jueves, 25 de noviembre de 2010

Programa "Por los buenos tratos", del Gobierno de la Rioja, excelente material para trabajar con los/as niños/as

Yolanda Avila, colega bloguera, me ha enviado una buena picada en forma de materiales para trabajar con los niños/as. Ella es educadora, tiene un interesante, útil y atractivo blog titulado: Hablemos de la infancia, y me impresiona como una persona reflexiva, atraída por el tema de la infancia en general y de la protección a los niños en particular, inquieta y siempre motivada por encontrar y buscar nuevas propuestas (libros, materiales, películas, artículos, documentos…) que nos enriquezcan y nos mejoren como personas y profesionales que trabajan con los niños/as, nuestra razón de ser. Os recomiendo que visitéis su blog.

Me envía las direcciones en la web de unos materiales editados por el Gobierno de la Rioja, en base a un programa titulado: "Por los buenos tratos". Si este blog se titula Buenos tratos, ¡cómo no nos va a interesar todo lo que tenga que ver con este tema! Si además viene de La Rioja, aún más (tengo raíces en esta tierra) Bueno, esto ya a nivel de anécdota. :)

Los he revisado y se me antojan materiales muy bien diseñados y elaborados para trabajar con los niños y niñas desde el ámbito escolar. Bien construidos desde el punto de vista didáctico, el profesor/educador puede encontrar en ellos, en torno a cada temática, una presentación de la misma, objetivos a desarrollar y actividades (cómo trabajarlo con los niños/as) y técnicas que son idóneas para la consecución de los objetivos. No soy pedagogo, ni mucho menos especialista en didáctica, pero mi valoración desde mi saber, es positiva. Todos andamos necesitados de materiales, y en particular los profesores es algo que demandan mucho, sobre todo con diseños de calidad, y éstos lo tienen. Además, pienso que la promoción de los buenos tratos encuentra en la escuela el encuadre y ámbito de convivencia más apropiado para hacerlo. Es en estas edades donde se cuece todo, la etapa de la vida en la que hay que trabajar para que los niños y niñas, hombres y mujeres del mañana, interioricen el modelo del buen trato.

Son varias áreas de trabajo, como decimos, que forman parte de un programa titulado "Por los buenos tratos". Están diseñadas para que toda la Comunidad de la Rioja se implique y en particular los profesores y padres, pues está concebido, como hemos referido más arriba, para aplicar y trabajar con los menores en la escuela. Forma parte de una temática o área llamada transversales, esto es, no son asignaturas sino temáticas y aspectos fundamentales para la vida que atraviesan todo el currículo escolar del niño desde la Educación Infantil hasta la Secundaria.

En la presentación de los materiales, nos lo explica Sagrario Loza, Consejera de Juventud, Familia y Servicios Sociales, literalmente así:

El “Programa de Buenos Tratos” está financiado por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, a través del Instituto de la Mujer y por el Gobierno de La Rioja, a través de la Consejería de Juventud, Familia y Servicios Sociales, con la colaboración de la Subdirección General de Ordenación e Innovación Educativa, al estar enmarcado dentro de la línea de la transversalidad.

Es un programa de coeducación dirigido a los niños y las niñas de nuestra región, en el que se trabajarán aspectos tan importantes para el crecimiento personal como son la potenciación de la autoestima, la adquisición de estrategias de resolución de conflictos de forma no violenta y la de destrezas de comunicación interpersonal.

Educar en igualdad, respeto, tolerancia, solidaridad, aceptación y dignidad, son valores que debemos reforzar para conseguir una sociedad más justa. Prevenir, además, conductas con signos de violencia, permite alcanzar unas mayores cotas de bienestar en nuestra comunidad.

Nos encontramos ante un proyecto ambicioso, un reto que el Instituto de la Mujer pone en nuestras manos y cuyo éxito va a depender de todas las Instituciones que participamos en el mismo y, fundamentalmente, de los profesores y las profesoras de La Rioja, y las familias de los niños y las niñas, que con su labor diaria van a contribuir no sólo a la consecución del objetivo final sino también a que el proyecto sirva como punto de referencia para su implantación en otras Comunidades Autónomas.

En este proyecto todos y todas somos necesarios/as. Por ello, agradezco vuestro interés y participación.

Os dejo los enlaces donde podéis acceder a algunos de los materiales:









Agradecer a Yolanda Avila esta aportación, esta picada de calidad.



jueves, 18 de noviembre de 2010

Magníficas reflexiones de la Dra. Kotliarenco, experta en resiliencia

Ya os decía la pasada semana que se me acumulan las sugerencias que colegas y compañeros/as me hacen sobre libros, reflexiones, materiales o eventos. Hoy os presento una picada de las buenas, buenas.

Pilar Surjo, especialista en resiliencia, amable y generosa donde las haya, siempre me tiene al tanto de novedades varias en este apasionante terreno. Recientemente, me ha enviado unas reflexiones de la Dra. María Angélica Kotliarenco, que Pilar ya se ha encargado de difundir por facebook pero que me veo en la necesidad de publicar y expandir a través de este blog, pues considero que debemos tenerlas en cuenta. Pienso que es conveniente que las apliquemos todos/as los/as profesionales que trabajamos con personas que presenten un perfil en el que necesitan desarrollar la resiliencia. De todo lo que afirma, buenísimo, como Pilar Surjo refiere, yo subrayaría su propuesta de que el afecto esté presente en el trabajo con los niños y niñas en la red social, sobre todo cuando en su familia de origen ha habido fallos graves en la satisfacción de esta necesidad.

Los niños/as son de todos/as, pertenecen a todos/as, y un buen trabajo profesional requiere de amplias dosis de afecto. Con ello, conseguiremos que emerja la resiliencia. Pienso que cuando trabajamos con menores con trastornos de conducta, por ejemplo, los más molestos para el ambiente, nos obsesionamos con los límites -sí, son importantes- pero nos olvidamos de que las causas radican casi siempre en que ese niño/a no ha vivido nunca el afecto e implicación de ningún ser adulto de una manera auténtica. Si el niño/a siente que se le quiere y le importamos, comenzará a plantearse el cambio. De lo contrario, la tentación es volverse desde el dolor contra el sistema social y contra sus normas. Pero el cambio de chip está en pensar que los hijos/as de los demás también me competen, somos una manada, una comunidad y toda debe implicarse en el cuidado y buenos tratos a los niños/as.

