lunes, 27 de octubre de 2025

Psicofármacos y tratamiento de las consecuencias del maltrato, por Rafael Benito Moraga, psiquiatra


Psicofármacos y tratamiento de las consecuencias del maltrato

Rafael Benito Moraga, psiquiatra y experto en neurodesarrollo 
y neurobiología del apego y del trauma


Presentación

Hoy tenemos como firma invitada, una vez más, a un colaborador habitual de este blog. Rafael Benito Moraga es amigo, sobre todo. Y también compañero de profesión (ambos nos dedicamos al mundo "psi" desde ópticas diferentes pero complementarias y necesarias la una de la otra), de alegrías y tristezas. Trabajamos juntos desde hace muchos años, coordinando y llevando el tratamiento de niños, adolescentes y adultos. Rafael Benito es un cerebro privilegiado. No sólo porque atesora conocimiento científico especializado y una vasta experiencia clínica, sino también porque es capaz de transmitir conceptos complejos y hacerlos digeribles y atractivos para que los podamos llegar a entender. Su forma de comunicar y llegar al público son bien conocidas y reconocidas. Para mí, es motivo de orgullo y satisfacción que Rafael Benito nos dedique de nuevo, de manera desinteresada, su tiempo para hablarnos de un tema que hace tiempo que tenía muchas ganas de que pudiéramos abordarlo desde el blog: el tratamiento farmacológico de los problemas del pensamiento, la conducta o las emociones. 

A menudo, muchas son las voces que se alzan para condenar los fármacos o, por el contrario, para ponerlos como la única y válida manera de tratar eficazmente los problemas psíquicos. No siempre quienes hablan tienen la información precisa. No es extraño encontrarnos aun con falsos mitos y con creencias equivocadas, de etiquetas que pesan en la profesión del psiquiatra. 

Por eso, el conocimiento científico que sitúe al tratamiento farmacológico en el lugar que le corresponde es bienvenido. Una propuesta integradora que saludamos porque aboga por combinar las terapias farmacológicas -cuando se necesitan- con las terapias psicológicas y las intervenciones socio-educativas. 

Os dejo con el artículo de Rafael Benito sobre farmacología.

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Psicofármacos y tratamiento de las consecuencias del maltrato.
Por Rafael Benito Moraga, psiquiatra.

Los desórdenes del pensamiento, la conducta o las emociones han sido valorados a lo largo de la historia desde dos puntos de vista: como producto de fuerzas sobrenaturales, o como la consecuencia de algún tipo de dolencia o enfermedad corporal. Cada una de estas posturas plantea sus propios problemas si se llevan al extremo. La visión religiosa de los problemas psíquicos, por ejemplo, llevó a considerar la depresión como pecado o algunas manifestaciones de la esquizofrenia como fruto de la posesión demoníaca. Y la reducción de los trastornos mentales a meros problemas del funcionamiento cerebral puede hacernos negar la importancia de otros fenómenos, como las circunstancias socioeconómicas en las que surgen; o diluir en una etiqueta diagnóstica estándar el modo peculiar en que cada individuo vive y sufre sus problemas.

Desgraciadamente, y en mayor medida de lo que nos gustaría reconocer, continuamos atrapados por esta dualidad que nos hace ver sólo la mitad de lo real, separando a las personas interesadas en los problemas de salud mental en dos bandos: los que niegan el valor de la psicoterapia, reduciendo todos los problemas psíquicos a alteraciones del funcionamiento cerebral; y los que rechazan el uso de la medicación, considerándolo incluso perjudicial y coercitivo. La formación universitaria de los futuros profesionales sanitarios favorece además esta división. La psicoterapia sigue sin ocupar un lugar importante en la formación especializada de los psiquiatras; en la formación de los psicólogos clínicos no hay una formación consistente en la neurobiología del comportamiento y el tratamiento con psicofármacos; e incluso fomentamos en nuestros clientes (queriendo o sin querer) este antagonismo con frases como: “Los medicamentos sólo tapan el problema“, “no quiero quedarme enganchado a las pastillas”, “los psiquiatras sólo dan pastillas, pero no te escuchan”, “la psicoterapia es un comecocos”, “el terapeuta cumple únicamente la función que antes desempeñaba el sacerdote…” 

Afortunadamente, los avances en el conocimiento del cerebro, asociados a la investigación psicológica nos van dando cada vez más razones para acabar con esa visión dualista y simplificadora. Cada vez sabemos más acerca de las bases neurobiológicas de constructos psicológicos como la empatía, el apego y la resiliencia; también se está llegando a conocer la disfunción cerebral que subyace a alteraciones cognitivas y del comportamiento como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Se ha comprobado que el tratamiento con psicofármacos produce cambios más profundos y estables de lo que pensábamos y que la psicoterapia y sus técnicas producen cambios neurofisiológicos y neuroanatómicos.

Los psiquiatras, psicólogos, médicos, educadores, y todos los profesionales que ayudamos a quienes sufren problemas psíquicos, tenemos la obligación de superar este dualismo por el bien de las personas a las que acompañamos. Quienes tienen una formación más biologicista y médica deben aprovechar los constructos psicológicos, como la disociación y la teoría del apego, para ampliar el conocimiento y guiar la investigación neurobiológica; del mismo modo que psicólogos y terapeutas deben aprovechar los avances en neurociencia para comprender mejor, y los tratamientos farmacológicos para aliviar más el estado de los que sufren. 

