauma. Eleftheria.
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[1] Nota de los autores: Consulta situada en la ciudad de San Sebastián, País Vasco, España. www.joseluisgonzalo.com
[2] Nota de los autores: Para conocer el programa: www.izan.org
A todas las normas jean del mundo (Homenaje a Marilyn Monroe)
José Luis Gonzalo Marrodán
"Es una niña hermosa. No me refiero a eso de la manera obvia, quizás demasiado obvia. No creo que sea una actriz en absoluto, no en ningún sentido tradicional. Lo que tiene, esta presencia, esta luminosidad, esta inteligencia parpadeante, nunca podría salir a la superficie en el escenario. Es tan frágil y sutil que solo puede ser captado por la cámara. Es como un colibrí en vuelo: solo una cámara puede congelar su poesía".
(Truman Capote)
Como os dije en el último post, este verano el blog va a estar más activo de lo habitual. Además de publicar los podcasts de Traumaterapia sistémica, escribo un artículo especial. Hace muchos años que tenía in mente redactarlo pero por unas cosas u otras no había podido hacerlo.
Miniatura de Marilyn. Foto: Aliexpress.
Me refiero al personaje de Marilyn Monroe, aunque yo prefiero hablar de la persona que se escondía en su interior: Norma Jean. ¿Por qué un artículo sobre ella?. Si yo estuviera delante de una estantería con miniaturas para hacer la caja de arena y tuviera que expresar un sentimiento de desamparo, creo que elegiría la de Marilyn. Pienso que representa el arquetipo del abandono. Este se manifiesta a través de su imagen pública de vulnerabilidad y fragilidad, contrastada con su búsqueda constante de afecto y aceptación. Ello se ve reforzado por su historia personal, marcada por la falta de figuras paternas estables y relaciones amorosas problemáticas.
Se han escrito ríos de tinta sobre ella. Sesenta y tres años después de su muerte, sigue siendo un icono para las generaciones pasadas, las actuales y las venideras. Me niego a verla como una imagen sexual, como muchas veces ha sido injustamente valorada a nivel sociológico. Ella era mucho más: una excelente actriz (formada en el Actors Studio de New York) que tenía ángel y gustaba mucho a la gente. Además, Norma Jean fue una persona que sufrió mucho y creo que no se le ha tratado como tal, se ha banalizado mucho la visión que se ha tenido de ella, sin poner el énfasis en lo más importante: que los traumas infantiles no resueltos pueden afectar de por vida.
El legado de Marilyn Monroe sigue siendo hoy en día muy lucrativo. Continúa generando dinero a través de la venta de memorabilia, como autógrafos, fotografías y objetos personales, así como con la comercialización de su imagen en productos como ropa, perfumes y otros artículos.
Portada del Los Ángeles Times del 4 de agosto de 1962 Foto: El Mundo
Hoy celebramos su aniversario. Un 4 de agosto de 1962 el mundo entero se conmocionó con su fallecimiento. Hasta la fecha dos han sido las hipótesis más probables sobre las causas de su muerte: suicidio por barbitúricos o una sobredosis fortuita de estos. Sin embargo, recientemente se ha planteado que esta sobreingesta pudiera no ser accidental y que alguien (ella estaba en poder de información muy sensible sobre los Kennedy) pudo habérsela suministrado. De todos modos, no hay ninguna prueba concluyente. Así se cuenta en el documental de Netflix “El misterio de Marilyn Monroe: las cintas inéditas”: "Durante décadas, la trágica muerte de Marilyn Monroe, icono de Hollywood, suscitó conspiraciones y rumores que a menudo eclipsaron su talento y sagacidad. Este documental reconstruye sus últimas semanas, días y horas mediante grabaciones inéditas de quienes mejor la conocieron para arrojar luz sobre su glamurosa y complicada vida y ofrecer una nueva visión de aquella fatídica noche. La directora, Emma Cooper, se centra por completo en la investigación del periodista Anthony Summers (que ganó el Pulitzer por un libro sobre el 11-S publicado en 2011); unas entrevistas que realizó para escribir 'Goddess: The Secret Lives Of Marilyn Monroe' y de las que se comparten las cintas, inéditas hasta ahora”.
