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lunes, 7 de abril de 2025

“Para mí lo más importante es saber estar y acompañar en el dolor a la persona”, Fundación Xilema entrevista a José Luis Gonzalo


Entrevista a Jose Luis Gonzalo Marrodán con motivo de 

la celebración de las jornadas "Trauma y reparación"

Fundación Xilema, Iruña, 21 y 22 de febrero de 2025


Resumen del post de hoy


En este especial jornadas” hablamos con uno de los ponentes que pudimos escuchar en esta sexta edición. Se trata de José Luis Gonzalo, psicólogo y psicoterapeuta, que muchas personas de Xilema ya conocían pues ofreció una formación interna para los recursos de menores de nuestra entidad.

José Luis expuso los “Vínculos resilientes en la reparación del trauma” y precisamente sobre vínculos, trauma y reparación charlamos con él.

Hablas de la importancia de los vínculos en el proceso de recuperación de las experiencias traumáticas. Si tuviéramos que dar un consejo a educadores/as, padres y madres de niños y niñas que han pasado por experiencias traumáticas, qué aspectos te parecen esenciales de cara a esa recuperación?

El principal factor de recuperación es la calidad de la relación que establezcamos con el niño o niña. No sólo centrarnos en las normas y en las consecuencias de sus actos, sino ser capaces de mostrar sensibilidad, despertar confianza y seguridad, respetándoles, promover diálogos mentalizadores (activar la capacidad de reflexión), volver a empezar con ellos siempre y no abandonarlos y hacerlos sentir que no los queremos o rechazamos. La aceptación incondicional (independientemente de su raza, sexo, conducta, temperamento, religión...) es el factor que se ha comprobado en las investigaciones que favorece un proceso resiliente a largo plazo. Los adolescentes necesitan sentir que sus esfuerzos son valorados y su persona siempre considerada. La relación de confianza y de seguridad nunca debe de romperse y ha de preservarse siempre. Esto junto con proveer al adolescente de recursos externos e internos. “Dame un punto de apoyo y moveré MI mundo”, dicen Gema Puig y José Luis Rubio, psicólogos.

Los autores, reputados expertos en resiliencia, han reunido en este libro las herramientas que cualquier Tutor de resiliencia necesita para acompañar a sus pacientes en el proceso resiliente. El libro consta de dos partes: En primer lugar, arranca con un relato ameno y en estilo novelado donde se muestran ejemplos, reflexiones y vivencias de los tutores de resiliencia que pueden ayudar a otros tutores a entender a sus pacientes y afrontar mejor las realidades que se encuentran. En la segunda parte del libro los autores exponen los conocimientos teóricos necesarios para desempeñar este oficio

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¿Y a las personas que han padecido estas experiencias traumáticas?

Si tuviera que dar un consejo a personas que han pasado por experiencias traumáticas les diría lo primero que merecen todo nuestro reconocimiento y nuestra empatía por la injusticia sufrida. Me parece que lo más importante es evitar la soledad y el aislamiento, porque las heridas de los traumas difícilmente se sanan en soledad. Que encuentren a una persona en la que puedan confiar y se puedan apoyar. También les aconsejaría que si hacen terapia elijan a psicólogos que estén especializados en este tema y que tengan un formato de terapia donde la relación terapéutica sea lo fundamental. Lo mismo que el trauma se genera en un contexto relacional, se repara también en un contexto de personas buenas y solidarias. También les animaría a cultivar la bondad amorosa hacia ellos mismos: todo lo que ahora manifiestan son recursos que tuvieron que utilizar para resistir y sobrevivir. Un cambio de mirada hacia uno mismo es fundamental.

Foto: Yogi Tea


Como profesionales, ¿cómo nos acercamos a una persona que ha padecido experiencias dolorosas? ¿Qué consejos nos darías?

Para mí lo más importante es saber estar y acompañar en el dolor a la persona. En general nos orientamos mucho hacia la solución de problemas, olvidándonos que la mayoría de las veces las personas no necesitan que les digamos lo que tienen que hacer, sino que las escuchemos con receptividad empática y estemos con ellos a su lado, ayudándoles, estando presentes, a atravesar el dolor emocional y las situaciones adversas de la vida.

¿Qué tal la experiencia en estas VI Jornadas de Protección a la Infancia y Adolescencia? ¿Qué te parecieron las jornadas?

Me han parecido una maravilla, una variedad de temas y un nivel muy alto en los profesionales que han participado. Unas jornadas con rigor científico, pero a la vez experienciales y sentidas. Felicito a todo el fenomenal equipo de Xilema por estas jornadas.


Xilemanario Especial VI Jornadas

https://mailchi.mp/57030686a52d/xilemanariojornadas2025

Enlace a la entrevista

https://www.xilema.org/xilemanario/202503_entrevistajoseluisgonzalo.pdf

 

lunes, 24 de marzo de 2025

Cuidados y apegos desorganizados, por José Luis Gonzalo


Cuidados y apego desorganizado

Artículo elaborado  por Jose Luis Gonzalo Marrodán, Psicólogo clínico y 

Traumaterapeuta sistémico, en base al libro:


Vídeo resumen del post de hoy:


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Estoy leyendo el libro de Carol George Disorganized Attachment and Caregiving. Esta investigadora del apego es reconocida internacionalmente por estar a la vanguardia del desarrollo de evaluaciones de apego para niños y adultos, incluidas la Evaluación Proyectiva del Apego con el Juego de Muñecas, la Entrevista de Cuidados y la Entrevista de Apego para Adultos. La Dra. George es autora de numerosos artículos de investigación y capítulos de libros sobre el apego y el cuidado de adultos y niños, y es coeditora, junto con Judith Solomon, del libro que os menciono.

Recientemente he visto la serie La Mesías, (creada, escrita y dirigida por Javier Ambrossi y Javier Calvo), aclamada por crítica y público, que retrata la historia de una familia -basada en hechos reales- marcada por el fanatismo religioso y el yugo de una madre y un padre con delirios mesiánicos. La trayectoria de la protagonista, Montserrat Baró, una joven con historia traumática de maltrato y abuso sexual, resulta muy interesante desde una óptica científica y profesional, quien tras dejar de lado a su pareja -que también la maltrataba a ella y abusaba de uno de sus hijos- lleva una vida caótica, desorientada, sin poder cuidar y ser base segura para sus niños, de fiesta en fiesta y consumiendo sustancias, exponiendo a los niños a experiencias inseguras y atemorizantes con adultos desconocidos. Va con sus hijos a todos los lados sin protegerles de los ambientes tóxicos y traumáticos en los que ella se desenvuelve, ni de sus cambiantes e intensos estados de ánimo. Esta madre, muy sola, desregulada, termina por conocer en una discoteca a un hombre que inicialmente no usa su cuerpo como si fuera una prostituta y la respeta. Pero... este señor la lleva con él para que formen una familia reconstituida -algo que buscan todas estas personas carenciadas, alguien que se haga cargo de ellas-, volviendo a ser victimizada: la impone ideas religiosas extremas propias de un fanatismo religioso. Montserrat (por necesidad y sumisión) vive para servir al marido y tener muchos hijos -sin ni siquiera planificar si desea o no tenerlos-, por lo que este estrés sostenido acaba por afectarla psicológicamente -es una persona previamente dañada- y desarrolla un trastorno psicótico. Cree que es la nueva Mesías de Dios... Y hasta aquí cuento, porque la serie es mucho más. Podríamos dedicar mucho tiempo a hablar, por ejemplo, de los recursos de supervivencia que desarrollan estos niños en ese contexto familiar dañino, entre ellos a cantar, coser y hacer películas.

De la serie, me han gustado muchas cosas. Destaco lo bien caracterizado que está el impacto que el trauma en el desarrollo tiene en dos de los hijos de esta familia, ya de adultos, cuyo pasado volverá a ellos y tendrán que afrontarlo, para poder ayudar a sus hermanos. El chico protagonista, el mayor, es un perfil en que el trauma complejo se expresa en la conducta desregulada, en las dificultades para contener la agresividad, en los consumos de sustancias, en la vida caótica y desorientada, en los problemas para mantener vínculos estables. En cambio, la semblanza de la joven protagonista es un perfil más adaptado socialmente y más esperado en el género femenino: perfeccionista, exigente, rígida, con sintomatología más interiorizada, pero igualmente de atormentada que su hermano.