Y dentro de las causas de sufrimiento, el maltrato y el abandono durante la infancia y la adolescencia es un agente patógeno de primera magnitud. Se han acumulado suficientes evidencias como para afirmar que el maltrato en la infancia, en todas sus formas, causa una alteración del neurodesarrollo que afecta a las funciones cerebrales y también a la salud general en la vida adulta. Contra ese daño debemos actuar con todas las herramientas disponibles. Tanto las intervenciones psicoterapéuticas como las farmacológicas modifican las redes neurales dañadas por el maltrato, produciendo cambios persistentes. 


Entrevista a Rafael Benito sobre su libro
"Cerebro moldeando otros cerebros"




En este libro Rafael Benito desarrolla con detalle cómo
el maltrato causa una afectación al neurodesarrollo




Vamos a ver la utilidad del uso de medicamentos en el tratamiento de las alteraciones cognitivas, emocionales y de conducta que se producen como consecuencia del maltrato y el abandono.

Funcionamiento de las redes neurales

Para comprender como funcionan los psicofármacos hay que observar la actividad de las células que sostienen la actividad cerebral: las neuronas. Nuestro cerebro contiene aproximadamente 10Ù10 neuronas, similares a pequeños cables y conectadas unas a otras formando una densa y tupida red por la que discurren de manera constante impulsos eléctricos portadores de información y desencadenantes de acciones. Son las responsables de la actividad eléctrica cerebral, las que generan estados de activación en el sistema nervioso dando lugar a sensaciones, pensamientos, recuerdos y conductas.

Durante un tiempo se creyó que las neuronas estaban conectadas como los cables de una instalación eléctrica; pero los descubrimientos de Ramón y Cajal cambiaron este paradigma. El científico español comprobó, gracias al microscopio, que las neuronas no estaban unidas entre sí; aunque sus prolongaciones se aproximaban bastante conformando unas zonas denominadas sinapsis. Esto planteaba un problema: si la red neuronal no era continua, ¿cómo podía transmitirse el impulso eléctrico de una neurona a otra?

La solución no llegó hasta que se descubrió que determinadas sustancias químicas desencadenaban actividad eléctrica en los nervios de ciertos animales. Actualmente sabemos que el impulso eléctrico que hace funcionar las neuronas y, por ende, el cerebro, pasa de una neurona a otra mediante unas sustancias químicas denominadas por ello neurotransmisores.

Cuando el impulso eléctrico llega al final de una neurona, se liberan neurotransmisores al espacio intersináptico. Estos neurotransmisores actúan como “llaves” que en la siguiente neurona, la que recibe el mensaje, abren ciertas “cerraduras” denominadas receptores. Estas cerraduras abren canales que favorecen la entrada de iones en el interior de la neurona. Los iones son átomos con carga eléctrica que, al entrar en la neurona van a desencadenar en ésta un nuevo impulso eléctrico. Así pues, en el cerebro la información se transmite de neurona a neurona en una secuencia impulso eléctrico-mensaje químico-impulso eléctrico.

En el sistema nervioso humano se han identificado decenas de moléculas que actúan como neurotransmisores; pero los fármacos utilizados habitualmente actúan solamente en un grupo relativamente pequeño, pero de mucha importancia para la actividad cerebral global.

Mecanismo de acción de los psicofármacos

Que la actividad de las neuronas dependa de la acción de esas sustancias químicas abre la posibilidad de que se pueda intervenir en el funcionamiento cerebral modificando la cantidad de neurotransmisores o la facilidad con la que se abren o cierran los receptores. Justamente así es como actúan los psicofármacos. Los fármacos utilizados para el tratamiento de los problemas psíquicos actúan en la sinapsis neuronal aumentando o disminuyendo la transmisión dell impulso nervioso. De esta forma, al cambiar la actividad de las conexiones neuronales, cambia también la de las distintas áreas y núcleos cerebrales. Por ejemplo, incrementar la actividad de las neuronas de la corteza prefrontal mejora su funcionamiento, lo que resulta conveniente cuando el “director de orquesta” del cerebro está debilitado, como ocurre con frecuencia en las personas que han sufrido maltrato durante el neurodesarrollo.

Algunos medicamentos aumentan la cantidad de neurotransmisores en la sinapsis impidiendo que sean reintroducidos en las neuronas, así permanecen más tiempo en el espacio intersináptico y aumentan la actividad de esa conexión neuronal. Entre ellos están los antidepresivos inhibidores de la recaptación de serotonina; y los psicoestimulantes, que inhiben la recaptación de noradrenalina y dopamina en la corteza prefrontal.

Transmisión sináptica



Otros medicamentos obstruyen los receptores neuronales disminuyendo la actividad de las sinapsis en las que actúan. Los fármacos antipsicóticos, utilizados para tratar las alucinaciones y los delirios, hacen su efecto bloqueando los receptores de dopamina y serotonina.