Quiero centrarme en la persona de Norma Jean y hacer un paralelismo entre su historia y la de miles y miles de personas que han sufrido trauma en el desarrollo como ella, víctima de abandono temprano, desgraciadamente no conoció el fenómeno de la resiliencia. Norma es el arquetipo -con el que podrían identificarse todos aquellos que sufrieron una historia de abandono- de la desiliencia. Término por el cual Cyrulnik (2025) describe a la persona que habiendo sufrido trauma de abandono no encuentra en el entorno personas solidarias y afectivas que puedan sostenerla. Y entonces sucede la fatalidad en la desgracia: su muerte prematura. La desiliencia es una situación de vulnerabilidad donde un individuo o grupo social presenta unas circunstancias desfavorables determinadas por unos niveles inadecuados de adaptación. Es la relación de equilibrio entre fortalezas y debilidades a nivel interfactorial lo que determina la caracterización de la vulnerabilidad.
Voy a hablar de algunos aspectos de su vida que considero importantes, tratando de no entrar en su carrera cinematográfica, que ahí está y fue brillante. Una pena que cuando era una estrella y estaba en todo lo alto, cuando podía empezar a interpretar papeles más relevantes, la muerte le sorprendiera rodando la inconclusa “Something´s got to give”. De hecho, fue expulsada del rodaje porque este se paraba continuamente por varios motivos: impuntualidad e inasistencias de Marilyn (por encontrarse física y psicológicamente muy mal) y por acudir a la fiesta donde le cantó el famoso "Cumpleaños Feliz" a Kennedy). Sin embargo, la insistencia de su compañero Dean Martin, que se negó a continuar la filmación con otra actriz que no fuese Marilyn, hizo que la readmitieran.
El último metraje (inacabado) de Marilyn Monroe
"Una infancia infeliz no determina una vida…"
Cyrulnik (2013) afirma en "Los patitos feos" que una infancia infeliz no tiene por qué determinar una vida. Miles y miles de personas sobrevivientes a todo tipo de traumas nos demuestran que es posible no sólo llevar vidas adaptadas y funcionar sino incluso, a partir de las cicatrices, crecer y rehacerse. Sin embargo, en el caso de Norma Jean se puede decir que, desgraciadamente, no fue así. Ella conoció la resistencia, pero era alguien sumamente infeliz. En el documental de Netflix la describen como una “chica generosa, dulce y encantadora” que cuando la mirabas su rostro reflejaba un alma sensible. Tan sensible que ella decía siempre de sí misma: “soy una niña abandonada” Y en los momentos en los que sufría episodios depresivos, afirmaba: “nada saldrá bien”, “no le gusto a nadie”,“todo lo que hago es una mierda”.
La psicóloga Belén Picado ha escrito en su blog un artículo sobre Norma Jean, excelente, y recoge lo que fueron sus primeros años de vida:
No llega a conocer a su padre. Este abandonó a su madre, Gladys, al saber que estaba embarazada.
Al poco de nacer, su madre la entrega a un matrimonio con quien pasa sus primeros siete años de vida.
A los 8 años, vuelve con su madre, pero por poco tiempo, ya que esta tiene una crisis y es internada en un sanatorio psiquiátrico donde le diagnostican esquizofrenia paranoide. Aunque no hay pruebas de que la maltratase o intentara ahogarla en la bañera, como se muestra en la película "Blonde", la inestabilidad de la mujer hizo que Norma viviera en un ambiente negligente, falto del afecto y sin el apoyo que necesita una niña para su desarrollo.
De ahí, Norma pasaría a vivir en varios orfanatos y casas de acogida, donde la negligencia continuó en forma de todo tipo de abusos, tanto físicos y psicológicos como sexuales. En ese tiempo el cine fue su refugio. «Algunas de mis familias de acogida me enviaban al cine para sacarme de casa y allí me sentaba todo el día y hasta la noche», contaba en una entrevista para la revista Life en 1962.
La propia actriz se expresa así en una de las grabaciones que forman parte del documental "El misterio de Marilyn Monroe. Las cintas inéditas" (Netflix): "No me considero huérfana, fui una niña abandonada. Nunca llegué a ser feliz. No era algo con lo que pudiera contar. Cuando me llevaron al orfanato me dejaron allí y no paraba de gritar ‘¡No soy huérfana!’. Me fijaba en todas las mujeres que veía y decía: ‘Es una mamá’. Y si veía a un hombre decía: ‘Es un papá".