Os dejo un trailer, y os animo a que la veáis, quienes no lo hayáis hecho. Es una serie realmente muy bien creada desde todos los puntos de vista. 




Viendo la serie, los personajes de los padres me han parecido que responden al perfil de cuidadores desorganizados que fomentarían, valga la redundancia, la desorganización del vínculo de apego de sus hijos. La propuesta de Carol George para explicar por qué se produce esto me ha parecido muy interesante y útil para nuestro trabajo, pues a menudo tenemos que relacionarnos y hacer terapia u otra forma de acompañamiento con estos padres y madres. 

Carol George nos dice que los padres deben permanecer atentos en la detección de los peligros reales y potenciales para poder responder a las necesidades del niño y las demandas de la situación. Ser madre y ser padre, a nadie se le escapa, es una de las tareas más complejas, arduas y difíciles a la que nos enfrentamos y para la que menos preparación y ayudas existen. Casi todo el mundo mira consciente o inconscientemente a lo que hicieron con ellos, y de no mediar un proceso reflexivo, si esto que hicieron conmigo devino en representaciones mentales segregadas no elaboradas, por su carácter traumático, tenemos el riesgo de transmitirlo de manera que repita dicho trauma con los hijos, de la misma forma o de otra, pero dañina también (por ejemplo, en vez de maltratar a los niños, hiperprotegerlos).

Además de cuidar sensible y empáticamente, fomentando un apego seguro, el sistema de cuidados debe de compensarse de acuerdo con las demandas de otros sistemas motivacionales de los adultos, incluyendo relaciones con amigos (sistema afiliativo), sexuales (sistema sexual), trabajo (sistema exploratorio) y lo más importante las propias necesidades de los padres de confort y cuidados.

Bowlby (1980) nos introdujo el concepto de modelo interno de trabajo. "Los modelos operativos internos son mapas cognitivos, representaciones, esquemas o guiones que un individuo construye de sí mismo, sus figuras de apego y la relación entre uno y otro. Los modelos operativos internos constituyen redes de esquemas organizados jerárquicamente y en interrelación. Representan un conjunto de información relacionada con experiencias de apego previas, almacenadas en forma de recuerdos episódicos, semánticos y procedimentales. Están vinculados a estados emocionales" (Marrone, 2018). Por ejemplo, el modelo operativo de Montserrat de la ficción La Mesias, ¿qué podría contener? En la serie no se ahonda en esto, pero se atisba que podría ser un mapa representacional de sus figuras de apego como distantes, no responsivas, que abandonan. Montserrat podría haber desarrollado unas creencias nucleares de este tipo: “no soy querible”, “no valgo” y “soy abandonada”, cargadas de emociones intensas de vergüenza y angustia y con unas sensaciones corporales dolorosas; en su procedimiento está actuar la negligencia que ella sufrió, por lo que se descuida a sí misma y en consecuencia a sus hijos. Por lo tanto, el modelo interno de trabajo del cuidador refleja la intersección de diferentes experiencias relacionales, incluyendo las experiencias pasadas y presentes como niño y las propias experiencias con las figuras de apego.

¿Qué nos dice Carol George? Los estudios científicos han demostrado vínculos entre las representaciones maternas (cuando decimos maternas nos referimos a quien haga esa función también) y la sensibilidad al niño, sugiriendo que esta sensibilidad representada mentalmente puede ser un importante mecanismo en la transmisión de los patrones de apego a lo largo de generaciones. Lo importante sería valorar estas representaciones a familias de alto riesgo y ofrecerles apoyo y programas de actuación psicoeducativos conducentes a trabajar las competencias parentales (Barudy y Dantagnan, 2010). Es decir, movernos en el ámbito de la prevención primaria y no la secundaria. 

Carol George afirma que son madres o cuidadores que parecen haber abdicado psicológicamente del rol de cuidadoras o están luchando sin éxito para mantener el control y dar protección. El cuidado está invertido –literalmente, desorganizado- y mina la habilidad de la madre para llevar la función protectora de la relación de apego-cuidados.

¿Por qué estas madres o padres no tienen conciencia de problema? George refiere que son procesos excluyentes que funcionan para aislar experiencias dolorosas relacionadas con el apego y apartar las emociones de la conciencia: patrones específicos que conforman conductas de apego unido a los deseos, pensamientos, modelos de trabajo y memorias personales integradas en ellos. Las representaciones y emociones dolorosas se disocian, quedan en un estado del yo separado que no conecta con lo que ocurre, o usa mecanismos de defensa para negarlo, proyectarlo o minimizarlo. George dice que los sistemas segregados mantienen un self representacional separado que es rígidamente barrido de la conciencia y por lo tanto bloquea los procesos de integración de los pensamientos que se requieren para mantener integrada la conducta de apego y la representación del self. 

Por lo tanto, no pueden ser coherentes entre lo que dicen y luego hacen, su mentalización puede ser pseudo, con posibles discursos cognitivos sobre lo que se debe hacer, pero no estar verdaderamente integrado, unido en una representación coherente donde pensamiento, emoción y conducta estén en congruencia. Fue Bowlby (1980) quien habló de los sistemas segregados, los modelos actuales le dan la razón.

Como le ocurre a la protagonista de La Mesías, Montserrat, la desorganización de los cuidados sería un duelo referido a la pérdida o el abuso no resuelto por el cuidador.

El primer mecanismo que desorganiza el apego de un niño es la representación disociada relacionada con estados de mente no resueltos. Lyons-Ruth y colegas ven el origen de la desorganización como representaciones no integradas de maltrato y caracterizadas por estados de mente relacionados con experiencias pasadas. Dichas experiencias son: conductas impredecibles fuera de control para el niño (padres con consumos, como en La Mesías) Lyons-Ruth y equipo han descubierto que una madre que no ha sido protegida de esas experiencias presenta miedos segregados que contribuyen a la desorganización su sistema de cuidados y deviene en imposibilidad de cuidar a su propio hijo. 

¿Cómo se detecta en la entrevista? Se identifica durante la entrevista cuando las descripciones de las madres sobre los cuidados son inundados por la angustia o el miedo y abrumados por sentimientos de vulnerabilidad, inadecuación y estar fuera de control. Hay dos subtipos de cuidadores: DESREGULADOS Y CONSTREÑIDOS.

En el subtipo desregulado, la madre o cuidador retrata al niño como su adversario, como un “demonio” cuya conducta maliciosa es incontrolable. El cuidado de estos niños puede ser tan complicado que estas madres figurativamente e incluso literalmente tiran la toalla, abdicando de su función o se vuelven confrontadoras. Son altamente emocionales y definen a sus hijos de manera crítica y hostil. Hay mecanismos de identificación proyectiva claros y entrada en estados de mente prementalizadores, como el de equivalencia.

Se manifiesta por interrupciones abruptas de la madre no respondiendo a la entrevista o no implicándose en el tema planteado por el entrevistador. La madre se queda como “en blanco”.

La desregulación emocional tiende a darse en cuidadores que
perciben a los niños como "maliciosos"


En el subtipo constreñido, sucede como un bloqueo defensivo ante memorias y afectos que de otro modo resultarían dolorosos o amenazantes de describir. Este bloqueo puede ser disociativo, pero no necesariamente. Estas madres definen a los niños como "ángeles", un niño perfecto que no parece necesitar los cuidados de estas. También pueden ver a los niños como un apéndice del self de ellas. La capacidad de “cuidar” de estos niños es vivida de una manera muy positiva, como una gran cualidad de los niños, al contrario que los primeros. 

En consecuencia, bien por desregulación o por constricción supone que la meta recíproca del sistema de cuidados y del apego está desequilibrada y en un estado de ruptura. La madre y el niño están atrapados en un ciclo de abandono mutuo, aislamiento y soledad que, visto desde un sistema de cuidados, constituye la experiencia humana más aterradora.