Mito y realidad acerca de los psicofármacos

Contra lo que se suele pensar, los psicofármacos no tienen efectos indeseables graves; aunque al inicio del tratamiento pueden dar molestias leves que, habitualmente, van a menos con el tiempo. Además, teniendo en cuenta la gran variedad de fármacos con la que contamos, no es necesario mantener un tratamiento que produce intensos efectos indeseables, se puede probar con otro.

Los psicofármacos son muy seguros incluso en sobredosis

Otra de los temores que acompañan habitualmente la prescripción es que produzcan dependencia; sin embargo, la mayor parte de los psicofármacos no suponen un riesgo en este sentido. El único grupo con el que debe preocupar este problema es el de las benzodiazepinas, un conjunto de sustancias que pueden generar una dependencia grave.

Por último, se achaca a estos fármacos un efecto sedante capaz de dejar “zombis” a quienes los toman. En realidad, el efecto sedante no es una característica de todos ellos, y tampoco es un requisito necesario para el efecto terapéutico. 

Problemas del funcionamiento cerebral relacionados con el maltrato en la infancia

Existen investigaciones que nos ayudan a elegir tratamientos farmacológicos cuando hay un trastorno mental concreto, como ocurre, por ejemplo, con el trastorno por déficit de atención con hiperactividad o el trastorno depresivo mayor. Desgraciadamente, las consecuencias del maltrato para el neurodesarrollo no conforman un trastorno concreto, sino síndromes de desregulación emocional y conductual para los que no hay un tratamiento farmacológico específico. Aun en el caso de que el conjunto de síntomas que presentan permita un diagnóstico de trastorno por trauma complejo, trastorno por estrés postraumático o trastorno límite de la personalidad, ninguno de ellos tiene hoy por hoy un tratamiento farmacológico de elección.

Esto hace que, en muchas ocasiones se elija el fármaco atendiendo al efecto que va a producir en el funcionamiento cerebral, según los neurotransmisores en los que influye. Así, si se advierte un predominio de los síntomas depresivos, se escoge un fármaco antidepresivo; si el problema conlleva alucinaciones o delirios, un antipsicótico; y si se dan dificultades de desregulación emocional y disfunción ejecutiva, un psicoestimulante. 

Además, en algunos casos se puede afinar todavía más. Por ejemplo, entre los fármacos denominados antidepresivos, algunos tienen un efecto más bien tranquilizante, mientras que otros tienen un efecto más estimulante. En pacientes depresivos con mucha apatía, muy poca energía y dificultades para disfrutar, puede ser interesante utilizar un medicamento como el bupropion, un antidepresivo que incrementa la actividad de las conexiones dopaminérgicas, situadas en lugares del cerebro que controlan la motivación y la respuesta placentera. En cambio, en pacientes con depresiones asociadas a ansiedad, puede ser más interesante usar un medicamento que aumente la actividad de las neuronas serotoninérgicas, como el escitalopram o la sertralina, por ejemplo.

De este modo, el conocimiento de las alteraciones cerebrales que subyacen a los síntomas, y el tipo de neurotransmisores implicados, podemos escoger fármacos que actúan sobre las conexiones neuronales que queremos atenuar o potenciar. 

Prescripción de psicofármacos y traumaterapia

En el tratamiento de las consecuencias del trauma infantil los medicamentos son una herramienta más, que no siempre es necesaria y casi nunca es suficiente; pero puede contribuir de un modo decisivo a la reparación del daño traumático. Hoy día contamos con fármacos muy seguros, con pocos efectos indeseables graves o permanentes, y con mecanismos de acción cada vez más selectivos capaces de mejorar con rapidez los síndromes que aquejan a los niños y adolescentes víctimas de maltrato.

El intenso sufrimiento que causa el daño producido por el maltrato puede ser aliviado gracias al efecto de los psicofármacos. Aunque no se den los síntomas que permitirían un diagnóstico de episodio depresivo mayor, o de trastorno por angustia, los tratamientos farmacológicos pueden aliviar la depresión o la ansiedad que asolan la vida de los niños y adolescentes que han sido víctimas de maltrato.

Se pueden utilizar los medicamentos para tratar la propensión a conductas agresivas o autolesivas, muy frecuentes en los niños y adolescentes que han sufrido maltrato. Tanto los medicamentos que bloquean receptores de dopamina (antipsicóticos), como los que inhiben la recaptación de serotonina (antidepresivos) se han utilizado con éxito para tratar ese tipo de comportamientos de riesgo. También distintas conductas impulsivas pueden mejorar con estos fármacos. Por ejemplo, hay estudios que demuestran la eficacia de la fluoxetina en el tratamiento de la ludopatía, y también se han utilizado los antipsicóticos en el tratamiento de otras formas de impulsividad.

El daño producido por el trauma provoca una falta de integración del funcionamiento cerebral que pone obstáculos al establecimiento del vínculo y al avance a través de la psicoterapia. A veces, en el curso de la terapia, el trabajo sobre los contenidos traumáticos genera una angustia intensa, o estados depresivos que dificultan el progreso. Los psicofármacos actúan muchas veces como facilitadores del proceso psicoterapéutico, proporcionando una mejor regulación emocional y un alivio del sufrimiento producido por la revisión del daño traumático. No hacen que la persona afectada por el trauma se ponga en marcha y tampoco señalan la dirección; pero su efecto allana el camino, calma el dolor y proporciona fuerzas para seguir.

