lunes, 24 de junio de 2013

Buenos tratos se despide hasta el 9 de septiembre con una reflexión de fin de curso ¡Hasta pronto!


Buenos tratos se despide, con esta última entrada, hasta septiembre. El día 9, volveremos a iniciar la temporada. Será la séptima. Parece mentira pero... ¡va pasando el tiempo desde que en el 2007 comenzáramos esta maravillosa andadura que es escribir en un blog y compartirlo con vosotros/as! Buenos tratos ha ido creciendo, y vosotros/as me habéis ido dando la confianza necesaria para continuar, año a año, con los temas que tanto nos apasionan. Os doy las gracias por vuestro apoyo, fidelidad, interés, motivación y entusiasmo. Sin vosotros/as, nada de esto tiene sentido. Me satisface comprobar que mes a mes va aumentando el número de visitas.

Buenos tratos descansa, aunque su autor, servidor, aún continuará su trabajo en la consulta hasta finales de julio. El día 9 de septiembre vuelven las entradas temáticas sobre apego, resiliencia y trauma.

Sabéis que me gusta hacer balance. Este año hemos centrado nuestros esfuerzos en ofreceros a los padres, madres y familias adoptivas y acogedoras una psicoeducación que os ayude a comprender y tener pautas para poder tratar adecuadamente a vuestros niños y niñas. También este año ha sido especial y entrañable para mí porque celebramos las primeras jornadas formativas presenciales, el pasado mes de marzo, en Donostia, tituladas: “I Conversaciones sobre Apego y Resiliencia infantil”. Fueron un éxito de asistencia y participación que no me esperaba y que desbordó el aforo de la sala. Pudimos conocernos en persona muchos y muchas de los que nos citamos aquí, en estas páginas. Si tengo tiempo y fuerzas, contad con que el año próximo se volverán a celebrar. Fue un lujo aprender con todos/as los ponentes, así como ver reunidos/as en una sala a padres, madres, educadores, psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales… Pudimos aprender e intercambiar conocimientos y experiencias. En la segunda edición potenciaré vuestra participación porque no hubo demasiado tiempo para debatir y conversar. Y ello fue debido a que hubo demasiadas comunicaciones y conferencias.

Este curso 2012/13 vio la luz también el libro “Construyendo puentes. La técnica de la caja de arena (sandtray)” Tenía muchas ganas de que este abordaje terapéutico se diera a conocer en lengua castellana porque no hay demasiado publicado. Y teniendo en cuenta la idoneidad de la técnica para trabajar con niños/as y adultos con trastornos del apego y historias de vida traumáticas, ésta no podía quedar sin divulgar. Agradezco a todos/as los/as que me habéis escrito con comentarios y sugerencias en torno al mismo.

Este año hemos ido aprendiendo (y yo de la mano con vosotros/as) más sobre apego, trauma y resiliencia. Ya sabéis que lo que voy leyendo, investigando y experimentando en mi trabajo y con mis colegas, lo voy trayendo aquí para que todos/as nos beneficiemos. La idea es seguir el curso próximo (2013/14) ofreciendo entradas con temas similares a los de este año. La psicoeducación seguirá, por supuesto. Y autores como Louis Cozolino (que este curso no hemos hecho más que empezar a degustar. Este verano voy a continuar leyendo el libro que os anuncié hace unas semanas y, en septiembre, os hablaré de lo que aprenda. La entrada que dediqué a la neurobiología del apego de la cual este autor habla ha gustado mucho) y otros que nos marcan el camino, también. Las estrellas van a seguir siendo el apego, el trauma y la resiliencia.

Además, el curso próximo, como éste, os iré anunciando distintas formaciones que se vayan organizando y las novedades editoriales que vaya descubriendo en relación a nuestros temas favoritos.

Y, finalmente, introduciré como novedad incluir en el blog entradas -que yo denomino más vivenciales- donde os contaré mis experiencias profesionales desde la práctica tratando de engranarlas con la teoría, claro.

Como colofón a este curso, os ofrezco el texto que una joven estudiante de psicología llamada Larraitz Gorrotxategi ha elaborado recogiendo lo que ella ha aprendido de las Conversaciones sobre apego y resiliencia que celebramos el pasado mes de marzo en Donostia. Me parece una excelente aportación y la mejor manera de poner el broche final a este curso. Me satisface comprobar cómo las jóvenes generaciones de profesionales se interesan por estos temas, asistiendo a formaciones y elaborando, como en este caso, una reflexión que a todos/as nos va a parecer muy interesante y necesaria. Me la envió para que la leyera y valorara y como me ha parecido de calidad, la quiero divulgar y compartir con todos/as vosotros/as, a la par que le felicito a Larraitz por haberse sentado a pensar sobre las jornadas. Yo creo que merece la pena que le dejéis vuestros comentarios, se lo merece.

Dice así:

"El niño bien tratado, con un entorno apropiado y sus necesidades cubiertas  a nivel fisiológico, psicológico y emocional se beneficia en su desarrollo durante toda su vida. Aprende a  interactuar con sus semejantes, con sus progenitores, en el dominio escolar, a auto-regular sus emociones, es consciente de su identidad y se impregna ya desde el vientre materno de los estímulos que le ofrece su entorno. Estas necesidades cubiertas le ayudarán a tener un buen desarrollo y a que se pueda enfrentar a las adversidades, logrando un funcionamiento adaptado en la vida. La seguridad, la protección, los buenos tratos, la empatía, los límites con cariño y coherencia, las figuras constantes, una educación… Con todo ello el ser humano logra construir  su personalidad mediante un apego seguro.