Os dejo con las reflexiones. Gracias Pilar por dárnoslas a conocer:

La resiliencia concebida desde el punto de vista de vista psico-social dice relación con una concepción del mundo en general pero muy en especial del hombre y su naturaleza. Esta concepción esta íntimamente ligada a la posibilidad, al potencial, a la esperanza, a la creencia de que la persona, si el ambiente le ofrece oportunidades, puede desenvolver un potencial que esta presente desde la concepción. Sin embargo, este potencial, esta posibilidad solo se manifiesta o hace presente cuando es gatillado, despertada por los estímulos del ambiente a la vez que por el amor, el cariño, la contención y el apoyo.


Interesante resulta destacar que la posibilidad de despertar este potencial está ligada y asociada al amor, la atención, el cariño que los niños y niñas reciben o no reciben desde su ambiente externo, el que inicialmente esta constituido esencialmente por la madre biológica y quienes constituyan su red de apoyo. Este potencial se desarrolla desde la gestación en adelante y esta presente durante todo el ciclo vital como han señalado neurocientistas como Jensen, (2006). Llama la atención que el mecanismo protector básico o fundamental para que despierte la posibilidad del patrón de comportamiento resiliente, lo constituye el contar con un amor que algunos han denominado "incondicional", es decir de la aceptación de un otro tal cual éste es. Y será esta relación de amor la que despierte nuestra neurofisiología. Son estos los mecanismos que harán circular por nuestro organismo, el sistema endocrino y las hormonas respectivas, nos ofrecen la posibilidad real de sentir emociones como la alegría, la energía o bien la pena, el estrés y el dolor. En algunos casos -por ejemplo la oxitocina - permitirá, agilizará, preparará el cuerpo de la madre para que el nacimiento de su hijo o hija fluya preparándola además para cogerlo y brindarle un primer indispensable contacto, una primera interacción. Y desde allí, un amor incondicional. Es desde allí como Froma Walsh (2010) señala, que el "corazón y el alma de la resiliencia lo constituyen un sistema de creencias" a través de las cuales las crisis y los desafíos cobran sentido. La esperanza y la fe los acogen y transforman, sin rechazar, elaborándolos para luego dejarlos convertidos y ubicados en nuestro cerebro como una marca, una señal de que hubo dolor.


Las experiencias dolorosas que se van acumulando para constituir entonces lo que Cyrulnik (2007) describe/define como "la biología del dolor". Será sólo ese dolor el que nos permita -a través de mecanismos que crecen junto a la auto-confianza posibilitada por el amor - crecer en adversidad, creyendo a través de esta experiencia que la realización deseable/esperable es posible. Será la mirada positiva frente al dolor, motivada por la esperanza y la fe, la que hará posible avanzar, crecer y desarrollarse más plenamente de acuerdo a las metas que cada ser humano fija para sí mismo. Una de las características centrales de quienes muestran un patrón de comportamiento resiliente será la empatía, es decir la posibilidad que existe de que dos seres humanos puedan anticipar la emoción de otro que esta frente a sí. La posibilidad de tener empatía radica en la relación que tiene el niño o niña tempranamente con una figura que le resulta significativa; (Jensen, 2006) la que se ha llamado "capacidad de mentalización". Las relaciones o interacciones humanas radican en la capacidad de empatía. La capacidad de empatizar hace que el otro me importe, que lo sienta y pueda unirme a él en sus diferentes momentos frente a distintas circunstancias. Cada persona presenta patrones resilientes en diferentes momentos en la vida y reaccionara distinto enfrentado a los mismos estímulos sean estos positivos o negativos. Pasara la manifestación del patrón de comportamiento resiliente por un gran "cedazo" en el cual estarán representados los grupos sociales, culturales, rangos etáreos, los acontecimientos traumáticos de la naturaleza. Es así como a través de este cedazo quedaran los estímulos ambientales convertidos transformados, acorde a la realidad que cada una de éstas variables nos ofrezca. La resiliencia esta íntimamente ligada a una mejor calidad de vida, a aceptar la igualdad y la diferencia que las personas presentan entre sí, sin embargo al aceptar la posibilidad de un despertar acorde a las oportunidades que el proceso vital nos brinda, respetando las diferencias entre las personas, los grupos, las organizaciones y las comunidades acoge y acepta la igualdad. La resiliencia acepta que la realidad puede ser alterada a través del humor, de la creatividad; siendo el arte la mejor posibilidad para experimentar y crear de acuerdo a las posibilidades e intereses de cada uno. La resiliencia y el análisis del proceso resiliente permite visualizar sobre qué intervenir, cómo y cuando, creándose así la posibilidad de la prevención y la promoción de una mejor calidad de vida para todos los seres humanos. La prevención basada en indicadores de alerta temprana podría -contando con instrumentos adecuados, confiable y válidos- ahorrar, disminuir o inhibir el dolor emocional, el desgaste que éste significa para la familia y la persona en particular. Así como el gasto en eficacia y eficiencia para los gobiernos y las sociedades en su conjunto. La creación de la Convención de los Derechos de los Niños y Niñas responde a percibir y otorgar la suficiente importancia a las necesidades de que cada ser humano tenga las mismas garantías de contar con iguales oportunidades sin importar su raza, edad, procedencia o género (Ex presidenta Michel Bachelet, Consejo Asesor, 2006).Que a cada ser humano se le brinde igual trato, eliminando la discriminación y la postergación. Respetando por igual lo que ofrecen los ambientes y que éstos lo hagan en el momento oportuno en que el cerebro abre sus ventanas ampliamente para aceptarlo, hacerlo suyo, cerrándose luego nuevamente dificultándose entonces, alcanzar la equidad.