Resumen y conclusiones

Los tratamientos farmacológicos actuales son eficaces y seguros. Sus efectos no dependen de la mera sedación, y su uso no tiene por qué suponer un problema para mantener un buen funcionamiento cotidiano.

Los psicofármacos modernos tienen efectos que pueden contribuir a devolver un funcionamiento integrado al cerebro dañado por el maltrato. En unos casos porque sirven para tratar problemas psiquiátricos con un remedio específico; en otros casos porque pueden aliviar el sufrimiento, reduciendo los problemas emocionales y conductuales derivados del daño producido durante el neurodesarrollo.

Aunque no siempre son necesarios, su contribución puede ser decisiva para el éxito de la psicoterapia; porque facilitan la construcción del vínculo y porque allanan el camino a través del proceso psicoterapéutico.

miércoles, 22 de octubre de 2025

La educación debe ayudar a la prevención del suicidio, por Arturo Ezquerro, psiquiatra


La educación debe ayudar a 
la prevención del suicidio

Arturo Ezquerro, psiquiatra

Ante la muerte por suicidio de la joven Sandra, quien sufría una situación prolongada de acoso escolar, el blog Buenos tratos no quiere permanecer impasible y ajeno a esta desgracia. No es la primera vez que ocurre y eso es lo que nos tiene que alertar de que algo (o mucho) no estamos haciendo bien. Queremos aportar nuestro grano de arena para contribuir en lo que a nosotros nos parece fundamental que se incluya en todos los ámbitos de la sociedad, incluida la educación. Y lo hacemos de la mano de uno de nuestros colaboradores habituales, experto en apego y otras áreas de la salud. Muchas gracias, Arturo, por tu sensibilidad ante este doloroso tema. 


Agradecemos al autor el permiso que nos ha concedido para poder difundirlo por el blog. El artículo original ha sido publicado en el diario La Vanguardia, donde Arturo participa frecuentemente.

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Arturo Ezquerro es médico-psiquiatra, psicoterapeuta de orientación psicoanalítica, y grupo-analista. Nacido en Logroño, La Rioja (España), lleva cuatro décadas de trabajo en salud mental en Londres. Primer español en conseguir una Jefatura de Servicios Públicos de Psicoterapia en Reino Unido, es profesor en el Institute of Group Analysis, y miembro honorario de la Red Internacional de Apego, de la Sociedad Española para el Desarrollo del Grupo, la Psicoterapia y el Psicoanálisis, y de la World Association of International Studies. Docente y conferenciante en diversos países de Europa y de América Latina, colabora regularmente con prensa, radio y televisión, y reúne más de 200 publicaciones en 6 idiomas, incluyendo 9 libros.



La educación debe ayudar a la prevención del suicidio
por Arturo Ezquerro


Antes de nada, quiero transmitir a los padres de Sandra, a toda su familia y a las personas más cercanas a ella, mi más sentido mensaje de condolencia y mi afecto desde Londres. Vuestro duelo va a ser muy complejo; quiero que sepáis que no estáis solos, que podéis contar conmigo y con otras muchas personas que os pueden ofrecer apoyo. 

Como psiquiatra de la infancia y la adolescencia, también me gustaría decir tres cosas que aprendí de John Bowlby, de quien fui discípulo, durante mi periodo de formación londinense:

- Primera, el suicidio es una enfermedad social.

- Segunda, el suicidio conlleva una crisis de apego.

- Tercera, el suicidio se puede prevenir.

John Bowlby


La muerte de Sandra por suicidio en Sevilla, con tan sólo 14 años, tras haber sufrido el acoso continuado por parte de tres compañeras de su colegio, ha resonado en Reino Unido con la muerte de Mia Janin por suicidio en Londres en 2021, a la misma edad de 14 años. 

En el caso de Mia Janin, la investigación duró 36 largos meses. El pasado año se confirmó que ella no había tenido ningún problema de salud mental previo, pero que fue sistemáticamente acosada por varios compañeros de colegio durante el periodo inmediatamente previo al suicidio.

En un estudio reciente realizado en Reino Unido, se ha demostrado que sufrir acoso escolar en la infancia y la adolescencia incrementa el riesgo de mortalidad por suicidio en dichas etapas y, también, en la edad adulta, como secuela tardía del daño psicológico que tal experiencia traumática puede causar a corto, medio y largo plazo. 

En dicho estudio se revela que casi la quinta parte de los menores que han sido acosados se han sentido invadidos por pensamientos o planes suicidas, como consecuencia de dicho acoso. 

Por otro lado, según revela otro estudio de investigación nacional confidencial, en el 22% de los menores fallecidos en Inglaterra por suicidio ha existido acoso escolar previo. Este porcentaje se incrementa a unos niveles escalofriantes en la etapa de transición entre la infancia y la adolescencia: 

En el periodo que va de 2000 a 2008, dentro de las muertes por suicidio en menores entre los 11 y 14 años, en casi la mitad de ellos había una relación clara o probable con el acoso escolar.

En España, según datos de la Fundación ANAR (ayuda a niños y adolescentes en riesgo), los casos de suicidio infantil vinculado al acoso escolar casi se han multiplicado por ocho en los últimos 15 años. Esto indica un muy preocupante empeoramiento de la salud mental infanto-juvenil, así como múltiples grietas en las estructuras sociales y en los sistemas de salvaguarda escolares. 

