jueves, 11 de febrero de 2010

Deseo de autonomía en el niño abandonado y dificultades con la permanencia interna

Me encuentro con muchos padres adoptivos o cuidadores que se encuentran con niños y adolescentes cuya edad cronológica no se corresponde con la madurativa. Ello tiene como corolario que estos niños, cuando están solos, no se saben relacionar, se meten en actividades o conductas de riesgo o no se conducen con responsabilidad. Los padres o cuidadores quedan muy sorprendidos, alterados y enfadados porque no llegan a entender que su hijo de 14 años se haya metido en problemas cuando a su edad ya debería de saber comportarse adecuadamente en cosas básicas. O quedan cansados de tener que repetir ciertas rutinas que dejan de hacer en cuanto el cuidador o padre/madre se van o desaparecen.

Esto suele atribuirse a indolencia, pereza, intención negativa o provocación en el niño. Y se hace una lectura negativa de este menor cuando en realidad la base del problema radica en que los niños que han vivido situaciones de abandono o malos tratos de manera severa o continuada tienen comprometida la capacidad de permanecer solos. Este es un concepto de Peter Niels Rygaard, autor danés cuyas teorías y aplicaciones prácticas para ayudar y comprender a estos niños ha hecho que cambiemos radicalmente nuestra manera de enfocar el trabajo, la terapia y la educación con ellos. Es muy importante leer este libro. Sobre todo para todos los que sean padres o tengan a su cargo menores con infancias muy traumáticas e historias de vida duras. Les ayudará a sintonizarse y adecuarse mejor a los niños.

Rygaard dice en su excelente libro El niño abandonado que
“para desarrollar la noción de sí, ha sido necesario que el niño haya experimentado un ambiente externo (padres) organizado, ritualizado, previsible, repitiendo un mismo tipo de estimulación con pequeñas variaciones y diferencias leves y modificaciones moderadas en el contexto.

Cuando el ambiente externo no es lo suficientemente constante o sólido, o bien debido a anomalías internas, el niño no está capacitado para percibir los modelos externos que la madre intenta comunicarle (la comunicación esta crónicamente perturbada o es imprecisa por ambas partes), entonces se produce la ruptura de contacto

El contacto continuado con la madre o un cuidador es fundamental para desarrollar una noción estable del sí mismo.

Porque ello va a traer como corolario que:

Las emociones permanecen durante un tiempo más dilatado.
Permiten al bebé desarrollar intenciones estables e ideas sobre lo que es importante
Y las ideas e intenciones estables producirán un comportamiento estable, intencional.
Gracias a este desarrollo, el niño pequeño puede soslayar los acontecimientos que surgen en su entorno actual y mantener su atención en lo que interesa.
La permanencia se desarrolla durante los 3 primeros años de vida”

¿Qué supone esto en el día a día con el niño?

Los niños con este déficit tienen dificultades para comprender por qué se les limita su autonomía. Ellos –porque suelen ser inteligentes- comparan su situación con la de los demás compañeros, sobre todo cuando se acercan a la preadolescencia, y sienten que no pueden hacer lo mismo que los demás compañeros. Por ejemplo, coger la bicicleta y recorrer la ciudad, tener llaves de casa, desplazarse a cualquier actividad solo… Ellos dicen que pueden hacer estas cosas sin problema. Y es cierto que su intención es hacerlo bien y comportarse adecuadamente. Pero la cuestión radica, como hemos visto de acuerdo al planteamiento de Rygaard, en que no pueden estabilizar esas intenciones y deseos positivos.

Por ello, cuando el cuidador o los padres desaparecen, desaparece la noción de sí mismos o esta se vuelve más difusa; pierden la referencia externa (la permanencia externa del adulto que regula desde fuera y que suple a la interna de la que carecen) y es como si un barco fuera al pairo. La mayoría son inteligentes y no es una cuestión, por los casos que yo voy estudiando, de falta de capacidad sino de conducción responsable, de autorregulación, de inhibir los estímulos que son irrelevantes y centrarse en los relevantes, de uso de la capacidad de reflexión para resolver problemas o dificultades de adaptación que surjan y dar una respuesta acorde con lo que el ambiente demanda. Es como si faltara el director de orquesta. Es por ello por lo que al déficit en la permanencia se le asocie un déficit en las funciones ejecutivas que radican en el lóbulo frontal. Es como si este lóbulo no se hubiera desarrollado al nivel evolutivo esperado porque el trastorno de vínculo y el retraso en el desarrollo que suele generar provocan inmadurez en esta área cerebral. De hecho, se sabe por algunas investigaciones que las relaciones de apego seguro inciden positivamente en la maduración de este lóbulo.

