lunes, 14 de febrero de 2011

Cómo potenciar el apego seguro en los niños (II)

Co-construir la narración. Un tercer elemento que define un apego seguro es la construcción de una narración integradora que dé sentido al sí mismo. Siegel nos dice que las narraciones se han podido originar como una parte fundamental del discurso social. El proceso mismo de la narración es inherentemente social. Los procesos fundamentales implicados en la narración facilitan la integración de la coherencia de la mente (un apego seguro crea una mente coherente)

Las personas, prosigue Siegel, tratan de dar sentido al self (sí mismo) en el pasado, el presente y anticipar el futuro. La capacidad de la mente para crear el mapa global de uno mismo a lo largo del tiempo es una característica esencial y necesaria para lograr tal coherencia de la mente.

El hemisferio izquierdo es quien fundamentalmente comprende las relaciones causa-efecto, necesarias para el proceso narrativo y su comprensión. En él reside la capacidad del lenguaje, instrumento a través del cual tenemos la gramática de la narración. Pero para que una narración sea coherente necesita de la participación del hemisferio derecho (que es el hemisferio que participa en la función reflexiva que describimos la pasada semana, la que es capaz de atribuir al otro deseos, emociones, intenciones y comprender las motivaciones humanas, esto es reconocer al otro como una mente independiente)

El hemisferio izquierdo es el mediador principal para codificar nuestra autobiografía (los hechos, los datos, las circunstancias…) y el derecho es el responsable del recuerdo y nos da la habilidad para hacer el viaje mental a través del tiempo y gracias al él nos representamos a nosotros mismos en el pasado, en el presente y en el futuro. El hemisferio derecho contiene además el recuerdo de las emociones, las sensaciones (olores, sabores, visiones…) almacenadas en la memoria llamada implícita.

¿Qué ocurre con los niños y adultos que soportan en sus espaldas historias de vida cargadas de periodos en los que han estado presentes los malos tratos, el abandono? ¿Qué ocurre con los niños que han cambiado de cuidadores varias veces? ¿Qué sucede cuando los sucesos tóxicos le sobrevienen cuando es muy pequeño, tiene 1 ó 2 años? ¿Qué le sucede al niño que no tiene una narración resiliente de su adopción/acogimiento? Que no desarrolla una narrativa que integre y de coherencia a todos esos sucesos, con lo cual su identidad y sentido de sí mismo no están construidos. Su mente estará más desorganizada.

El relato que él tenga y se haya hecho de sí mismo puede estar lleno de fantasía. O presenta lagunas: sabe algunas cosas, otras no quiere saber (o no sabe) y se inventa él mismo los elementos. Hay que comprender esto y proceder muy despacio y con sensibilidad. Esto son mecanismos adaptativos que hay que comprender y no censurarle al niño por ello. "Cuando no sabemos bien qué nos ha pasado o lo que vivimos es duro y duele, es normal que nos inventemos cosas para calmarnos o encontrar una explicación", les suelo decir yo, aliándome con su mecanismo para tranquilizar la angustia de sentirse con un sentido difuso de uno mismo, de no saber muy bien qué les ha pasado pero intuir y sentir que es malo y duele, que es como un espejo roto de elementos verbales y no verbales dolientes que hay que recomponer como se restaura una obra de arte: con mucha mucha delicadeza. Crecer así es muy desorganizador. Los niños comienzan con preguntas a los padres adoptivos, de acogida o a los educadores. O de repente, "sueltan" algunos aspectos de lo que han visto, oído, vivido o padecido, a veces de una manera deslavazada, suelta, un tanto descarrilada, mostrando angustia, pena y/o rabia. O no expresando emociones, también. Otros no quieren hablar de ello, nunca preguntan. A veces lo sueltan como si a ellos no les hubiera ocurrido eso, como si fuera a otros a quienes les ha pasado. "La primera vez que solté a mis padres que habían abusado de mí en la infancia, viendo un reportaje en la televisión, hablaba como si no fuese a mí a quien le hubiera pasado. Tuve que trabajar en terapia para vencer esa suerte de disociación" - me dijo un día un joven contando su experiencia.

Por lo tanto, un trabajo necesario, ineludible y sanador para el niño es la co-construcción de una narrativa porque ello le dará sentido de sí mismo a lo largo del tiempo y organizará su mente. Le proporcionará la seguridad de construir su identidad y fomentará un apego seguro a los cuidadores.

