lunes, 28 de febrero de 2011

Pin y Pon, un cuento resiliente

Una paciente, joven de 12 años, que acude a mi consulta desde hace año y medio, nos sorprendió enseñándonos este cuento que ella había escrito. Le propuse publicarlo en el blog porque me gustó mucho (su trabajo y esfuerzo merece la pena darlo a conocer, es un premio que quisimos ofrecerle, y aceptó) Es una historia de superación con un mensaje claro de que en la vida, hay que luchar. Ana (su seudónimo con el fin de preservar su intimidad) es la autora de este relato llamado Pin y Pon. Con la literatura, Ana está descubriendo una actividad que puede ayudar a transformar el dolor en una obra creativa. Y, en concreto, con esta historia nos dice -y se dice a sí misma- que la lucha forma parte del proceso resiliente, para poder vencer y crecer desde la adversidad. ¡¡Enhorabuena, Ana!! ¡Por cierto!, dejadle -si tenéis a bien- comentarios sobre vuestras opiniones, porque creo que le van a servir de motivación y ánimo para seguir adelante en su proceso personal.

Pin y Pon

El 23 de julio de 1998, en el famoso circo de El Sol, en Paris (Francia), había dos payasos llamados Pin y Pon. Eran dos hermanos muy distintos y además no se llevaban nada bien. Tenían grandes diferencias. Por ejemplo: Pin era rubio, alto, delgado, forzudo… En cambio, Pon era moreno, bajo, gordo, inofensivo… Pero tenían algo en común: los dos querían hacerse populares en todo el mundo. Un día se levantaron con el pie izquierdo y tuvieron una discusión muy fuerte, entonces el director del circo los expulsó del circo definitivamente. Se quedaron en paro, sin casa… viviendo en la calle. Un día decidieron ir a la montaña a dar una vuelta por ahí y vieron que había gente esquiando, entonces ellos se fabricaron sus propios esquís con maderas, hierros… que se encontraban por ahí. Desde entonces empezaron a esquiar todos los días con sus nuevos “esquís”, hasta que un día aparecieron unos ojeadores de la famosa y querida marca Rossignol. Entonces fue cuando les dijeron de entrar en su club, que les buscarían alojamiento y lo que les hiciese falta. Como estaban en paro, sin casa… aceptaron la oferta. Les buscaron un alojamiento por esa zona, como el que Rossignol les había dicho antes. Pin y Pon estaban contentísimos porque después de tanto tiempo ya tenían hogar y “trabajo” Les pagaban bien y encima se harían populares por todo el mundo como ellos querían.

Al cabo de unos días les llamaron para ir a una competición de España en Astún (Huesca), era una pista bastante difícil porque la nieve estaba muy dura, resbalaba mucho pero aún así Pin consiguió ganar, dejando en 2ª posición a su hermano Pon, le ganó por unas centésimas de segundo. Los dos, orgullosos de haber subido al pódium lo celebraron a lo grande con su club, se fueron por ahí de cena con sus compañeros de club y tomaron unas copas en un bar cercano de sus casas, era bastante caro pero lo pagó el club porque sus dos recientes fichajes ya habían logrado su primera victoria en su 1ª carrera. Todos estaban muy satisfechos excepto July, un compañero suyo del club, que se había puesto celoso porque hasta entonces había ganado todas las competiciones a las que había asistido. Había sido campeón del mundo 3 veces consecutivas, 8 veces campeón de España y 7 veces campeón de Europa, era un esquiador buenísimo y famosísimo en todo el mundo, le patrocinaban muchas marcas conocidas como por ejemplo, Roxy. Le querían y le conocían en todos los lugares del mundo, le conocían hasta en algunas partes del famoso desierto del Sahara.


Al cabo de dos semanas los llamaron para competir por el famoso título Europeo. Era en los famosos y peligrosos Alpes Franceses, esas pistas son muy difíciles porque son muy empinadas y hay muchas rocas, por eso hubo algún herido pero no se paró la competición y siguieron compitiendo con normalidad. Ese título era bastante difícil, Pin y Pon y July iban muy igualados hasta la recta final que Pon los adelantó y se colocó líder en la competición Europea, y así fue como Pon ganó su primer título en el club. Al día siguiente les llamaron los de Roxy a Pin y a Pon para decirles a ver si querían pertenecer a su club y competir en el campeonato mundial que era dentro de un mes en Canadá, ellos aceptaron la oferta y se alegraron muchísimo porque les pagarían bastante más y porque se harían populares por todo el mundo como ellos querían. Los dos satisfechos de haber aceptado la oferta se fueron a tomar unas copas a una discoteca cercana que era conocida por sus peleas, líos…

Pin y Pon iban a salir de la discoteca cuando de repente Pin se tropezó con un hombre y le tiró la copa al suelo; entonces fue cuando el hombre le dio una paliza y lo dejó paralítico, le inmovilizó dos piernas y sólo podía moverse en silla de ruedas.

Su hermano Pon se quedó muy dolido por dentro porque no pudo hacer nada y había visto a su hermano sufriendo…

Quedaba tan sólo tres semanas para el campeonato y Pon no sabía si competir o no porque decía que le daba pena que su hermano no estuviera compitiendo y él sí.

