lunes, 14 de octubre de 2013

Dos vídeos para usar como herramientas psicoeducativas en nuestro trabajo con las familias y los niños adoptados/acogidos


Teniendo en cuenta que las entradas sobre herramientas o recursos son valoradas muy positivamente por vosotros/as (a tenor del elevado número de visitas que generan), me he propuesto combinar y variar los temas de tal modo que vayamos tratando algunos más sesudos y teóricos con otros en los que podamos ofreceros herramientas, técnicas o recursos. Si estas entradas son muy demandadas por vosotros/as supongo es porque todos estamos necesitados de medios que nos permitan desarrollar nuestra labor psicoeducativa. Podemos tener bastante claro qué queremos pero el cómo hacerlo, a través de qué medios o técnicas llegamos al niño o a las familias, puede resultar más complicado. Me propongo ir ayudándoos también en esto.

La tarea psicoeducativa se revela como una fase cada vez más fundamental en el trabajo con el menor de edad víctima de experiencias traumáticas como lo son los malos tratos, el abandono o el abuso. Antes de poder abordar los contenidos traumáticos y de ayudar al niño o joven con un relato o narrativa elaboradora de lo vivido que trate de favorecer una integración resiliente, es necesario que aquél pueda regular sus emociones y que, además, entienda el papel que el trauma ha jugado en la aparición de sus síntomas y manifestaciones conductuales desadaptadas. También es necesaria la psicoeducación a las familias adoptivas y acogedoras, pues necesitan comprender qué les pasa a sus hijos, por qué se comportan del modo en que lo hacen, cuáles son las manifestaciones del trauma y cómo proceder para reparar el apego.

Son propósitos no tanto difíciles de explicar (si se conoce la teoría) sino más bien complicados de llevar a la práctica. Muchas familias me dicen, con razón: “Y esto… ¿cómo lo hacemos?”

Por eso, cada vez que cae en mis manos un material interesante para poder dar ideas sobre el “cómo hacerlo”, lo comparto con vosotros/as. Hace unas semanas han sido unos cuentos; hoy son dos vídeos.

Hoy, como os digo, voy a presentaros dos vídeos de los cuales tuve noticia hace unos meses gracias a mi colega y maestra en psicoterapia Maryorie Dantagnan. Me los dio a conocer en el mes de abril en el marco de una formación a la cual asistimos los dos. Maryorie siempre está buscando e investigando sobre técnicas psicoeducativas y descubre “picadas” que son de gran ayuda en nuestra labor terapéutica y educativa. Del mismo modo, Maryorie también es una fuente inagotable de excelentes libros sobre apego y trauma, muchos de los cuales hemos referenciado, comentado y hasta exprimido en este blog.

El primero de los vídeos se llama: “No es maña” Hemos hablado muchas veces que lo que más repara el apego es la experiencia de sentirse sentido, como dice Siegel. El apego es sintonización emocional con el estado interno del niño, reflejarlo sin invadirlo y devolverlo de tal manera que el niño vea en los padres personas no solo en las que mirar sino en las que mirarse. Cuando el cuidador alinea sus estados mentales con los del niño, los refleja, los comprende e incluso los resuena, se produce entonces la experiencia incomparable del sentirse sentido y se fomenta el apego seguro. Conchi Martínez Vázquez que tiene un excelente blog (es un blog amigo que forma parte de esta red de profesionales APEGA de la que os hablaba la semana pasada; Conchi es una excelente profesional y mejor persona que también se ha formado en el IFIV de Barcelona en el modelo de Barudy y Dantagnan. Tiene su consulta en Valencia, así que todos/as las familias que viváis en esa zona tenéis una referencia fiable a quien acudir en caso de que necesitéis ayuda y asesoramiento profesional) llamado Resiliencia infantil habla, precisamente, en una  reciente entrada, de ello.