BIBLIOGRAFIA:


Consejo Asesor Presidencial para la Reforma de las Políticas de Infancia (2006).Propuestas del Consejo Asesor Presidencial para la Reforma de las Políticas de Infancia. El futuro de los niños es hoy -Gabriela Mistral-.


Santiago.Cyrulnik, Boris (2007). De cuerpo de alma. Neuronas y afectos: La conquista del bienestar. Barcelona, Gedisa.


Jensen, Eric (2006). Enriching the brain: how to maximice every learner’s potencial. Jossey-Bass Education.


Walsh, Froma (2010). Spiritual diversity: multifaith perspectives in family therapy. Family process, 49: 330-348

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Un libro sobre el desarrollo de la resiliencia a través del juego, de la autora Susana Gamboa, instrumento muy útil

Se me van acumulando las “picadas” (libros, vídeos, cuentos, técnicas…) que amablemente me envían lectores y seguidores de este blog. Me parecen tan buenas que me veo en la obligación y en la necesidad de compartirlas. Porque así nos beneficiamos todos.

En esta ocasión, Pilar Surjo, de Addima, amiga a quien tengo muchas ganas de conocer personalmente, colgó en facebook un libro que registré al instante porque su título me atrajo rápidamente: “Juego – resiliencia. Resiliencia – juego. Para trabajar con niños, adolescentes y futuros docentes” de la autora Susana Gamboa de Vitelleschi.

Lo tenía ahí, como muchos de vosotros/as tenéis vuestros libors, me imagino, aparcado, esperando su turno para ser leído y estudiado, y mi valoración personal es que merece mucho la pena.

Es un libro sencillo, pero de gran calado, que se lee fácilmente. Comienza la autora exponiendo las necesidades que los seres humanos tenemos: la necesidad de ser felices, la necesidad de tener éxito, la necesidad de aprender a pensar sobre lo que se piensa, la necesidad de acompañamiento en el crecimiento diario y la necesidad de ser humanos. Estas necesidades no se presentan desde sesudas y complicadas teorías que a veces se alejan de lo que el ser humano vive; al contrario, se enraízan en la vivencia, en los testimonios de autores, en las experiencias de personas que nos han cautivado por su clarividencia...

A continuación, Susana nos introduce en el concepto de la resiliencia desde la misma óptica: la resiliencia, dice, no tenía nombre pero siempre existió (acertado punto de vista: las cosas estaban ahí pero no las mirábamos, la psicología estaba más ocupada de lo patológico, de lo negativo) Prosigue con la conocida metáfora de la casita del autor Vanistendael, que ayuda a comprender este concepto de una manera sencilla. Continúa su recorrido por la resiliencia explicándonos (lo que más me ha gustado porque no lo conocía) los pilares fundamentales de la resiliencia: cuáles son los factores protectores internos y cuáles los ambientales. Termina esta parte mostrándonos perfiles personales: el de una persona que necesita mejorar la resiliencia; el de una persona con rasgos de resiliencia; y el de educadores e instituciones potenciadores de la resiliencia. Esto último me parece muy necesario sobre todo porque tengo la impresión de que, en el caso al menos de los niños, los educadores y las instituciones que fomentan la resiliencia son claves. Si no, tengo mis dudas de que pueda rescatarse a los menores. Debemos de concienciarnos de esto, pienso.

Tras unos testimonios tremendamente reveladores, Susana nos ofrece las herramientas que puedan contribuir a desarrollar la resiliencia: los juegos. En todas las formaciones a las que he acudido, hay unanimidad: la necesidad de técnicas (a veces no nos damos cuenta de que la persona del profesional y cómo se relaciona con el menor o el adulto son lo fundamental) Susana aporta numerosos juegos, muy creativos, muy alegres, dinámicos, reveladores, que ayudan a la reflexión… pero no se olvida de decirnos antes cómo debe ser la persona que gestiona estos juegos, por eso que os acabo de decir de la importancia de cómo somos y nos relacionamos con los demás.

Los juegos no los presenta como una lluvia al azar, sino que los clasifica según potencien las claves de la resiliencia desde el “yo tengo…”; “yo soy…”; “yo estoy…”; “yo puedo”, tan conocidas pero que yo no sabía y he aprendido gracias a las magníficas aportaciones que a este blog hace Yolanda Avila, otra persona, educadora, comprometida en su trabajo, que he conocido gracias al mundo de los blogs y las posibilidades de enriquecimiento que proporcionan. El suyo, interesantísimo, se titula: Hablemos de la infancia.

En definitiva, pienso que el libro puede ser un instrumento muy útil para trabajar en grupos, la resiliencia con los niños y adolescentes, desde distintos ámbitos: asociativo, escolar, psicoterapéutico… y para todo proceso vital en el que sea necesario trabajarla.
POST SCRIPTUM: Desde Addima me informan que en Zaragoza va a tener lugar la presentación, mañana, a las 12,00h, en el Salón de Actos del Espacio Baltasar Gracián del libro, prologado por Jorge Barudy, de José Angel Jiménez Alvira titulado: "Indómito y entrañable. El hijo que vino de fuera", de la editorial Gedisa.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Autoconcepto y problemas de conducta en los hijos/as adoptados/as

Uno de los problemas que suelen presentar los niños y niñas adoptados, sobre todo los que lo han sido en la segunda infancia soportando en su mochila, durante años, la dura carga del maltrato y/o el abandono, son las alteraciones del comportamiento, que desde nuestra óptica son siempre consecuencia de trastornos del apego.

Quiero ofreceros una reflexión creativa de mi amigo y colega Óscar Pérez-Muga: Los padres adoptivos, desde su referencial, tratan de aplicar las pautas educativas que ellos consideran adecuadas: si el hijo/a se comporta mal: le reprenden, le castigan (por ejemplo, sin la videoconsola) le explican, dialogan con ellos/as...