Con frecuencia, la transición entre la infancia y la adolescencia es una fase de turbulencias emocionales. Los patrones de apego de las etapas tempranas del desarrollo, con las figuras maternas y paternas, deben modificarse para dar entrada también a relaciones de apego fuera de la familia. Aquí, los maestros y los profesores pueden desempeñar un rol importante como figuras de apego subsidiario o secundario; a veces, incluso primario. 

En la adolescencia, el apego materno-filial y el paterno-filial ya no son suficientes para un desarrollo psicosocial completo y equilibrado; el apego grupal se convierte en un elemento esencial y ha de integrarse con los apegos filio-parentales, que continúan siendo necesarios, aunque con nuevas características de regulación de la distancia, tanto física como emocional.

La influencia del grupo de pares de cara al proceso de co-construcción de la identidad personal es clave:

La amistad, la lealtad y la confianza mutua son ingredientes imprescindibles para establecer un apego grupal sano y adquirir un sentimiento de pertenencia, que ayude a consolidar la autoestima y el sentido de la vida en la persona adolescente. Si fallan estos ingredientes, especialmente cuando miembros del grupo de pares se convierten en acosadores o agresores, se ponen en riesgo el bienestar emocional y la supervivencia psíquica.

Llevo varios lustros intentando que se incluya, en los centros escolares, una educación de calidad sobre las propiedades protectoras y saludables de los vínculos afectivos y el apego sano. Aquí en Londres son ya varios los colegios independientes que la imparten. Los colegios públicos se lo están pensando: las cosas de palacio van despacio.

A fin de cuentas, hay decisiones que deben tomarse desde los cargos políticos. Por ello, me gustaría sugerir que, antes de ocupar su sillón en uno de los parlamentos nacionales o autonómicos, sus señorías hiciesen algún curso para comprender mejor las implicaciones del apego en diversas etapas de la vida. Ayudaría a disminuir el número de casos de suicidio, de violencia sexual y otros males sociales.

El apego grupal es fundamental para un sano desarrollo


Si para obtener el carnet de conducir un coche toda persona está obligada a pasar un test psicotécnico, ¿por qué no deberían pasar sus señorías una prueba básica sobre el apego que, junto con el alimento y la sexualidad, es uno de los tres pilares de la existencia humana? Después de todo, con sus decisiones de carácter socio-político, sus señorías tienen la responsabilidad de ‘conducir’ y reconducir muchos aspectos de la vida de la ciudadanía.

Recuerdo que fui consultado, informalmente, por un político sobre un borrador de una ley de salud mental. Le dije que la omisión absoluta del apego en el texto me parecía preocupante. El político me contestó que el apego es una cosa de mamás y bebés, y que uno tiene que desapegarse lo antes posible. De hecho, se refirió a artículos que publican algunos profesionales o gurús sobre la llamada ‘ley del desapego’. 

Estos pseudocientíficos dicen que, para ser felices, hay que desapegarse. Y se quedan tan anchos, sin darse cuenta de que el apego (como el alimento y la sexualidad) es una necesidad básica que está presente en la vida del ser humano, con distintas manifestaciones, desde el nacimiento hasta el final del camino.

Uno de los objetivos de mi próximo libro es contribuir a la prevención del suicidio. Por eso le he dedicado varios capítulos a este espinoso tema y a las secuelas del maltrato infantil a largo plazo. El texto, publicado por Editorial Sentir, estará disponible en breve. Se titulará ‘Estados de ánimo: Belleza y perversión del apego’.

A modo de connotación positiva, antes de concluir, debo recordar al lector que, para ayudar a la prevención del suicidio, se ha establecido recientemente una línea telefónica gratuita, el 024, disponible 24 horas diarias todos los días del año, además del ya existente Teléfono de la Esperanza. 

La prevención del suicidio, que desgarra corazones, destruye familias y es mal social, debe ser tarea de toda la sociedad. Hemos de estar unidos en este empeño colectivo: un grano no hace granero, pero ayuda al compañero.

lunes, 13 de octubre de 2025

"La historia de un bebé. Hablando de adopción con los niños", por Mónica Castañeda Urrutia, psicóloga

 

 

Este libro comparte la historia de una niña que nació de una pareja que no tuvo recursos emocionales ni económicos para criarla. Presenta una narrativa a los pequeños sobre lo que a la niña le sucedió antes de su adopción. Es un recurso que ayuda los niños que fueron adoptados a organizar pensamientos y sentimientos, y con esto dar coherencia a su propia experiencia al haber sido adoptados.



Hoy os presentamos el relato "La Historia de un bebé. Hablando de adopción con los niños". Una herramienta que puede ser de gran ayuda para todas las familias adoptivas que tienen que comunicarse con su hijo/a adoptivo/a y compartir con él/ella una narrativa sobre sus orígenes e historia. Muchas familias no saben cómo manejarse con este sensible y delicado tema, ni tampoco saben cómo empezar, aunque es cierto que de la adopción, como dice Giménez-Alvira, hay que hablar desde el principio y no hacer de ella un tema tabú. Para ello, es necesario saber hilar un relato y encontrar las palabras. Muchos padres y madres tienen miedo de herir a sus hijos y no saben qué decir, ni mucho menos encontrar un lenguaje apropiado a la edad de su niño/a.