Cuando a las familias les explicas que un menor víctima de malos tratos o abandono necesita esta experiencia porque no ha tenido adultos que le hayan hecho sentir sentido, lo entienden. Pero entienden mejor cómo hacerlo cuando les pongo el vídeo del que os hablo:
 
 

Efectivamente, “no es maña” No olvidemos que tradicionalmente, y todavía hoy, los padres y las familias interpretan como mañosos a los niños cuando éstos responden con rabietas o malestar emocional. No se entiende que la empatía es una necesidad de primer orden como comer o beber. Los niños que han carecido de ella en demasía necesitan que sus familias sean capaces de hacerles sentir que les sienten, devolverles con calma los límites (“no me pegues que yo a ti no te pego”), hacerles comprender con juegos por qué tienen que hacer ciertas cosas como ir a clase, etc. Muchas familias me dicen que esto es difícil, complicado y que la vida nos hace ir tan rápido que no podemos tener ni la calma, ni el tiempo ni la paciencia que necesitamos. Yo les digo que entiendo que somos humanos y no podemos actuar siempre con perfección pero que el camino es ése: empatía más límite reflexionado y con firmeza, devuelto de tal manera que el niño interiorice que somos capaces de CONTENER sus impulsos y emociones -en ocasiones muy intensas- como la rabia y el odio. Hay menores que manifiestan estos impulsos de una forma muy difícil de regular, pero hemos de intentarlo. Para mí debemos estar, primero, convencidos de que esto es lo que hay que hacer (a corto plazo no será lo más eficaz pero, a largo plazo, puedo dar fe de que sí lo es porque sienta las bases de un apego más seguro con los padres adoptivos cara a la adolescencia) y, segundo, estar nosotros bien emocionalmente, tranquilos y gestionando nuestras propias reacciones, el impacto que el niño genera en nosotros (no va contra nosotros, somos su depositario y tenemos que hacer la tarea de sostenerle) Si somos capaces de tranquilizarnos y darnos cuenta de que el niño siente como siente y hace lo que puede hacer -según lo aprendido en su vida anterior- y que debemos tratar de comprenderle y limitarle reguladamente, podremos hacerlo.

El segundo vídeo que os propongo como herramienta de trabajo (éste tanto con las familias como con niños más mayores, a partir de los diez años) es este que se llama “fisiología del estrés” A mí me está dando resultados asombrosos en cuanto a que el menor de edad empieza a entender que su sistema de alerta está alterado por lo que ha vivido y no que “es malo” o “un desastre”
 
 

Ya sabéis que los niños que han vivido situaciones traumáticas que han supuesto una amenaza para la propia vida, seguridad e integridad personales (como por ejemplo, la violencia intrafamiliar o los castigos físicos duros en los orfanatos) suelen presentar una hiperactivación del sistema de defensa, de esa respuesta natural de lucha/huida que se activa cuando estamos bajo una amenaza (luchar contra un ladrón que quiere robarnos el dinero o salir corriendo) Cuando ya están fuera del peligro, aún interpretan muchos estímulos del presente como amenazantes pues su cerebro se diseñó para la supervivencia. Aún deben de aprender a mirar a su alrededor y darse cuenta de que están a salvo. La memoria implícita recuerda la amenaza y por una vía neuronal directa que no pasa por la razón (¡cuando se está en peligro o se cree estarlo, razonar no es adaptativo!) activa este sistema de defensa.

Para explicarles a los niños esto -y que lo puedan entender- la ayuda de este vídeo y de la metáfora del botón del miedo (con ese hombre primitivo asustado que aprieta el botón del cerebro para sugerir que es una respuesta que proviene de la herencia filogenética) es genial y me está dando unos grandes resultados para que comprendan el papel que el trauma ha jugado en sus vidas influyendo en la manera que tienen actualmente de responder. Tantas veces tuvo el niño que apretar ese botón que ahora está hipersensibilizado y se aprieta fácil, y cuando percibe amenazas que realmente no lo son (como cuando en el vídeo el niño cree que va a suspender el examen o al señor que le dan ganas de decirle cuatro cosas al jefe que él ha pensado que no le ha saludado porque estaba enfadado con él cuando no es así; viene muy pero que muy bien para que entiendan que no es la situación sino cómo la interpretan ellos de manera muy rápida y automática. Hay que aprender a mirar primero, tranquilizarse y ver que no hay peligro real), su reacción es escaparse o agresiva. Y tanto se apretó el botón que necesitan cuidados y ayuda terapéutica (como el hombre del vídeo que debe ingresar en el hospital víctima de estrés) El final del vídeo es positivo porque muestra que situándonos de una manera más conectada y presentificada se interpreta la situación de otro modo. No importa que el vídeo recurra a explicaciones fisiológicas un poco complicadas para los niños. Éstas se pueden pasar o dejar, no afectan porque el niño comprende el sentido de lo que se le quiere transmitir.