La desorganización está asociada con un fallo de la madre para reestablecer la sincronía emocional seguido de cambios hostiles y disruptivos que perturban la comunicación y la interacción.

Los patrones de interacción disruptiva han sido observados como característicos de las díadas controladoras madre/hijo en los años preescolares y en la mitad de la infancia. 

Las madres de los niños controladores se ha observado que son más disruptivas, conflictivas, no involucradas y hostiles que las madres cuyos hijos tienen un apego seguro. Detrás de estos perfiles de niños que suelen ser diagnosticados de TDAH o trastorno de conducta se pueden encontrar apegos desorganizados, por lo que la mirada sistémica y comprensiva del niño en su contexto, a la hora de evaluar y tratar, es fundamental, porque si no sólo señalaremos a la persona menor de edad con una etiqueta diagnóstica y no abordaremos la raíz del problema. 

Bowlby ya enfatizaba que el cuidador, la figura de apego, debe de asumir un rol que lo sitúe en ser más mayor, sabio y poderoso que el niño. Es fundamental, entonces, el apoyo y promoción de las competencias y la resiliencia parental, porque sin estos cuidadores sanos, y más poderosos (en el sentido bueno de la palabra, una autoridad calmada), el desarrollo del niño estará comprometido. 

Hemos de entender que para compensar la desorganización los niños desarrollarán defensas. El control de la relación es la principal. Los niños con apego desorganizado usan estas defensas para bregar con emociones de abandono o maltrato que son terribles. Por eso las defensas controladoras parecen ser esfuerzos desesperados que el niño hace para poder reestablecer la relación protectora cuidados/apego, especialmente cuando el sistema de apego es activado y el niño se siente aterrorizado, vulnerable o en riesgo de abandono.

El niño con estrategias más punitivas está librando una batalla en la que se se baten madre e hijo por el poder. De este modo la señal que se le lanza es que no está siendo abandonado.

El niño con estrategias más cuidadoras es el niño que nutre a la madre con el fin de recuperarla para que haga su rol cuidador.

REFERENCIAS

Barudy, J. y Dantagnan, M. (2010). Los desafíos invisibles de ser padre o madre. Manual de evaluación de las competencias y la resiliencia parental. Barcelona: Gedisa.

Bowlby, J. (1980). Attachment and loss. Vol. 3. Loss: Sadness and depression. New York: Basic Books. 

Marrone, M. (2018). La teoría del apego y el psicodrama. Clínica Contemporánea, 9 (2), E11.

lunes, 3 de marzo de 2025

Entrevista a Carlos Pitillas, Doctor en psicología, sobre su nuevo libro "Caminar sobre las huellas. Vínculos, trauma y desarrollo humano"



Entrevista a Carlos Pitillas, Doctor en psicología.
Con motivo de la publicación de su nuevo libro
"Caminar sobre las huellas. 
Vínculos, trauma y desarrollo humano"

Vídeo de Carlos Pitillas presentando su libro
en exclusiva para todos/as los y las seguidores/as
de Buenos tratos


Carlos Pitillas Salvá es Doctor en Psicología por la Universidad Pontificia Comillas, donde imparte clases de Psicoanálisis, Clínica Psicodinámica de la Infancia y Adolescencia o Intervención con Familias en Riesgo de Exclusión, entre otras. Coordina el proyecto Primera Alianza: mejorando los vínculos tempranos, a través del cual ha intervenido con familias en ámbitos de exclusión, ha formado y supervisado a profesionales de la protección del menor y ha desarrollado investigación sobre innovación en el trabajo con familias. Se ha especializado en la detección, prevención y tratamiento del trauma interpersonal temprano. Recientemente, ha comenzado a trabajar sobre cuestiones de crianza e intervención centrada en el vínculo en contextos no occidentales. Es co-autor de Primera Alianza: fortalecer y reparar los vínculos tempranos. Contacto:  cpitillas@comillas.edu



Presentación

En Buenos tratos sólo nos hacemos eco de los libros de calidad, como este que tengo el honor de presentaros hoy de mi colega y profesor de la Universidad de Comillas, Carlos Pitillas. 

Carlos, muchas gracias por atender, una vez más, la llamada de Buenos tratos, es un placer tenerte de nuevo entre nosotros. Me gustaría recordar tu participación en el blog, con un artículo titulado: "Primera alianza: fortalecer y reparar los vínculos tempranos". También fuiste ponente en San Sebastián, en las VI Conversaciones sobre Apego y Resiliencia, en el año 2022, con una conferencia en torno a la transmisión intergeneracional del trauma. Con esto has demostrado tu compromiso con este blog. Ahora amablemente te acercas por aquí porque has publicado un nuevo libro, del cual nos hacemos eco, titulado “Caminar sobre las huellas. Vínculos, trauma y desarrollo humano”. Te ha llevado años de trabajo. 

José Luis: ¿Por qué este libro, Carlos? ¿Cuál es la motivación que te ha animado a escribirlo?

Carlos: Gracias por tenerme de nuevo en este espacio que admiro tanto y tanto ayuda. Es un placer y, también, un apoyo que valoro mucho para este libro. Caminar sobre las huellas es un ensayo que viene gestándose desde que me dedico a hablar, en contextos diversos, sobre el efecto de las experiencias vinculares tempranas en el desarrollo social y emocional de las personas y, particularmente, sobre los modos en que el trauma afecta a estas trayectorias. En ese sentido, el libro emerge de todas las ocasiones en que he tenido que estudiar y organizar el conocimiento que existe sobre este tema, y hacerlo accesible para otros. Es, en definitiva, mi “modelo” acerca de cómo se construye la mente socio-afectiva partiendo de los vínculos tempranos. El modelo se ha elaborado a través de los años, en diálogo tanto con la literatura científica y con las personas a las que he tenido la suerte de dar clase, tratar o supervisar, y bebe de la teoría del apego, la teoría del trauma, y la teoría psicoanalítica contemporánea. 

La motivación por la que preguntas está muy cerca de lo que acabo de explicar. Se trataba de plasmar y compartir (en la versión más ordenada de la que soy capaz) algo que llevaba leyendo, estudiando y contando a otros durante una parte importante de mi carrera. Esta motivación era casi una necesidad, si se quiere. Y que el libro exista ahora y esté publicado es una alegría y tiene algo de liberación (¡llevaba mucho tiempo dentro de mi cabeza!), aunque esto también se acompaña, claro, de cierto vértigo.

Portada del nuevo libro de Carlos Pitillas.

Para adquirir el libro, haz click AQUÍ


José Luis: ¿Puedes contarnos cuál es el plan del libro?

Carlos: "Caminar sobre las huellas" comienza con una introducción donde se establece una de sus premisas básicas (si no la más importante): nuestro funcionamiento actual en las relaciones (nuestra identidad, la forma que tenemos de sentirnos y comportarnos en el seno de los vínculos importantes) es el resultado de nuestras trayectorias de desarrollo, las cuales comienzan con la primera puerta al mundo social que son esos vínculos que establecemos en la de niñez y la adolescencia, en el seno de la familia (aunque no solo). Y esta premisa es la que da sentido al título, que hace referencia al hecho de que nuestros patrones relacionales adultos son, hasta cierto punto, una repetición de aspectos de nuestras relaciones tempranas (interacciones que se hicieron habituales, afectos nucleares, estrategias de “supervivencia” que tuvimos que desarrollar, etc.). 

Aunque rara vez nos damos cuenta, caminamos sobre nuestras propias huellas. Repetimos, revivimos y, en los casos más graves (cuando venimos de un mal sitio), podemos llegar a reproducir formas de dolor muy destructivas, en nosotros mismos o en los demás. La persona que repetidamente se expone a situaciones de maltrato; quien cae una y otra vez en experiencias de invisibilidad social o aislamiento; el que con frecuencia gestiona su fragilidad asustando o dañando a otros; quien se aleja de las buenas oportunidades que la vida le pone por delante (una relación amable, la oportunidad de ser visto o cuidado, etc.); entre otros, están, en muchos casos, siendo víctimas de procesos emocionales y cognitivos que se instalaron tempranamente y que sesgan el comportamiento, adulto de formas que son (auto)destructivas y perpetúan el trauma. 