No hay que tener miedo a que el niño acceda a su historia, si se hace bien. Tarde o temprano se enterará de una manera abrupta o se inventará él mismo cosas peores que lo real. "El horror de lo imaginario es terrible, el horror de lo real tiene un punto de esperanza", nos recuerda siempre Cyrulnik. Los padres se asustan muchas veces, es comprensible pues tienen miedo de que eso dañe a su hijo o les aleje de ellos. Pero suele ser al contrario. Todos necesitamos saber quiénes somos y qué nos ha pasado. E integrarlo en una narrativa coherente y con sentido. Hay que ir explicando al niño con mucho tacto y mucha empatía lo que demande saber (pero no sólo esperar a que él pregunte, sino nosotros mismos adelantarnos y hacerle saber que se puede hablar con naturalidad, decirle que habrá muchas cosas sobre él y su vida que estaríamos dispuestos a explicarle, tomar la iniciativa como adultos, porque hay niños que pueden preguntar pero otros no lo hacen por muchos motivos) y crear una narración. Pienso que es necesario hablar de ello con naturalidad, creando un clima en el que el niño sienta que puede hablar con sus padres y sentirse comprendido por ellos, su disponibilidad incondicional ante lo que le ha pasado y sufrido. Y el adulto debe estar preparado para escuchar y contener lo que surja. Esto es muy importante pues si el niño nos percibe seguros, él dará el paso con seguridad. Los climas familiares en los que el niño adoptado o acogido siente que no sienta bien a sus padres o cuidadores hablar o preguntar sobre su vida e historia, generan niños que van desarrollando síntomas y malestar que puede exteriorizarse o interiorizarse de muchas maneras.

Por ello, con la información que disponemos (a veces, sabemos muy poco; hay que narrar lo que sabemos y lo que no se sabe, decirle al niño que lo desconocemos y sobre todo transmitirle que lo sentimos, que sentimos mucho el dolor que ello le pueda generar. La empatía y calmar el dolor emocional es muy sanador. De todos modos, recomiendo estudiar cada caso concreto para elegir bien cuándo se le transmite y qué se le transmite, a cada etapa del desarrollo hay que ir adaptando la explicación) yo suelo proponer crear una historia (incluso escenificarlo con personajes, poniéndoles nombres, con casitas, árboles, lugares que recreen sus circunstancias...) que refleja la vida del niño pero a través de los personajes. Esto ayuda a que éste se proyecte en un tercer elemento y no se traumatice. También es bueno que el niño participe en la historia para que desarrolle sentimientos de control. Es fundamental que sienta
que sentimos lo que siente, empatizar, para ayudarle a contener y manejar la angustia y que la libere.

También hay una técnica que mi amiga y colega, mi maestra en psicoterapia, Maryorie Dantagnan propone a los padres adoptivos que es la creación del álbum de historia de vida en el que se van consignando con fotos, textos, palabras y dedicatorias de los padres, billetes de avión y otros documentos el álbum cronológico de la historia del niño. En este contexto se aprovecha para contarle su historia y hacer la narración que dé sentido a su vida. Para mí la empatía es clave en todo el proceso: apega al niño al cuidador. Cómo se dicen las cosas, la seguridad y comprensión que despertemos en el niño son vitales. Si éste siente la empatía, sentirá la seguridad y podrá manejar la angustia o los sentimientos negativos que le surjan.
Si la historia de vida a trabajar es muy dura y traumática, es necesario recurrir a la ayuda profesional donde el niño o el adulto tenga un espacio contenedor y de seguridad para hacer este proceso en colaboración con los padres, educadores... Yo he ayudado en este trabajo terapéutico a muchas personas, es muy duro porque sufren mucho pero a la vez es tremendamente liberador y curativo -si se hace bien, insisto- Con las personas severamente traumatizadas hay que obrar según unas pautas de tratamiento. Es importante proveer al niño de las herramientas que le faciliten y le den seguridad para este trabajo: unos se manejan mejor con las palabras, otros con el juego u otras técnicas no verbales. Y es un requisito imprescindible hacerlo si el niño o el adulto muestran estabilidad emocional, la relación terapéutica está construida y es sólida y confiable y tiene personas que le acompañen, cuiden y satisfagan sus necesidades. Asimismo, hay que atender a las emociones que surjan y ayudar a la persona a que las integre. Porque inundar a alguien de emociones desbordantes referidas a su dura historia es dañino y no es el objetivo. El objetivo es la integración. Previamente hay que haber trabajado con la persona recursos psicológicos para el manejo de las emociones, para saber regular el malestar. Y no se trata de inundar sino de que aprenda, como decimos, a integrar regulando las emociones que se elicitan.

