jueves, 15 de abril de 2010

"La muerte del caballo alado", un magnífico libro terapéutico de la psicóloga Jennifer Delgado

Existe un Rincón en internet donde leer sobre los más variados temas de psicología se convierte en un placer. Me refiero a Rincón de la Psicología, donde habita Jennifer Delgado, una psicóloga que hace posible lo más difícil: hacer llegar al público la pasión por conocer y saber sobre la ciencia de la conducta y la mente humana de una manera atractiva sin perder un ápice de rigor científico. Porque se adivina que para la autora la psicología es una pasión: sabe mucho de ella, pero además sabe transmitir, gran virtud.

Jennifer es, además, autora de varios libros y recientemente, ha publicado su último trabajo titulado: “La muerte del caballo alado. Un viaje al encuentro de tus barreras internas” Acabo de terminar su lectura y ha sido, realmente, sensacional. Todo un descubrimiento, una obra que sorprende frase a frase, párrafo a párrafo, capítulo a capítulo.

Esta obra de Jennifer Delgado se aleja de la concepción clásica del manido libro de autoayuda. Este libro no es de autoayuda; es mucho más: es un libro terapéutico en el cual, una psicóloga, con magistral pluma, nos acompaña en el apasionante camino de entrar en nuestro interior y descubrir las barreras que nos creamos (condicionados por los aspectos sociales, culturales, educacionales…) que se constituyen en el principal obstáculo de nosotros mismos. Ser consciente de ellas, conocerlas, asumirlas y tratar de modificarlas es el camino para reducir o eliminar la baja autoestima y las perturbaciones emocionales.

Cada capítulo está dedicado a los problemas que más nos aquejan en la sociedad actual: los esteretipos (magistral reflexión que nos invita a no dejarnos arrastrar por las etiquetas que nos ponen o nos autoimponemos); la rigidez frente al seguimiento de las reglas sociales; la personalidad y las experiencias anteriores como factores explicadores de cómo somos y reaccionamos ante diversas situaciones; Los estilos de afrontamiento; una reflexión sobre el éxito y el fracaso novedosa y conciliadora; la resiliencia; la incertidumbre; la culpa y la preocupación; y el pensamiento rumiativo. Entre otros temas. Y finalmente, propone cómo implementar los aprendizajes que se ofrecen en el libro, cómo cambiar, qué método se puede llevar a cabo.

Si bien el contenido es excelente, el modo de presentarlo, el cómo Jennifer nos acompaña a lo largo del libro, resulta de lo más sugestivo y atractivo: suscita la reflexión y promueve la toma de conciencia a través del uso del método socrático: plantea preguntas para que cada uno pueda descubrir su respuesta y encontrar un camino. Y, además de actuar como alguien que te guía, el estilo atesora tres virtudes más, a mi juicio: la primera, se siente a la autora, logra la complicidad con el lector y se nota su presencia en magníficas autorrevelaciones útiles que regala a través de los distintos capítulos. La segunda, el uso de una metáfora (una historia) que te recibe al principio de cada capítulo y que ayuda a comprender las reflexiones posteriores. Historias seleccionadas con mimo por Jennifer, impactantes, que suscitan emociones y reflexiones por sí mismas. Y, finalmente, el libro ofrece herramientas, pautas, flexibles, a modo de cuaderno de bitácora, sin caer en frases grandilocuentes típicas de los libros de autoayuda. Al contrario, son pautas abiertas donde la participación del lector es pieza clave. Por todo ello creo que es un excelente libro terapéutico.

Sólo me queda recomendároslo vivamente porque se puede convertir en una singular experiencia de aprendizaje. En los tiempos que corren, se hace más necesario que nunca viajar al interior de uno mismo. “La muerte del caballo alado” es el mejor compañero que se puede uno llevar para tan apasionante singladura.

No desvelaré el por qué del título… Descubridlo vosotros/as leyendo el libro.

2 comentarios:

Jennifer Delgado dijo...

Hola,
Gracias mil por esta critica tan bella. Me ha conmovido profundamente.
Espero que el libro pueda ayudar a las personas a descubrirse a si mismas y a liberarse de las ataduras sociales.
Un abrazo, Jennifer

Anónimo dijo...

Hola,una reflexion.. mi nombre es Edu, trabaje de educador social, y como socio terapeuta en drogodependencias, no se bien de que va este blog , pues no lo he leido , solo buscaba algo de caballos y salio esto de caballos con alas o algo asi, veo que el autor de este blog es psicologo jose luis, que estas especializado en traumas y todo eso... pues ya ves! eeen fin, exponer mi caso desde mi ego, no obramos en el fondo siempre desde este? sea para ayudar altruistamente o no...existe el altruismo? aqui no escribe nadie desde abril del 2010...por eso escribo yo? son preguntas y preguntas lo que planteo como si yo no hubiera vivido lo suficiente para atreverme a realizar afirmaciones y exponer planteamientos desde lo mas profundo de mi trauma interior y social, de dentro a fuera de fuera a dentro..neurosis colectivas o rasgos psicoticos individuales...nos perdemos con frecuencia no solo en las etiquetas, si no en los planteamientos..necesitamos de imagenes para comprender, no son las palabras imagenes tambien? quien nos ha otorgado tan pobre vocabulario? los padres? el sistema? la naturaleza?...nuestras motivaciones son con frecuencia producto de un deseo, o de una evasion, la mente humana, la afectividad , lo cognitivo, etc...la psicologia no puede abarcar lo que es holistico, la mente humana es traumatica en si misma. y encima Dios no existe.Entonces hacia donde dirijirse ? hacia donde investigar? ..quizas hacia el estado animico? hacia el anima? hacia donde apuntaba jung? mezclando fuera de nuestra cultura conceptos orientales que amplien nuestro vocabulario?...o bien retirarse? retirarse profesionalmente, vocacionalmente, socialmente, individualmente, y volar...es un planteamiento peligroso? es una teoria adquirida? una tesis llevada elavorada desde la praxis?..libros , teorias, novelitas de autoayuda, religiones, y el mundo no ha cambiado nada en los ultimos 40.000 años la mente humana no ha cambiado..algo estamos haciendo mal.