El plan del libro comienza, por lo tanto, estableciendo y fundamentando esta premisa, para continuar “desempaquetando” el conjunto de procesos que sostienen esta relación pasado-presente. 

Dichos procesos (en orden de aparición), incluyen:

Los esquemas cognitivo-afectivos que adquirimos de pequeños y que nos sirven para poner orden y navegar la experiencia social. Esquemas de seguridad (p.ej., sentirse querido, en contacto con alguien que quiere; sentirse seguro en contacto con un cuidador disponible), esquemas de inseguridad (p.ej., sentirse incapaz de retener a un cuidador esquivo o intermitente), o esquemas traumáticos (p.ej., verse como alguien pequeño en contacto con otros que son destructivos y de los que se depende).

Los antecedentes intergeneracionales de la seguridad y del maltrato, es decir, los mecanismos invisibles que hacen que los padres puedan dar seguridad a sus hijos o, por el contrario, exponerlos a un peligro que –de formas a veces sutiles– reproducen el peligro que ellos mismos vivieron. Los miedos de los padres, sus tendencias defensivas, su capacidad de ajustarse al temperamento del niño, o su capacidad de ver al niño como una persona separada y por derecho propio, son abordados como partes fundamentales del “juego” relacional que marca la diferencia entre vínculos tempranos seguros o inseguros/traumáticos. 

Las adaptaciones que hacen algunos niños a las condiciones inseguras en las que crecen. Estas adaptaciones han sido particularmente bien estudiadas a la luz de los estilos de apego, las defensas de apego o las estrategias de reorganización del apego en niños que sufren mucha confusión y miedo (porque tienen padres muy confusos o muy asustados ellos mismos). 

El libro se sumerge, entonces, en la “arquitectura” de la mente traumatizada y sus conflictos. Aquí exploramos la fragmentación interna de los niños que han crecido con padres impredecibles o amenazantes, la agresividad –muy difícil de manejar– que acumulan estos individuos, sus fantasías negativas acerca de los demás, o la necesidad de esconder ciertas necesidades o emociones como vía de supervivencia, entre otras. En definitiva: cómo una historia de peligro estimula la tendencia a defenderse.

Y las defensas siempre tienen su límite funcional, es decir, tarde o temprano, dejan de servirnos. El libro finaliza dedicando algunas secciones al efecto “irónico” de las defensas postraumáticas más rígidas. Estas, al tratar de salvarnos de un peligro, lo que hacen es exponernos con más fuerza a otros peligros que no somos capaces de predecir.

El libro finaliza con dos casos narrados con relativo detalle y analizados bajo el prisma de todos los contenidos que se estudian en las secciones previas. 

José Luis: “Algunos sesgos y patrones en nuestra forma de actuar y sentir parecen acompañarnos desde nuestros primeros años…” afirmas en la presentación. Esto es cierto para todas las personas, pero es especialmente importante para quienes han sufrido traumas tempranos y complejos. Me vienen a la mente los niños acogidos y adoptados, cuyas familias siguen este blog, cuyos patrones -por ejemplo, el temor al abandono- les influyen poderosamente a lo largo de la vida. Poder comprender esto es importante para que la crianza y la terapia sean reparadoras para estos niños, y que las familias reciban el apoyo que necesitan…

Carlos: Absolutamente. Cada vez me convenzo más de que el mejor modo de cuidar a alguien y alcanzar una verdadera reciprocidad en una relación (con los hijos, con las parejas, con los pacientes) es a través de un reconocimiento de la vulnerabilidad propia. Este reconocimiento, si se hace bajo condiciones de seguridad y uno es hasta cierto punto capaz de apropiarse de ello, nos permite establecer relaciones más profundas, y más complejas (en el buen sentido). Si están en contacto con su vulnerabilidad, los padres acogedores y adoptantes, los profesionales de la relación de ayuda, los tutores de resiliencia y educadores, los padres biológicos, etc., son más sensibles, más conscientes de sus límites, más capaces de pedir ayuda a tiempo, más capaces de recuperar su mentalización cuando la pierden, y más justos. Esta vulnerabilidad, con frecuencia, es histórica: la traemos de un tiempo anterior y de una relación pasada. Así que aquí hay un trabajo narrativo (mirar hacia atrás y contarse uno su propia historia) que, por cierto, casi siempre es imposible de hacer fuera de una relación mínimamente segura. 

José Luis: ¿Consideras que es un libro para profesionales o también pueden beneficiarse de su lectura las familias y el público en general?

Carlos: Es un libro técnico, pero he hecho un esfuerzo grande por conseguir que la exposición de los principios sea accesible para cualquiera. He intentado que los conceptos complejos tengan relevancia y sentido para personas diversas y no necesariamente formadas. En este caso, además, me he permitido incorporar al texto muchos ejemplos de la cultura: extractos de novelas, referencias a películas, anécdotas de la historia de la cultura (hay una referencia a Elvis Presley a la que tengo especial cariño), incluso cito trozos del monólogo de un cómico estadounidense. No puedo estar seguro de que estas estrategias hayan hecho que el libro sea accesible y claro. Pero, si me he acercado algo a este objetivo, pienso que el libro podría servir a personas ajenas a la profesión. Supongo que el tiempo (y el feedback) dirán. 

José Luis: Si pudieras hacer una síntesis de lo fundamental del libro, dirías…

Que es un ensayo escrito con un intento de precisión y, al mismo tiempo, mucha pasión por este problema científico y humano que es la pregunta acerca de cómo nos construimos, y por qué a veces es tan difícil, para las personas que han tenido peor suerte, dejar de sufrir. 

José Luis: ¿Quieres decirnos algo más sobre el libro?

Carlos: Que me siento afortunado de haberlo escrito y agradecido de todos los interlocutores (alumnos, pacientes, colegas, etc.) que, a lo largo de los años, han motivado su existencia.

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Buenos tratos regresará con un nuevo post 
el día 24 de marzo de 2025, como siempre, a las 9:30h de España

viernes, 27 de diciembre de 2024

Claves para familias adoptivas y de acogida, entrevista a José Luis Gonzalo

 

Bruno Moioli entrevista a 

José Luis Gonzalo sobre 

adopción y acogimiento familiar

Café con autor

Editorial Desclée de Brouwer



Vincúlate. Relaciones reparadoras del vínculo en niños adoptados y acogidos

¡¡Alcanza su 4ª Edición!!

Y celebramos el décimo aniversario de su publicación

Con una edición renovada y ampliada

(DISPONIBLE EN E-BOOK)

Para adquirir el libro, haz click aquí

Portada de la 4ª Edición de Vincúlate

jueves, 14 de noviembre de 2024

Celebramos la 4ª Edición del libro "Vincúlate. Relaciones reparadoras del vínculo de apego en niños adoptados y acogidos", revisada y ampliada.

 

Vincúlate. Relaciones reparadoras del vínculo en niños adoptados y acogidos

¡¡Alcanza su 4ª Edición!!

Y celebramos el décimo aniversario de su publicación

Con una edición renovada y ampliada

(DISPONIBLE EN E-BOOK)

Para adquirir el libro, haz click aquí

Portada de la 4ª Edición de Vincúlate


PRÓLOGO A LA 4ª EDICIÓN

Es un motivo de alegría y satisfacción presentaros esta cuarta edición de “Vincúlate”, revisada y ampliada. Han pasado ya diez años desde que este libro vio la luz y he considerado que había llegado el momento de darle un repaso a lo que escribí en el año 2015. Si bien es cierto que los contenidos siguen vigentes, hay nuevas propuestas que, lógicamente, han sido desarrolladas durante estos años y que he tratado de recoger en esta revisión que le he dado al libro.