Termino con Siegel: “La escritura de un diario o la comunicación íntima con los demás, que suelen ser procesos narrativos, tienen efectos poderosamente organizativos sobre la mente: nos permiten modular nuestras emociones y dar sentido al mundo”

Continuaré en una tercera parte, hablando del último elemento que define un apego seguro la semana que viene.

27 comentarios:

Diario de una cuarenta. dijo...

Muchas gracias por kompartirlo, está genila, gracias
Saludos !!!

Anónimo dijo...

José Luis me ha encantado. Con mi hija he tenido conversaciones de todo tipo sobre su madre china, su abandono...y utilizamos mucho los juegos simbólicos... pero tengo pendiente el libro de la vida. Creo que soy yo la que no está preparada para revivir la pre-adopción y el duro y confuso primer año con nuestra hija.

un abrazo
Itsaso

Xiao dijo...

Hablar con mi hija de su vida antes de nosotros nos ha ayudado mucho, a ella y a mi. Aunque los adultos nos creemos con todos nuestros sentimientos elaborados, creo que nos engañamos. Yo estoy aprendiendo a elaborar lo que su vida sin mi me hace sentir con ella y a través de ella. Nuestras conversaciones sobre su nacimiento, su abandono, el orfanato nos aportan mucho a las dos, a cada una de una manera diferente. Y nos unen.... muchísimo.
Podría hablar horas de esto......
Un abrazo

José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo dijo...

Gracias por vuestros comentarios y por enriquecer la entrada con las vivencias personales que enseñan tanto (o más) que las teorías. Un abrazo para todas (Virginia, Xiao e Itsaso)José Luis

laura dijo...

Hola, Jose Luis muy interesante como siempre. Hablando de los libros de vida, no se si conoces uno que me parece muy bueno, para completar con el niño, con fotos, recuerdos, palabras etc... se llama "esta es nuestra historia".
Mi hija acaba de cumplir un año. Cuando va a dormir (como tarda bastante, aun le cuesta) le contamos su historia, nuestra historia e incluso le hemos inventado una nana que habla de Vietnam y su pais y como fuimos a buscarla y nos encontramos los tres. Supongo que es otra forma de narracion, con musica y aun infantil, a su nivel.
un abrazo y gracias
laura

Esther dijo...

Me gusta mucho tu blog, asi que aqui una seguidora mas ;)

José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo dijo...

Hola Laura: No conozco ese libro pero gracias por compartirlo. Lo mirare. Me parece muy positivo y ejemplo de narrativa y función reflexiva la manera en la que aproximáis al conocimiento empatico de su historia a vuestra hija. Un afectuoso saludo, Jose Luis

José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo dijo...

Esther: Gracias por tu valoración positiva, me alegra y estimula que te guste, y bienvenida al blog!! Un afectuoso saludo, Jose Luis

GESTALTMAR dijo...

Hola Jose Luis:

Me parece muy interesante su blog y especialmente el trabajo con el apego en menores que han sufrido maltrato. He trabajado en un Centro de Protección de Menores, y es muy frecuente ver niños y adolescentes con Trastorno de la vinculación en la infancia reactivo. Casos en los que el apego es fundamental trabajarlo para que los menores puedan tener la experiencia, en muchos casos por primera vez, de sentir y tener un vínculo de apego seguro con un adulto referente o significativo para el menor.
Considero que su labor formativa y divulgativa es esencial. Y le agradezco la misma.
Quiero compartir mi blog con usted y le invito a conocerlo.
Un cordial saludo.

Mar Garcia Bernabeu
Psicóloga-Psicoterapeuta Gestáltica
CENTRO DE PSICOLOGÍA GESTALT

José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo dijo...

Hola Mar: Estoy completamente de acuerdo contigo en que la psicología del vínculo de apego es fundamental para trabajar con los niños, sobre todo en los centros de menores, pues, como dices, es desde una nueva experiencia vincular reparadora donde pueden encontrar un sentido y significado a la vida. Entraré gustosamente en tu blog cunado tenga un rato. Gracias por tus aportaciones y hasta cuando quieras. Saludos cordiales, José Luis

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo en lo de escribir un diario: siempre que puedo lo recomiendo (yo misma lo hago). Pienso que es una de las mejores cosas que he podido enseñar a mi hija.

http://hablemosdelainfancia.blogspot.com/2010/03/beneficios-de-escribir-un-diario.html

http://hablemosdelainfancia.blogspot.com/2010/06/escribir-para-cambiar-de-conducta-la.html

Estupenda trilogía Jose Luis.

