lunes, 11 de junio de 2012

"Alumnado con dificultades de regulación del comportamiento", un herramienta útil de evaluación e intervención


Acabo de terminar de leer un reciente libro (editado en septiembre de 2011) titulado: “Alumnado con dificultades de regulación del comportamiento” (Vol. I) Infantil y primaria, de las autoras Carme Saumell, Gemma Alsina y Angels Arroyo. Carme es maestra de pedagogía terapéutica y psicóloga; Gemma es psicóloga y logopeda; y Angels, a su vez, es maestra de pedagogía terapéutica y de educación infantil. El segundo Volumen está dedicado a la etapa de Secundaria y no estaba en la librería. Espero poder adquirirlo pronto. La editorial que publica es Graó. La colección que Graó ofrece y que comienza con el título: "Alumnado..." es toda ella muy buena.

¿Qué opino después de leerlo? ¡Que es un libro EXCELENTE!, así, con mayúsculas y entre admiraciones. Desde estas líneas y este blog, mi más sentida felicitación por este trabajo. Cuando leí el título en la librería hace dos sábados, ya me atrajo: “Alumnado con dificultades de regulación del comportamiento” Y cuando miré el índice para ver el contenido, el libro me atrapó: no es la típica visión –ya tan manida- de la modificación de conducta. Al contrario: es un punto de vista fundamentalmente comprensivo y una propuesta que va mucho más allá.

Creo que es el libro que todo centro escolar debería tener. Deberían de leerlo, estudiarlo, compartirlo, analizarlo y tratar de aplicarlo todo el equipo educativo del centro, toda la comunidad escolar (incluyendo a las asociaciones de familia) Una de las quejas mas reiteradas que los orientadores y profesorado manifiestan es su desconocimiento, el no saber qué y cómo hacer ante el alumnado que no regula su conducta y no se adapta a la situación escolar. Creo que si se acercan a este libro y aceptan su innovadora propuesta, esta queja no va a tener sentido.  Los padres y las familias demandan (y con razón) una respuesta del centro escolar para que la escuela sea inclusiva y ayude a que estos niños que no regulan su conducta puedan vivir la experiencia educativa de crecer y aprender sabiéndose aceptados y atendidos en su dificultad pero también valorados como personas que poseen cualidades, habilidades y fortalezas. Pero no es menos cierto que los padres y las familias no pueden ni deben declinar toda la responsabilidad educativa a los centros. Ésta debe ser compartida. De cómo familia y escuela pueden colaborar y actuar conjunta y coordinadamente en la educación de los hijos en general, y del tratamiento de los niños con dificultades de regulación de la conducta en particular –y de muchas cosas más-, trata este libro. Paso a hacer una breve reseña del mismo.

Comienza el libro abogando por la mirada inclusiva y por el esfuerzo que la institución escolar debe de hacer para que todos los niños, sin distinción, puedan crecer y aprender como personas de esa maravillosa experiencia (que marca la vida) que puede ser la escolarización. Un primer punto en el que se centran las autoras es en realizar una crítica de los diagnósticos psicológicos y psiquiátricos. Aunque esta información puede ser importante, no es suficiente. Necesita ser contrastada, dicen, con la aportación del profesorado pues éste ve jugar al niño, observa su relación con los compañeros, analiza cómo aprende, habla con los padres… El profesorado da una información y una visión ecológica que la categoría diagnóstica no puede ofrecer. Además, las autoras nos alertan de que la categoría diagnóstica se centra en el déficit y no tanto en las fortalezas que el niño posee. Terminamos por mirar el trastorno y no la persona global del niño. Una fe ciega en la categoría diagnóstica (cuando afirmamos “este es un menor con trastorno de conducta”, por ejemplo) hace que el profesorado se inhiba y terminen por afirmar que ellos no saben de estos temas, cuando en realidad pueden hacer mucho por los niños. Y, finalmente, otorgarle una exagerada potencialidad a la categoría diagnóstica puede terminar por etiquetar al infante. No hay nada negativo en clasificar (y de hecho tiene innumerables ventajas); pero hemos de procurar que las categorías de diagnóstico sean para ayudar a conocer al niño en un elemento o información –importante, eso sí- más y no convertirlas en etiquetas que no permitan ver que tenemos una persona con nosotros. No es la clasificación diagnóstica (en mi opinión) el problema sino el mal uso que hagamos de la misma.

La obra prosigue reivindicando la figura del tutor como persona de referencia principal del niño en el centro y como pivote de todas las intervenciones. Los especialistas internos y externos al colegio que intervienen con el niño tienen su rol y funciones pero no pueden sustituir al tutor.