Los buenos tratos influyen en el cerebro durante su crecimiento. Desde el vientre hasta los 18 meses son muy importantes las interacciones con el entorno ya que la red neuronal se va desarrollando al mismo tiempo que el bebé, creando el vínculo de apego y contribuyendo así a la conformación de la personalidad. Las neuronas, mediante la sinapsis, se enlazan unas con otras gracias a los estímulos gratificantes que el niño recibe, incrementándose sus  capacidades como, por ejemplo, el lenguaje, la motricidad, las emociones y motivaciones.

Desde que un niño nace depende de las capacidades que tienen sus cuidadores, del trabajo en red de las organizaciones, de los profesionales, del entorno escolar, de la vecindad, del estado… Y todo ello debe estar coordinado en favor de los buenos tratos en una misma dirección y en adecuada sintonía, priorizando el bienestar del niño y del adolescente... En los casos en los que no se ha ejercido un buen trato con los más vulnerables -que son los niños-, su desarrollo -y la visión de sí mismos- son afectados por la falta de cuidados y protección.

La protección de un niño es una prioridad del sistema social, la cual debe de atenderse poniendo todos los recursos humanos y materiales necesarios para minimizar en lo posible las repercusiones que en su desarrollo tienen los malos tratos, el abandono, el abuso y la negligencia. Los  niños y adolescentes reflejan las consecuencias de sus carencias y de sus experiencias traumáticas mediante sus conductas. Asimismo, el estado, para reparar el daño, debería proporcionar y poner al alcance del menor de edad una red de profesionales que ayuden a que éste elabore que es víctima y no culpable. Si la red es negligente, una de las consecuencias que se derivan es no evitar que los niños convivan en un entorno inadecuado. Proteger al niño es lo más importante, su derecho a  tener infancia, el derecho de tener buenos tratos. Estos niños sin infancia, aunque crezcan y cumplan años, su proceso madurativo no es el mismo que un niño que ha tenido su infancia con apego seguro. Pasarán los años y el niño se convertirá en adulto.  Un adulto que debe cumplir las normas como el resto, que tiene que adaptarse a éstas porque si no es así, el propio sistema le castiga. Desde luego que cada acción tiene sus consecuencias, siempre que sean coherentes y enseñen a reparar el daño. Es importante que el sistema coopere con el niño ayudándole a reconstruir su pasado (su identidad), dándole pautas para una buena adaptación, conducirle a una buena meta. Creo que las normas están para cumplirlas, no lo dudo, pero solo centrarse en ellas cuando al niño no se le ha enseñado que además de normas, es sujeto de derechos es una incongruencia. La negligencia de un sistema social que puede caer en contradicción: después de no proteger adecuadamente pide que el sujeto se adapte y asuma las normas sociales.

El adulto que no ha trabajado sus traumas, inconscientemente, vive sus miedos a través de los demás, y es que ya desde el vientre materno se tiene memoria corporal, de tal forma que el cuerpo nunca olvida y las sensaciones vividas desde entonces acribillan desde el lado más inconsciente. Por ello, un trauma bien trabajado ayuda a afrontar y procesar las experiencias adversas, aunque no se recuerden. Desde los 3 años ya hay memoria consciente; por lo tanto, los sucesos se registran y no se olvidan, ya que se guardan en nuestro inconsciente. El cerebro aparta aquellas situaciones traumáticas provocando reacciones conductuales, emocionales y sensoriales para encontrar una manera de adaptarse. El cerebro mantiene en un rincón esos registros y a veces aparecen en forma de pesadillas, de miedos, de rabia… Los traumas no solucionados, en suma, evocan en el cerebro un estado de alerta y conllevan conductas generadas por las emociones que se sintieron en aquel mismo instante del pasado.

El trauma es el resultado de experiencias negativas y terribles que provocan dolor, evocan sensaciones, hacen sentir vulnerabilidad, incapacidad… Es una herida abierta que se puede cerrar gracias a la resiliencia del individuo, a una asistencia psicoterapéutica, a un vínculo de apego seguro, al trabajo del mismo paciente para solucionarlo y su fuerza vital para seguir adelante llevándole a un bienestar y no a desarrollar tendencias destructivas. La felicidad se caracteriza por el poder de superación que uno tiene ante las adversidades, es un triunfo.

EL  BUEN TRATO NO ES UN GASTO SOCIAL ES UNA INVERSION PARA EL FUTURO."


¡Hasta el 9 de septiembre! ¡Gracias, una vez más, a todos/as. Os deseo que paséis unas buenas vacaciones de verano! Cuidaos, cuidad de los vuestros/as y disfrutad de la vida.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Feliz verano. Aquí te esperamos impacientemente!

José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo dijo...

Igualmente, feliz verano, y regresaremos!

José Luis

iñigo dijo...

leerte ha sido un placer, conocerte un privilegio y la ayuda que nos has brindado algo impagable. un abrazo muy fuerte y que pases un buen verano.

José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo dijo...

La admiración y el cariño son mutuos, gracias a ti. Para mi ha sido y es un honor conocerte y tenerte dentro de mi red. Un abrazo y buen verano para ti también

Anónimo dijo...

Estaremos pendientes de la vuelta...Felices Vacaciones!!!

Mei

José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo dijo...

Gracias Mei, felices vacaciones para ti y tu familia también!Cordialmente, José Luis

Unknown dijo...

Hola Jose Luis, mil gracias por tanta información valiosa! Te escribí un correo al joseluis@joseluisgonzalo.com, espero que puedas verlo.

Chedi dijo...

José Luis,

Grácias de nuevo por tu ayuda valiosa y fundamental para comprender cada día un poco más a nuestros queridos hijos.
Te deseo un feliz verano y espero tu vuelta con ilusión.

Un abrazo
Chedi

Anónimo dijo...

Truly when someone doesn't be aware of afterward
its up to other people that they will assist, so here it takes place.


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