Las novedades que incluyo son las siguientes:

He incorporado -cuando hablamos del impacto del entorno y de las relaciones en el desarrollo del niño y del apego-, dentro del paradigma de la epigenética, la referencia a las inestimables y últimas aportaciones de mi amigo y colega Rafael Benito, plasmadas en su nuevo libro “Cerebro moldeando cerebros. Cómo las relaciones interpersonales guían la evolución del cerebro infantil y adolescente desde el nacimiento”, disponible en esta misma editorial. En su momento, sólo consignamos las formulaciones del autor Cozzolino. 

Además, he incluido, dentro de las competencias necesarias para el ejercicio de la parentalidad terapéutica, el modelo de la mentalización y los instrumentos que utilizamos dentro de la Traumaterapia sistémica de Barudy y Dantagnan para evaluarla. 

Los enlaces a los vídeos estaban desfasados y se han corregido. He añadido, además, links a nuevos vídeos que pueden ser necesarios para favorecer que al aprendizaje le acompañe una vivencia emocional que contribuirá a que se grabe en la memoria, porque los componentes visuales y auditivos son importantes en este proceso. 

Con respecto a los contenidos relacionados con la teoría del apego, me ha parecido necesario exponer la definición -citada por Mario Marrone, psiquiatra, discípulo de Bowlby y fundador de la International Attachment Network- que explica lo que por apego entiende John Bowlby, a sabiendas de que el término, dada su popularidad, puede desvirtuarse y perder su auténtico significado. 

He añadido lo que John Bowlby considera -aunque es del año 1953 es asombrosamente actual- sobre las separaciones de la figura de apego. Lo he complementado con los nuevos estudios del psiquiatra experto en trauma Bruce Perry, que otorga gran importancia a los primeros tres meses de vida, donde, a menudo, los bebés son adoptados o acogidos. Qué ocurre en este periodo es fundamental, algo que no teníamos, probablemente, tan claro como lo que acontece en los meses que se han considerado cima del apego (seis a veinticuatro meses).

Además, he agregado la revisión del concepto de apego desorganizado, con la propuesta de Ignacio Serván, que plantea una mirada dimensional y desde el desarrollo, menos constreñida y más rica. Podéis aprender más sobre ello si os acercáis a su libro “Desorganización del apego”, publicado también por Desclée de Brouwer. 

Los instrumentos para evaluar el apego en niños y adolescentes han sido actualizados. 

En la parte del libro dedicada a la intervención, me ha parecido necesario y útil ofreceros -para todas las familias que tienen niños acogidos o adoptados de disposición desorganizado-controlador- las pautas de la parentalidad terapéutica desarrolladas por mi amiga y colega Maryorie Dantagnan, porque viven situaciones de crianza complicadas y prolongadas. Estos niños no pueden abrirse inicialmente al amor y a los vínculos afectivos y requieren de mucho más trabajo, paciencia y perseverancia. 

En el apartado que nos centramos en las propuestas focalizadas en la intervención en el ámbito escolar, he querido que estéis actualizados y conozcáis el movimiento -muy desarrollado en Estados Unidos y que aquí está llegando- de las escuelas sensibles al trauma. 

Finalmente, he añadido un anexo con los enlaces a las conferencias en YouTube más interesantes de prestigiosos colegas en el ámbito de la parentalidad, el apego, el trauma y la resiliencia: Jorge Barudy, Maryorie Dantagnan, Rafael Benito, Arturo Ezquerro, Mario Marrone, Cristina Herce, Iciar García y servidor de ustedes.

Algunas de estas novedades se desarrollan más en el texto y otras se mencionan con la correspondiente referencia bibliográfica, a sabiendas de que esta cuarta edición es una revisión y no un nuevo libro, que, a la larga, dada la fenomenal acogida que este ha tenido, no descarto escribir.

Quiero despedirme agradeciendo, desde la felicidad de mi corazón, por todo lo bueno que “Vincúlate” ha llevado a las familias y profesionales. Libros sobre la teoría del apego hay muchos y más completos, además. Pero libros que lleven dicho conocimiento a las familias y profesionales que adoptan, acogen y/o trabajan con personas menores de edad que han vivido adversidad temprana, no hay tantos. Me siento realizado y feliz de la vida por los innumerables mensajes, llamadas y correos de agradecimiento que me habéis enviado durante estos diez años, donde me contáis que este libro os ha cambiado la mirada sobre vuestro niño y la forma de relacionaros con él, y que ¡ojalá lo hubiera escrito antes! No puedo recibir mejor compensación. Espero que “Vincúlate” pueda seguir haciendo esta labor transformadora, y que dentro de otros diez años podamos celebrar otra nueva revisión. 

Gracias de todo corazón / Eskerrik asko bihotz-bihotzetik.

José Luis Gonzalo Marrodán

Psicólogo Especialista en Psicología Clínica

Traumaterapeuta Sistémico – Red Apega de profesionales


lunes, 22 de abril de 2024

Un cuento que acerca la teoría polivagal a los más pequeños y a las familias: "Un secreto alucinante: Aprende a escuchar tu cuerpo junto a Lukas y Fordy", por Mireia Bazu


VI CONVERSACIONES SOBRE APEGO Y RESILIENCIA

EN SAN SEBASTIÁN (PAÍS VASCO, ESPAÑA)

LOS DÍAS 16 Y 17 DE MAYO DE 2024.

PRESENCIAL Y ONLINE (PODRÉIS VER LA GRABACIÓN)


Programa completo e inscripciones:

https://joseluisgonzalo.com/conversaciones-2024/

Descarga el programa haciendo click AQUÍ



Con ponencias de: Jorge Barudy, Catherine Young, Rafael Benito, 

Nacho Serván y Patricia Hermosilla, 

Mesas de experiencias con: Tatiana Cáseda, José Luis Gonzalo, 

Rafael Benito, Maryorie Dantagnan y Jorge Barudy.

Con cortometrajes de: Bittor Arnaiz y Josu Goikoetxea, "Maltrato legal en el siglo XXI".

Ander Iruretagoyena, "Copos de miedo"

Participarán jóvenes-adultos que han hecho un proceso de reconstrucción resiliente.

Una madre adoptiva nos contará cómo su cerebro está moldeando el de su hijo gracias a la parentalidad terapéutica.


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Un secreto alucinante: 
Aprende a escuchar tu cuerpo junto a Lukas y Fordy

Autora: Mireia Bazu


Si estás interesado/a en adquirir el cuento, visita la web de la editorial:


O ponte en contacto con la autora a través de este número de Whatsaap:

644 73 99 49


Presentación

Hoy os presentamos este material imprescindible en nuestra biblioteca, pues como bien sabéis no andamos nada sobrados de herramientas psicoeducativas de calidad. Si seguís este blog, seguro que conocéis la Teoría Polivagal de Stephen Porges, porque hemos hablado de ella varias veces. Es probable que hayas tenido que explicar a un niño o a las familias los conceptos básicos de esta teoría y hayas echado de menos disponer de algún material de apoyo. Es posible que le hayas puesto imaginación para hacerte entender. Pues bien: esto ya no es un problema porque Mireia Bazu ha elaborado un cuento sencillo pero muy claro y atractivo, con dibujos muy logrados, para que podamos disponer al fin de un recurso para acercar esta teoría a personas menores de edad, adultos y familias, que también agradecen que el lenguaje sea fácil. El cuento me ha encantado. Mireia ha logrado algo que no está al alcance de todo el mundo: hacer comprensible y digerible lo que es complejo. La tarea psicoeducativa es lo que más agradecemos porque es uno de los pilares de nuestra labor profesional.

Con el fin de conocer más este cuento, me he acercado donde Mireia Bazu que, encantadora, me ha recibido amablemente y ha accedido a hacer esta entrevista para Buenos tratos. 

Mil gracias, Mireia Bazu, por este excelente trabajo que nos es de gran utilidad. 


Preséntate por favor, Mireia, para quienes no te conocen.

Mireia Bazu

Hola, soy Mireia Bazu, mamá, consultora de crianza y educación conscientes e inclusivas y autora de cuentos infantiles. Lectora incansable, amante de la naturaleza y los animales, y apasionada de la educación y la literatura infantil y juvenil. Desde muy pequeña recuerdo haber soñado con ser mamá, veterinaria y escritora por el amor absoluto que me despertaban los niños, los animales y las historias. 

