lunes, 16 de mayo de 2022

Declaración por el derecho de vivir en paz

Durante las pasadas V Conversaciones, que han sido todo un éxito, según recojo de todas las personas que se han puesto en contacto conmigo y con los miembros del comité organizador, los miembros de la red apega de profesionales creamos un documento con aportaciones de varios de sus integrantes, redactado por Cristina Herce e Iciar García Varona, y leído por esta y Jorge Barudy durante las V Conversaciones, justo antes de la entrega del II Premio Jorge Barudy a los Buenos Tratos. 

La motivación que nos movió a crear esta declaración es nuestra preocupación por la sistemática violación de los derechos de la infancia en el mundo. Un congreso organizado por un blog que se titula Buenos tratos no puede celebrarse y permanecer ajeno a la terrible realidad que sufren muchos niños y niñas en el mundo.

Por eso, os hago llegar este documento para que lo tengáis los que estuvisteis físicamente en las V Conversaciones, y para que los que no pudisteis participar, lo conozcáis y si tenéis a bien, lo deis a conocer.

Os pido la máxima difusión, para que podamos concienciar a la sociedad de esta situación. Y para que los que toman las decisiones sustantivas pongan los medios necesarios para proteger a la infancia y erradicar las situaciones que conducen a que se vulneren los derechos de los niños y de las niñas. Queremos que los niños/as sean protegidos y que se ponga fin al adultismo (Jorge Barudy) imperante en el mundo. 


SI TE SIENTES IDENTIFICADO/A, PROMUEVE SU DIFUSIÓN


DECLARACIÓN POR "EL DERECHO DE VIVIR EN PAZ"


Grabación y subtítulos por Lorenzo Pérez

 


DECLARACIÓN POR "EL DERECHO DE VIVIR EN PAZ"

Quienes asistimos a estas “V Conversaciones de Apego y Resiliencia Infantil” compartimos nuestra preocupación por el sufrimiento infantil, así como por el impacto de las graves consecuencias de la violencia, especialmente si esta se produce en los primeros años de vida. 

Sabemos que los efectos de los traumas son acumulativos, que afectan a la salud física y mental de quien los padece, que en muchos casos persisten durante toda la vida, e incluso que se transmiten a futuras generaciones. Como conocedores de ello, bien por nuestra faceta de profesionales, bien por haber integrado en nuestras familias a niños y niñas que han experimentado adversidad temprana, no podemos quedarnos impasibles ante el horror que se está viviendo en estos momentos en Ucrania, y de manera muy especial ante la violencia extrema a la que están siendo sometidos muchos de sus niños y niñas. 

Tampoco podemos ni queremos olvidarnos de todos las niñas y niños que llevan mucho tiempo padeciendo una situación similar como consecuencia de diferentes conflictos bélicos en distintas partes del mundo: Siria, Sáhara Occidental, Etiopía, Yemen, Myanmar, Malí, Níger, Burkina Faso, Somalia, Sudán, Uganda, Congo y Mozambique, Afganistán, Palestina, … Por desgracia, la lista es muy larga y variada, pero en todos esos lugares hay un denominador común: la violación grave y sistemática de los derechos de la infancia, a lo que con frecuencia se añade el agravante de la falta de apoyo y ayuda internacional. 

En situaciones de conflicto armado y entre los refugiados, las niñas son especialmente vulnerables a la violencia, explotación y abusos sexuales por parte de los combatientes, fuerzas de seguridad, miembros de su comunidad, trabajadores de la asistencia humanitaria y otros (OMS, 2021).

Muchos niños y niñas se ven forzadas a abandonar sus hogares dada la situación de inestabilidad y/o violencia que envuelve el ambiente que los rodea y que intoxica el entorno donde crecen y se desarrollan, entorpeciendo e impactando sobre este de forma negativa.

En el cénit migratorio de 2015 se registraron 95.205 peticiones de asilo de niños que viajaban solos en Europa, o que permanecían en asentamientos sin acompañamiento ni supervisión adulta (Eurostat, 2020). A este respecto es de especial preocupación el dato de la oficina europea de policía (Europol) que constató la desaparición de 10.000 menores no acompañados en suelo europeo a lo largo de 2016 (BBC, 2016). Esta misma fuente apunta a que cuando un niño proveniente de Siria, Afganistán o Eritrea se pierde en Grecia o Italia, rara vez pasa algo, dado que pocas agencias fronterizas denuncian sus desapariciones, lo que evidencia el riesgo de estos niños a la explotación sexual y al tráfico humano, tal como resalta Save the Children (2016), cuestión que parece estar relacionada con las propias redes contrabandistas con las que cruzan la frontera (BBC, 2016).


Una niña se muestra asustada dentro de un bote atestado de 
refugiados mientras cruza el mar Egeo desde Turquía a Lesbos. 
Uso exclusivo para NdP sobre “100 asociaciones denuncian…”
©️Javier Bauluz 2015. 

Pero el sufrimiento de la infancia mundial no termina aquí, según datos de UNICEF y Save The Children: 

Una quinta parte de las víctimas de homicidio en todo el mundo son niños, niñas y adolescentes menores de 20 años; cada 7 minutos, en algún lugar del mundo, un adolescente es asesinado en un acto violento.

La población infantil supone la mitad de la población en situación de pobreza extrema en el mundo.

La COVID-19 es la peor crisis para la infancia en los 75 años de historia de UNICEF. 

Se estima que 160 millones de niñas y niños están atrapados en el trabajo infantil. 

En la actualidad, más de 200 millones de niñas y mujeres han sufrido la mutilación genital femenina.

Cada año mueren más de 22.000 niñas a causa de los embarazos y los partos derivados del matrimonio infantil. 

El número de casos de desnutrición a nivel global podría llevar a 9,3 millones de niños y niñas más a sufrir emaciación como resultado de una desnutrición aguda que puede conducir a la muerte.

Estudios internacionales revelan que, una cuarta parte de todos los adultos del mundo manifiestan haber sufrido maltratos físicos de niños.

1 de cada 5 mujeres y 1 de cada 13 hombres declaran haber sufrido abusos sexuales en la infancia. 

Estas son solo algunas de las formas que adquiere la violencia hacia la infancia en todo el mundo. Por ello, y desde aquí, queremos reivindicar el derecho de los niños y de las niñas a crecer en entornos libres de violencia, así como, el derecho de ser partícipes de sociedades más justas y colaborativas. Es labor de los adultos generar sinergias que favorezcan el desarrollo saludable para todos los niños y las niñas en el mundo.

Reivindicamos el derecho de asistencia física y psicológica a toda infancia y adultos en tránsito, así como para aquellos y aquellas comunidades más desfavorecidas y desasistidas de protección. Es deber de los estados ejercer la labor de protección para todas las personas, sin condición ni discriminación alguna. 

No podemos permanecer impasibles ante la muerte y persecución de personas (adultos y niñas) desplazadas buscando lugares seguros. No podemos cegar la mirada a la desigualdad y la injusticia. No debemos tapar los oídos y la voz ante el creciente discurso del odio que nos aleja de la compasión y la humanidad.

“QUE SU VOZ SEA NUESTRO GRITO”. RECLAMEMOS, EL DERECHO DE LOS NIÑOS Y NIÑAS, DE LAS MUJERES…DE LAS PERSONAS, EXIJAMOS, COMO DICE EL CANTAUTOR VICTOR JARA “EL DERECHO DE VIVIR EN PAZ”.


El derecho de vivir en paz, de Víctor Jara

 

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