Déficits en los cuidados tempranos y síndrome del peloteo
Si Norma Jean hubiera sido mi paciente, le hubiera aplicado la "Pauta de Evaluación Comprensiva de Barudy y Dantagnan para niños y niñas víctimas de violencia y malos tratos” Si hubiera tenido que cumplimentar la parte relacionada con el apego, en el apartado dedicado a los cuidados tempranos, hubiera podido consignar:
Tipo de cuidados recibidos por Norma Jean los dos primeros años de vida:
- Entregada a un matrimonio (sin saber nada sobre su competencia parental) y separada de su madre, ¿cómo se hizo esta transición y tuvo repercusión sobre su sistema nervioso, generando una vulnerabilidad neurobiológica al estrés?
- Síndrome del peloteo: continuos cambios de cuidadores. Sabemos por Bowlby (1953), creador de la teoría del apego, que estos cambios afectan de manera severa al establecimiento del vínculo de apego, lo cual puede dejar efectos duraderos negativos en la futura capacidad para sentirse en seguridad y confiar en las personas.
- Presencia de experiencias traumáticas graves de naturaleza relacional: víctima de negligencia y de una relación probablemente con una comunicación perturbada con su madre biológica. Le pudo afectar al desarrollo de la coherencia mental y por lo tanto favorecer que entrara en episodios de desorganización (Serván 2023). Además, fue abusada sexual y físicamente en los orfanatos y en las familias de acogida.
Este tipo de experiencias traumáticas infantiles que suponen un estrés abrupto e incontrolable con nulas oportunidades de reparación relacional y para encontrar un vínculo de apego estable, seguro y confiable, afectaron de manera severa a su futura personalidad adulta. Probablemente, Norma desarrolló una personalidad con un funcionamiento límite: inestabilidad emocional, cambios en los estados de mente, dificultades para desarrollar habilidades mentalizadoras y reflexivas, presencia de adicciones, modificaciones abruptas de su autoimagen, terror al abandono, sentimientos de vacío y soledad crónicos… Era, no obstante, una persona muy inteligente (con un CI de superdotación), profunda, con inquietudes intelectuales y con el deseo de formarse y ser una buena actriz. Otra cosa es que para sobrevivir tuviera que aceptar, al principio, lo que le ofrecían. En su carrera dejó muy buenas interpretaciones, por ejemplo, en "Vidas rebeldes". Una película muy triste y dura, y muy significativa, porque la interpretó junto con otro actor mítico trágicamente muerto: Monty Clift, de quien Norma dijo que estaba más dañado que ella.
"Vidas rebeldes", última película completa de Marilyn Monroe
La protagonista, sensible, no soporta un mundo tan rudo y cruel
Este análisis de sus primeros años de vida mediante la Pauta de Evaluación Comprensiva (Barudy, Dantagnan y Gonzalo, 2020) muestra que Norma Jean sufrió todos los tipos de victimizaciónposibles: negligencia, abandono y abuso sexual y físico. Como miles de niños y niñas que actualmente lo siguen padeciendo en todo el mundo. Ella sufrió, además, el síndrome del peloteo descrito por Jorge Barudy (2005), muy nefasto y dañino para el desarrollo del infante. Consiste en mover a los niños de unos cuidadores a otros, por motivos administrativos o burocráticos o de otra índole. El síndrome del peloteo describe el daño que las intervenciones inadecuadas en casos de maltrato infantil pueden causar en la capacidad de los niños y su entorno para establecer vínculos duraderos. Estas intervenciones inadecuadas pueden incluir diagnósticos prolongados, incompetencia profesional o motivos ideológicos, y resultan en una detección tardía de los malos tratos.
No encuentra "El amor que nos cura" en las parejas
Tras alcanzar el éxito, la vida en pareja que podía haberle ayudado no lo hizo. Boris Cyrulnik (2020) dice en el libro “El amor que nos cura” que "el amor de pareja puede devolver a la vida a quienes están marcados por profundas heridas a causa de antiguas experiencias traumáticas. Es el milagro afectivo que trae consigo el amor en la pareja. Aquellos que han padecido graves maltratos y humillaciones, encuentran la posibilidad de redefinir el sentido del dolor por sus propios medios afectivos gracias al vínculo que supone el encuentro y el inicio de una relación amorosa”.