Su hermano Pin le decía a Pon que compitiera y que intentase ganar la competición porque era su sueño y no tenía que desaprovechar esa oportunidad. Los de Roxy como habían visto que los dos eran muy buenos y que los dos querían competir por el título mundial, pues le dijeron a Pin para competir en la modalidad de minusválidos. Pin muy satisfecho, aceptó la oferta y se puso muy alegre porque se cumpliría su deseo de hacerse popular por todo el mundo. Empezó a entrenarse duro aunque fuese distinta modalidad para el gran día igual que su hermano Pon.

Aunque fuese otra modalidad y le fuese todo muy bien tuvo algunos problemas físicos porque acababa de salir del hospital y se le hacía todo muy raro, pero gracias a la ayuda de su hermano y su ilusión por competir en ese campeonato le dieron la vuelta a todos sus problemas y decidieron que lo mejor para todos era que compitiesen para conseguir la victoria.

Más tarde se enteraron de que July también iba a pelear por el título.


Llegó el gran día, era el momento, les tocaba luchar por el título y darlo todo. Primero, competían los minusválidos y luego los no-minusválidos. Era la hora de que Pin lo diese todo, había llegado la hora. Tras el disparo de salida, Pin salió como un rayo a por el oro, no fue tan fácil como él pensaba. A pesar de todo lo consiguió, el oro era suyo, había cumplido su sueño, se haría popular por todo el universo.

A continuación, salió Pon, iba de los últimos pero cuando por megafonía anunciaron que su querido hermano había conseguido el oro, esto le dio fuerzas para adelantar a todos y colocarse líder como su hermano. Los dos se subieron al pódium y lo celebraron a lo grande, se había cumplido su sueño y ya eran populares. July se alegró y les dio la enhorabuena a pesar de ponerse celoso, sabía que eran compañeros de club y sobre todo amigos, que era lo que más importaba.

Con todo esto, Pin y Pon aprendieron que aunque la vida sea dura puedes conseguir lo que más desees, casi todos tus sueños se harán realidad con el esfuerzo necesario.

Y July aprendió que lo importante no es ganar, sino luchar

21 comentarios:

Anónimo dijo...

Impresionante cuento, Ana. A pesar de la distancia los corazones no estan lejos.
Un saludo desde Madrid

Anónimo dijo...

Muy bonito, Ana.
La verdad es que la vida tiene momentos muy duros y difíciles que nos hacen ver todo cuesta arriba y gris. Pero luego tiene otros maravillosos, increíbles, que nos recuerdan que merece la pena vivir.
A ver si sigues escribiendo historias como éstas que nos ayuden a todos.
Idoia (desde Donosti)

Anónimo dijo...

Ana, quiero animarte para que sigas escribiendo porque me ha parecido un cuento precioso; al igual que la vida, con dificultades y alegrías, pero nos enseña a que con esfuerzo podemos conseguir muchas cosas.
Nos has hecho un regalo maravilloso con tu relato.
Un beso muy grande desde Guipúzcoa

Anónimo dijo...

Ana, zorionak por este cuento tan cercano a nuestras vidas. Sólo aquello que supone esfuezo personal tiene al final una enorme recompensa, sólo entonces puede ser valorado en su justa medida: gracias al "camino que ha sido necesario recorrer". Sigue tu camino y llénalo de cuentos y de historias como éstas. Un abrazo, Maria

Anónimo dijo...

Ana,
Un cuento que me ha llegado muy hondo por su mensaje en pro del esfuerzo y la superación a pesar de los momentos malos, o, precisamente, para superarlos. El compañerismo, otro valor también presente, complementa el mensaje de manera muy positiva (y es que seguro que July tuvo su propia lucha consigo mismo para superarse).

Hace un par de días me mandaron un cuento audiovisual de José Saramago (¿has oído hablar de este magnífico escritor?). Te pego el enlace. Estoy segura que eres una de las personas adecuadas para superarte, y quien sabe si ayudar a los demás, siguiendo sus pasos.
http://www.youtube.com/watch?v=HcDaT03y2no

Un besazo y mucha fuerza para continuar el camino,
Lourdes

Anónimo dijo...

Hola Ana. He leido tu cuento de un tirón. Me ha encantado la historia y me parece que está muy bien escrito y estructurado. Sin duda has hecho un gran trabajo. No dejes de escribir se te da muy bien.
Voy a contarle tu cuento a mi hija. Seguro que le encanta. Y como madre, te diré, que espero saber trasmitir a mipeque tu mensaje: los sueños se pueden conseguir.
José Luis tiene que ser un placer trabajar con niños y obtener estos resultados. Es una esperanza para todos.
Un abrazo

Concha dijo...

Gracias Ana.
Verás hoy no me sentía yo con fuerzas como para descender la montaña. Ya sabes hay días que...,
pero llegué a este rinconcito y te leí, y tu relato me ha insuflado el ánimo que me faltaba.
Un besito

Unknown dijo...

kaixo Ana!!

zorionak!!! El relato me ha encantado y me ha llegado al fondo de mi corazon, pero sobretodo da fuerzas a quien a veces pueda flaquear, gracias por tu ejemplo. Yo, con tu permiso, tambien se lo voy a enseñar a mi niña, por que todos necesitamos fuerza.
animo y sigue escribiendo que te seguiremos.
un muxu desde Donosti
olatz

laura dijo...