Pero en ocasiones, las conductas que los niños/as pueden presentar son altamente perturbadoras para el adulto. Pueden ser comportamientos oposicionistas (discutir, negarse, resistirse a cumplir una orden, faltar al respeto al adulto, mentir, hacer lo contrario…) que mantenidos en el tiempo, minan la paciencia de los padres y madres adoptivos/as. Otras veces, no saben qué hacer ante esas conductas, les desbordan y pierden la calma. “Nada parece funcionar “No sé qué hacer” “Reconozco que me altero, pero es que me saca de quicio” Existen muchos tipos de adultos: los hay más calmados, tranquilos y los hay que se crispan más fácilmente. La autotranquilización es un aspecto que debemos trabajarnos todos y todas los que convivimos con estos/as niños/as: padres, madres, maestros/as, educadores/as, psicólogos/as... Es un requisito indispensable.

De cualquier manera, con perfiles de niños/as con severos problemas de conducta, no es extraño que el padre o madre desbordados, respondan con frases como: “eres un desastre” “así no vas a ninguna parte” “eres malo” “eres un loco peligroso” e incluso peores. Muchas veces el castigo agrava las cosas porque gatilla la rabia del dolor asociado al maltrato. Además, no se benefician del mismo porque muchos niños/as no hilan causa-efecto. Otros/as no aprenden de las pautas tradicionales de modificación de conducta porque tienen una limitada capacidad de mentalización, para comprender que el otro tiene una mente diferente con pensamientos, ideas, sentimientos... De ahí las dificultades con la empatía y de ahí que se sientan más atacados y maximicen las estrategias negativas aprendidas para hacer frente a las amenazas reales o percibidas, pues en un entorno amenazador vivieron y trataron de sobrevivir
Se suele empezar a tratar de cambiar las conductas con los procedimientos o disciplina que cada uno utiliza según su referencial y su saber. Y, además, como comento, se tiende a descalificar al niño o niña con mensajes negativos (en la creencia de que estos mensajes, junto con la disciplina, harán que cambie) que van generando un autoconcepto de niño o niña malo o mala que se va gestando a lo largo del tiempo. Ese autoconcepto será fruto del espejo que el adulto le ha ido devolviendo a su hijo/a a lo largo del tiempo. Y progresivamente, gran parte de la identidad, de quién soy yo, se construirá desde la convicción de creerse esas etiquetas que ha ido interiorizando en la relación con los padres y madres. Y al llegar a la adolescencia, con la crisis y los cambios que esta etapa supone, estallará una auténtica bomba de rebeldía, enfrentamientos, desencuentros y en el peor de los casos, la persistencia en comportamientos destructivos o autodestructivos.

Al etiquetar a alguien, lo que hacemos es que se comporte de acuerdo con esas etiquetas. En un reciente post titulado Cómo podemos influir más positivamente en el desarrollo, mi amigo y blogero Alberto Barbero, que habita en Caminos de "formAcción" nos contaba que en una técnica que él suele utilizar en sus sesiones formativas en equipos de empresas, al colocar a una persona un casco con una etiqueta negativa (“vago”, “tonto”, “apagafuegos”, “mentiroso”, etc) la persona, en la dinámica grupal, tendía a comportarse de acuerdo con esa etiqueta. Algo así le ocurre al niño/a si nuestros mensajes hacia él cuando se comporte inadecuadamente, son etiquetadores y demoledores.

Pero si nuestra narrativa (desde el principio, esto es importante) hacia el niño/a es la de ser firmes con las conductas negativas (claro que sí, no vamos a consentir que nos dañe o se dañe) pero a la vez mantenemos unos mensajes que aporten una explicación de por qué le ocurre, por qué se comporta así, desculpabilizadora y poniendo en acento en que él es una víctima de una situación que él no eligió, que está luchando contra esas conductas producto de un sufrimiento y que puede cambiar y debe cambiar y nosotros le vamos a ayudar, le vamos a apoyar en ese cambio, entonces su autoconcepto se irá construyendo desde la resiliencia (brindarle apoyo y afecto y ponerle límites, los dos ingredientes necesarios) El niño o niña debe recibir esta narrativa que ponga de relieve que él como víctima primero y después como héroe luchador, va a poder afrontar esa tendencia a perder el control emocional, a sobrepasarse, a superar una racha depresiva, a poder regresar a clase, a controlar su agresividad…

Por lo tanto, debemos empezar por el autoconcepto, fortalecerlo, poner el énfasis en ello pues así estaremos contribuyendo a generar una identidad positiva llegada la adolescencia y sus conductas negativas irán desapareciendo o disminuyendo, al menos. Pero no hay que empezar por obsesionarse tanto con las normas y la disciplina. Estas deben existir adecuadas a la edad madurativa del niño, con firmeza y límites estructurantes, pero subrayando la necesidad imperiosa de transmitir narrativas que le permitan al niño/a explicarse que lo que le pasa, sus alteraciones, son producto de un sufrimiento. Explicar no es justificar, es proporcionar elementos de resiliencia. La aceptación, como dice Maryorie Dantagnan, debe ser fundamental: aceptar siempre a la persona, pero no tolerar las conductas que dañen.

jueves, 28 de octubre de 2010

Hiperactividad y trastorno del apego

Uno de los temas que salieron en las jornadas de Asturadop y sobre el que debatimos fue el diagnóstico de Trastorno por déficit de atención con hiperactividad-impulsividad (TDAH) que a menudo reciben muchos de los niños y niñas adoptados/as que acuden a los servicios, privados o públicos, de salud mental (consultas de psicología clínica y psiquiatría) Tanto si presenta déficit de atención con hiperactividad o sin hiperactividad como el subtipo combinado, la realidad es que, en efecto, en la práctica clínica se observa que un alto porcentaje de estos niños/as presentan este cuadro clínico o bastantes de los síntomas que lo definen.

