miércoles, 22 de octubre de 2025

La educación debe ayudar a la prevención del suicidio, por Arturo Ezquerro, psiquiatra


La educación debe ayudar a 
la prevención del suicidio

Arturo Ezquerro, psiquiatra

Ante la muerte por suicidio de la joven Sandra, quien sufría una situación prolongada de acoso escolar, el blog Buenos tratos no quiere permanecer impasible y ajeno a esta desgracia. No es la primera vez que ocurre y eso es lo que nos tiene que alertar de que algo (o mucho) no estamos haciendo bien. Queremos aportar nuestro grano de arena para contribuir en lo que a nosotros nos parece fundamental que se incluya en todos los ámbitos de la sociedad, incluida la educación. Y lo hacemos de la mano de uno de nuestros colaboradores habituales, experto en apego y otras áreas de la salud. Muchas gracias, Arturo, por tu sensibilidad ante este doloroso tema. 


Agradecemos al autor el permiso que nos ha concedido para poder difundirlo por el blog. El artículo original ha sido publicado en el diario La Vanguardia, donde Arturo participa frecuentemente.

************

Arturo Ezquerro es médico-psiquiatra, psicoterapeuta de orientación psicoanalítica, y grupo-analista. Nacido en Logroño, La Rioja (España), lleva cuatro décadas de trabajo en salud mental en Londres. Primer español en conseguir una Jefatura de Servicios Públicos de Psicoterapia en Reino Unido, es profesor en el Institute of Group Analysis, y miembro honorario de la Red Internacional de Apego, de la Sociedad Española para el Desarrollo del Grupo, la Psicoterapia y el Psicoanálisis, y de la World Association of International Studies. Docente y conferenciante en diversos países de Europa y de América Latina, colabora regularmente con prensa, radio y televisión, y reúne más de 200 publicaciones en 6 idiomas, incluyendo 9 libros.



La educación debe ayudar a la prevención del suicidio
por Arturo Ezquerro


Antes de nada, quiero transmitir a los padres de Sandra, a toda su familia y a las personas más cercanas a ella, mi más sentido mensaje de condolencia y mi afecto desde Londres. Vuestro duelo va a ser muy complejo; quiero que sepáis que no estáis solos, que podéis contar conmigo y con otras muchas personas que os pueden ofrecer apoyo. 

Como psiquiatra de la infancia y la adolescencia, también me gustaría decir tres cosas que aprendí de John Bowlby, de quien fui discípulo, durante mi periodo de formación londinense:

- Primera, el suicidio es una enfermedad social.

- Segunda, el suicidio conlleva una crisis de apego.

- Tercera, el suicidio se puede prevenir.

John Bowlby


La muerte de Sandra por suicidio en Sevilla, con tan sólo 14 años, tras haber sufrido el acoso continuado por parte de tres compañeras de su colegio, ha resonado en Reino Unido con la muerte de Mia Janin por suicidio en Londres en 2021, a la misma edad de 14 años. 

En el caso de Mia Janin, la investigación duró 36 largos meses. El pasado año se confirmó que ella no había tenido ningún problema de salud mental previo, pero que fue sistemáticamente acosada por varios compañeros de colegio durante el periodo inmediatamente previo al suicidio.

En un estudio reciente realizado en Reino Unido, se ha demostrado que sufrir acoso escolar en la infancia y la adolescencia incrementa el riesgo de mortalidad por suicidio en dichas etapas y, también, en la edad adulta, como secuela tardía del daño psicológico que tal experiencia traumática puede causar a corto, medio y largo plazo. 

En dicho estudio se revela que casi la quinta parte de los menores que han sido acosados se han sentido invadidos por pensamientos o planes suicidas, como consecuencia de dicho acoso. 

Por otro lado, según revela otro estudio de investigación nacional confidencial, en el 22% de los menores fallecidos en Inglaterra por suicidio ha existido acoso escolar previo. Este porcentaje se incrementa a unos niveles escalofriantes en la etapa de transición entre la infancia y la adolescencia: 

En el periodo que va de 2000 a 2008, dentro de las muertes por suicidio en menores entre los 11 y 14 años, en casi la mitad de ellos había una relación clara o probable con el acoso escolar.