Un cordial saludo.

Anónimo dijo...

Hola. Soy madre primeriza de un bebe de 9 meses. He visto que mucho de lo que cuentas se refiere a niños adoptados,pero toda esta informaicón es igual de útil si los hijos son biológicos.

Mi cometario es un tanto diferente y no sé si podrás ayudarme: el apego vivido desde los padres. El niño suele estar más vinculado a uno de los dos padres ¿es así? Esto suele provocar mucho sufrimeinto al otro progenitor, especialmente si se trata de la madre (motivos sociales, antropológicos...). ¿Cómo solucionar esto?

José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo dijo...

Hola: Aunque hay una vinculación afectiva con cada progenitor hay una representación mental global acerca de cómo sentimos ese vínculo interno que predomina y que suele provenir más de la experiencia con la madre. Cuando hay problemas claros de vínculo con uno de los dos progenitores, hay que investigar por qué sucede esto y las causas. Saludos cordiales, José luis

Te recomiendo el libro Vinculaciones afectivas, editorial pirámide, de las profesora María José Lafuente con la colaboración de la profesora María José Cantero. En el mismo se habla de todo esto.

Anónimo dijo...

Gracias José Luis, por tu contestación en sí misma y por tu rapidez.

Aunque lo que me cuentas tiene sentido, no sé si me he explicado bien. Lo que quiero decir es ¿qué pasa cuando el bebé prefiere la compañía del padre? Vamos, doy por hecho que no se trata de ningún problema...tanto por lo que al niño se refiere, como también a los dos padres. Pero al tratarse de una preferencia por el papá, la madre lo sufre más profundamente ... o eso pienso y/o siento...
No sé si me explico...

José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo dijo...

Si solo es una preferencia y como tu dices no existe problema no deberías sufrir tanto. Pero existirán causas para esta preferencia. Numero de horas que pasa el niño con cada uno, como son los contactos, grado de rapidez y sensibilidad en atender las necesidades del bebe, la tranquilidad emocional de cada progenitor a nivel del cuerpo, etc. son factores que pueden influir en las preferencias del bebe. Hablo a nivel general, no quiero decir que sea tu caso, pues no lo conozco y en esta vida ser osado es un error. Saludos cordiales.

Anónimo dijo...

Gracias de nuevo por tu rapidez y tus comentarios... Claro, yo no soy una experta y doy por hecho de que no se trata de nada patológico... De los factores que nombras puedo suponer también en cuáles fallo... quizás dos de los más importantes... En fin, leeré el libro que me recomiendas a ver si encuentro algo más de luz.

Anónimo dijo...

Hola. Su blgo me parece muy interesante. Quisiera comentarle una cuestión sobre el apego. Yo he estudiado algo sobre el mismo y tengo entendido que la figuras de apego son varias y que éstas se organizan jerárquicamente. La principal figura de apego ha sido la madres, pero actualmente se aboga porque los dos progenitores sean figuras de apego importantes y el padre no quede en un segundo plano. Hasta aquí creo que no estoy equivocada... ¿no?
Pues bien, yo he observado a mi alrededor como los niños suelen vincularse, cuando todo es correcto, a los dos padres: prefieren a uno para unas cosas y a otro para otras. ¿Está de acuerdo? ¿Significa esto que la teoría tradicional de la jerarquización tendríamos que matizarla añadiendo que es posible que existan varias figuras que estén al mismo a casi al mismo nivel?

Gracias. Siento haberme extendido tanto, pero no he sido capaz de sintetizar más esta cuestión. Espeor impaciente su respuesta.

José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo dijo...

Una persona anónima ha dejado un comentario muy interesante que no puedo visualizar en la página, no se por que. Recibo en el Mail el aviso del comentario pero luego, al seguir el enlace, no veo el comentario.

Esta persona me preguntaba mi opinión acerca de la teoría jerárquica del apego (la madre es la principal figura), afirmando que habría que matizarla porque los Ninos desarrollan apegos distintos con el padre que con la madre.

Efectivamente, estoy de acuerdo. Hay Ninos apegados de manera segura a ambos progenitores, de manera insegura a uno y de manera segura a otro...