Crecí y la vida me llevó por otros derroteros, licenciándome en ADE&MBA y trabajando en marketing, cine y arte, lo que me permitió mirar el mundo desde muy diferentes perspectivas y nutrirme de multitud de historias humanas. Aunque, pasado un tiempo, cuando sentí la llamada de la maternidad, hace ya más de diez años, comencé a transitar un nuevo camino personal que me llevó a investigar y formarme en Crianza y Educación Conscientes, Pedagogías Activas (Montessori, Waldorf, Reggio Emilia), Terapia de Juego, Arteterapia y Neuroeducación. En la actualidad, asesoro a familias y docentes sobre crianza y educación desde un punto de vista holístico, empático y compasivo basado en la neurociencia, la psicología del desarrollo, la teoría polivagal y las pedagogías activas que pone el foco en nuestra neuroanatomía y su impacto en el comportamiento y el aprendizaje. Asimismo, comparto con niños y niñas neurodiversos la magia de los libros, el juego y la expresión creativa en talleres donde priorizo la conexión, la seguridad sentida, la autonomía, el movimiento y la conciencia somatosensorial. También abogo por el trato respetuoso hacia la infancia y por una educación compasiva y realmente inclusiva para los niños neurodivergentes. He publicado el cuento ilustrado “Simplemente Olivia”, una historia muy dulce y tierna que nos invita a niños y adultos a reflexionar sobre las etiquetas y a abrazar todas las facetas y matices de nuestras personalidades; y “Un Secreto Alucinante. Aprende a Escuchar a tu Cuerpo junto a Lukas y Fordy”, un libro ilustrado para grandes y pequeños basado en la Teoría Polivagal del que os contaremos más detalles en esta entrevista.


¿Puedes hacernos un breve resumen de la teoría polivagal para quienes no la conocen, para que las familias la entiendan?

La Teoría Polivagal es una teoría desarrollada por el neurocientífico Stephen Porges que nos explica el modo en que el cuerpo, el sistema nervioso y el cerebro dialogan e interactúan entre sí en nuestro día a día con el fin de cuidarnos y protegernos. Un diálogo constante que va más allá de nuestra conciencia y voluntad, y que afecta profundamente al modo en que adultos y niños experimentamos la vida y nos relacionamos con nosotros mismos, con el entorno y con los demás, dependiendo de si nos sentimos seguros, en peligro o bajo amenaza. Una teoría imprescindible en el ámbito de la infancia que subraya nuestra necesidad biológica, como humanos y mamíferos, de sentirnos seguros y de estar en conexión con los otros, y que nos va a ayudar a mirar a los niños y sus comportamientos de una forma totalmente diferente a la habitual. Una forma de mirar que, en vez que centrarse en corregir, cambiar o eliminar los comportamientos más difíciles, disruptivos e incómodos  -por asumir que son intencionados- nos invita a observarlos con curiosidad y a recibirlos como una información muy valiosa para entender mejor a los niños y sus necesidades; como un pedido de ayuda de los niños para que les veamos, escuchemos y apoyemos con sus retos, y para que les ayudemos a sentirse de nuevo seguros y regulados en cuerpo, mente y corazón. Y esto es realmente importante, porque cuando cambiamos la mirada, cuando aprendemos a observar con curiosidad al niño y a descifrar qué nos está expresando a través de su cuerpo, ya sea con su tono de voz, comportamientos, movimientos, postura corporal, mirada o gestos, comenzamos a ver a un niño diferente, un niño maravilloso que tan sólo necesita de nuestra conexión, compasión y ayuda para volver a sentirse bien. 

En definitiva, la Teoría Polivagal aplicada a la infancia, nos permite darnos cuenta de que todos los comportamientos de los niños tienen sentido cuando los miramos desde este prisma, cuando reconocemos en ellos nuestro “imperativo biológico” -en palabras del propio Stephen Porges- de seguridad y conexión.

¿Cómo surge la idea de crear el cuento “Un Secreto Alucinante: Aprende a Escuchar a tu Cuerpo junto a Lukas y Fordy”?

La idea de crear un libro ilustrado para que niños y adultos descubran la Teoría Polivagal en un viaje compartido con sus vínculos de referencia surgió, hace ya muchos años, cuando empecé a investigar sobre neurodivergencia desde un punto de vista holístico. Mis investigaciones me llevaron a descubrir el trabajo de Stephen Porges, Mona Delahooke, Stuart Shanker, Ross Greene, Lori Desautels, Bruce Perry y muchos otros profesionales que apuestan por miradas y enfoques que honran, respetan y atienden las particularidades individuales de niños y jòvenes a la hora de experimentar y procesar sus experiencias en el mundo.

A medida que iba leyendo más sobre el tema e integrando en mi propia vida los conceptos de la Teoria Polivagal, pensaba mucho en que me hubiera gustado aprender en el colegio a familiarizarme con mi sistema nervioso y sus distintos estados, porque me habría ayudado a abrazar, entender y disfrutar de mi propia neurodivergencia y sensibilidad, y a sentirme mucho más segura y empoderada en mi vida.

El trabajo de Stephen Porges es tan brillante e importante, tan necesario para nuestro bienestar físico, emocional, social y cognitivo que no me parecía justo que sólo pudieran disfrutarlo profesionales de la psicología y del ámbito académico universitario (risas), por lo que decidí seguir investigando para poder traducirlo a un lenguaje que fuera sencillo y accesible tanto para adultos como para niños.

Creo que esta teoría debería inspirar todas nuestras relaciones sociales, porque el cambio de paradigma en la educación y la crianza no va a suceder si se hace de forma aislada,…requiere de un cambio a nivel colectivo, social, un cambio que empieza por mirarnos a nosotros mismos y a los demás con esa mirada compasiva que nos invita a ofrecer seguridad y conexión en lugar de juicio, crítica y exclusión, especialmente cuando hablamos de personas con cerebros, comportamientos y sensibilidades “diferentes”.

Todos, niños y adultos, estamos unidos en una búsqueda común: entornos y relaciones que nos hagan sentir seguros, aceptados, valorados, queridos y comprendidos, entornos y relaciones que satisfagan nuestras necesidades biológicas de seguridad y pertenencia. Sin ellos, hay sufrimiento y no podemos aprender, relacionarnos, disfrutar ni enamorarnos plenamente de la vida…

Por eso, básicamente, quise crear este libro, para aportar mi pequeño granito de arena en ese sentido y para que vayamos entendiendo como sociedad que el buen trato hacia la infancia empieza por hacerles sentir amados y seguros allá donde estén.




A través de los personajes de Lukas y Fordy los niños pueden aprender a escuchar su cuerpo. Esta sabiduría no se enseña en la educación de nuestros hijos, parece que nos centramos en el conocimiento racional…

Totalmente. La inmensa mayoría de los colegios de nuestro país basan la educación de nuestros hijos en lo académico, en el aprendizaje de unas determinadas materias que todos los niños, independientemente de sus intereses, tipos de inteligencias y necesidades, deben aprender por igual. Nos olvidamos que la ciencia nos dice que el aprendizaje significativo sólo es posible cuando hay emoción, vínculos seguros y entornos respetuosos con las diferentes necesidades y sensibilidades sensoriales de los niños.

Por eso, desde mi punto de vista, debemos cambiar completamente el enfoque educativo en nuestro país y empezar a pensar en las escuelas como espacios de crecimiento conjunto de niños, jóvenes y adultos, como comunidades de aprendizaje donde cada una de las personas que las conforman puedan sentirse seguros, respetados, escuchados, valorados y tenidos en cuenta. Y esto es especialmente relevante cuando hablamos de niños y niñas neurodivergentes, porque sus sistemas nerviosos más sensibles son más propensos a la activación constante de estados defensivos y, por tanto, a ser impactados por el trauma de vivir en un mundo que, con mucha frecuencia, les resulta abrumador.

