lunes, 28 de julio de 2008

¿En qué cabeza cabe?

El 24 de julio, en el periódico El Mundo he podido leer una columna de opinión escrita por Lucía Méndez (sobre la sentencia del caso Nanysex, delito que ha sido tipificado como abuso y no como agresión) que me ha puesto los pelos de punta. Si hace unas semanas decíamos que nos preocupaba que los delincuentes pederastas actuaran a través de Internet para cometer sus abyectos abusos sexuales a menores y que la ley tenía que actuar, poner límites severos a estos individuos para cumplir la función de la protección al ciudadano (en particular a un menor, cuyo bienestar está por encima de todo), hoy podemos afirmar que teníamos motivos más que sobrados para estar preocupados. Preocupados, dolidos, rabiosos e impotentes.

Voy a transcribir la columna de Lucía Méndez. No tiene desperdicio. Como ella afirma, hiere la sensibilidad del lector. No creo que haya mucho más que añadir, Lucía Méndez lo expresa, afortunadamente, con toda la contundencia posible.

Todavía no se me ha pasado el mal cuerpo que me dejó leer la columna. Al menos, nos queda la denuncia. ¡Con lo importante que para las víctimas es una sentencia que ratifique su legítimo derecho a ser resarcidas y reparadas en un dolor y unas secuelas que pueden acompañarles de por vida! Desde aquí mi solidaridad para con ellas, y mi agradecimiento a Lucía Méndez por su valentía. Y por dedicarle tiempo a un asunto grave que no ha concitado la atención pública que merece.

Los párrafos que se reproducen a continuación están incluidos en el capítulo de “Hechos probados” de la sentencia 99/08 dictada por la sección 23 de la Sala de lo Penal de la Audiencia Provincial de Madrid. Es necesario advertir que estos “Hechos probados” hieren gravemente la sensibilidad de quien los lea.

El procesado, Álvaro Iglesias (conocido como Nanysex) tras desnudar de cintura para abajo al menor XXX (de dos años) y enseñarle su pene le obliga a que le realice diversos tocamientos no sólo con las manos, sino juntando ambos órganos genitales, para terminar obligando al menor a que le realice una felación a la vez que el procesado eyacula.

Por último, y estando el procesado en la cama con el menor y a través de empujones y contactando el pene del procesado con el ano del menor trata de introducirlo empujando para ello en ocasiones diversas. “…A.I. sujeta a uno de los menores con su mano la cabeza para que le realice una felación…”

La sentencia que condena a Nanysex y al resto de los acusados por abusos sexuales contra niños y bebés está llena de escenas como éstas que eran grabadas por los delincuentes para difundirlas a través de Internet. No obstante lo cual, el tribunal asegura que “no se encuentra base probatoria convincente y eficaz para poder imputar a alguno de los procesados los delitos de agresión sexual” Los jueces absuelven a los procesados del delito de agresión sexual, al considerar que no ejercieron violencia sobre los menores, elemento imprescindible para aplicar los artículos 178 y 179 del Código Penal.

Desde el sentido común, parece evidente que sujetar la cabeza de un niño de dos años para obligarle a realizar una felación es ejercer la violencia. Pero es que además la propia sentencia recoge “esas bases probatorias” que los jueces dicen que no existen. El procesado José Gómez Cansino, “introdujo su pene en el ano del menor”, “diciéndole que no se mueva para no hacerle daño”, según se escucha en el vídeo. ¿Hacer daño no es sinónimo de violencia? En otros hechos se habla de que los procesados “obligan” y de que los niños lloran.

Con todo respeto, señorías María Riera, Jesús Eduardo Gutiérrez y Nuria Barabino, han cometido ustedes un error que contribuye al descrédito de la Justicia. Dice la sentencia que este tipo de delitos origina una “grandísima alarma social a la que el Estado ha de responder de manera firme y por todos los medios a su alcance” Ahí está. Ustedes podían haber condenado a Nanysex a muchos más años de cárcel por delitos de agresión sexual y no lo han hecho, por lo que han agravado la “alarma social”. Es posible que el Supremo agrave las penas en el trámite de casación. A efectos prácticos, Nanysex podría salir de la cárcel a los 42 años, con mucha vida para desgraciar a más personas. Sus víctimas no han encontrado en la Audiencia Provincial la justicia que merecían.


martes, 15 de julio de 2008

En verano, mejor ánimo

Así parece ser para algunas personas, particularmente para las que padecen trastornos depresivos. La luz juega un papel en los síntomas depresivos; algunos estudios en los que se sometía a pacientes a exposiciones prolongadas de luz mejoraban, con respecto al grupo control, de sus síntomas. En la práctica clínica, nuestros pacientes nos expresan también que en verano se sienten mejor: la luz, el buen tiempo… invitan a salir más, a relacionarse, a estar en movimiento, etc. Y todo esto son antídotos, conductas incompatibles, con estar deprimido. Hay pacientes que tienen lo que llamamos un patrón estacional: al llegar el otoño, con la caída de la luz, empeoran ineluctablemente.