Recientemente, hemos asistido a la noticia de la aparición de un estudio, riguroso, que afirma que el origen de este trastorno es genético. Tal y como puedo leer en un periódico se dice literalmente, así: El TDAH no tiene cura, pero los síntomas pueden ser tratados con fármacos y terapias para mejorar la conducta de los pequeños. Los científicos de la Universidad galesa efectuaron un análisis genético de 366 niños con el trastorno y 1.047 sin este trastorno. Y hallaron que los menores hiperactivos tenían duplicados segmentos de ADN frente a los que no tenían hiperactividad, subraya el estudio. «Esperamos que estas conclusiones ayuden a superar el estigma asociado al TDAH», afirmó Anita Thapar, principal investigadora de este estudio, quien agregó que «ahora podemos decir que el TDAH es una enfermedad genética y que el cerebro de los niños con este trastorno se desarrolla de manera distinta del de los otros pequeños». Otra investigadora, Kate Langley, señaló que el mencionado trastorno «no es provocado por un único cambio genético, sino por una serie de cambios genéticos, que interactúan con factores medioambientales no identificados».
Efectivamente, genes que interactúan con factores medioambientales no identificados. Uno de los factores ambientales que debería tenerse en cuenta e identificarse en las investigaciones es el apego.
Si, como ya hemos explicado muchas veces, el cuidador/a primario/a actúa de una manera negligente, abandónica o maltratante física y/o emocionalmente hacia el bebé en los primeros años de vida en los que la mente en desarrollo es vulnerable y el cerebro depende para desarrollarse sanamente, de un adulto sensible, empático y disponible coherentemente, el niño/a puede desarrollar un trastorno del apego. Uno de los síntomas que caracterizan al apego desorganizado es precisamente la hiperactividad y la impulsividad. Y uno de los cuadros clínicos más asociados con el apego desorganizado es el TDAH.

El origen genético es del 80% en el TDAH, nos dice el estudio. ¿Y en el caso de los niños y niñas con trastorno de apego? ¿Todos tendrían ese riesgo genético? ¿O pesarían más los factores ambientales? ¿O son ambos factores los necesarios para que el cuadro se dé? ¿Qué sería antes, la hiperactividad o el trastorno del apego? ¿Qué es causa y qué es consecuencia? ¿Coexisten ambos? Son preguntas que por ahora, no tienen respuesta. Lo que sí se observa si se revisa la literatura científica, es que ambas alteraciones comparten dificultades con la regulación y la inhibición de respuestas, pues el TDAH no se considera actualmente sólo como un trastorno en el que el niño/a es muy movido y no atiende, así, sin más, sino como un déficit en la autorregulación. Y es también llamativo que en ambos trastornos puedan existir, en algunos casos, alteraciones funcionales en los lóbulos frontales. Estos curiosamente, se programan adecuadamente en una relación de apego.

De todos modos, desde mi experiencia clínica -y esto es ya una opinión personal- observo que la hiperactividad en niños/as que han sufrido malos tratos y/o abandono, como pueden ser los niños/as adoptados/as, no es igual que la de los niños/as que han vivido una relación de apego segura con un cuidador temprano adecuado. Es una hiperactividad más asociada a los problemas de relación interpersonal, a no saber cómo, cuánto y de qué modo relacionarse. Y es una hiperactividad a la que le acompaña un sentimiento de dolor profundo cuando se entra en contacto con las personas o con situaciones en las que el niño/a no sabe manejarse, pues si éste/a ha sido dañado por malos tratos no se fiará de los demás, lógicamente, y uno de los modos de defenderse y demostrarlo es hiperactivándose. El trastorno del apego se definiría más por rasgos o formas de ser alteradas -que no son patología- sino que constituyen factores de vulnerabilidad. Por otro lado, la hiperactividad y los problemas de atención no son las únicas características que definen a un trastorno del apego. Este presenta otras manifestaciones diferenciales con respecto al TDAH -que podéis consultar en los post que he escrito sobre el apego-.


Quiero terminar presentándoos este estudio que he leído en psiquiatria.com en el que identifican, en ratones, una relación entre la ausencia materna y los síntomas de hiperactividad. Esta ausencia es tremendamente angustiante, y en este estudio se descubre que este factor es crucial. Es muy bueno que las investigaciones lo avalen porque -sin negar en ningún momento la importancia de los mecanismos genéticos, eso sería de necios- no todo tiene por qué ser siempre genético. En algunos casos tendrá más peso lo genético, en otros lo ambiental y en la mayoría, ambos en interacción. Os dejo con el estudio, tremendamente revelador y a tener muy en cuenta para comprender las hiperactividades de nuestros niños y niñas, como yo les llamo cariñosamente, y para actuar calmándoles y conteniéndoles adecuadamente.


Un estudio prueba que la ausencia de madres puede causar ansiedad e hiperactividad en los hijos.


La ausencia de las madres puede causar en los hijos hiperactividad y ansiedad, según un estudio realizado en ratones por investigadores de la Escuela de Medicina de Yale que se publica en la revista 'BioMed Central Neuroscience'. En ratones, el destete y la separación precoz de sus madres promueven la hiperactividad y la ansiedad a largo plazo. Los investigadores describen el desarrollo de este modelo de conducta, que esperan utilizar para investigar los efectos a largo plazo de la negligencia en la infancia de las personas.


Los científicos, dirigidos por Arthur Simen, evaluaron su modelo de 'separación materna con destete precoz' (MSEW, según sus siglas en inglés) en un grupo de 80 ratones macho. "La adversidad en la infancia, en la forma de abuso y negligencia, es prevalente en todo el mundo y supone un significativo problema de salud pública. Por desgracia, los mecanismos moleculares que subyacen a las consecuencias de la negligencia en los inicios de la vida siguen sin conocerse", explica Simen.