Siempre digo que los niños neurodivergentes o los que tienen necesidades diferentes a lo “típico” ponen a prueba la calidad de las escuelas, de la cultura organizativa, de las relaciones… y, lamentablemente, por mi propia experiencia y por lo que me cuentan las familias con las que trabajo, son pocas las que la superan.

Por otra parte, me gustaría hablar sobre el “boom” de los últimos años relacionado con la educación emocional, una educación que, según nos dicen, todos deberíamos impartir a niños, niñas y jóvenes en edad escolar. Ha sido un avance, claro, porque en mi época el mundo emocional se dejaba completamente de lado o apenas se mencionaba, y todo se centraba en el aprendizaje meramente intelectual. Sin embargo, la educación emocional que, en la actualidad, están recibiendo la mayoría de niños en distintos ámbitos suele ser bastante superficial, muy cognitiva, y generalmente se limita a que los niños aprendan el nombre de las emociones y las asocien a distintos colores, marcando como objetivo que los niños aprendan a estar en calma.

Sin embargo, me parece que eso es un aprendizaje demasiado racional que omite aspectos corporales necesarios para potenciar no sólo el desarrollo socioemocional de los niños, sino también su autoconocimiento y resiliencia: la importancia de escuchar a nuestro cuerpo, de entender sus señales, de desarrollar un lenguaje relacionado con las sensaciones que les permita identificarlas, observarlas, reconocerlas, vivenciarlas y prestarles atención.

Yo creo que la educación emocional en los hogares y las escuelas debería ser integral y mostrar que las sensaciones, emociones, pensamientos y necesidades están relacionados, que cuando sentimos esa tensión en los músculos, ese corazón acelerado y ese sofoco en la piel, es porque el cerebro nos está mandando señales para protegernos, para que entendamos, por ejemplo, que nos estamos enfadando, que nuestros pensamientos van a reflejar cómo nos sentimos en ese preciso momento y que, en lugar de descargarlo contra los demás o contra nosotros mismos, podemos encontrar formas constructivas de expresarlo y, de esa manera, ir recuperando nuestro equilibrio y nuestra sensación de seguridad. Una educación emocional
que, para ser realmente efectiva y poder ser integrada por los niños, debería partir de nuestro propio ejemplo como modelos de autorregulación.

Enseñarles esa visión holística va ayudar a los niños a no identificarse con sus emociones, pensamientos ni comportamientos, a ir desarrollando poco a poco su capacidad de autorregulación en nuestra compañía, a desarrollar su empatía y compasión hacia sí mismos y hacia los demás al entender que cada uno lo hace lo mejor que puede en cada momento, que él, ella y sus compañeros tienen su propio ritmo y forma única de expresar sus necesidades, y que todos y todas podemos construir espacios, comunidades y entornos en los que nos ayudemos unos a otros a sentirnos seguros, regulados y en conexión con lo que sentimos en cuerpo, mente y corazón. Y también a descubrir que no se trata de estar siempre en calma, sino de ser capaces de tolerar, sentir y vivenciar todas nuestras emociones y sensaciones para poder expandir nuestra ventana de tolerancia al estrés y vivir una vida más plena, auténtica, conectada y humana.

Uno de los grandes puntos fuertes del cuento es que mediante atractivos dibujos se ponen ejemplos muy claros y cercanos a la vivencia de los niños para que aprendan a identificar qué es estar en el modo simpático o parasimpático (ventral o dorsal) 

Sí, es fundamental que los niños y las niñas puedan identificarse con las vivencias del personaje principal del cuento, Lukas, porque hay muchos niños que o bien no tienen las palabras necesarias para expresar cómo se sienten en un determinado momento o bien tienen dificultades para entender y expresar lo que están sintiendo tanto a nivel corporal como a nivel emocional. Y de esta manera, con el libro, van a poder entenderse mejor y compartir con sus vínculos de referencia cómo se sienten; van a descubrir que todos, adultos y niños, tenemos vivencias parecidas en nuestra vida y que identificarlas y atenderlas nos va a permitir conocernos mejor y encontrar estrategias para superar nuestros retos, para lidiar con nuestro estrés.

Que los niños aprendan a identificar los distintos estados del sistema nervioso autónomo (conexión social, lucha/huida y colapso) y a familiarizarse con las distintas sensaciones, emociones y comportamientos que los acompañan, les va a permitir conocer mejor su cuerpo y sus señales, y aprender a reconocer tanto sus estresores principales como sus fuentes de seguridad, lo que es crucial para su desarrollo socioemocional y su resiliencia.

Desde el primer momento, tuve muy claro que era necesario traducir la teoría polivagal a un lenguaje muy visual, que fuera atractivo, expresivo y fácil de entender tanto para los niños como para los adultos. Por eso, cuando vi el trabajo de Federico Gomis, el ilustrador de este cuento, lo tuve clarísimo, y supe que sus ilustraciones conseguirían justamente ese objetivo, porque poseen una combinación increíble de frescura, ternura y humor, y son capaces de expresar muchos matices emocionales y de seducir a todo tipo de lectores.

Federico Gomis, ilustrador del cuento

Que los niños puedan aprender a formar un súper equipo con su cuerpo y su cerebro y puedan idear estrategias para regularse es importante. Pero lo que más me ha gustado es que son los adultos los que deben de responsabilizarse de ayudar a los niños a activar el modo de conexión social, con lo cual se pone el acento en la trascendencia de la regulación interactiva, es decir, todo el peso no se puede poner en manos de los chicos…

Me alegra que lo menciones, José Luis, porque esa regulación interactiva, que Stephen Porges llama corregulación, es el punto clave que debemos integrar todos los adultos que nos relacionamos con niños, seamos padres, madres, cuidadores, maestros, psicólogos u otros profesionales al servicio de la infancia.

La capacidad de autorregulación en la infancia no se desarrolla enseñando a los niños herramientas de autorregulación desde preescolar, sino a través de infinidad de experiencias de corregulación consistentes y predecibles con adultos amables y empáticos que les ayuden a recuperar su equilibrio durante los momentos de estrés. Es un proceso evolutivo que está íntimamente relacionado con el desarrollo de vínculos seguros, una necesidad biológica inherente a nuestra condición de mamíferos humanos que nos va acompañar durante toda la vida.

La corregulación con los niños se podría definir como el proceso a través del cual un adulto regulado ofrece señales de seguridad y conexión a un niño desregulado (esto es, un niño con activación simpática o vagal dorsal en su sistema nervioso) para que pueda apagar la alarma de su cerebro y activar su sistema de seguridad y conexión social a través de la vía vagal ventral. Es decir, el proceso de ayudar a nuestros niños a vivenciar y tolerar sus emociones y sensaciones más intensas arropados por nuestro amor, conexión, seguridad y empatía.

Siempre pienso en la regulación como un lenguaje más, el lenguaje de los ritmos y de la reciprocidad relacional que los niños van a aprender e integrar de una forma parecida a cómo aprenden e integran su lengua materna: empapándose de ella a través de las relaciones, experimentándola de forma repetida en diferentes contextos y situaciones, emulándola en su propio cuerpo como reflejo de aquello que procesa e integra a través de todos sus sentidos.

Por eso, de entre todas las herramientas de regulación emocional para niños y jóvenes, la mejor son los distintos adultos de referencia en la vida del niño y la relación que son capaces de tejer con él. Adultos que, con su mirada amable y delicada, su postura relajada y reconfortante, su tono de voz dulce y pausado, su autenticidad, escucha y comprensión, sepan mirar más allá de lo obvio (etiqueta y comportamiento) y ofrecer una presencia serena y compasiva que envuelva a los niños en ese manto de amor, seguridad y conexión que necesitan para superar sus retos, para crecer sanos y flexibles, y para aprender y disfrutar de sus aventuras en el mundo.