Ya veis que las metáforas son tremendamente útiles en nuestro trabajo. Y para los niños, las imágenes les ayudan muchísimo a poder entender. A partir de estas metáforas se puede después, profundizar en el trabajo terapéutico.

Gracias, Maryorie, por estas “picadas” tan interesantes y útiles para nuestro trabajo.

Termino la entrada de hoy recordando que esta semana pasada hemos celebrado el cincuenta aniversario de la muerte de una persona a quien siempre he admirado: Edith Piaf, la genial cantate francesa y un ejemplo -uno de los muchísimos que existen- de resiliencia. Precisamente sobre Edith Piaf escribí en este blog dos veces: una -la primera entrada que publiqué- titulada: "Emociones, y la niña gorrión" Y la segunda, hace cuatro años, hablando de -para mí- su más bella y emotiva canción: "Mon dieu, una buena canción para estas vacaciones" Os invito a visitarlas como una manera de rendirle un sentido homenaje y honrar su memoria.
La semana que viene os ofrezco otro vídeo muy útil como material psicoeducativo, y la siguiente publicaré un post tocando el tema de por qué los niños adoptados o acogidos tienen dificultades en las relaciones con los iguales.

Cuidaos / Zaindu

2 comentarios:

Conchi Martínez dijo...

Muchas gracias José Luis por...

-Ser capaz de seguir sorprendiéndonos, ilustrándonos e instruirnos a padres/madres y profesionales semana a semana. Después de tanto tiempo sigues siendo una fuente inagotable de recursos.

-Abanderar (junto a otros, si) una batalla blanca contra los malos tratos a la infancia a través de la información, la difusión y la intervención directa sobre el buentrato y la promoción de la resiliencia.

-Ser tan generoso con tus conocimientos y tan modesto con tu actitud (te honra aún más)siendo un grande de los grandes al que "sigo" literalmente en todos los sentidos del término.Tu ejemplo me anima y me ayuda a ser y trabajar mejor.

-Tus palabras siempre cálidas y "apegadas" cuando me nombras en alguna entrada del blog u otros foros que me hacen sentir segura también en esta red al tiempo que co-responsable en nuestra misión profesional compartida

En fin, que por mil y una razones que más que no me caben...gracias por ser como eres.

Un abrazo.

P.D. Por cierto, esta entrada como todas, excelente(no conocía el primer vídeo y me va a ser muy útil). ¡Qué importante sentirse sentido!

José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo dijo...

Querida Conchi! Me dinero emocionado con tus hondas palabras, me salen los colores! Te lo agradezco de corazón. Trato de hacerlo lo mejor que puedo, pero la verdad es que disfruto escribiendo en el blog.

Creo que nos profesamos mutua admiración y cariño. Lo bonito de todo esto es que compartimos un lugar común que es el de la promoción de la resiliencia y el buen trato. Desde nuestros respectivos blogs, hermanados y apegados en la misma red profesional y de formación, ofrecemos espacios de reflexión y también de recursos. Me alegra a mi también pertenecer a esa red que a todos nos hace sentirnos seguros y confiados. Tu blog es maravilloso, me encanta como escribes y lo sigo con mucho interés.

Y sobre los vídeos, le daremos las gracias a nuestra maestra común Maryorie Dantagnan.

Mil gracias por agradecer, considerar y valorar a mi persona, con los mismos sentimientos de admiración y cariño, recibe un fuerte abrazo.