Mónica Castañeda, psicóloga y persona adoptada, ha cubierto esta necesidad. Ha publicado el cuento "La Historia de un bebé" en el que presenta el relato que bien le podrían contar unos padres/madres a su hijo/a adoptivo/a. No utiliza terceros elementos sino que es para esos niños/as que necesitan aproximarse con delicadeza a lo real, pues se habla, de manera honesta y clara, directamente del bebé y de la familia, es decir, para niños a partir de 6/7 años (edad madurativa). 

Este relato está escrito por una psicóloga experta en el tema. La verdad es que no estamos sobrados de materiales especializados y que sean de calidad. 

Os dejo con un vídeo breve en el que Mónica Castañeda nos cuenta lo más importante de esta historia y con una entrevista que ha tenido a bien conceder a nuestro blog Buenos tratos. ¡Enhorabuena por tu trabajo, Mónica, y gracias por atender nuestra llamada!


Mónica Castañeda Urrutia ha tenido
la amabilidad de presentarnos su relato "La historia de un bebé" en vídeo

José Luis (JL): Lo primero, darte la enhorabuena por la publicación de este cuento o mejor, relato.  ¿Qué te motivó el escribir “La historia de un bebé?

Mónica (M): Tuve dos motivaciones, la primera es mi historia como hija por adopción, pues mis padres biológicos me entregaron a mis papás al nacer, ellos nunca pudieron hablar conmigo de cómo fue que llegamos a ser familia, crecí sin tener un relato cierto de mi historia de vida. La segunda motivación fue mi experiencia acompañando familias en sus procesos emocionales pre y post adopción.

JL: Las familias adoptivas están necesitadas de este tipo de materiales, porque uno de los temas más importantes es compartir con el hijo su historia de vida: cuándo es adoptado, por qué, dónde nació, qué ocurrió… se les hace muy difícil qué decirles y cómo decírselo. Este libro puede ser de gran ayuda porque pone en palabras los temas más importantes y lo hace con gran sensibilidad, ¿es así?

M: Si, José Luis, efectivamente, compartir con el hijo su historia de origen es una de las tareas más especiales y trascendentes de la crianza por adopción.

En muchas ocasiones, mamás y papás pueden pensar que lo mejor es no compartir con sus hijos lo que vivieron antes de la adopción, creyendo que así evitarán confusión o dolor, sin embargo, es importante recordar que los niños ya lo saben, lo vivieron, está en su memoria, y aunque no tengan palabras para expresarlo, sienten que hay algo que no se les dice. Intuyen que hay una parte de su historia que permanece en silencio.

Dar voz a esa historia desde el amor, la verdad y el respeto, abre la posibilidad de que ese dolor sea acompañado, validado y transformado.

JL: Pienso que este relato puede ser la oportunidad para que los padres puedan establecer un diálogo con su hijo, y para que se propicien comunicaciones sintonizadas con lo que este puede sentir…

M: Así es, en mi experiencia, este material ha podido generar reflexiones en las que surgen preguntas que no habían encontrado el momento de ser expresadas, permite hablar de las dudas y de las emociones que se logran poco a poco identificar.

JL: A veces hay miedo en los padres y familias a abordar este tema, a hacerle daño al niño con recuerdos dolorosos. ¿Aún pesa la idea de qué es mejor hacer tabula rasa del pasado y ceñirse a la vida actual? 

M: Sí, todavía sigue por ahí esa creencia, afortunadamente cada vez menos, pues hoy tenemos mucha información valiosa sobre los beneficios de hablar de una manera clara con los niños la verdad de su historia de vida, solo que es también importante abordar el tema de una manera sensible, informada y amorosa pues muchas veces los diálogos pueden darse con una comunicación que puede confundir más, como es el caso del uso del lenguaje simbólico, por ejemplo: “Naciste de mi corazón”, “Un ángel te trajo a la puerta de mi casa”, “Una estrella te trajo a nuestros brazos”, etc.

JL: Pienso que el relato está contado de una manera sencilla, clara, honesta, con un lenguaje accesible y comprensible, y esto es importante porque la honestidad y la empatía en la transmisión del relato son fundamentales. ¿Cuál es tu punto de vista sobre esto? 

M: Yo también comparto tu punto de vista al respecto; Al hablar con los niños es fundamental darles información clara y adecuada a su nivel de comprensión. Algo muy importante que he recogido en mi experiencia personal es que la manera en que los padres transmiten el relato debe estar marcada por la madurez, la ecuanimidad y la ternura porque el niño es muy sensible y tiende a asumir la emocionalidad de los padres.

JL: La idea y el sentimiento a transmitir es que se puede llegar a formar una familia por diferentes vías. Una de ellas es la adopción. Pero lo importante es tener una familia con la que puedas crear un vínculo amoroso y seguro. ¿Estás de acuerdo?

M: Totalmente, porque el tema de la diversidad familiar es en mi opinión esencial de abordar en las familias por adopción.

JL:Cuéntanos tu experiencia como profesional de la adopción abordando los orígenes.