Por ello hay que matizarla, pero no abandonarla porque aunque esto es cierto, hay una representación global del apego que predomina y en esta la mayor influencia es la de la experiencia relacional con la madre. En el libro "Vinculaciones afectivas" de la profesora Sefa Lafuente de la Universidad de Valencia se explica. No lo tengo aqui a mano ahora pero prometo volver y mencionarlo.

No es de extrañar que la madre tenga una preponderancia en la representación (memoria de trabajo) del nino en cuanto al apego. Sur Gerhardt nos habla de ello en el amor maternal. Siempre me acuerdo de que los soldados americanos que desembarcaban en Normandía en la Segunda Guerra Mundial, al ser algunos de ellos acribillados, gritaban reclamando la figura de apego de la madre para que acudiera o ser evocada al menos en tan duro y trágico momento de dolor y muerte.

De todos modos opino que por lo menos el nino necesita la experiencia prolongada de un cuidador competente (hombre o mujer) durante los primeros años especialmente y posteriormente también.

Espero que este comentario aparezca, saludos cordiales.

Anónimo dijo...

Hola,

Yo adopté dos hermanos de 8 y 3 años. El mayor, como es lógico, recuerda cómo le abandonaron y su paso por el orfanato y el pequeño no recuerda nada.

Los primeros meses hablábamos bastante sobre su experiencia (no paraba de recordar situaciones y anécdotas algunas muy duras de cómo día tras día era ignorado por sus padres) y yo intentaba explicarle con paciencia y sentido su historia. Depués de más de dos años, sigue preocupado por cómo estarán sus padres, según él, estarán con mucha pena por haberle perdido. Le gustaría contactar con ellos y que fueramos amigos.

Todo ello ha hecho que la relación con uno y otro sea totalmente diferente. Al pequeño le siento como hijo y por el mayor, aunque le quiero, siento cierto rechazo y frustación.

¿Por qué no se habla también del apego o vinculación desde el punto de vista de los padres?

Raquel dijo...

Hola, ni qué decir tiene que me ha encantado este artículo, como todos aquéllos que he podido leer en este blog. Yo soy psicoterapeuta gestalt y me encuentro muy cercana a estos planteamientos, en el sentido de tener en cuenta la experiencia vivida y ofrecer apoyo y acompañamiento para dar nuevo sentido a esa historia, siempre desde la relación.
Me ha encantado la cita de Cyrulnik, y me gustaría saber de cuál de sus libros es.
Muchas gracias, y un saludo.

José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo dijo...

Gracias, Raquel, yo no soy experto en terapia gestalt ni mucho menos pero por lo poquito que se comparte mucho con la psicoterapia basada en el apego que persigue sintonizar con el paciente y conectar con su sentir. La frase de Cyrulnik es muy buena, en efecto. No se de que libro es porque me la contó una amiga que le conoce y se la dijo personalmente a ella. Ya siento no poder decírte si la tiene o no por escrito. Gracias por tus palabras y un abrazo.

Anónimo dijo...

Hola Jose Luis
Sigo siempre que puedo tus publicaciones, por enriquecimiento personal y profesional. trabajo como educadora en un centro en el que trabajamos con familias, por tanto soy consciente de la importancia del apego, del trabajo desde la resiliencia... El motivo de mi consulta es mas personal, me inquieta el presente y futuro emocional de mis hijos de 1 y 3 años, su padre y yo acabamos de divorciar nos. Me gustaría leer algún buen material relacionado con el tema,como abordar las preguntas, que narrar y que no, cómo... Muchas gracias, confió en tu experiencia.

José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo dijo...

Sin ninguna duda te recomiendo el libro "El síndrome de Salomón" de mi colega María Barbero de Granda. Un magnífico manual que explica como abordar el tema de la separación de los padres. Te dejo la referencia;

http://www.edesclee.com/products.php/autor/ISBN9788433022288

Saludos cordiales.

José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo dijo...

Perdona, este es el enlace, anteriormente te puse la dirección de la autora del libro:

http://www.espaciologopedico.com/tienda/prod/5760/el-sndrome-de-salomn-el-nio-partido-en-dos.html

Saludos

Anónimo dijo...

Muchas gracias Jose Luis . Un saludo

Anónimo dijo...

Un artículo muy interesante. Pondré en práctica alguna de las tareas propuestas.
Urte berri On!!

José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo dijo...

Me alegra que te haya interesado, urte berri on igualmente!!