Dice Cyrulnik “que la fuerza que orienta el curso de las cosas en un sentido u otro -se refiere a sanar un vínculo o, por el contrario, a desgarrarlo aún más- es una conciliación de los estilos afectivos, un conjunto de fuerzas históricas y paraverbales que organiza la forma en que la pareja se mantiene unida. La vida conyugal que se organiza de este modo ofrece una posibilidad de reorganización afectiva en la que cada miembro de la pareja influye en el otro para bien o para mal".
En este excelente libro -entre otros muchos interesantes aspectos que no podemos trasladar aquí por cuestiones de espacio-, Cyrulnik explica que “los jóvenes que volvieron de los campos de concentración se casaron con urgencia, tan pronto como regresaron a la vida. Estos matrimonios precoces entre supervivientes recibieron el nombre de ´matrimonios de la desesperación´.
Portada del libro de Boris Cyrulnik
Pues bien, Norma Jean se casó muy joven, con dieciséis años, con el fin de sobrevivir. Es uno de esos matrimonios precoces que le permitió poder encontrar una figura a la que aferrarse. El primer esposo de Marilyn Monroe fue James Dougherty. Se casaron en 1942 cuando ella tenía dieciséis años y él veintiuno. Se conocieron mientras vivía con unos amigos de la familia en Los Ángeles. Dougherty era policía y veterano de la Segunda Guerra Mundial. Su matrimonio duró hasta 1946. James Dougherty también fue autor de un libro sobre su relación con Marilyn Monroe, titulado "To Norma Jean with Love, Jimmie". En él, describe que su matrimonio podría haber sido feliz si ella no hubiera perseguido la fama en Hollywood. Al comenzar de lleno su carrera en La Meca del Cine, no pudo continuar con el matrimonio y este terminó en 1946, mientras su esposo se encontraba todavía en el extranjero. Un contrato que le ofrecía 20th Century Fox influyó en esta decisión, pues una de las cláusulas decía que no podía estar casada. Digamos que este hombre estuvo casado antes de que ella se lanzara a la fama con su nombre artístico (Marilyn Monroe).
Su segundo matrimonio fue con el jugador de beisbol Joe Di Maggio. Ella parece que nunca estuvo enamorada de él, le atrajo porque mostró mucho interés en ella y en su rota biografía. Di Maggio era un hombre educado a la manera patriarcal, posesivo, celoso… Además, no llevaba nada bien que Norma fuera tan admirada, querida, famosa y… que encendiera el deseo de millones de hombres. El jugador de beisbol quería un matrimonio convencional y ella no lo era. Cuando vi la aclamada comedia “La tentación vive arriba”, estaba muy lejos de sospechar que detrás de una de las imágenes más famosas de la historia del cine existiese una triste y dolorosa realidad. En el rodaje de la escena en la que el viento de los tubos de ventilación del metro sale por la rejilla y le levanta la falda a Marilyn, estaban concentradas -como se ve en la fotografía- muchísimas personas, dicen que unas diez mil, que gritaron -entre ellos muchos hombres- procacidades. Convirtiendo a Norma Jean, una vez más, en un objeto. La maquilladora de la magnífica actriz cuenta en el documental de Netflix titulado: "El misterio de Marilyn Monroe. Las cintas inéditas" , que Joe Di Maggio le pegó por la noche en la habitación del hotel, celoso y enfadado a causa de lo ocurrido en esa escena. Ella le tapó los moratones (sobre todo en los hombros) para que nadie se diera cuenta. Desde que lo supe, esta secuencia del metro me produce una profunda pena.
A partir de aquí, Norma y Di Maggio se separaron, aunque siguieron teniendo relación. El propio Di Maggio fue quien, tiempo después, insistió para que le dieran el alta de un hospital psiquiátrico donde había ingresado. Después de que ella y Miller (con quien se había casado) anunciaran su divorcio, Norma Jean estaba claramente afectada, así que su psicoanalista, la Dra. Marianne Kris, decidió enviarla a descansar a una clínica psiquiátrica en Nueva York.
Pero, las clínicas psiquiátricas de los sesenta no eran como las de hoy y la estancia de Norma Jean no era exactamente lo que ella tenia en mente. A su llegada, fue encerrada en un cuarto con paredes acolchonadas y pasó cuatro días en el pabellón psiquiátrico, lo que, en sus propias palabras, fue una de las peores experiencias de su vida.
Tan pronto como fue liberada, la actriz le escribió una carta a otro de sus doctores en la que le contaba su experiencia en el hospital. El Dr Ralph Greenson recibió una carta de seis páginas en las que Norma Jean le contaba lo que había vivido.