M:En mi experiencia profesional, acompaño a las familias en varios pasos clave al momento de hablar con sus hijos sobre su historia de origen:

1. Recuperar la información disponible: animar a los padres a buscar todos los elementos posibles de la historia del niño, pues cada dato aporta claridad y sentido.

2. Construir la línea de vida: trabajar junto a los padres en la elaboración de una narrativa visual y cronológica que dé orden y coherencia a la historia de su hijo.

3. Explorar lo emocional en los padres: antes de transmitir la historia, es importante que mamá y papá trabajen sus propias emociones, de manera que el relato llegue al niño desde un lugar de serenidad y contención.

4. Acompañamiento terapéutico al niño: cuando el niño llega a terapia, se retoma lo compartido por los padres, se validan sus emociones y se exploran dudas o sensaciones que aún no comprende.


JL: ¿Puedes compartirnos alguna experiencia que te haga llegado al corazón y que se te haya quedado grabada? 

M: A lo largo de mi experiencia profesional he acompañado a muchas familias en su camino por la adopción. He vivido múltiples momentos significativos, pero lo que más me emociona es ver a los niños cuando conocen su historia de origen y, en ese proceso, se sienten amados, comprendidos y acompañados por sus padres.

Es por esa emoción que yo he sentido en mi práctica profesional que nació este libro.

JL: Las imágenes también cuentan, y el relato está bonitamente ilustrado por Adi Rivera…

M: Agradezco a Adi Rivera, ilustradora mexicana que desde el primer momento entendió lo que yo quería transmitir, la ternura de los personajes, las diferencias físicas que suelen estar presentes en las familias por adopción, ella pacientemente lo fue entendiendo y con sensibilidad lo proyecto. 

JL: Antes de terminar, ¿algo más que quieras añadir? No te olvides de decirnos dónde podemos comprar el librito. 

M: Yo espero con este libro colaborar para que las mamás, papás y profesionales puedan hablar con verdad sobre adopción a la vez que refuerzan emocionalmente a los niños.

El libro está a la venta en la plataforma de Amazon


Muchas gracias y muchos éxitos 


martes, 7 de octubre de 2025

Presentación del libro "El lenguaje silencioso. La técnica de la caja de arena en la adolescencia"

 Presentación presencial del libro

"El lenguaje silencioso. 

La técnica de la caja de arena en la adolescencia"

¡Os esperamos!

En San Sebastián, 16 octubre 2025 a las 19,15h

Facultad de Psicología.

Haz click AQUÍ para acceder a la entrevista de presentación del libro 

Espacio "Café con autor" de la Editorial Desclée de Brouwer.


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Para saber más sobre el libro: AQUÍ

Para comprarlo: AQUÍ





lunes, 6 de octubre de 2025

"La teoría del apego y algunos aspectos de sus aplicaciones clínicas", artículo de Mario Marrone, psiquiatra y psicoanalista

Mario Marrone

Hoy quiero presentar a la figura del Dr. Mario Marrone, médico y psicoanalista argentino, especialista en apego y trauma, es excelente conocedor de estos dos últimos modelos porque estuvo en la cuna de la teoría del apego. Viajó a Londres a completar su formación como psicoanalista y conoció y se formó con el mismísimo John Bowlby, con quien mantuvo una relación personal, así como con su familia. 

Mario Marrone nos recuerda los fundamentos y la pureza de la teoría del apego. Hay riesgo de que esta se contamine de propuestas que no toman en cuenta a Bowlby, cayendo así en una simplificación peligrosa. Los libros de Mario son siempre una referencia para saber con precisión qué queremos decir cuando hablamos de apego. Cuáles son los postulados de este modelo y su trascendente papel en el desarrollo humano y en la salud.

Para quienes no sepáis quien es Mario Marrone y su inestimable contribución al campo de la psiquiatría, la psicoterapia y el desarrollo infantil, voy a dejar que él mismo se presente:

"Hasta hace poco yo tenía una práctica privada en psicoterapia y psicoanálisis en Londres. También realizaba tareas clínicas y supervisión en Alicante (España). En la actualidad hago terapia individual por Skype, aparte de cursos y talleres presenciales.

Hablo Inglés, italiano y español.

Obtuve el título de médico en la Universidad de Rosario, Argentina (1973). También obtuve el Diploma de Psiquiatra en el Colegio Médico de la Provincia de Santa Fe, Argentina (1976). Me formé en grupoanálisis en el Institute of Group Analysis (Londres) y en psicoanálisis en el Instituto de Psicoanálisis (Londres). He tenido supervisión clínica con un número de prestigiosos psicoanalistas británicos, incluyendo a Martin Miller, Patrick Casement, Pearl King y John Bowlby. Estudié la teoría del apego con John Bowlby durante un período de diez años en la Clínica Tavistock de Londres.

Entre 1977 y 1991 trabajé como psiquiatra y psicoterapeuta hospitalario en el Servicio Nacional de Salud de Gran Bretaña. Adquirí una amplia experiencia en el campo de la neurosis, psicosis, trastornos de la personalidad, depresión puerperal, intervención de crisis de la familia, psiquiatría transcultural y psiquiatría forense. En el Hospital Shenley trabajé en equipo interdisciplinario con psiquiatras, psicólogos y trabajadores sociales.