Es, por lo tanto, importante cuando la seguridad requiere que el niño sea regulado externamente por los adulos cuidadores (padres adoptivos, educadores…), darles una explicación a los menores que les permita entender por qué se actúa de este modo. Sobre todo cuando son adolescentes y funcionan como niños más pequeños. Es necesario recoger su rabia y tristeza por no poder hacer ciertas cosas y transmitirles que poco a poco las irán consiguiendo con un plan de transición de la permanencia externa a la interna. Estos cuidadores deben ir proporcionándoles experiencias de autonomía graduadas. Lo que se quiere conseguir (por ejemplo, lavarse los dientes solo sin convertir el baño en un caos) ha de hacerse primero con el cuidador delante regulando y modelando todos los pasos; después el niño solo retirándose progresivamente el cuidador. Cada paso hay que repetirlo muchas veces. De este modo, se irá consiguiendo una autonomía cada vez mayor en muchas conductas. Finalmente, y antes de que se retire el cuidador, se hace una fase en la que el niño hace toda la secuencia de conductas con la foto del cuidador (esto son ideas y pautas del genial Rygaard y que se explican con mucho detalle en su libro)
Muchos de estos niños he observado que maduran más bien entrada la veintena, pero sobre todo cuando se ha trabajado adecuadamente con ellos. Siegel dice que el cerebro muestra su plasticidad a lo largo de toda la vida, así que con ello sabemos que hemos de trabajar y esforzarnos con persistencia por estos niños y no pedirles imposibles que no puedan conseguir alcanzar porque no están, muchos de ellos, en la edad cronológica. Cualquier comparación con el criterio normativo es una injusticia para ellos porque no tuvieron la seguridad de base en edades cruciales.

6 comentarios:

LUISA dijo...

Hola José Luis,

Me parece muy interesante este tema que has abordado. Además, acabo de salir de un curso de formación para padres que están en proceso de adopción de un niño y se habló de los niños con problemas de apego por x motivos, por un pasado que traen consigo de malos tratos, abusos, falta de atención...

Nuevamente quisiera pedirte permiso para publicar tu artículo en mi blog porque creo que puede ser de mucha utilidad el libro que mencionas para todos los padres adoptivos y todos los que están en proceso.

Creo que puede ser una buena herramienta que nos puede ayudar a muchos a ver las cosas desde otra perspectiva y seguro que nos ayudará si el caso se presenta.

Nuevamente darte las gracias porque todos los artículos que publicas son de máximo interés y se que por lo menos a mi me ayuda mucho.
Un abrazo.
http://adoptaextremadura.blogspot.com/

José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo dijo...

Hola Alexia: Encantado de que pases por aquí. Valoro mucho tus aportaciones y por supuesto y desde ya tienes permiso para coger de este blog todo lo que quieras. Si lo que yo pretendo es que llegue al mayor número posible de personas. Y tu blog es un lugar de encuentro para muchos padres adoptivos o en proceso de adopción. Me alegrará mucho -y me honra que valores mi trabajo y aportaciones- que lo publiques en tu página. Esto o lo que quieras de mi blog.

Un afectuoso saludo,

José Luis

Anónimo dijo...

Hola Jose Luis,

no sé si tiene mucho que ver, pero en estos momentos estoy intentando superar una ruptura con un chico que en su día fue niño abandonado y posteriormente maltratado psicológicamente. Nunca ha sido una relación propiamente dicha, ya sea por su comportamiento o la reaccion que tomé ante el suyo. En estos momentos no paro de castigarme por lo que ha ocurrido. Mi reaccion ante todo momento fue frialdad, como espejo de la suya, cuando me abría me lo recriminaba, ya que no me consideraba su pareja, y cuando le recriminaba algo, me castigaba, porque según él, nadie le tiene que decir lo que tiene que hacer. Esto se ha mantenido durante un año y medio. Es una persona que no conoce autoridad ninguna, de una sensibilidad extrema antes ciertos asuntos, a lo que se le suma que es superdotado..Buscando un poco en internet sobre el libro que citas, he llegado a tu blog. Quizá me desvie un poco del tema, pero es lo que te comento, tengo constantemente un sentimiento de culpa de lo que podía haber hecho y no he hecho y de lo que he llegado a decir y le ha podido afectar.

Le agradecería cualquier tipo de sugerencia. No trato de pedir ayuda sentimental, si no más bien intento entender las cosas. Él se ha cerrado en banda.

Muchas gracias,

Isabel Mayorca.

José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo dijo...

Estimada Isabel: Este blog no está pensado como un lugar para exponer casos personales. Para eso se necesita un conocimiento y una evaluación directa de las personas en un contexto profesional y presencial.

Sólo te puedo decir que las personas como las que tú describes, con antecedentes de maltrato y abandono, probablemente presentan problemas severos en las relaciones como consecuencia de alteraciones en los vínculos de apego. Por ello, necesitan ayuda profesional para mejorar, pues una pareja puede apoyar pero no actuar como transformadora de esas alteraciones.

Un cordial saludo,

José Luis

Arrurrú dijo...

Hola José Luis, agradezco haber encontrado tu blog, soy psicóloga especializándome en salud mental infantil e intervenciones tempranas, en este momento focalizándome en el trabajo preventivo con mujeres gestantes, me gustaría mucho contar con tu contacto y lectura de tu blog.

Saludos atentos y te invito a mi blog también.

Mariell Olavarria B.
www.arrurru.org

José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo dijo...

Hola Mariell: Encantado de que te guste mi blog. Puedes suscribirte y recibir por mail las nuevas entradas que se publicarán a partir de septiembre. Por mi parte, tomo nota del tuyo el cual visitaré gustosamente. Saludos cordiales, José Luis