Ella le compartió que no había empatía en el hospital, que se sintió desesperada y que su visita tuvo un efecto terrible “me preguntaron después de ponerme en una "celda" (me refiero a bloques de cemento y todo) para pacientes deprimidos muy perturbados, excepto que sentí que estaba en algún tipo de prisión por un crimen que no había cometido. La inhumanidad que encontré allí era arcaica. Me preguntaron por qué no era feliz allí (todo estaba bajo llave); cosas como luces eléctricas, cajones, baños, armarios, barrotes ocultos en las ventanas: las puertas tienen ventanas para que los pacientes puedan ser visibles todo el tiempo, también, la violencia y las marcas aún permanecen en las paredes de los antiguos pacientes. Respondí: ´Bueno, tendría que estar loca si me gustara estar aquí´.
Rodaje de la famosa escena de "La tentación vive arriba" Cuentan que su marido Di Maggio la maltrató después de grabarla.
Su tercer hombre fue el famoso escritor Arthur Miller, mucho más mayor que ella. Quizá buscaba en él la seguridad que le había faltado de niña. Ella se casó enamorada, realmente le quería. Pero las presiones de la fama y sus adicciones le pasaron factura a la relación de pareja. La revista Fotogramas refiere que las grietas en su matrimonio empezaban a manifestarse, y en el rodaje de "El multimillonario", Monroe tuvo una aventura con su compañero de reparto, Yves Montand. Mientras tanto, Miller entabló una relación con la fotógrafa Inge Morath, con la que posteriormente se casó y tuvo hijos. Una de ellas es Rebecca Miller, actual pareja de Daniel Day Lewis.
Sin embargo, Miller no fue una persona segura y confiable para Norma. Ella encontró un cuaderno del escritor abierto sobre una mesa donde leyó que él estaba decepcionado con Norma Jean, que temía que su propia creatividad se viera amenazada por esta penosa, dependiente e imprevisible niña con la que se había casado y que se arrepentía seriamente de la unión. Marilyn contó a sus amigos que él también escribió: 'La única persona a la que amaré siempre es mi hija'. Vanity Fair declaró más tarde: "Uno de sus mayores temores, el de decepcionar a quienes amaba, se había hecho realidad". La pareja se separó oficialmente tras el rodaje de "Vidas rebeldes" -guion que Miller escribió- y se divorció en México. Una película de las llamadas malditas porque poco después Norma falleció; y más tarde lo hicieron los otros dos protagonistas: Clark Gable y Monty Clift. Miller no fue a su funeral, Di Maggio, en cambio, sí lo hizo.
Una terapia peligrosa
Norma Jean fue tratada por varios especialistas, pero el que merece un lugar especial es el psicoanalista Greenson. Él se dio cuenta pronto de que lo que ella relataba en sesión no eran fantasías. Estas no eran fruto de la sexualidad infantil ni de fijaciones en las etapas del desarrollo psicosexual, sino que eran resultado del trauma en el desarrollo causado por los abusos sexuales repetidos que Norma Jean sufrió en su infancia. También el psicoanalista fue consciente del abandono que ella padeció. Greenson se sentía desbordado por su paciente, pensó que necesitaba una familia y... ¡la integró en la suya propia…, saltándose las reglas del psicoanálisis y actuando la contratransferencia!
Fotografía de Greenson Fuente: Wattpad
La hija de Greenson cuenta que Norma Jean tenía algo especial, sin maquillaje y sin pañuelo. Dice que desprendía calidez: era preciosa y poética.
Sin embargo, considero que Greenson tampoco fue una persona confiable, porque tenía un acuerdo comercial con la Fox para tratar a las celebridades, entre ellas a Marilyn. Le suministraba barbitúricos, a veces a dosis muy altas, con el fin de que estuviera en condiciones de rodar. Un tiempo antes de su muerte, Greenson se marchó de viaje a Europa, no queda claro a hacer exactamente qué, porque a diferentes personas les dijo cosas distintas. Dejó temporalmente a su paciente con otro psicoanalista, algo que Norma Jean vivió como una suerte de abandono. De la desorientación de Greenson y de la incapacidad del psicoanálisis clásico para tratar a pacientes como ella, da cuenta este fragmento del libro “Últimas sesiones con Marilyn” (Schneider, 2008):
"Esa misma noche, muy tarde, Greenson llamó a la puerta de Wexler:
-¿Puedo hablar contigo?
