jueves, 12 de noviembre de 2009

"Coherencia y sentido común"


Mi amiga y colega Zuriñe me envía por correo electrónico unos vídeos en los que aparece el juez de menores Emilio Calatayud impartiendo una charla.

Este juez es conocido por sus sentencias rehabilitadoras de jóvenes que han delinquido. Medidas que aplaudimos porque lo reparador-rehabilitador siempre educa, al contrario que lo sancionador, que pena o castiga pero no da oportunidades a los jóvenes, en edades cruciales, de poder enderezar el rumbo y rehacer su vida. Condenar a un joven que ha delinquido a sacarse el graduado escolar es una gran idea, y es un ejemplo de tipo de sentencia que este prohombre ha dictado.


Confieso que he escuchado con delectación los dos vídeos en los que este juez da una lección y un repaso respecto a cuál es el origen de los problemas de límites y normas por los que atravesamos actualmente en relación a algunos tipos de adolescentes, y cómo los padres no ejercen la autoridad.


No se puede decir las cosas de una manera tan clara y tan sencilla, y pienso que su diagnóstico y soluciones son de lo más sensatas y necesarias.


Os doy mi opinión, y espero la vuestra con ganas en los comentarios: acierta plenamente. Hemos pasado de padres preconstitucionales a padres postconstitucionales, como él sintetiza genialmente. Los primeros: represivos, intransigentes, autoritarios, duros y escasamente afectivos. Los segundos: indulgentes (cuando no negligentes), de dejar hacer, blandos y afectivamente peterpanescos (si me permitís la expresión) De progenitor distante a colega igualitario.


Y muchas de las noticias que nos invaden respecto a los incidentes en los botellones, la falta de respeto a los profesores, los padres que son agredidos por los hijos, etc. (que no son tan generalizados como los medios de comunicación nos dan a entender pero sí son un fenómeno de nuestro tiempo) son consecuencia de que falta equilibrio, de que hemos perdido el norte, la coherencia y el sentido común, como dice el juez. Necesitamos el punto medio, en él está la virtud, como decían los griegos. Debemos asumir que una sociedad democrática (¡sólo llevamos 25 años de democracia, como dice Emilio Calatayud!, es muy poco) supone que eduquemos en derechos y deberes. Rescatemos la sofrosine, virtud también de los griegos.
Emilio Calatayud. Primera parte:




Emilio Calatayud. Segunda parte:

8 comentarios:

Unknown dijo...

Hola, José Luis:

Los videos están bien y resulta equilibrador ver que también hay en el ámbito de las instituciones personas que son capaces de poner algo de cordura en los tiempos que corren.

Lo que más me ha gustado de tu artículo, que como siempre es un "libro abierto", son 2 palabras: "peterpanesco" (muy de acuerdo con el fondo pero la expresión lo dice todo) y "sofrosine" (ésto para satisfacer de vez en cuando a nuestro ego y soltar un palabro en griego, que queda muy bien).

Un placer.

José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo dijo...

Hola, Alberto: Contento de que pases por aquí, participes, y de tus aportaciones.

La palabra sofrosine la aprendí del libro de Daniel Goleman, no sé si del de Inteligencia emocional o social.

Creo que está muy bien recordarlo a propósito de la intervención de Emilio Calatayud.

Igualmente un placer,

Saludos cordiales,

José Luis

Josep Julián dijo...

Hola José Luis:
Conocía y ya había visto los dos vídeos del juez Calatayud que me llegaron hace unas semanas por un canal que nunca hubiera dicho que me traería algo parecido.
Me parecieron fantásticos como fantástico me ha parecido que los reproduzcas y comentes en tu blog.
Nadie debería juzgar sobre algo que no conoce lo suficiente y ese es un muy ejemplo de conocimiento sobre la materia.
Un abrazo.

José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo dijo...

Hola Josep Julian: Agradezco que te pases y participes con tus comentarios. Estoy de acuerdo con lo que dices, para juzgar hay que conocer un hecho suficientemente bien. Hasta cuando quieras, un abrazo igualmente.

José luis

Jennifer Delgado dijo...

Saludos:
Realmente me he sentido muy satisfecha con el hecho de que figuras jurídicas se percaten de algunas de las causas de los problemas que atañen actualmente la educación de las nuevas generaciones.
Como bien dices, es lamentable que las personas casi siempre se muevan en los extremos, del autoritarismo a la negligencia educativa. Espero que algún día podamos hallar un término medio para muchos de nuestros comportamientos y comprensiones cotidianas. sin duda alguna, seríamos todos un poco más felices.
Un saludo, Jennifer

José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo dijo...

Hola, Jennifer: Gracias por pasarte y por tu sensato comentario. Este juez se caracteriza precisamente por su sensibilidad en los problemas actuales de la infancia y en aportar soluciones educativas que nos ayuden a enderezar el rumbo de los menores que son problemáticos pero por causas familiares, sociales...

Desde luego que comparto contigo tu ajustado punto de vista que reclama un equilibrio entre autoritarismo y dejar hacer, sin duda alguna seríamos un poco más felices y se lo haríamos a los demás.

Agradecido por tus, como siempre, ricas aportaciones, recibe un afectuoso saludo. Espero pasarme por tu maravilloso rincón en cuanto tenga un poco de tiempo porque siempre salgo habiendo aprendido un montón de cosas sobre psicología.

José Luis

Anónimo dijo...

Hace dos años, los padres de mis alumnos me regalaron para fin de curso el libro de Emilio Calatayud "La educación de los jóvenes : una tarea social compartida".
Para mí fué una señal positiva.
Una madre me comentó que se les había ocurrido dadas las cosas que comentábamos sobre la educación de los hijos y las conversaciones que solíamos mantener.
Gratifica comprobar que el "Juez" no es tan sólo una figura mediática que sale en la televisión cuando dicta una sentencia original: los padres lo ven como un profesional que da ejemplo de cómo re-educar a los jóvenes sin intención punitiva sino a través de la acción constructiva.

Cito las últimas palabras del libro:
"Creo que uno de los males que tiene este país es que mientras el Juez de menores sea el menor de los jueces, el maestro sea el menor de los catedráticos, el pediatra el menor de los médicos y el político de menores el menor de los políticos...así nos va. o que hay que hacer es potenciar, económica y socialmente, a todas aquellas personas que se dediquen al mundo del menor.

Saludos.

José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo dijo...

Yolanda: Un gusto que te pases por aquí y nos dejes una de tus colaboraciones y participaciones tan ricas como de costumbre. Realmente no puedo estar más de acuerdo con las palabras del Juez, y te agradezco mucho que las cites porque nos ayudan a darnos cuenta de lo que está pasando en este país. Si cedemos cada uno en lo nuestro y no hacemos como se espera y se debe nuestro trabajo, realmente los males de la sociedad no irán a mejor.

Un cordial saludo y hasta pronto,

José Luis Gonzalo