Los ratones sometidos a este modelo de experimentación pasaron por una separación materna de cuatro horas al día en los días 2 a 5 tras su nacimiento y ocho horas diarias en los días 6 a 16. Las crías fueron destetadas pronto, en el día 17. Así, se comprobó que los ratones expuestos a este tratamiento eran hiperactivos y ansiosos en comparación con los animales control en las pruebas de campo abierto, natación forzada y laberintos. Sin embargo, su peso corporal y los niveles de metabolitos no cambiaron, lo que revela que la deficiencia nutricional no era la causa de la conducta observada.

jueves, 21 de octubre de 2010

"Cartas a Pedro. Guía para un psicoterapeuta que empieza", un excelente libro de la psicóloga Loretta Cornejo

Os he comentado muchas veces, seguidores/as y aficionados/as a Buenos tratos, que lo mejor de Internet es la posibilidad de ponerse en contacto con personas que, más allá de tu círculo inmediato, existen en otras ciudades y pueblos. A veces, lejísimos. Gracias a esta red de redes, el contacto, la relación, el intercambio de ideas y de información, el apoyo… en suma el enriquecimiento personal es una realidad. Virtual, sí, pero de otro modo no sería viable y nos estaríamos perdiendo la posibilidad de conocer a gente interesantísima que tiene ideas y proyectos geniales y que los comparte. Este salir de tu círculo es vital y necesario para no terminar creyéndote que el mundo empieza y termina en la cocina de tu casa.

Aunque no podemos vernos, con algunas personas se siente una relación y un feeling especial. Porque a veces los sentimientos, el agradecimiento, la solidaridad… viajan inmaterialmente por esos caminos electrónicos de la informática, por esas autopistas, y uno los siente. No es la magia del contacto real, del estar físicamente, claro. Por ello, me falta culminar el proceso y conocer algún día a todas las personas con las que me relaciono a través del blog y de su expansión por facebook. Vernos corporalmente y que la magia del contacto real culmine el proceso del que hablo, hacernos presentes. Todo llegará.

Una de las muchas personas -ejemplo de lo anterior- que se ha puesto en contacto conmigo es la psicóloga y psicoterapeuta Loretta Cornejo, quien no creo necesita presentación, pues es una prestigiosa profesional, de origen peruano, que lleva muchos años trabajando, autora de numerosos libros (alguno de los cuales lleva varias ediciones vendidas) sobre psicoterapia, fundamentalmente de orientación gestáltica. Impulsora, y una de las principales referencias, de esta corriente psicoterapéutica en su aplicación para los niños/as y adultos. Cofundó junto con unas compañeras, el centro de psicoterapia Umayquipa (palabra que en la lengua quechua significa soplando el amor) en su Lima natal hace 25 años. Un día, hace ya 14 años, decidió expandir sus conocimientos y humanidad a Europa y se vino a Madrid donde abrió -también junto con sus compañeras de singladura-otro centro de psicoterapia con el mismo nombre. Realiza una importantísima labor de tratamiento psicológico a niños y adultos, individual y de grupo, así como de formación para profesionales.

Para mí ha sido un honor que Loretta Cornejo se haya fijado en el blog y le haya resultado interesante el mismo, alabando su contenido y expresión. Es como si un cocinero tres estrellas Michelín se fija en otro que despunta pero que aún le falta trayectoria para considerarse senior en la materia, y alaba su trabajo.

Pero lo que más me ha cautivado de Loretta Cornejo es su humanidad y su generosidad. He recibido gustoso un regalo que, emocionado, me ha hecho: dos de sus libros dedicados. Lo mejor de Loretta Cornejo es que no hay diferencia entre el profesional y la persona: Cualificada pero con cualidades humanas elevadas. Sin estas cualidades humanas, no puedes ser psicoterapeuta. Y Loretta las tiene porque sopla el amor allí donde va.

Voy a hablaros del primer libro que me ha regalado: Cartas a Pedro. Guía para un psicoterapeuta que empieza. Casualmente lo he terminado de leer hoy, día 14 de octubre, que es cuando escribo esta entrada. Hace 16 años que comencé como psicoterapeuta, por lo que he podido conectar con lo que sentía entonces. ¡Cómo me hubiera gustado tener este libro! Cuando lees Cartas a Pedro (Pedro existe, es sobrino de Loretta, y ésta le escribe pues va a empezar su formación, y cada capítulo está dedicado a una cuestión trascendente en la difícil tarea de convertirse en psicoterapeuta. Pedro actualmente ya es profesional en ejercicio) Loretta consigue la complicidad contigo: Sientes que Pedro eres tú, con tu inexperiencia, dudas, miedos, inseguridades pero a la par alegría por empezar tu carrera y sentir que puedes ser útil y ayudar a las personas que sufren por problemas psicológicos y de la vida de toda índole.

Sientes que Loretta te habla a ti, con ese estilo capaz de llegar al corazón de las personas pero enriquecido de sabiduría psicológica científica y profesional a la par. Y te va entregando ese saber capítulo a capítulo, para que tú puedas beneficiarte del mismo y comenzar tu carrera profesional –o revisar la que ya tienes empezada, sin duda- sintiéndote arropado y comprobando que a otros/as les ha pasado lo mismo que te pasa a ti.

Otro aspecto que yo destacaría de este libro es que aborda todas esas preguntas y dudas que un psicoterapeuta ha tenido y puede seguir teniendo sobre su desempeño profesional y que no se suelen abordar ni en la Universidad ni en los postgrados, y que, cuando vas a iniciarte, no sabes a quién preguntar o nadie te las quiere contestar porque las considera suyas o te hace pagar un fortunón por transmitírtelas: ¿De qué color pinto las paredes de la consulta? ¿Qué enfoque psicoterapéutico utilizo o es más conveniente? ¿Cómo manejo las resistencias del paciente? ¿Cuánto deben durar las sesiones? ¿Qué hago si el paciente no acude? ¿Cómo creo el clima emocional? ¿Puedo tocar al paciente? ¿Qué hago cuando el paciente no habla o no puede hablar? Sin olvidarnos del emotivo capítulo dedicado a cuando no desee ser psicoterapeuta y a las técnicas que la autora nos ofrece para explorar ciertos temas.