-¿De ella?
-¡Evidentemente! ¿De quién, si no? Te voy a confiar a la loca. Cuidado con ella. Se engancha de una manera inimaginable. De pequeña le pasaron cosas terribles, realmente terribles, violaciones, seducciones a cargo de sus padres adoptivos. Al principio pensaba que esos abusos eran meros fantasmas, pero ahora creo que tuvieron lugar. Tengo la impresión de estar desbordado, de que no puedo con ella. Desde la primera sesión, dos son las cosas que me han quedado claras. Uno, no íbamos a realizar un análisis clásico, con el marco bien delimitado y la escenografía del diván de espaldas al sillón. Dos, sólo nos podía separar la muerte, la suya o la mía.
-¡Bonito panorama! ¿Y qué esperas de mí, que haga de canguro?
-Me voy a Europa seis semanas. No puedo dejarla sola y no estoy seguro de que sobreviva aunque tú me sustituyas.
-Ya puestos, ¿por qué no te la llevas con vosotros?
-Freud lo hacía con sus pacientes favoritos.
-También realizaba análisis gratuitos e invitaba a sus pacientes a comer con él en su casa o en la consulta. Era muy charlatán en las sesiones y analizó hasta su propia hija… Pero, ¿qué prueba eso? Pues que Freud a veces no era nada freudiano y violaba las reglas que él mismo había establecido. ¡Eso es todo!
-No me entiendes. Llevo dos años intentando desintoxicar a Marilyn de los barbitúricos. Pero en realidad se los he estado proporcionando. El otoño pasado, sin ir más lejos, cuando estaba terminando el rodaje de una película y me consultaba siete veces a la semana. Y a mis espaldas, Hyman le enchufa las inyecciones milagrosas de Lee Siegel. Pero el psicoanálisis en sí se ha convertido para ella en una droga. Con una rapidez asombrosa, se ha instaurado entre ella y yo una dependencia mutua. Dependo de su dependencia hacia mí. Tienes que saber que, en mi ausencia, la he autorizado a llamar a mis hijos si necesita cualquier cosa.
-¿No estarás exagerando? - Le preguntó Wexler-. Espera, que te voy a leer una cosa.
Se levantó, se acercó a una pila de papeles que había en una estantería, se hizo con un montón de hojas grapadas y leyó:
-El psicoanálisis no es el tratamiento más adecuado en situaciones de urgencia o en los primeros cuidados psiquiátricos. Cuando se presenta una situación semejante en el curso de un análisis, por lo general hay que aplicar una psicoterapia no analítica. El deseo de calmar la tristeza del paciente es fundamentalmente contrario al análisis y a la comprensión de sus problemas. Firmado: Ralph R. Greenson. Doctor en Medicina.
-¡Para ya! ¿Cómo cuidar sin intervenir, si es necesario, por la fuerza? La fuerza del amor es lo único de que disponemos. Soy su analista, quiero encarnar una imagen paternal positiva, la de un padre que no la dejaría tirada, que despertaría su conciencia o, por lo menos, la trataría con bondad".
Cuando Norma Jean falleció, se puede decir que Greenson, que tenía una relación personal y profesional con Anna Freud -con quien se desahogaba-, no levantó cabeza. Quedó afectado de por vida. “La muerte de su paciente tuvo sobre Ralph Greenson un efecto tan devastador como breve. Aunque él hablaba de amor y de duelo, a lo que en realidad se refería era al amor propio" […] "Sus colegas observaron que ya no era el agresivo animal de antaño y que había adoptado el aspecto de un hombre viejo y poderoso" […] "Sus fotos muestran una auténtica decadencia física y emocional" ("Últimas sesiones con Marilyn").
No pudo confiar en nadie… salvo en Truman Capote
El conocido escritor Truman Capote y Norma Jean tuvieron una amistad y relación muy estrecha. Quedaban a menudo y se amaban, aunque Capote era homosexual. Norma Jean estuvo rodeada de muchas personas, tuvo amistad con los Strasberg y con otra gente que formaba parte de su constelación afectiva, pero como toda víctima de abandono y abusos, la confianza en el género humano estaba menoscabada. Hay quien ha dicho que Norma tenía una tendencia paranoide. Lo que pienso es que su historia de vida abandónica, esas duras experiencias, justificaban y explicaban su recelo hacia las personas. Por ello, ella a pesar de todo, se sentía muy sola.