El capítulo segundo se centra en describirnos el desarrollo socializador. El niño con dificultades de regulación del comportamiento convive en un espacio de socialización como es el aula. Conocer con detalle cómo es el proceso de socialización y los estadios por los que atraviesa es muy importante. Aquí las autoras toman como referencia a Rygaard. Todo un acierto, desde mi modesto punto de vista, recurrir a este autor. Porque explica como nadie que los problemas de conducta son dificultades que los niños tienen porque no han conseguido alcanzar los estadios de organización que culminan en la adquisición de la permanencia, la capacidad del niño de regularse solo porque ya tiene conciencia de su personalidad global. Y ya sabemos que para alcanzar este último estadio denominado de la “organización social” el papel del apego como organizador y estructurador de la psique del niño es vital. Me encanta este libro porque le da un papel central al apego. De hecho, en el mismo, podemos ver recogidos los aportes de Heather Geddes y su libro “El apego en el aula”, otra magnífica obra de la que ya os hablé en este mismo blog. El capítulo culmina hablando del desarrollo moral, el papel de la familia, el de la escuela y el papel común.

El capítulo tercero incide en cómo detectar las conductas problemáticas. Primero, las autoras ofrecen algunas aproximaciones explicativas al comportamiento problemático. Y después subrayan la importancia de la detección. Finalizan este capítulo centrándose en cómo recopilar la información del alumno, cómo pedir ayuda y por dónde empezar ante un alumno que presenta problemas para regular el comportamiento.

El capítulo cuarto se dedica a la evaluación: por qué evaluar, preguntas útiles para una evaluación y la evaluación de la conducta: el niño y su entorno. Y nos ofrecen una completa guía para la evaluación. Porque este es otro de los puntos fuertes de este libro: se nota que las autoras son profesionales preparadas y con experiencia, pues la obra esta trufada de numerosos casos reales y llena de propuestas prácticas sobre cómo intervenir paso a paso, tanto a nivel global como individual. Y aún más: nos ofrecen un anexo con los instrumentos ya desarrollados para realizar tanto la evaluación como la intervención con el alumno con dificultades para la regulación del comportamiento. Numerosos instrumentos completísimos y muy bien elaborados, operativos, sencillos y claros.

El capítulo quinto desarrolla todo lo que es la intervención. Tomando como referencia el paradigma de la resiliencia (otra de las razones por las cuales este libro me gusta, porque se fundamenta también en este concepto) y de cómo el tutor escolar puede convertirse en un tutor de resiliencia en uno de los ámbitos donde el niño convive más tiempo, las autoras describen con detalle y practicidad cómo planificar la intervención con los alumnos. Desarrollan tanto las intervenciones que ellas llaman proactivas (basadas en cómo gestionar el centro, el entorno, el tiempo y el espacio, el trabajo y los materiales, el aprendizaje y las relaciones y las normas y las tareas) como las vías de intervención individual (éstas básicamente creando un entorno favorable y acercándose directamente a las necesidades del alumno) El capítulo sigue profundizando en la elaboración del plan de intervención proponiendo un buen número de actuaciones donde el acompañamiento y la orientación al alumno a través de la tutoría individual son claves, a mi modo de ver. Finalizan este apartado con un epígrafe la mar de estimulante: la maleta de las estrategias, maleta llena de recursos para el profesional.

La obra termina con el capítulo sexto donde las autoras reflexionan sobre "¿qué centros para estos alumnos?" Promueven un proyecto de escuela socializadora, segura y participativa.

Una obra redonda. Fundamentada en las aportaciones más modernas del apego, la resiliencia, la psicología del desarrollo y la psicopedagogía. Pero con una vocación clara, desde el principio, de constituirse en una herramienta práctica y útil para trabajar con el fin de que los alumnos con dificultades de regulación del comportamiento tengan una experiencia de escuela inclusiva y acogedora, generadora de apegos seguros. Animo a todo el profesorado y profesionales (psicólogos, pedagogos, psiquiatras…) a que lo adquieran y aprendan del mismo. 

5 comentarios:

BEATRIZ G. LUNA dijo...

Suena muy interesante. Gracias por ofrecernos siempre propuestas tan sugerentes.

Un abrazo,
Beatriz

José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo dijo...

Gracias, Beatriz, trato de ofrecer aquello que me parece interesante y utili tanto para padres y familias como para profesionales. Un cordial saludo,

laura dijo...

Tenia ganas de algo asi , de forma que lo apunto como lectura proxima.
gracias por compartirlo
Laura Silva

ulisse dijo...

Hola! Soy Teresa Huguet, directora de la colección de Graó "Alumnos distintos pero no diferentes" de la cual forma parte este libro. Nos alegra mucho que pienses que este libro puede ser útil y pràctico para los docentes que tienen alumnos con dificultades de regulación. Me encanta tu comentario porque para mi destaca lo fundamental: lo más importante es que TODOS SON NIÑOS, capaces de aprender aquello que les hace falta y necesitan para integrar-se en la sociedad, relacionarse y aprender!
En estas edades la etiquetas no son inocentes y en la escuela a menudo producen efectos negativos.
Un abrazo!

José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo dijo...

Hola Teresa: Estoy encantado de que este post que reseña el libro haya llegado a ti. Desde el principio me entusiasmo y me pareció adecuada la propuesta de las auroras, por eso decidi darle difusión. Todo lo que encuentro y me parece de calidad y que entronca con la filosofía de este blog, trato de darlo a conocer porque en el mismo se dan cita muchos profesores y profesionales de la educación que necesitan planteamientos y herramientas para tratar a estos alumnos. Gracias por incluir el comentario. Saludos cordiales.