Me gusta el enfoque de Loretta Cornejo y lo comparto porque entra dentro del modelo del buen trato al que yo me adscribo y porque ante todo y sobre todo el psicoterapeuta que sólo es un técnico y se olvida de la persona que viene a su consulta a ser comprendida, escuchada, alentada, a sentirse sentida, a ser ratificada en sus puntos fuertes, a trabajar los débiles y las dificultades, dentro de un clima de confianza, aceptación y afecto, deshumaniza lo más humano y complejo que existe: la psicoterapia. Y sin humanidad no puede existir la psicoterapia. Si no soplamos el amor, la psicoterapia no es posible.

No os perdáis este libro, se lee muy a gusto, con placer: Aquí tenéis un enlace para poder adquirirlo. Está en la editorial Desclee de Brower.

domingo, 17 de octubre de 2010

Charla-coloquio con padres/madres de Asturadop, en las jornadas tituladas: "El buen trato a la infancia. Resiliencia educativa" celebradas en Gijón

El pasado viernes día 15 fui a Gijon invitado por Asturadop, Asociacion Asturiana de Adoptantes, para participar como ponente en las jornadas tituladas: "El buen trato a la infancia. Resiliencia Educativa" Cuando Joaquin García, su presidente, me lo propuso no me lo pensé ni un minuto. Estaba encantado de poder compartir con los padres y las madres adoptivos/as de esta bella región mis experiencias y conocimientos. Además, hacia muchos anos que no visitaba Gijon, ciudad que me trae muchos recuerdos de tiempos atrás, veranos de juventud, en los que disfrutamos de sus encantos. La he encontrado lógicamente, muy cambiada y mejorada.

Joaquin García fue quien personalmente, me recibió y acompañó durante todo el día. A mi y a Laura Heckel, Secretaria de la Asociacion La voz de los adoptados, quien también participó en las jornadas, impartiendo otra ponencia, a continuación de la mía. Una agradable joven que me ha impactado y sorprendido gratamente por su proceso personal de superación y porque es un vivo ejemplo de que la resiliencia es posible.

A las 17,00h estabamos citados para proseguir las jornadas, para celebrar su segundo y ultimo día, en el Salon del Acuario de Gijon, un magnifico lugar que cuenta con unas formidables instalaciones. Es realmente curioso y atractivo dar una charla teniendo a tu espalda y frente al público un acuario con una cristalera en la que los peces nadan a sus anchas. Lejos de distraer, como yo pensé, le da un efecto relajante.

Primero intervino Joaquin García para excusar a Enrique Vila abogado, cuya ponencia se titulaba: "Hijos bastardos", por su imposibilidad para acudir a las jornadas por motivos familiares. Tenía que haber intervenido entre servidor y Laura, pero desgraciadamente, motivos de fuerza mayor se lo impidieron. No obstante, Joaquin García, en su nombre, leyó la charla que Enrique envió por escrito.

A continuación, el presidente de Asturadop, Joaquín García, introdujo la participación de este servidor de ustedes y la de Laura Heckel. Presenté una comunicación titulada: "Niños con problemas de conducta derivados de un trastorno del apego: qué se puede hacer desde la escuela" En primer lugar, versé sobre la resiliencia primaria y el apego seguro, vinculando la primera con la segunda. Seguidamente, pasamos a describir el concepto de resiliencia secundaria, la cual se construye cuando se ha carecido -o no ha existido la primera- de manera suficiente. Los propios recursos naturales de los niños y niñas para resistir el impacto de las experiencias traumáticas, promovidos y potenciados por adultos significativos que en un momento dado aparecen en el camino del menor, o por experiencias o situaciones concretas que, como dice Boris Cyrulnik, provocan un renacer en las personas. Y los tutores de resiliencia serían las personas que hacen que eso sea posible para el niño/a. Si, utilizando la metáfora del edificio, la resiliencia primaria fuese los cimientos de la casa, la resiliencia secundaria sería como las casas antiguas que se sujetan entre sí. O como los arbotantes de las catedrales góticas, que con su sujeción y fuerza sostienen la estructura. Así debemos ser los adultos para estos niños/as: los que les sujeten todo el tiempo que necesiten en su proceso vital.

Una de las personas que precisamente, continué con la propuesta de la charla, puede ser tutor de resiliencia es el profesor/a del colegio. El profesor/a o maestro/a es una de las figuras con las que el niño/a pasa mas tiempo, siendo significativa en su vida. Todos/as recordamos a nuestros maestros y maestras, especialmente a los que más se volcaron con nosotros/as. Los profesores suelen manifestar y a veces con razón, que tienen muchos niños/as a su cargo y que les resulta muy difícil dar a cada uno/a todo lo que necesita. Además, precisan del respaldo de la institución para la cual trabajan, mas tiempo para la formación y el reciclaje profesional, mas recursos para poder ayudar a sus alumnos/as y sobre todo, la recuperación de su prestigio y autoridad social.

Hay algunos profesores/as que pese a todo lo anterior, a pesar de la dificultad, se entregan y se vuelcan con los ninos/as, especialmente con los/as que mas necesitan de ellos/as. Piensan que el cuidado y responsabilidad de los menores nos competen a todos/as. Sienten afecto por ellos/as y se comprometen personalmente. Dentro de lo que pueden, pero se implican. Si no se quiere a los niños/as -y esto es una opinión personal que expuse en la charla- no creo que una persona pueda dedicarse a ninguna profesión que tenga que ver con estar, relacionarse con ellos/as y ayudarles.