Capote y Norma Jean bailando
El último apartamento o casa donde vivió Marilyn Monroe fue la que compró en Brentwood, Los Ángeles, en 12305 Fifth Helena Drive. La adquirió a principios de 1962 y falleció en ella el 4 de agosto de 1962. La casa, de estilo colonial, fue su único hogar en propiedad. Fue la única casa que Marilyn Monroe compró y donde vivió durante sus últimos meses. En la entrada de la casa había un mosaico con la frase "Cursum Perficio", que significa "Mi viaje termina aquí" en latín, una frase que coincidió con su muerte. La casa ha sido declarada monumento histórico-cultural para protegerla de la demolición.
Los teléfonos de su casa estaban pinchados por su relación con los Kennedy. Ella pensaba que la vigilaban y parece que respondía a la realidad. Para compartir sus miedos y revelar estas inquietudes recurrió a Truman Capote, su amigo más fiel. Marilyn Monroe y Truman Capote se conocieron en otoño de 1949 en el rodaje del film "La jungla del asfalto", del director John Huston. Y aunque habitualmente se comunicaban por teléfono, en esta ocasión Marilyn optó por la carta "que té enviaré de la manera más anónima posible". Es una carta recientemente descubierta, aun está en duda su autenticidad, aunque todo apunta que sí lo es. Dice en ella: "Te escribo esta carta en un auténtico estado de desesperación. No confío en nadie de mi entorno, y te mando esta carta porque tú sabes que tú y yo nos parecemos en muchos aspectos y conocemos muchos de nuestros secretos".
Esto nos da que pensar en que probablemente el nombre de Capote estaría hipotéticamente escrito en su mano de la confianza (técnica que utilizamos en la Traumaterapia sistémica), si le hubiéramos pedido a Norma Jean en terapia cinco nombres de confianza para escribir en cada dedo de una mano.
La profundidad de Norma Jean
Norma Jean era todo lo contrario de lo que a Marilyn le hacían expresar los guiones de algunas de su películas. Ella era de una profundidad psicológica y tenía una capacidad de comunicación asombrosas. Sobre todo no verbal, que es la que muestra la verdadera esencia del ser humano. Muchos fueron sus fotógrafos, pero en mi opinión quien mejor supo retratar el alma de Norma, incluyendo una gama enorme de estados de ánimo, fue André de Dienés. Él tiene publicado un libro en la editorial Taschen titulado: "Marilyn". Este fotógrafo le hizo una serie de fotografías, incluyendo unas impresionantes que representaban cómo se imaginaba ella la muerte. Las tituló "The end of everything" En este blog tenéis las fotografías y un texto extraído del libro de André. Me fascinan porque están completamente alejadas de la imagen que de esta mujer tiene la mayoría de la gente, la prefabricada, la de rubia icono sexual.
Así recreó Norma Jean en una fotografía la imagen de su propia muerte. Fotografía: CBS News
¿Por qué Norma Jean no y otros sí?
Voy a dejarle la palabra a Cyrulnik (2003), que es quien escribió en su libro “El murmullo de los fantasmas” por qué Norma Jean no conoció la resiliencia y Christian Andersen sí:
Fotografía de la portada del libro de Cyrulnik "El murmullo de los fantasmas" Foto: iberlibro.com
“Cuando era niña, Marilyn Monroe no conocía la ternura y comenzó a buscar a cualquier precio vivencias que le dieran un soplo de vida.
En Manhattan, donde cursó estudios de teatro, se convirtió en la alumna favorita de Lee Strasberg, que había quedado fascinado por su gracia extraña. Ya por entonces con mucha frecuencia había estado muerta. Era preciso estimularla mucho para que no se dejase arrastrar a la no vida. Se quedaba adormecida, no se levantaba de la cama y dejaba de lavarse. Cuando la despertaba un beso, el de Arthur Miller, por quién se volvió judía, el de John Kennedy o el de Yves Montand, volvía a la vida, deslumbradora y cálida. Y nadie se daba cuenta de que estaba siendo embelesado por un fantasma.
Marilyn Monroe jamás pudo encontrar ni vínculo ni sentido, las dos palabras que permiten la resiliencia.