Me parece un gran acierto que incluyáis un material para que el niño pueda trabajar con la guía de un adulto los momentos y actividades que le ayudan a sentirse regulado y en equilibrio…

Gracias, José Luis. Decidimos incluir un material de trabajo asociado a “Un Secreto Alucinante” justamente para que el aprendizaje pueda ser vivencial, para que una vez leído el libro, niños y adultos puedan prestar atención a su propio cuerpo, a sus propias vivencias y a su propio ritmo de regulación. Para que niños y adultos sientan y descubran que en cada sensación hay un mensaje muy profundo e importante del cuerpo que nos da pistas sobre qué necesitamos, sobre cómo nos hacen sentir las personas, entornos, situaciones y actividades que forman parte de nuestro día a día. Mensajes a los que debemos atender para poder identificar tanto aquello que nos ayuda a sentirnos en equilibrio y regulados en casa y en el colegio, como aquello que nos hace sentir malestar y desregulación y que nos desconecta de nosotros mismos, del entorno y de los demás.

Un aprendizaje crucial (y más aún si es en un viaje compartido con adultos) porque nuestras experiencias, repetidas a lo largo del tiempo, van a dar forma tanto a nuestras creencias como a la historia de nuestras vidas. Y, ya desde pequeños, necesitamos que nos enseñen a tornar la mirada hacia dentro, a aprender, sentir y entender que es natural moverse entre los distintos estados y experimentar un amplio abanico de sensaciones, emociones y pensamientos. Y que, además, tenemos el superpoder de descubrir e idear estrategias agradables y divertidas que nos ayuden a recuperar nuestra paz, seguridad, equilibrio y alegría cuando no nos sentimos bien.

En casa, nosotros tenemos colgadas las láminas de trabajo que acompañan al libro en un lugar visible. Y cada día, por la tarde, dedicamos unos minutos a escanear nuestro cuerpo, a compartir nuestras sensaciones, nivel de energía e identificar el estado del sistema nervioso en que nos encontramos. Entonces, miramos los dibujos que cada uno ha hecho para plasmar las actividades que nos regulan, equilibran y nos hacen sentir bien, y nos preguntamos: ¿hemos disfrutado de alguna de ellas hoy? ¿Cuántas? ¿Cuáles? ¿Necesitamos practicar alguna más hoy para sentirnos mejor y poder equilibrar nuestro nivel de energía? ¿En qué situaciones hemos sentido malestar y desregulación? ¿Cuál podría ser la causa? ¿Cómo hemos recuperado nuestro bienestar?... Es un ritual de conexión, autocuidado y reflexión muy bonito y sencillo que recomiendo practicar a todas las familias y maestros con sus niños (pero sólo si
éstos están interesados y les parece divertido).

Porque, incidiendo de nuevo en la corregulación y el modo en que los niños aprenden a regularse, para que ellos aprendan a familiarizarse con su sistema nervioso autónomo van a necesitar que exista al menos un adulto en su vida que también esté dispuesto a hacerlo.

Al final has incluido una guía para familias y profesionales, algo imprescindible. 

Sí, decidí incluir una guía, porque considero que conocer la Teoría Polivagal y sus principios fundamentales (jerarquía de los estados del sistema nervioso autónomo, la neurocepción y la corregulación) nos va a permitir a los adultos integrar aspectos cruciales que impactan profundamente en nuestras emociones, comportamientos, relaciones y formas de percibir y de estar en el mundo, y que, por tanto, van a definir nuestra calidad de vida, nuestro nivel de bienestar y la forma en que educamos y acompañamos a nuestros niños y niñas en su caminar por la vida.

Cuando familias y profesionales descubren el impacto que sus propios estados neurofisiológicos tienen en los niños, es decir, el modo en que sus propias emociones, actitudes y comportamientos afectan a las emociones y comportamientos de los niños y a su neurocepción de seguridad, las relaciones mejoran y su forma de acompañar y educarles comienza, paso a paso, a ser más respetuosa, consciente e informada.

Comienzan, algunos de ellos, a cuestionar las prácticas educativas que vivenciaron de niños, a entender que, aunque una gran mayoría siga educando a base de premios y castigos y con el foco puesto en modificar conductas y erradicar comportamientos (sin plantearse su función adaptativa ni las causas que los impulsan), las cosas se pueden hacer de una forma más sana, respetuosa y alineada con nuestras necesidades biológicas y con la forma en que funciona nuestro cerebro.

Como ya he comentado anteriormente, pienso que todos los adultos que se relacionan con niños deberían saber que la mejor estrategia y herramienta son ellos mismos, su capacidad de permanecer regulados en los momentos de desregulación del niño y de ofrecer la presencia segura y sensible que los niños necesitan para fortalecer su sistema nervioso, superar sus retos y crecer sanos, en equilibrio y en conexión con lo que sienten en cuerpo, mente y corazón.

De ahí que debamos, entre todos, cambiar el foco del enseñar al ser y empecemos a centrarnos en tejer relaciones profundas, sanas y auténticas que sean fuente de alegría, conexión y seguridad para todos. Porque así, de esta forma, el deseo de aprender, de descubrir el mundo y de explorar su entorno se despertará (y emanará) naturalmente en todos ellos.

Ésas son algunas de las ideas sobre las que me gustaría que reflexionaran los adultos que lean el libro.

¿No tenéis pensado hacer alguna promoción por los colegios? Creo que sería muy útil y beneficioso porque llegaréis a muchos niños y familias…

Sí, José Luis, que “Un Secreto Alucinante” llegue a muchos colegios, familias y niños es fundamental. Hemos contactado con muchos colegios y algunos de ellos ya lo están trabajando con los niños en clase. Pero nuestro alcance es bastante limitado: Mar de Sauces es una editorial muy pequeña e independiente de reciente creación, completamente autofinanciada (sin subvenciones de ningún tipo). Además, los autores del libro no somos famosos ni “influencers”, por lo que suele costar mucho llegar a familias y colegios, e incluso que nos den la oportunidad de explicar de qué trata el libro y de mostrarles lo valioso que es como herramienta de educación emocional para trabajar junto a los niños tanto en el colegio como en
los hogares.

El mundo editorial en España es un oligopolio y, por tanto, muy complejo para las editoriales pequeñas y los autores independientes… De ahí que nosotros, aparte de las pequeñas acciones de marketing que podamos realizar, dependemos mucho del boca a boca, de que las personas que descubren el libro y lo valoran lo recomienden en sus entornos (colegios, bibliotecas, AMPAs, colegas de profesión y amistades) y nos apoyen con su compra.

Por eso, José Luis, agradezco infinitamente que me hayas invitado a tu maravilloso blog para hablar sobre nuestro libro y poder así llegar a muchas más familias y profesionales que podrían beneficiarse de él.

¿Ya conoce Porges este cuento? Habrá que hacerle llegar uno, yo creo que le va a encantar…

Me encantaría que Stephen Porges conociera y leyera “Un Secreto Alucinante”. Ya sois muchos los profesionales del ámbito de la salud mental infantil que me habéis sugerido que se lo haga llegar. La asistenta de la Dra. Lori Desautels - miembro ésta última del Instituto Polivagal en Estados Unidos, experta en la aplicación de la Teoría Polivagal en el ámbito educativo, y cuyo trabajo ha sido fundamental para desarrollar este libro- lo leyó en español hace unos meses y le encantó… animándome incluso a que lo tradujera al inglés para que el libro pudiera llegar a más gente. Valoré traducirlo, pero como no tenemos los fondos necesarios para una traducción profesional técnica de calidad, he pensado que sería más interesante que fuera una editorial extranjera la que se encargara de ello en el futuro, ya que además tienen mayor conocimiento del mercado anglosajón y de sus canales de venta y distribución. Ya hay algunas que han mostrado interés…

Ahora mismo, el libro está de camino a USA para que un miembro del Consejo Editorial del Instituto Polivagal lo lea en español… Si a ella también le gusta el libro, quizá pueda llegar a Stephen Porges.

Me encantaría que lo tuviera en sus manos y que le llegara mi agradecimiento por haber desarrollado una teoría tan valiosa que nos va a ayudar a todos, como sociedad, no sólo a relacionarnos de una forma más sana y consciente con nuestros niños, sino a hacer de este mundo un lugar más amable, empático e inclusivo para todos.

Gracias de nuevo, José Luis, por tu tiempo, por el apoyo y por esta interesante charla. Un gran honor poder ser parte de tu blog.

Gracias a ti, Mireia, por atendernos.