Soy miembro  de la Sociedad Psicoanalítica Británica y la Asociación Psicoanalítica Internacional. He sido miembro de la Junta Directiva de la Asociación Internacional de Psicoterapia de Grupo, Presidente del Comité del Actividades Científicas  del Institute of Group Analysis y Director de la Clínica del London Centre for Psychotherapy. Soy miembro fundador y ex presidente del International Attachment Network (Sección Reino Unido) y co-fundador de la revista Attachment and Human Development.

He publicado numerosos libros, artículos y capítulos de libros en italiano, español e Inglés.

He mantenido una vida internacional activa y vínculos con  universidades y cuerpos profesionales de varios países. He sido profesor asociado, profesor visitante y examinador externo en varias universidades del Reino Unido y Europa. También he sido miembro del Comité de Expertos sobre Promoción de la Salud Mental de niños de 0 a 6 años de edad (Bruselas), creado por la Comisión Europea en asociación con Salud Mental en Europa".

He tenido la fortuna de poder saludarle y conocerle. Hace unos años nos recibió de una manera muy cálida y humana en Londres. Unos amigos míos (Rafael Benito y Cristina Herce) y yo pudimos cenar con él y con otros colegas y compartir una velada muy bonita. Mario nos habló de John Bowlby y nos contó sus experiencias en su relación con él. Nos indicó dónde estaba la casa familiar del creador de la teoría del apego y fuimos a visitarla. 

Recientemente, hemos tenido el honor de que Mario Marrone nos honre con su presencia en el acto de presentación en Barcelona de nuestro libro titulado: "Traumaterapia sistémica. Un enfoque comprensivo para abordar el dolor visible e invisible de los procesos traumáticos, desde un modelo terapéutico basado en los buenos tratos, la resiliencia y la justicia social".


Esta es una obra fundamental que explora la relevancia contemporánea de la teoría del apego, destacando su aplicación en psicoanálisis, psicoterapia y salud mental. La obra, revisada y ampliada, ha sido crucial para la difusión de la teoría en España y Latinoamérica, siendo un texto de referencia en formación clínica y para profesionales como psicoanalistas, psicólogos, psiquiatras y trabajadores sociales. 


Contenido principal del libro:


Fundamentos y desarrollo de la teoría: 

Se abordan los principios históricos y los desarrollos más recientes de la teoría del apego, mostrando cómo ha reemplazado el modelo pulsional freudiano por un enfoque centrado en los vínculos afectivos duraderos. 

Relación con el psicoanálisis: 

Se explora la conexión entre la teoría del apego y el psicoanálisis, revisando las aportaciones de autores clave como Winnicott, Klein, Lacan y Fonagy. 

Aplicaciones clínicas: 

El libro detalla cómo la teoría del apego se aplica en diversos ámbitos, incluyendo:

La psicoterapia individual, de pareja, grupal y de familia. 

El trabajo con el duelo y las rupturas de vínculos. 

La prevención y asistencia psiquiátrica. 

La intervención en casos de trauma y disociación. 

 

Perspectiva multidimensional: 

 

Se incluyen componentes neurofisiológicos, psicosomáticos y representacionales del apego, así como la investigación en diferentes ramas del saber. 


Difusión y formación: 

La obra ha sido clave para la difusión de la teoría del apego y su aplicación clínica en España y Latinoamérica, convirtiéndose en un libro de texto para cursos de psicología y psicoterapia en universidades y centros de formación. 

Innovación en el campo: 

La primera edición del libro en 2001 revitalizó los estudios sobre la teoría del apego, impulsando la creación de grupos de estudio y la inclusión de la teoría en diversos planes de formación clínica. 

Autoría: 


Mario Marrone, psiquiatra y psicoanalista con una larga relación profesional con John Bowlby es un experto en la materia, lo que añade gran valor a la obra.

 

Son muchos los libros que Mario Marrone ha escrito sobre apego. Todos son una contribución inestimable al ámbito, pero yo creo que el de referencia es "Teoría del apego. Un enfoque actual" Es de imprescindible lectura para cualquier profesional que quiera que sus prácticas estén informadas por el apego de un modo riguroso y fiable. El propio Mario Marrone no se cansa de afirmar que el apego no se ciñe solo a las famosas tipologías, o que la crianza con apego y el colecho no significan necesariamente que se genere -como una mera fórmula que se aplique- un vínculo de apego seguro con el niño. 

Conviene leerle, para que mantengamos la esencia del apego intacta y hagamos buenas prácticas y conectemos con la necesidad de formarnos -como él afirma- desde la tríada que todo profesional competente debe de seguir: la académica, la supervisión y la psicoterapia personal.

Hace poco, Mario Marrone nos compartió un artículo sobre el apego que explica muy bien los conceptos más importantes, su relevancia y aplicaciones. Le pedí permiso para compartirlo en el blog y me lo concedió amablemente. He considerado que es una oportunidad única para glosar sobre su figura, contribuciones, relevancia en el ámbito, y también una ocasión para testimoniarle, en nombre de la Red Apega de profesionales, nuestro afecto y agradecimiento por su trayectoria, labor y cualidades humanas. 

Enlace al artículo: AQUÍ