Ni siquiera aquéllos que la amaron con sinceridad pudieron penetrar en su mundo psíquico para ayudarla a hacer un trabajo de reconstrucción de su propia historia que fuera capaz de dar sentido a su infancia atropellada. Cegados por tanta belleza no supimos ver su inmensa desesperación. Permaneció sola en el barro, lugar al que, de vez en cuando, le arrojábamos un diamante..., hasta el día en que se dejó ir".
Tuvo la mala fortuna de caer con unos acogedores incompetentes y abusadores. Tuvo la mala suerte de ser víctima del síndrome del peloteo. En una época donde no existía el concepto "protección a la infancia" y los acogimientos y adopciones se hacían de manera voluntaria y sin control, podría haber caído en una familia de buenas personas pero... no. Aquí es donde se pudo sembrar la semilla de la resiliencia, pero no fue posible.
En la adultez, se podría pensar que Greenson le ofreció un vínculo… pero este no le resultó seguro. Ni tampoco los del resto de las personas que conoció en su vida. Su trastorno del apego le dificultaba el establecimiento de vínculos confiables y saludables con las personas con las que se fue relacionando, sí; pero es que estas tampoco se ganaron su fidelidad y confiabilidad. Norma tampoco encontró sentido a sus duras experiencias. El psicoanálisis clásico no trabaja la reconstrucción de los relatos de historia de vida, no ayuda a construir narrativas que den sentido a las vivencias traumáticas que puedan favorecer la resiliencia. Ella no hizo ninguna terapia narrativa.
La terapia informada por el trauma y el apego no estaban desarrolladas. Hoy en día podía haber recibido otro tipo de psicoterapias que quizá hubieran podido ayudarla más. Del mismo modo, la revolución farmacológica que se experimentó en los años noventa estaba muy lejos todavía. Los medicamentos existentes en su época eran escasos y con riesgo tanto para ella -por su tendencia a hacerse dependiente- como para todas las personas. Un tratamiento farmacológico hoy en día, dentro de una relación psiquiátrica confiable, podría haberle generado mucho beneficio y escasos efectos secundarios.
La soledad, el vacío y la angustia de abandono se le hicieron insoportables y se dejó ir… En su funeral no estuvo Miller (él explicó por qué) y sí Capote y Di Maggio. El doctor Greenson también.
A pesar de que sabemos mucho hoy en día sobre trauma, apego, neurobiología y desarrollo humano, y aunque conocemos a ciencia cierta que el maltrato, el abandono y el abuso sexual son muy dañinos para los niños y niñas, estos y estas siguen en todo el mundo sufriéndolo, vulnerándose sus derechos, sin los debidos cuidados y protección de calidad. Todavía miles de niños se mueren o se desesperan a diario, víctimas de las consecuencias que los malos tratos tienen sobre su cerebro/mente en desarrollo (provocado por la desidia de los adultos responsables de que no ocurra, por acción u omisión).
Hay una película rodada recientemente y protagonizada magistralmente por Ana de Armas titulada "Blonde", impresionante, que nos acerca a la figura de Norma Jean, aunque no es una biografía exactamente, sino que es la adaptación de una novela de ficción-biográfica.
Trailer oficial de Blonde
Sirva este artículo de homenaje a ella y a todas las normas jeans del mundo.
REFERENCIAS
Barudy, J., Dantagnan. M. (2005). Los buenos tratos a la infancia. Parentalidad, apego y resiliencia. Editorial Gedisa.
Barudy, J. Dantagnan, M. y Gonzalo, J.L. (2020). (PEC 4r) Pauta de Evaluación Comprensiva para Niños y Niñas víctimas de violencia. 4ª revisión. Ad usum privatum.
Bowlby, J. (1953). Cuidado maternal y amor. Editorial Fondo de Cultura Económica.
Cyrulnik, B. (2013). Los patitos feos. Editorial de Bolsillo Clave.
Cyrulnik, B. (2003). El murmullo de los fantasmas. Gedisa Editorial.
Cyrulnik, B. (2020). El amor que nos cura. Gedisa Editorial.
Cyrulnik, B. (Ed.) (2025). Las dos caras de la resiliencia. Contra la recuperación de un concepto. Editorial Herder.
Schneider, M. (2008). Últimas sesiones con Marilyn. Editorial Alfaguara.
Serván, N. (2023). Desorganización del apego. Clínica y psicoterapia con adultos. Editorial Desclée de Brouwer.
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