El verano es una buen época para el ánimo, cierto. Pero en psicología de la conducta se sabe que -a pesar de todas las trabas que se le quieran poner a este planteamiento, tildándolo de artificial- si una persona se activa conductualmente, se produce una mejoría de su estado afectivo-emocional. De hecho, está surgiendo toda una línea de terapia basada exclusivamente en activar conductualmente a un sujeto deprimido.

“Es que no tengo fuerzas” “Nada me apetece” “Sólo quiero estar en la cama” Son frases que a menudo se escuchan de las personas deprimidas. Yo les suelo animar a que hagan una programación de actividades. En realidad se sienten tan mal como dicen, sí. Pero, a la par, trato de hacerles ver que haciendo actividades, aunque al principio parezca que están levantando una piedra del esfuerzo extra que les supone, al rato se van a sentir muchísimo mejor de sus síntomas, especialmente de ánimo y de los síntomas psicosomáticos.

Antes hay que hacerle consciente al paciente de que esas verbalizaciones pueden estar distorsionadas, pues cuando padecemos una depresión presentamos un sesgo cognitivo, como un filtro, que nos hace percibir de manera negativa a nosotros mismos y al mundo que nos rodea. Una vez que se cuestionan, se refutan los pensamientos disfuncionales (“es que no tengo fuerzas”, etc.) y se le hace ver a la persona que puede que se sienta mucho mejor si hace cosas gratificantes, se comienzan con las actividades: pasear, ir al cine, comerse unos pinchos… Tienen que ser súper gratificantes. Como se dice en uno de los vídeos que podéis ver en este blog, el optimismo se puede generar si somos con nosotros mismos un poco hedonistas.

Así que, ánimo para todos y a hacer actividades placenteras, especialmente los que padecen trastornos del estado de ánimo. Y en buena compañía, mejor. Un paciente que acude a mi consulta, cuyo nombre obviaré por mantener el secreto profesional, no creía en esta terapia. Hoy es el día que agradece haberse puesto en marcha, pues ha conseguido mejorar notablemente de sus síntomas y recuperar el ánimo. Para él, levantarse y pasear por Donostia se ha convertido en una parte imprescindible de su vida para lograr bienestar.

lunes, 14 de julio de 2008

Verdi, una historia de resiliencia

La vida de Verdi es un ejemplo más de cómo, desde el sufrimiento, puede construirse la resiliencia o capacidad de resistir el impacto de los traumas. ¿Por qué unas personas con sucesos de vida muy duros y dramáticos logran desarrollar la capacidad no ya de supervivir si no de vivir (esto es, alegría de vivir), y otros, en cambio, caen en las simas de la depresión, las drogas, la marginalidad o cualquier otra forma de destrucción? Todavía no se conoce al cien por cien por qué, pero algunos autores, como Boris Cyrulnik, a través de sus libros (por ejemplo, Los patitos feos) nos enseñan cómo se trabaja esa capacidad. Pues, desde luego, no surge desde la nada. Brota del interior, pero también ha de apoyarse en personas. Lo más importante es contar con un tutor de resiliencia, alguien que te acompañe y te ayude a enfrentar el sufrimiento de sentirse maltratado, dañado, vejado… Ayer estuve viendo en DVD la biografía de Verdi y me impactó la enorme fuerza vital de este genio de la música. Nadie le ayudó en su carrera musical ni en fraguarse un nombre, a excepción de su suegro que le apoyó económicamente de manera incondicional. Y su mujer, a menudo olvidado su gran papel en las biografías, quien se constituyó en sus inicios en un enorme sostén hasta que… falleció. Pero es que, anteriormente, habían muerto prematuramente también los dos hijos que Margarita, su esposa, le había dado. Una página poco conocida de la vida del compositor italiano. Verdi tenía que componer música bufa para un libreto justo después del fallecimiento de su esposa, duelo sumado a los dos anteriores de los hijos… Y fue un enorme fracaso. ¿Cómo conectar con el humor cuando las entrañas duelen? Decidió que nunca más compondría. Se sumió en una profunda angustia, en un hondo sentimiento depresivo durante tres largos años. Parecía que tenía todo a favor para dejarse arrastrar por un adormecedor de los sentimientos (alcohol, drogas…) o para llevar una vida errática fantasmal. Pero no. Hizo el duelo, y en plena lucha contra su dolor, el empresario musical de La Scala le pidió que musicara el libreto de Nabucodonosor. Aunque al principio a regañadientes, sus sentimientos intimaron con el contenido de esta historia en la cual el pueblo de Israel lamenta su esclavitud, el famoso Va pensiero. Sin, quizá, ser consciente, transformó su rabia y dolor emocional en una obra que conectó con el sentir del pueblo y le catapultó a la fama. El también musicaba el dolor por la esclavitud a la cual le tenía sometida su depresión. Los italianos vivieron el Va pensiero como un canto contra la opresión extranjera que vivían. Posiblemente Verdi –y esto es sólo una especulación propia- se liberaba, al fin, de la opresión de las puñaladas emocionales que la vida le había clavado. Quizá también ayudó que, por aquel entonces, la soprano que cantaría esta ópera comenzaba a enamorarle…


En este enlace podéis escuchar on line el Va pensiero.