La charla concluyó explicando la tipología del apego y cómo el profesor/a puede relacionarse y pautar a los niños/as en función de ésta tal y como os he explicado en posts recientes lo hace la autora Heather Geddes en su libro El apego en el aula. Finalmente, puse un ejemplo de cómo un tutor/a y un equipo escolar pueden convertirse en tutor/a no sólo de curso sino de resiliencia mediante la exposición del caso de un niño. Trabajé con el tutor, el claustro de profesores, la orientadora escolar y las profesoras de pedagogía terapéutica de un colegio asesorándoles sobre cómo actuar con el menor. Un niño que presentaba severas alteraciones de conducta y emocionales como consecuencia de un apego desorganizado y cómo gracias a toda la implicación y trabajo de todos los agentes escolares se consiguió su adaptación a la escuela: sentirse aceptado, reducir su alto malestar emocional a través de un trabajo vincular con su tutor y sus profesoras de pedagogía terapéutica y, como consecuencia, un descenso de las conductas problemáticas como las agresiones a compañeros/as, las interrupciones del ritmo de la clase y los comportamientos desafiantes. La solución no fue -ni es ni será nunca- expulsar a los menores a casa unos días o retirarles de las actividades, sino relacionarse con ellos/as desde la aceptación fundamental: el niño/a es siempre aceptado y querido, pero sus conductas negativas no son toleradas. Este principio lo aprendí (entre otras muchísimas cosas) con la psicologa y psicoterapeuta Maryorie Dantagnan con quien me formé en el Instituto de Investigación Acción sobre la Violencia y sus Consecuencias (IFIV, de Barcelona), quien dirigió y supervisó mi practica profesional durante unos cuantos años: Maryorie: siempre te estaré agradecido porque el aprendizaje de los fundamentos de la psicoterapia infantil con los/as niños/as víctimas de los traumas provocados por los malos tratos te los debo a ti, pues tuve la suerte de econtrarte en un momento de mi vida profesional en el que no sabia cómo trabajar con estos menores. Maryorie Dantagnan me enseñó la metodologia, las técnicas, cómo relacionarse con el niño/a y muchas cosas más -que me darían para cientos y cientos de líneas- a la par que me dio confianza, ratificó mis puntos fuertes, me hizo ver con delicadeza los débiles y cómo modificarlos, siempre dentro de un clima de apoyo y fomento del crecimiento personal y profesional. Una parte de lo que transmito hoy en día en el blog y en otros foros es de Maryorie Dantagnan y creo que es de justicia decirlo así, públicamente, al mismo tiempo que le (te) dedico este pequeño pero sentido homenaje desde el blog.

Bueno, decía y dije en la charla de las jornadas de Asturadop -después de este necesario excursus-, que la aceptación fundamental debe de regir la relación con el niño/a al que queremos y deseamos fomentar su resiliencia. Los limites y las normas los irá interiorizando si siente, aunque nos ponga a prueba una y mil veces, que verdaderamente le importamos. Y para conseguir que un niño/a con trastorno del apego respete a los demás, es necesario seguir unas líneas de actuación que siempre serán propias para cada caso pero que en líneas generales he expuesto en muchas otras entradas de este blog o las podéis encontrar en la guía que publiqué -Guía para el apoyo educativo de niños con trastorno del apego- o en el ya mencionado libro de Geddes. En la charla de Asturadop las expliqué junto con, como he dicho, el ejemplo de un caso real.

Laura Heckel, Secretaria de la Asociación La voz de los adoptados, intervino seguidamente. Esta Asociación se está convirtiendo por su gran labor, en un referente para todo/a adoptado/a porque la forman jóvenes, que han vivido la experiencia de la adopción. Pueden comprender y empatizar con una persona adoptada y esto es muy importante. Además, por lo que pude escuchar el tiempo que compartimos en las jornadas, realizan una labor de apoyo integral a la persona adoptada. Especialmente, a aquellos que se plantean la búsqueda de sus orígenes, un delicado asunto que está siempre presente en la vida de estas personas. Ellos ayudan, orientan y recomiendan cómo hacerlo -cuentan además con profesionales que colaboran con la Asociación-, así que es importante seguir sus orientaciones y ponerse en contacto con ellos. Esta es su web: http://www.lavozdelosadoptados.es/

Laura participó con la ponencia titulada: "Una experiencia real. Resiliencia en adopción" Es una joven que me impresionó positivamente por su valentía y por el trabajo personal que ha hecho para desarrollar la resiliencia elaborando su propia historia de vida y su dolor emocional. Me pareció una persona que sabe conectar con los demás, con habilidades sociales y emocionales, y que fue capaz de crear un clima afectivo con los participantes, padres y madres, de una manera natural. Su charla tuvo ingredientes de su vida personal que puso como modelo de cómo es posible la resiliencia, pero también ofreció recomendaciones y pautas que ella, desde su saber y práctica en la Asociación, propone a los padres y madres para sus hijos/as. Fue una delicia de charla. Yo terminé pensando que las comunicaciones vivenciales de personas como Laura, admirables, tienen una utilidad a veces mayor que las de los profesionales, pues nos solemos perder en el tecnicismo o en realidades que no entran dentro de los centros de interés de los padres y madres. Pero no vale cualquiera: hay que saber comunicar y conectar, y en este sentido, Laura Heckel lo hizo fenomenalmente bien.

Las jornadas terminaron con un excelente lunch servido por la Asociación Asturadop como cierre festivo de las mismas. En ese ambiente más distendido tuve la oportunidad de charlar con algunos padres y madres y escuchar sus opiniones y vivencias. Fue una prolongación informal de las jornadas pero tan importante o más que el formal de la charla en la sala. Tuve la ocasión de conocer personalmente a José Luis Pedreira, psiquiatra del Hospital Niño Jesús de Madrid, un prestigioso psiquiatra con quien realicé una formación hace ya unos años. Fue un placer verle y conocerle personalmente porque la formación fue... ¡virtual!
Termino dándole las gracias a Joaquin García por el excelente trato y acogida dispensada y a toda la familia que forma Asturadop.


Pronto dispondréis de las presentaciones de los ponentes que han participado en las jornadas colgadas en la web de Asturadop.

Blog de Laura Heckel

En este enlace de Asturadop tenéis la presentación que utilicé en la charla con los padres y madres en las jornadas.

PD.: Esta semana tiene lugar El I Congreso Europeo sobre Resiliencia. Lo voy a seguir a través de internet pero van a acudir muchos/as amigos y amigas que me darán cumplida información.