Gracias Ana, en esos dias en que nos cuesta subir una montaña, nos acordaremos de los hermanos Pin y Pon. Sigue escribiendo es un balsamo para el alma. A tu edad yo tambien lo hacia y guardo aun relatos. Este se lo copio y guardo a mi hija de tu parte.
un beso
laura

Anónimo dijo...

Hola Ana! Te felicito y agradezco que hayas escrito esta preciosa historia, y sobre todo, hay que quedarse con lo que aprendieron Pin y Pon, que es,"que aunque la vida sea dura,puedes conseguir lo que más desees y casi todos tus sueños se harán realidad con el esfuerzo necesario"
Sigue así!
Un saludo!
Tu "tocalla"

Unknown dijo...

Leer un buen cuento es una buena terapia pero todavía lo es más escribirlo. No dejes nunca de escribir!!!

Elena dijo...

Ana, yo también tenía un cuaderno de pequeña, donde escribía poesias y un montón de pensamientos que se me pasaban por la cabeza. En una mudanza se perdió. Este cuento seguro que es el primero de muchos, siguelo haciendo, es importante seguramente para tí pero también para los que lo leemos, seguro que en un futuro será importante para muchos niños que puedan leerlo. Felicidades.

Unknown dijo...

José Luis, Ana, gracias por compartir este cuento tan amoroso y con tanta energía positiva. Ana, desde hoy, Pin, Pon y July formarán parte de mi vida y en los momentos difíciles me acordaré de su comportamiento y valentía.
Espero más cuentos, eres una gran escritora. Con cariño, Nuria.

José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo dijo...

A Idoia, María, Lourdes, cuaderno de retazos, Concha, Olatz, Laura, Ana, Inés y Nuria y a los/as que han firmado como anónimos/as, a todos/as, ¡¡muchísimas gracias en nombre de Ana!! Ella ha leído todos los comentarios, se los ha llevado con enorme ilusión impresos a su casa y ha podido contar a sus amigos y compañeros que su cuento se ha publicado. Se ha llevado vuestros comentarios como oro en paño. Os doy las gracias en su nombre, porque los leo y percibo que transmiten vuestros mensajes de apoyo, de ánimo, de felicitación…, en suma destilan cariño. Os doy las gracias por haberos tomado unos minutos para escribirle unas líneas, porque habéis dedicado de vuestro tiempo un rato para saber parar y detenernos a hacer algo por los demás.
Le he dicho si quiere escribiros unas líneas, pero no quiere, quizá abrumada por las emociones. Le he dicho si puedo escribir en su nombre y me ha dicho que adelante. Para ella esto ha sido muy importante, está haciendo su propio proceso resiliente y este tipo de experiencias son muy necesarias.
Un abrazo muy fuerte para todas (¡que vivan las mujeres!, apenas hay nombres de hombres, éstos quedan el anonimato o no se animan a escribir) y gracias miles por vuestra respuesta.
José Luis Gonzalo

Anónimo dijo...

hola Ana, soy psicóloga y trabajo con niños y niñas a los cuáles les encantaría escuchar tu cuento. Por eso te pido permiso para dar a conocer tu creatividad y la fuerza que refleja la historia.
Desde San Felipe, Chile te digo que sigas por este camino.
Mucho, Mucho éxito!!!!

José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo dijo...

Puedes darlo a conocer a los niños y niñas con los que trabajas, Ana está encantada de que su obra sea útil a las personas y se puedan beneficiar de la misma. Gracias. ¡Un afectuoso saludo a todos/as vosotros/as y a vuestra bella tierra!

Anónimo dijo...

ola ana
estoy en una escuela de japon y me gustaria felicitarte por este cuento
te felicito desde japon
unbeso
tequiero

Emilio dijo...

Felicidades José Luis por tu trabajo. Desarrollo mi labor profesional como psicólogo y me gustaría profundizar en las técnicas narrativas con niños que, en mi caso particular, se encuentran dentro del sistema de protección. Por ello, tu blog es un disfrute y una consulta indispensable. Por cierto, leí hace unos días "La manta de Jane" de Arthur Miller y me pareció una maravilla.
Gracias, Emilio

José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo dijo...

Gracias a ti, Emilio, por tus palabras, y claro que si, las narrativas son necesarias para ayudar a los Ninos a reconstruirse, diría yo. No conozco el libro que mencionas, lo leeré pues has despertado mi interés. Un cordial saludo, Jose Luis

Emilio dijo...

Hola Ana, me he dado cuenta que no te había enviado correctamente mi felicitación más sincera. Se encuentra conmigo un niño algo más pequeño que tú que también ha leído con mucho interés tu cuento. Muchas gracias y un beso de los dos.

Anónimo dijo...

Hola Ana, soy Natalia tengo 6 años y me ha encantado tu cuento. ¡Felicidades!