En España, según datos de la Fundación ANAR (ayuda a niños y adolescentes en riesgo), los casos de suicidio infantil vinculado al acoso escolar casi se han multiplicado por ocho en los últimos 15 años. Esto indica un muy preocupante empeoramiento de la salud mental infanto-juvenil, así como múltiples grietas en las estructuras sociales y en los sistemas de salvaguarda escolares. 

Con frecuencia, la transición entre la infancia y la adolescencia es una fase de turbulencias emocionales. Los patrones de apego de las etapas tempranas del desarrollo, con las figuras maternas y paternas, deben modificarse para dar entrada también a relaciones de apego fuera de la familia. Aquí, los maestros y los profesores pueden desempeñar un rol importante como figuras de apego subsidiario o secundario; a veces, incluso primario. 

En la adolescencia, el apego materno-filial y el paterno-filial ya no son suficientes para un desarrollo psicosocial completo y equilibrado; el apego grupal se convierte en un elemento esencial y ha de integrarse con los apegos filio-parentales, que continúan siendo necesarios, aunque con nuevas características de regulación de la distancia, tanto física como emocional.

La influencia del grupo de pares de cara al proceso de co-construcción de la identidad personal es clave:

La amistad, la lealtad y la confianza mutua son ingredientes imprescindibles para establecer un apego grupal sano y adquirir un sentimiento de pertenencia, que ayude a consolidar la autoestima y el sentido de la vida en la persona adolescente. Si fallan estos ingredientes, especialmente cuando miembros del grupo de pares se convierten en acosadores o agresores, se ponen en riesgo el bienestar emocional y la supervivencia psíquica.

Llevo varios lustros intentando que se incluya, en los centros escolares, una educación de calidad sobre las propiedades protectoras y saludables de los vínculos afectivos y el apego sano. Aquí en Londres son ya varios los colegios independientes que la imparten. Los colegios públicos se lo están pensando: las cosas de palacio van despacio.

A fin de cuentas, hay decisiones que deben tomarse desde los cargos políticos. Por ello, me gustaría sugerir que, antes de ocupar su sillón en uno de los parlamentos nacionales o autonómicos, sus señorías hiciesen algún curso para comprender mejor las implicaciones del apego en diversas etapas de la vida. Ayudaría a disminuir el número de casos de suicidio, de violencia sexual y otros males sociales.

El apego grupal es fundamental para un sano desarrollo


Si para obtener el carnet de conducir un coche toda persona está obligada a pasar un test psicotécnico, ¿por qué no deberían pasar sus señorías una prueba básica sobre el apego que, junto con el alimento y la sexualidad, es uno de los tres pilares de la existencia humana? Después de todo, con sus decisiones de carácter socio-político, sus señorías tienen la responsabilidad de ‘conducir’ y reconducir muchos aspectos de la vida de la ciudadanía.

Recuerdo que fui consultado, informalmente, por un político sobre un borrador de una ley de salud mental. Le dije que la omisión absoluta del apego en el texto me parecía preocupante. El político me contestó que el apego es una cosa de mamás y bebés, y que uno tiene que desapegarse lo antes posible. De hecho, se refirió a artículos que publican algunos profesionales o gurús sobre la llamada ‘ley del desapego’. 

Estos pseudocientíficos dicen que, para ser felices, hay que desapegarse. Y se quedan tan anchos, sin darse cuenta de que el apego (como el alimento y la sexualidad) es una necesidad básica que está presente en la vida del ser humano, con distintas manifestaciones, desde el nacimiento hasta el final del camino.

Uno de los objetivos de mi próximo libro es contribuir a la prevención del suicidio. Por eso le he dedicado varios capítulos a este espinoso tema y a las secuelas del maltrato infantil a largo plazo. El texto, publicado por Editorial Sentir, estará disponible en breve. Se titulará ‘Estados de ánimo: Belleza y perversión del apego’.

A modo de connotación positiva, antes de concluir, debo recordar al lector que, para ayudar a la prevención del suicidio, se ha establecido recientemente una línea telefónica gratuita, el 024, disponible 24 horas diarias todos los días del año, además del ya existente Teléfono de la Esperanza. 

La prevención del suicidio, que desgarra corazones, destruye familias y es mal social, debe ser tarea de toda la sociedad. Hemos de estar unidos en este empeño colectivo: un grano no hace granero, pero ayuda al compañero.

No hay comentarios: