lunes, 9 de junio de 2025

Podcast especial de presentación del Manual de Traumaterapia sistémica: con Jorge Barudy, Maryorie Dantagnan, Rafael Benito y José Luis Gonzalo

 Podcast especial presentando el 

Manual de Traumaterapia sistémica

Con Jorge Barudy y Maryorie Dantagnan
Rafael Benito, Jose Luis Gonzalo

Conduce: Melissa Jacobs


Un enfoque comprensivo para abordar el dolor visible e invisible de los 
procesos traumáticos desde un modelo terapéutico basado en los
buenos tratos, la resiliencia y la justicia social

Para hacerte con un ejemplar:


Un ejemplar del Manual de Traumaterapia sistémica


PRESENTACIONES DEL LIBRO

BARCELONA



SAN SEBASTIÁN/DONOSTIA


MADRID


domingo, 8 de junio de 2025

Dando a conocer el Manual de Traumaterapia sistémica (Días, horas y lugares de presentación en Barcelona, San Sebastián y Madrid)


Traumaterapia sistémica

Jorge Barudy y Maryorie Dantagnan

Con Rafael Benito, Jose Luis Gonzalo,
Cristina Herce, María Álvarez, Javiera Cristi, Nora Mejía, Aina Sampere, Ana María Barbero y el abogado chileno Hernán Fernández.


Un enfoque comprensivo para abordar el dolor visible e invisible de los 
procesos traumáticos desde un modelo terapéutico basado en los
buenos tratos, la resiliencia y la justicia social

Para hacerte con un ejemplar:


Un ejemplar del Manual de Traumaterapia sistémica


PRESENTACIONES DEL LIBRO

BARCELONA



SAN SEBASTIÁN/DONOSTIA


MADRID



Historia del Manual de Traumaterapia sistémica
José Luis Gonzalo

Dedico esta entrada de hoy a hablaros sobre el Manual de Traumaterapia sistémica escrito por Jorge Barudy, Maryorie Dantagnan, con Rafael Benito y servidor, mas todo un elenco de grandes profesionales -que citamos más arriba- que se han sumado y colaborado para que pueda ver la luz.

Voy a relataros por escrito algunos aspectos que destaco del libro y lo que ha supuesto su creación y publicación.

En agosto de 2004 conocí a Jorge y a Maryorie. Conmigo también lo hicieron los que, además de colegas, son entrañables amigos, muy queridos para mí: Rafael Benito y Cristina Herce. Esta primera formación, que será el germen de lo que después hemos denominado promociones apega (en alusión a que no solo aprendemos sobre vínculos sino que vinculamos entre nosotros) fue profundamente transformadora. Personalmente, por vez primera escuchaba qué era el apego, y las clasificaciones de apego: los apegos inseguros, el desorganizado... También escuchaba la palabra trauma relacional y cómo impacta en el desarrollo. Cómo los malos tratos generan un daño en la persona del niño/a y cómo ese dolor podía expresarse de manera invisible (haciendo alusión al título de un libro de Jorge) o visible (mediante un lenguaje que a menudo responsabilizaba al niño de los malos tratos sufridos, como lo son los trastornos de conducta). También escuché el término "incompetencia parental", una manera de comprender por qué los padres y las familias no pueden cuidar bien de sus hijos/as, y que involuntariamente les causen daño en su neurodesarrollo. Escuchaba el incipiente modelo de intervención en Traumaterapia de Maryorie y Jorge y alucinaba con cómo se podía y debía trabajar. Y finalmente, entre otras muchas más cosas que podría mencionar, me imbuí del paradigma de los buenos tratos a la infancia y a los adultos y sus consecuencias sobre la salud.

Todo ello hizo que mi manera de ver la vida, a la infancia, a los padres, a las madres, a los adultos… cambiara radicalmente.

Hoy en día se habla de apego, trauma y desarrollo de manera generalizada... Pero a principios de este siglo eso no era tan común. Jorge y Maryorie tomaron como referencia estos marcos teóricos y los articularon y les dieron forma gestando un paradigma propio: el Modelo de Tres Bloques sobre una buena Base (familia y/o cuidadores) y un contexto ecosistémico.

Nuestros queridos y admirados profesores también se sintieron profundamente transformados por ese encuentro. Porque aquello fue el germen de lo que después devendría en el Postgrado de Traumaterapia sistémica. Algunos alumnos/as de aquella primera promoción fuimos invitados a ser docentes de este diplomado, y nos sumamos con gusto, cuando ya completamos nuestro proceso de formación. Dicho diplomado -como siempre lo hemos llamado- fue creciendo. De Barcelona se pasó a abrir sedes en Bilbao, después San Sebastián (País Vasco). Simultáneamente a estas nuevas sedes, nace IFIV Hispanoamérica y el postgrado comienza a ser impartido en Viña del Mar (Chile), al que se van incorporando -gracias a la modalidad semipresencial- profesionales de muchos países de Hispanoamérica. Poco después, inauguramos formación en Madrid, un lugar importante dada su centralidad y accesibilidad desde prácticamente todos los lugares de España. En total más de 600 profesionales formados en un Programa (accesible los dos primeros años para psicólogos, psiquiatras y profesiones afines) respetuoso y adaptado al sufrimiento infantil causado por los traumas que los malos tratos generan, que han llevado el realismo de la esperanza a muchísimos niños, adolescentes y sus familias, pudiendo mejorar y sanar de sus heridas. 

¿Qué faltaba? Sin duda, todo modelo tiene su Manual. Su libro de referencia. Esto fue lo que animó a Jorge y Maryorie a hacerlo. Habían -y habíamos adquirido con ellos- la experiencia y conocimientos suficientes para escribir el libro.

Jorge Barudy y Maryorie Dantagnan comenzaron esta ardua tarea, porque son muchos los contenidos que componen el paradigma de la Traumaterapia. Fue hace diez años, en un periodo de descanso que se tomaron, en el que reflexionaron que se necesitaba escribirlo. Además de que había que plasmar todo este conocimiento en un libro, y de ser la presentación en sociedad del modelo, los alumnos/as necesitaban tener un libro de consulta y de estudio, tanto los ya egresados como las nuevas generaciones. 

Jorge y Maryorie decidieron invitarnos a este emocionante viaje y nos agregamos todos y todas los que figuramos como autores y colaboradores. Fue el acuerdo del Hotel de Londres y de Inglaterra de San Sebastián. Un lugar emblemático, con más de cien años de historia y muy significativo para Jorge y Maryorie.

Y así comenzamos a trabajar… Es un libro amplio (650 páginas), pero no puede ser de otro modo. Porque el modelo es muy completo y no puede simplificarse en unas pocas páginas. Es un libro para consultar, que puede leerse por capítulos independientes. El proceso de creación ha sido muy costoso: muchas horas de lectura, correcciones, cambios, reordenaciones… Lo que es bueno se prepara con mucho mimo, cuidado y detalle. Muchos borradores. Hemos vivido y compartido momentos donde nos hemos cargado de energía para darle impulso, con otros momentos en los que hemos sentido la necesidad de parar y dejarlo reposar para enfriar y volver a reflexionar y retomar.

El primer borrador estuvo terminado en el año 2022. Jorge y servidor lo acabamos en julio de ese año, cuando él estuvo en San Sebastián para impartir clases en la semana intensiva de la promoción apega 8-San Sebastián. El Bar Oroipen (que en vasco significa Recuerdo) fue testigo de ese encuentro que finalizaba una fase en el proceso de creación del libro. Un nombre muy revelador. 

Pero aún quedaba mucho…más cambios, reestructuraciones, escritura de nuevos capítulos, revisiones…. El último impulso nos los dio Maribel Tabuenca, que en las VI Conversaciones sobre Apego y Resiliencia Infantil conoció el proyecto y viendo su calidad decidió apostar por su edición y publicación en El Hilo Ediciones. Sin la asesoría de Maribel y su enorme trabajo no hubiera sido posible que, al fin, en mayo de 2025, el libro haya visto la luz y se presente en sociedad.

Rafael Benito resume maravillosamente las bondades de este Manual y por qué debéis de haceros con un ejemplar. Porque es el modelo (y lo dice un experto psiquiatra en neurodesarrollo) más completo para evaluar y trabajar las consecuencias que los malos tratos tienen en la mente en desarrollo de los niños/as y también en el psiquismo adulto. Porque es un libro colaborativo (fruto del esfuerzo y sabiduría de muchos profesionales), inclusivo (el paradigma de la Traumaterapia no deja fuera ninguna técnica que teniendo base científica sea eficaz para tratar el trauma, pueden integrase sin ningún problema), es ecléctico (recibe influencias de prácticamente casi todas las escuelas de psicoterapia y de las intervenciones y terapias informadas por el apego y el trauma) y es moderno y actual (basado en los descubrimientos de la neurociencia), teniendo en cuenta que trabajamos y nos relacionamos con personas en desarrollo (psicología del desarrollo). Con visión sistémica y apoyado en la evaluación e intervención en el contexto social de la persona menor de edad. Sin olvidarnos de la promoción de la resiliencia secundaria y del respeto a los derechos humanos y la justicia social que las víctimas merecen. Por eso es con todas las letras un modelo bio-psico-social.

Indice del Manual de Traumaterapia sistémica



Aquí tenéis el índice. Como veis son tres partes: en la primera, se tratan los fundamentos teóricos, el corpus de conocimientos en los que el modelo se basa. En la segunda, el paradigma de las competencias parentales, otro pilar clave, y su aplicación práctica al acogimiento familiar. Y la tercera y última parte se dedica al modelo de intervención en Traumaterapia: la metodología y práctica de esta: las características que deben de tener los profesionales, la evaluación y las fases de la intervención en Traumaterapia. Con las dos modalidades de actuación: sala de valientes (sala de terapia infanto-juvenil) y ecosistémica (trabajo de coordinación con todos los profesionales que forman el contexto psicosocial del niño o joven, que pueden amplificar sus problemas o mejorar su desarrollo y funcionamiento) Finalmente, las aplicaciones prácticas de la Traumaterapia como lo son el yoga, la terapia asistida con perros y la terapia sensorio-motriz y sus usos dentro del modelo de Jorge y Maryorie.

Solo me queda agradecer a nuestros queridos profesores y amigos, Jorge Barudy y Maryorie Dantagnan que nos hayan invitado a vivir esta preciosa experiencia. A todos/as las autores/as que hemos participado: Rafael Benito, Jose Luis Gonzalo, Cristina Herce, María Álvarez, Javiera Cristi, Nora Mejía, Aina Sampere, Ana María Barbero y el abogado chileno Hernán Fernández. 

A Maribel Tabuenca, directora de la editorial El Hilo Ediciones por todo el trabajo y el ingente esfuerzo de creación y edición del libro que ha permitido que el Manual pueda ver la luz. A Marina Mas, por toda su labor callada y silenciosa en la sombra, fundamental para que todo pueda ser ordenado, planificado y bien guiado. Y por supuesto, a todos/as los alumnos/as y miembros de la red apega y simpatizantes, con los que tanto hemos aprendido. Un pedacito del corazón de cada uno de ellos y ellas está también en este Manual. 

sábado, 7 de junio de 2025

Podcast capítulo 4: Cuidando la parentalidad terapéutica desde la Traumaterapia sistémica®, por Tatiana Cáseda Fernández, psicóloga y traumaterapeuta.

 

Podcast Capítulo 4



Para seguir el podcast, click en este vídeo de Youtube:



Damos comienzo a un nuevo proyecto que desde la Traumaterapia Sistémica hemos puesto en marcha. A través de varios capítulos, una serie de podcast, vamos a daros a conocer los fundamentos de este modelo, su metodología, sus modalidades de intervención... Somos más de 800 profesionales repartidos por toda España e Hispanoamérica, que trabajamos aplicándolo después de egresar del Postgrado. 

Participarán los miembros del equipo docente del diplomado, los profesionales que aplican la Traumaterapia en el ámbito de la protección a la infancia (técnicos de infancia, trabajadores sociales, psicólogos, educadores...), la enseñanza (maestros, orientadores...), la psicoterapia (psicólogos que la utilizan en sala de valientes), lo judicial (abogados, educadores, psicólogos...), así como las familias que han trabajado como coterapeutas y han participado llevando adelante una parentalidad terapéutica. 

En este cuarto capítulo, nos acompaña Tatiana Cáseda Fernández, psicóloga y traumaterapeuta. En este podcast Tatiana (además de compartirnos cómo conoció a Jorge y Maryorie) nos habla de su recorrido profesional como psicóloga, desde sus inicios en Proyecto Hombre, donde acompañaba a familias que presentaban conductas adictivas. Allí pudo comprender cómo estas afectaban profundamente al ejercicio de la parentalidad. Continuó su trabajo como psicóloga en la extinta Asociación de Orientación y Tratamiento Familiar ARGABE donde su labor se centró en la evaluación y apoyo de las competencias y resiliencia parentales cuyos hijos/as se encontraban en una situación de desprotección y participaban de los programas de rehabilitación de la Diputación Foral de Gipuzkoa. Actualmente, trabaja con José Luis Gonzalo y Marta Astiz, psicólogos, en la consulta de psicología Lotura, en San Sebastián, tratando a familias adoptivas y a sus hijos/as mediante un programa de parentalidad terapéutica. En esta conversación que Melissa Jacobs y José Luis Gonzalo mantienen con Tatiana, ella relatará los aspectos más importantes a tener en cuenta desde la Traumaterapia sistémica® para hacer una buena valoración e intervención en competencias parentales. También expone cómo hace equipo con las familias y los profesionales que se relacionan con niños/as con grave afectación all neurodesarrollo como consecuencia de los traumas tempranos y crónicos que estos han sufrido. Un podcast vivencial donde podremos conocer cómo trabaja esta experimentada psicóloga miembro del equipo docente del Postgrado de Traumaterapia sistémica® de Barudy y Dantagnan. 

Tatiana Caseda Fernández. Licenciada en Psicología clínica  por la Universidad del País Vasco. Máster en terapia de familia y de pareja por la Universidad del País Vasco con orientación sistémica. Diplomada en psicoterapia infantil por el IFIV de Barcelona. Formación de psicoterapia en técnicas gestálticas y bioenergéticas. Formación en EMDR adultos (nivel I). Profesional con amplia experiencia valorando e interviniendo en casos de menores y sus familias en situaciones de desprotección grave. Actualmente trabaja en la consulta privada LOTURA como psicóloga y psicoterapeuta infantil y de adultos en Donostia-San Sebastián y es docente en el Diplomado en Traumaterapia infantil sistémica de Barudy-Dantagnan en el País Vasco.

El blog Buenos tratos, el oficial de la Traumaterapia Sistémica, contribuye encantado a la difusión de estos podcast, que serán una entrada más, esta vez hablada, dentro de toda la información que por aquí compartimos desde hace años.

Ya sabéis que podéis escuchar los podcast a ratos y que es muy cómodo oírlos mientras hacemos otras tareas con las que esta escucha es compatible.

Os dejo con el Capítulo 4.

lunes, 26 de mayo de 2025

"Pido perdón aunque no lo merezca", un relato de Dolores Rodríguez Domínguez, psicóloga.



"Pido por perdón aunque no lo merezca"



Un relato de Dolores Rodríguez Domínguez, psicóloga

Presentación

Podría decir muchas cosas sobre este maravilloso y sentido relato escrito por nuestra colaboradora habitual, Dolores. Ella como psicóloga trabaja con muchas víctimas de violencia, maltrato, negligencia y/o abuso sexual. También con muchos padres y madres en programas de capacitación parental. Podría añadir como presentación unas líneas científicas sobre el reconocimiento del daño causado, el perdón y la reparación de las personas que ejercen prácticas maltratantes. Pero si lo hago, corremos el riesgo de estropear este bello texto. Creo que cada uno de vosotros/as podéis interpretar las metáforas de manera diferente, lo que puede generar diferentes significados y emociones. Esta variabilidad en la interpretación es una de las características que hacen que las metáforas sean tan ricas y expresivas. 

Gracias, Dolores, una vez más, por tu excelente aportación al blog Buenos tratos. 

*************

"Pido perdón aunque no lo merezca"
por Dolores Rodríguez Domínguez

Quisiera pedirte perdón pero no me atrevo porque sé que no merezco pedirlo y mucho menos recibirlo.

Me gustaría poder explicarte por qué no pude permanecer junto a ti, y por qué mientras estuve perdí mi derecho a quedarme.

Nunca debí volcar mis demonios sobre ti, debí saber que eran míos, que pertenecían a mi historia antes de llegar tú a la mía. Debí haberlos reconocido y dominado, a pesar de su poder.

Ahora cuando te miro, siento mucho miedo por si al acercarme te volviera a pisar, pues no quisiera hacerlo y antes preferiría nunca más caminar. Por eso me detengo y te observo desde lejos. Me escondo para que no te percates de mi triste presencia. Me siento indigno. No tengo nada que ofrecerte, nada que pueda borrar nuestro pasado, nada que pueda reescribir nuestro futuro juntos.

Solo dispongo de mis manos. Unas manos llenas de deseos imposibles que jamás podré ya cumplir ni para ti ni para mí. Pero aún así los deseo.

Desearía no haberme sentido abrumado por tu presencia, por tu llanto, por tu sonrisa, por tus abrazos. Desearía no haber impedido que te acercaras en busca de mi amor, ese que yo también sentí un día al ver tu carita pero que mis fantasmas devoraron sin dejar rastro de él. Debí haber peleado para defender y conservar tu amor, pero no lo hice, permitiendo a mis monstruos alimentarse de él. Sé que rompí tu corazón y desconozco cómo puedo pegar sus trocitos. 

Desearía para ti besos sin espinas, palabras sin condenas, silencios sin cuchillas.

Desearía vaciar tus bolsillos, esos que sin saberlo, yo llené de piedras. 

Desearía que mis lágrimas, esas que ya no brotan, hubieran curado tus heridas

Desearía haber visto y sanado las mías para protegerte de mis horrores, pero no lo hice y mis torturas ahora también son las tuyas.



Aunque sé que lo fui...

Desearía no haber sido ese faro que se apaga en medio de la tormenta, dejándote a la deriva, solo y atemorizado por la oscuridad.

Desearía no haber sido ese tornado que en volandas te elevó y absorbió tu paz. Ese torrente de agua brava que sin piedad te arrastró río abajo, alejándote de la seguridad de la orilla. 

Desearía no haber sido ese volcán en erupción que escupía su furia abrasadora convirtiéndolo todo en cenizas.

Desearía no haber sido ese iceberg que era imposible abrazar sin quedar eternamente helado.

Desearía no haber sido esa voz que paralizó tu mente, que sembró en ella desprecio, rechazo, humillación, la culpa. Esa voz que te golpeó y arrebató tu valía, tu confianza en ti mismo.

Quisiera decirle adiós a todo lo que fui, a lo que hice, pero no sé hacerlo. Esto también soy yo y aunque me avergüenzo cuando me miro en el espejo tengo que vivir con ello. Quizás tu también. A pesar de mis deseos.

Desearía no haber sido tú en un pasado que sí lo fui. 

Desearía que también hubieran tenido deseos para mí, que me hubieran encontrado, que mis bolsillos hubieran sido vaciados y que mi corazón nunca hubiera sido desvalijado.

Y a pesar de todo lo deseado seguiría deseando…

Desearía para ti un nuevo corazón, con fuertes raíces que lo alimenten, lleno de vida que te ayude a no revivir lo que yo no debí darte y te di. Un corazón cuyos latidos tengan el poder de encontrar aquello que tanto te mereces y yo te negué.

Desearía para ti unas nuevas huellas que seguir, que guíen tus pisadas para borrar las mías.

Desearía nuevas semillas para ti, que logren florecer y repoblar tu alma, aquella que yo despojé de su luz.

Desearía para ti ese aire fresco tan deseado en los meses de verano, que nos da una tregua y nos permite respirar, aliviando ese calor interminable que parece sofocarnos. 

Desearía para ti un padre que no esté perdido para que no te perdiera, para que pueda encontrarte cada vez que te sientas confundido.



Y aunque sé que no lo fui...

Desearía haber sido el susurro que acunara tus miedos y apoyara tus sueños.

Desearía haber sido la presencia que diera sentido a tu existencia, que te hubiera acompañado cuando te sintieras solo cuando el mundo te pareciera peligroso.

Desearía haber sido la persona que secara tus lágrimas cuando tus ojos las liberaran, la persona que pusiera palabras a lo que internamente te pasaba.

Desearía haber sido la persona que te ofreciera cobijo cuando perdieras la calma, cuando tu corazón galopara queriendo salir de tu pecho. 

Desearía haber sido el agua que calmara tu sed sin ahogarte, la brisa que alentara tu corazón, que acariciara tu piel sin dañarla, las brasas que hubieran calentado nuestros corazones y nuestros abrazos.

Desearía haber sido el padre que tú necesitabas. Siento mucho no haberlo sido. No haber sido esa agua, esa brisa, esas brasas.



Nada podrá justificar el dolor que te provoqué, un terrible dolor del que yo participé y del que soy tan responsable por no haber sabido mirar dentro de mí para haber aprendido a mirarte y cuidar de ti. Me avergüenzo y atormento por no haberte protegido y por todos por mis deseos incumplidos.

Por eso y aunque no lo merezca, te pido perdón…

viernes, 23 de mayo de 2025

Abierto el plazo de preinscripción al Diplomado en Traumaterapia Sistémica Infanto-juvenil de Barudy y Dantagnan 2025/27.


 PREINSCRIPCIÓN AL DIPLOMADO EN 

TRAUMATERAPIA SISTÉMICA INFANTO-JUVENIL SEMIPRESENCIAL 

Toda la información que necesitas saber, y también para contactar:

www.traumaterapiayresiliencia.com








Para conocer más sobre esta terapia:

http://www.buenostratos.com/2019/10/la-traumaterapia-de-barudy-y-dantagnan.html

http://www.buenostratos.com/2019/11/la-traumaterapia-de-barudy-y-dantagnan.html 

-------------------------

¡¡NUEVAS PROMOCIONES!!

DIPLOMADO DE POSTGRADO EN TRAUMATERAPIA SISTÉMICA INFANTO-JUVENIL (TSI) 

18ª Promoción Apega 18 Barcelona 2025-2027

2ª Promoción Apega 2 Bilbao 2025-2027

7ª Promoción Apega 7 Madrid 2025-2027


Cualquier duda, podéis contactar en: ifiv2000@gmail.com (Marina Mas)

Una vez recibidas todas las preinscripciones, pasaremos a la fase de selección y nos pondremos en contacto CON LOS/AS SELECCIONADOS/AS vía correo electrónico. Dicha comunicación no implica la celebración del curso. Se iniciará el curso siempre que se cubra el mínimo de plazas ofertadas.

viernes, 16 de mayo de 2025

Podcast Capítulo 3: Traumaterapia Sistémica® y su enfoque relacional en la reparación del trauma infantil, por Carolina Saavedra, psicóloga y traumaterapeuta.

 

Podcast Capítulo 3





Para seguir el podcast, click en este vídeo de Youtube:




Damos comienzo a un nuevo proyecto que desde la Traumaterapia Sistémica hemos puesto en marcha. A través de varios capítulos, una serie de podcast, vamos a daros a conocer los fundamentos de este modelo, su metodología, sus modalidades de intervención... Somos más de 800 profesionales repartidos por toda España e Hispanoamérica, que trabajamos aplicándolo después de egresar del Postgrado. 

Participarán los miembros del equipo docente del diplomado, los profesionales que aplican la Traumaterapia en el ámbito de la protección a la infancia (técnicos de infancia, trabajadores sociales, psicólogos, educadores...), la enseñanza (maestros, orientadores...), la psicoterapia (psicólogos que la utilizan en sala de valientes), lo judicial (abogados, educadores, psicólogos...), así como las familias que han trabajado como coterapeutas y han participado llevando adelante una parentalidad terapéutica. 

En este tercer capítulo, nos acompaña Carolina Saavedra, psicóloga y traumaterapeuta. En este podcast nos habla de su trabajo con los niños/as y adolescentes supervivientes de abuso sexual y su asesoría técnica a programas de maltrato especializados en Chile. De cuáles son los aportes de la Traumaterapia Sistémica en el tratamiento de las secuelas del abuso sexual, de su labor al frente del Diplomado de Traumaterapia como coordinadora en Chile-Hispanoamérica, de cómo es el proceso de recuperación de los supervivientes de abuso sexual y de la enorme importancia que tiene la valoración y mirada ecosistémica en este proceso... Ella nos expone su experiencia clínica en un ámbito tan sensible como lo es el acompañamiento a supervivientes de abuso sexual. 

Carolina Saavedra es psicóloga de origen chileno. Actualmente, se desempeña como coordinadora y docente del Diplomado Formación Especializada en Traumaterapia Sistémica Infantil (versión Chile-Hispanoamérica), dirigido por Dr. Jorge Barudy y la Psicóloga Maryorie Dantagnan (Instituto de Formación e Investigación-Acción sobre las Consecuencias de la Violencia y la Promoción de la Resiliencia IFIV), y como asesora técnica de programas especializados en reparación de grave vulneración de derechos infantiles en la Corporación ONG Paicabi. Co-autora de artículos en áreas asociadas a la intervención psicosocial y vulneración de derechos en infancia. También trabaja en consulta privada como psicóloga y psicoterapeuta infantil y de adolescentes. Licenciada en Psicología Universidad de Valparaíso. Diplomada en Formación Especializada para Psicoterapeutas Infantiles IFIV Barcelona. Master en Paidopsiquiatría y Psicología de la Infancia y la Adolescencia, Universitat Autónoma de Barcelona. Magíster en Psicología, Mención Psicología Comunitaria, Universidad de Chile. Diplomada (en línea) en Terapia Narrativa, Pranas Chile y Capacitada (en línea) y teórico-práctica en Terapia Cognitiva Conductual Focalizada en el Trauma, The Medical University of South Carolina – Universidad Santo Tomás.

El blog Buenos tratos, el oficial de la Traumaterapia Sistémica, contribuye encantado a la difusión de estos podcast, que serán una entrada más, esta vez hablada, dentro de toda la información que por aquí compartimos desde hace años.

Ya sabéis que podéis escuchar los podcast a ratos y que es muy cómodo oírlos mientras hacemos otras tareas con las que esta escucha es compatible.

Os dejo con el Capítulo 3.

miércoles, 14 de mayo de 2025

"Manual de Traumaterapia sistémica", de Jorge Barudy, Maryorie Dantagnan y colaboradores, publicado por El Hilo Ediciones.

 

Traumaterapia sistémica

Jorge Barudy y Maryorie Dantagnan

Con Rafael Benito, Jose Luis Gonzalo,
Cristina Herce, María Álvarez, Javiera Cristi, Nora Mejía, Aina Sampere, Ana María Barbero y el abogado chileno Hernán Fernández.


Un enfoque comprensivo para abordar el dolor visible e invisible de los 
procesos traumáticos desde un modelo terapéutico basado en los
buenos tratos, la resiliencia y la justicia social

Para hacerte con un ejemplar:




Presentación

Fruto de más de cuatro décadas de experiencia clínica y del compromiso activo en la defensa de los derechos humanos, Traumaterapia Sistémica presenta un modelo terapéutico innovador para la comprensión y reparación de las secuelas traumáticas en niños, adolescentes y adultos.

Desde una mirada que integra los aportes de la neurociencia, la teoría del apego, la epigenética, la psicología del desarrollo y el activismo social, los autores proponen una terapia respetuosa, empática y vinculante que privilegia la reparación de las heridas emocionales y el fortalecimiento de la resiliencia.

Jorge Barudy y Maryorie Dantagnan —pioneros de esta metodología—, junto a José Luis Gonzalo, Rafael Benito y un equipo de profesionales comprometidos, construyen un enfoque integral que reconoce el impacto de los malos tratos, la violencia estructural, las desigualdades sociales y el abandono afectivo como causas centrales del sufrimiento psíquico, y critican cómo la psicología y psiquiatría dominantes ignoran a menudo los contextos traumáticos en el diagnóstico y tratamiento.

Esta obra expone, con rigor y sensibilidad, los fundamentos teóricos de los buenos tratos infantiles, su relación con el neurodesarrollo y la parentalidad bientratante, presentando la metodología de la Traumaterapia Sistémica estructurada en bloques terapéuticos y su aplicación práctica.

Traumaterapia Sistémica es un recurso imprescindible para psicólogos, psiquiatras, trabajadores y educadores sociales que buscan comprender profundamente el origen del sufrimiento humano y acompañar los procesos de reparación de manera ética y comprometida.

Comprometidos desde sus inicios con el activismo social contra los malos tratos, la violencia, la desigualdad y la discriminación, los autores, Jorge Barudy (neuropsiquiatra y psiquiatra infantil que vivió la represión política chilena) y Maryorie Dantagnan (pedagoga, psicóloga y traumaterapeuta infantil que presenció el impacto del trauma en contextos de vulnerabilidad), ofrecen una perspectiva que subraya la trascendencia de las relaciones y los contextos en los que el abuso de poder inflige daño.

El libro ha contado con la valiosa colaboración de profesionales como el psicólogo José Luis Gonzalo y el psiquiatra Rafael Benito, ambos con una amplia trayectoria en el tratamiento de las secuelas de los traumas, así como de las psicólogas Cristina Herce, María Álvarez, Javiera Cristi, Nora Mejía, Aina Sampere, Ana María Barbero y el abogado chileno Hernán Fernández.

El prólogo de Traumaterapia Sistémica está escrito por Jesús Martín-Fernández, autor del aclamado libro Dime qué sientes, prestigioso neurocirujano y neurocientífico cognitivo cuya obra ha contribuido a acercar la ciencia del cerebro al mundo de las emociones.

lunes, 12 de mayo de 2025

"Nos tratamos bien", un cuento de Lucía Serrano.


Nos tratamos bien
Un cuento de Lucía Serrano

Resumen del post:


José Luis Gonzalo Marrodán


************

El paradigma de los Buenos tratos ha sido desarrollado por Jorge Barudy y Maryorie Dantagnan, plasmado en su primer libro “Los buenos tratos a la infancia: parentalidad, apego y resiliencia”. 

Portada del libro de Jorge Barudy y Maryorie Dantagnan



Como se dice en este libro, "Los buenos tratos a niñas y niños asegura el buen desarrollo y el bienestar infantil y es la base del equilibrio mental de los futuros adultos y, por tanto, de toda la sociedad. El punto de partida de los buenos tratos a los niños es la capacidad de madres y padres para responder correctamente a las necesidades infantiles de cuidado, protección, educación, respeto, empatía y apego. La competencia parental en estos aspectos vitales permite que niñas y niños puedan crecer como personas capaces de autoestima y de tratar bien a los demás. En este sentido, los buenos tratos pueden romper el círculo vicioso de la violencia que se perpetúa entre generaciones y crear una cultura general del buen trato en la sociedad. Esta obra ofrece una descripción precisa de los daños que pueden causar la falta de competencia y a menudo de conciencia de madres y padres, demasiado ocupados con sus problemas profesionales o sentimentales para hacerse cargo de sus hijos o haciendo pagar a éstos dolorosamente sus propias carencias e insatisfacciones". 

Jorge Barudy y Maryorie Dantagnan han contribuido desde IFIV con sus investigaciones y labor profesional de promoción de la cultura del buen trato a que se desarrollen muchos programas, formaciones y propuestas, desde diferentes instituciones públicas y privadas, destinadas a concienciar sobre la trascendencia que los modelos psicoeducativos respetuosos y bien tratantes con los niños tienen para su neurodesarrollo. Este no puede completarse de una manera armónica si no es a través de relaciones de buenos tratos familiares, escolares, sociales…

En este libro los autores argumentan la necesidad de promover crianzas y modelos de socialización basados en los buenos tratos. La satisfacción de las necesidades de los niños, la promoción de vínculos de apego seguro, la instauración las pautas de crianza respetuosas con los derechos de los niños y la conceptualización de los buenos tratos no solo como la ausencia de cualquier acción que dañe física o psicológicamente a los niños sino como todo aquello que activamente nutre y conecta las neuronas de los infantes y hace crecer su cerebro: el afecto, el juego, la comunicación, el orden, las rutinas diarias, la seguridad…, son contribuciones de Barudy y Dantagnan.

La investigación científica sobre el maltrato y el desarrollo cerebral no deja lugar a las dudas: este afecta y daña el cerebro y produce anomalías en su funcionamiento. Autores como Martin Teicher y Bruce Perry lo han podido demostrar en sus investigaciones. El primero estuvo entre nosotros en San Sebastián y en sus conferencias nos hizo una exposición rigurosa sobre el trabajo que él y su equipo vienen desarrollando en la Universidad de Harvard en relación con cómo el cerebro es afectado por los malos tratos. Rafael Benito dedica su vida profesional al tratamiento psiquiátrico de los niños, adolescentes y adultos que sufren o han sufrido maltrato. En sus investigaciones y libros ha recopilado numerosos estudios que demuestran cómo la integración cerebral se ve seriamente amenazada por la exposición repetida de las personas a los malos tratos, peor cuanto mayor gravedad, inicio temprano y duración tengan estos. 

En el ámbito de la protección a la infancia, el paradigma de los buenos tratos ha influido decisivamente en la política social. La protección de la persona menor de edad es un derecho inherente a este que debe ser respetado y defendido por las administraciones públicas a través de decretos y leyes. El ámbito privado familiar sagrado donde ninguna persona ajena podía entrar, ya no lo es tal, pasando los niños a ser sujetos de derecho y seres sintientes a los que hay que proteger. Es una tarea ineludible que nos compete a todos como ciudadanos. 

En el ámbito de la medicina, existen mecanismos de detección en pediatría en los diferentes centros de salud, con el fin de comunicar a los servicios sociales posibles situaciones familiares de malos tratos y poder proteger a los niños lo antes posible. Hace unos años, cuando comencé mi trabajo como psicoterapeuta, esto comenzaba a instaurarse pero aún no era algo integrado en la sanidad.

En la psicoterapia, los psicólogos que la ejercen cada vez están más concienciados de que ninguna psicoterapia puede reemplazar el derecho de los niños a ser protegidos. Si un profesional de este ámbito recibe, por ejemplo, una revelación de abuso sexual de una persona menor de edad, la ley actual en España le ampara para poder notificar una posible situación de abuso sexual. Esta ley está por encima del secreto profesional del código deontológico. 

En otros ámbitos socio-educativos como la escuela, el buen trato ha pasado a cobrar gran relevancia. También existen pautas de notificación de posibles situaciones de desprotección que puedan sufrir los niños, hace unos años ausentes. Y aunque hay mucho por hacer, existen protocolos desarrollados por los departamentos de educación para poder actuar cuando se detecta una situación de bullying o de maltrato entre iguales. La constatación de las secuelas psicológicas severas que los niños sufren como consecuencia de los malos tratos ha movilizado a que estos departamentos creen un conjunto de instrucciones a seguir para actuar ante esta devastadora forma de maltrato. Hace falta concienciar más a los centros sobre lo pernicioso del bullying (esta forma de experiencia traumática está asociada a la aparición de numerosos trastornos mentales y afecta seriamente a la personalidad) y animarles a que interioricen que abrir los protocolos no es vergonzoso para el centro sino una garantía de compromiso con el buen trato para todos. 

Del mismo modo, la atención a la salud mental es un compromiso ineludible por parte de la escuela; existen también protocolos de actuación para detectar y atender a alumnos con riesgo de conducta suicida. Grandes avances, sin duda, inexistentes pocos años atrás. 

Es necesario que las escuelas se organicen en sus principios e ideario (en todas las asignaturas, así como tema principal de trabajo en el día a día de clase) en enseñar a los niños a respetarse y convivir. Qué es un buen trato y qué no lo es. Llevar todas estas ideas y descubrimientos científicos al ámbito convivencial de la clase. Lo mismo que preocupan los informes de rendimiento académico tipo PISA, que nos preocupen también los informes de convivencia y relaciones. Que los niños salgan de la escuela habiendo interiorizado que todos merecemos ser respetados y bien tratados como personas que somos; y que lo contrario daña el cerebro y, por lo tanto, al ser humano. 

No será por falta de materiales. La pena es que estos materiales y programas para la promoción del buen trato en la escuela, el segundo hogar de los niños, se usan poco. No se les destina tiempo dentro del currículo escolar. Esa es la impresión que uno tiene. Sin embargo, los materiales, como veremos a continuación, existen y son muy buenos. Ha caído en mis manos este cuento que trata de concienciar a los niños sobre la importancia de tratarse bien. En consecuencia, versa sobre qué es tratarse bien.


Se titula NOS TRATAMOS BIEN y su autora es Lucía Serrano. Lo publica Beascoa, una editorial de prestigio que suele apoyar proyectos de gran calidad. Y este lo es. ¿Por qué me parece un cuento útil e interesante? Porque traslada a los niños con un lenguaje claro y de manera concreta, utilizando experiencias de su vida cotidiana, de manera muy gráfica, y con unos dibujos muy bien hechos y atractivos para los niños, qué son los buenos tratos. 


Portada del cuento "Nos tratamos bien"


La autora nos dice en su contraportada: "Un nuevo libro Lucía Serrano, autora súper ventas, sobre la amistad, el respeto y la importancia de tratarnos bien. Eres una persona única en el mundo. Las niñas y los niños de tu clase también lo son. Puede que te guste algo y que a otra persona no le guste nada. Hay quienes cantan muy bien. Y quienes son increíbles leyendo en voz alta, o corriendo muy rápido ¡Somos diferentes! Pero ¿sabes qué tenemos en común? Que a todas las personas nos gusta que nos traten bien. Y para ello hay ciertas cosas que debemos saber. Con este libro aprenderás que TRATARNOS BIEN es la norma más importante del planeta Tierra".

Valora las diferencias como algo natural y que nos define como personas únicas. Sin embargo, todos nos necesitamos porque somos seres sociales. El libro se adentra en estrategias que están arraigadas en nuestra biología y cultura (como la tendencia a ser agresivos) pero que no hacen que nos sintamos mejor o resolvamos los problemas de relación, todo lo contrario. El cuento ayuda a que el niño vea y aprenda estrategias de regulación. También remarca la importancia de autohablarnos y hablar a los demás con cariño. Ahonda en ejemplos concretos sobre qué es tratarnos bien y tratarnos mal, y en la tolerancia que debemos tener con los compañeros: pueden no gustarnos y que no tengamos afinidad, pero eso no significa que les tengamos que rechazar, o pegar o insultar. El cuento subraya la importancia de comunicar al grupo quién se está sintiendo solo y acercarse a él o ella; y como grupo ayudar si a alguien se le trata mal, haciéndole ver al que lo hace que así no. Finalmente, la autora ensalza el valor del respeto entre los niños y normaliza el cometer errores o equivocaciones, así como la tolerancia y comprensión hacia los que se desarrollan más lentamente. 

Una página del cuento de Lucía Serrano


En suma, un material muy bien hecho y cercano al mundo de los niños y las niñas que puede servirnos para psicoeducar en los buenos tratos, aspecto clave porque son la garantía de un sano desarrollo infantil. 

lunes, 28 de abril de 2025

La caja de arena y la integración cerebral, por José Luis Gonzalo Marrodán


La caja de arena y la integración cerebral

Por José Luis Gonzalo Marrodán

Psicólogo clínico y traumaterapeuta sistémico



Vídeo resumen del post de hoy:


Vídeo 1ª parte:

Vídeo 2ª parte:


******************


Portada del libro de Deyoung
Tras la lectura del libro "Comprender y tratar la vergüenza crónica", uno de los más estimulantes que han caído en mis manos últimamente, ha vuelto a mi mente con más fuerza el convencimiento de la capacidad que tiene la caja de arena para tratar el hemisferio derecho del cerebro. Esta permite acceder a este de una manera delicada y fluida, dejándonos llevar, venciendo amablemente muchas de las resistencias que nos impiden la expresión de los afectos disociados en este hemisferio y que no han sido simbolizados, lo serán a través de las miniaturas con las que damos representación formal a los mundos en la arena. Esto se debe al carácter bondadoso de la técnica, que se basa en la libertad como principio fundamental de su esencia: “Tienes completa libertad para crear lo que desees”- le decimos al paciente. Cuando nos sentimos libres, es cuando podemos crear, dice Kalff, una de las inventoras de la técnica. “No existe nada por lo que vayas a ser juzgado, nada que pueda salir bien o mal”. “Justo queremos lo que a ti te surja”- añadimos. Esto y, por supuesto, la protección, la que proporciona los límites de la caja (hay que hacer la construcción dentro de los márgenes de esta); pero también la que transmite un testigo (psicoterapeuta) seguro, regulado y conectivo. Y, obviamente, la seguridad que el paciente debe tener en el contexto psicosocial en el que se desenvuelve. Velar por esta seguridad es hacer un uso responsable de la técnica.

Cuando he leído el libro de Patricia Deyoung (2024), me he ratificado aún más en las bondades de la caja de arena. Pero no solo para lograr acceder al hemisferio derecho, a sus contenidos (sensaciones, emociones…) almacenados en la memoria implícita, muchas veces preverbales, sino para ir más allá: tratar de lograr la integración cerebral de la que nos habla Rafael Benito (2024): tanto la vertical como la horizontal.

Pero es verdad que encontrar maneras de acceder inicialmente al hemisferio derecho, sede de la regulación emocional, a la que contribuyó decisivamente nuestra figura de apego primaria, durante los tres primeros años de vida, etapa en la que este hemisferio es el preponderante, y es el que debe de ser regulado mediante vinculaciones seguras que garanticen una óptima modulación de los afectos, no es nada fácil.

La mayoría de las psicoterapias son interpretativas. La psicología cognitivo-conductual pretende, mediante la modificación de los pensamientos negativos y la sustitución por otros más realistas y adaptativos, de alguna forma, producir cambios en las percepciones del paciente que le conduzcan a sentirse más regulado en sus emociones y síntomas. Pero esto, como nos advierte Schore (2022), solo funciona cuando los niveles de activación son bajos/moderados. Cuando los niveles de activación son elevados o extremos, este tipo de psicoterapia no es capaz de producir cambios o mejoras en los estados emocionales de los pacientes. Y cuando ayudamos con psicoterapia a pacientes que han sufrido trauma temprano y acumulativo, la desregulación emocional suele ser muy continua e intensa, muy difícil de contener y modular. Cuando yo utilizaba la reestructuración cognitiva, muchos pacientes me decían que entendían que no existían pruebas de que ellos fueran un fracaso como persona, pero que no podían evitar sentirse así. Y aquí damos con otro problema: para poder favorecer la sanación emocional de un paciente con trauma temprano y crónico, necesitamos que este pueda permanecer en contacto con la emoción y las sensaciones corporales, es decir, tratar no solo las cogniciones. Además, que un paciente que sufre las intensas desregulaciones que el impacto del trauma ha generado en su sistema nervioso pueda mantenerse conectado con las emociones y las sensaciones, es algo bien difícil. Le produce un gran dolor, corporal -o una desconexión total- con riesgo de retraumatización por una excesiva abreacción -o, como digo, por una gran desconexión de lo que experimenta-. 

Con otro tipo de psicoterapias como la psicoanalítica clásica, la técnica fundamental es la interpretación a través de la cura verbal, obviando el papel que las experiencias tempranas tienen en la salud mental. Con lo cual el paciente debe de someterse al modelo, no pudiendo tener la libertad que tiene, por ejemplo, en el uso de la caja de arena, donde la interpretación tiene un papel menos relevante, y siempre que se propone es más una co-interpretación, el paciente tiene un rol activo. 

En la psicoterapia humanista, la relación terapéutica es lo más relevante y muchos de sus componentes se usan en la psicoterapia relacional actual, la que se desprende del modelo de la neurobiología interpersonal (Siegel, 2007). Si os copio esta frase y no os digo de quien es, seguro que muchos de vosotros estarías de acuerdo en afirmar que la podía suscribir Siegel, Schore o cualquier otro autor que trabaje con modelos de acceso al trauma temprano desde la relación terapéutica:

“Si puedo crear una relación que, de mi parte, se caracterice por:

Una autenticidad y transparencia y en la cual pueda vivir yo en mis verdaderos sentimientos; una cálida aceptación y valoración de la otra persona como individuo diferente y una sensible capacidad de ver a mi cliente y a su mundo tal y como él lo ve, experimentará y comprenderá aspectos de sí mismo anteriormente reprimidos; logrará cada vez mayor integración personal y será cada vez más capaz de funcionar con eficacia; se volverá más personal, original y expresivo, será más emprendedor y tendrá más confianza…”

Pues la frase es de ¡Carl Rogers! (1961) y está escrita en un libro clásico: “El proceso de convertirse en persona”, que muchos oímos (y/o leímos) en su momento en la Facultad de Psicología. Toda la importancia de la relación terapéutica, la sintonía, la mentalización… está ya preconizada en Rogers. La neurociencia actual le da la razón. Por lo tanto, las psicoterapias del siglo XXI ponen el acento en estos aspectos que retoman de la psicología humanista -así lo afirma Patricia Deyoung (2024)- y que la neurobiología ha refrendado. Lo fundamental de estas psicoterapias es su apertura a todos los aspectos asociados con el hemisferio derecho: regulación del afecto, contenidos preverbales, la relación sintonizada y resonante con el psicoterapeuta capaz de reparar el apego temprano… 

Y entre las técnicas que pueden ofrecer un modelo de acercamiento al hemisferio derecho amable y respetuoso con el paciente está la caja de arena. ¡Qué curioso que una técnica como esta haya estado en España en el ostracismo hasta hace bien poco! Porque es una manera de acceder no sólo al hemisferio derecho, es aún más completa: de este, al cuerpo (sensaciones) para, bidireccionalmente, de nuevo conectar con el hemisferio derecho y acceder, ya reguladamente, al hemisferio izquierdo, a la palabra, que se va a hacer cargo de lo que el derecho le susurre (Benito, 2024) Es decir, favorecer la integración vertical y horizontal del cerebro, un modelo expuesto por Rafael Benito, quien insiste -a mi juicio, acertadamente- en que ninguna terapia debe centrarse solo en un aspecto del sistema nervioso: por ejemplo, solo teoría polivagal. O tratar solo las sensaciones corporales. O solo las cogniciones. El desafío está en poder trabajar integralmente con todo el sistema nervioso: el central y el periférico. 

Como Benito (2024) ha descrito magistralmente, los pacientes con trauma temprano y crónico presentan alteraciones tanto en la integración vertical (corteza prefrontal y sus conexiones con el cingulado, la amígdala, la ínsula…), como en la conexión vía cuerpo calloso -el equilibro- entre el hemisferio derecho y el izquierdo. Benito (2024) presenta su Modelo T de la integración cerebral: si esta no funciona, asistiremos a muchos golpes de estado por parte del cerebro inferior, y muchas partes de la personalidad tomarán el control ejecutivo del paciente (por ejemplo, ataques impredecibles de ira). Si la integración horizontal no funciona adecuadamente, el balance entre las valoraciones que hace cada hemisferio estará descompensado: o bien el paciente se muestra rígido, lógico, literal, analítico, frío…; o bien se muestra con fuertes tormentas emocionales, cataratas de emociones intensas que su hemisferio izquierdo no ha podido poner en palabras y que desgobiernan todo el sistema; o un funcionamiento alternante, unas veces el paciente será dominado por el izquierdo, otras por el derecho. La T arriba/abajo y derecha/izquierda que forma la interconexión neuronal del cerebro debe de integrarse equilibrada y armónicamente para su correcto funcionamiento. 

Para acceder a una explicación y a unos contenidos mucho más completos, podéis leer el excelente libro de Rafael Benito (2024) “Cerebro moldeando otros cerebros”, donde se abordan estas cuestiones y otras muchas relacionadas con el neurodesarrollo. Está escrito de un modo riguroso, pero muy ameno y atractivo. Leyéndolo podéis ver el sentido de la neurobiología y el porqué de su importancia en nuestro trabajo. Otro de los mejores libros que he leído en esta última temporada.

Portada del libro de "Cerebro moldeando otros cerebros"
de Rafael Benito


Paso a continuación a describir el trabajo con la caja de arena y la integración cerebral. En el libro “La armonía relacional. Aplicaciones de la caja de arena”, Rafael Benito precisamente nos cuenta qué pasa en el cerebro cuando un paciente construye una caja de arena, desde el principio hasta el final, con las dos metodologías: no directiva y directiva. Así pues, os recomiendo su lectura, un magnífico y original texto que explica paso a paso lo que ocurre en nuestro cerebro al usar el sandtray, un apasionante viaje por sus entrañas.

El libro de "La armonía relacional" de Benito y Gonzalo
ha sido publicado en inglés por Routledge

Por mi parte, me voy a centrar ahora en cómo se trabaja traumaterapéuticamente con la caja de arena. Todo comienza cuando el paciente, ya delante de la estantería, elige las miniaturas. Mucha gente pregunta: ¿Es obligatorio que las miniaturas e ítems estén expuestos en baldas, por categorías? Y la respuesta siempre es sí. De lo contrario, las imágenes -que son las figuras- no pueden activar el hemisferio derecho, estimularlo, y hacer que este sea el que se interconecte principalmente mientras se construye la caja. El paciente, al hacer esta tarea, por mucho que quiera controlarlo, no puede desactivar este hemisferio. Sin embargo, no es un sentimiento de impotencia el que se vive. Aquel puede ir con una idea fija sobre lo que quiere construir, pero al llegar y ponerse delante de la estantería, todo se transforma. Incluso quien es muy de ideas fijas, sin quererlo, cambia y hace otra escena. O modifica algún elemento de esta, o mete alguna figura o ítem que no tenía previsto. Otros eligen las miniaturas completamente al azar, y al terminar la sesión..., ¡comprueban estupefactos que todo cobra un sentido! Y lo mejor, nada sucede a la fuerza, todo fluye como un río, de una manera en la que te dejas llevar… Este aspecto no violento de la técnica, sutil, es fundamental para quienes han sufrido cualquier forma de maltrato. 

"La armonía relacional. Aplicaciones de la caja de arena
a la Traumaterapia", por Rafael Benito y José Luis Gonzalo 


Vamos a referirnos a cómo se trabaja con la caja de arena con los pacientes adultos que han sufrido maltrato y a quienes este ha generado un trauma temprano y/o complejo.

El paciente termina su caja, y ambos, este y su psicoterapeuta, observan la escena, girando alrededor de aquella. Ahora sabemos por Rafael Benito que ambos, hemisferio derecho e izquierdo del cerebro, comienzan a interconectarse a través del cuerpo calloso. Esta fase es muy importante, la que más, porque va a producir conexiones con el hemisferio derecho y el cuerpo también, a través del sistema nervioso autónomo: activación simpática (sensaciones corporales fuertes en garganta, pecho, estómago…) con intensas y desreguladoras emociones de miedo -incluso pánico-, dolor, abandono, soledad, angustia… El paciente aún no sabe por qué con exactitud. O activación parasimpática: desconexión y bloqueo emocional e incluso disociación (no estar presente en la experiencia e irse mentalmente a otro lugar) Los pacientes pueden no tolerar la visión de la escena en la arena, incluso algunos pueden “cargar” contra la imagen que no toleran. En estos momentos atraviesan un periodo de dolorosísima desregulación, todo su hemisferio derecho ha evocado implícitamente los contenidos traumáticos preverbales y lo ha hiperactivado desde la ruta prefrontal derecha, pasando por el cingulado, la ínsula, la amígdala, el hipocampo y de ahí con sus conexiones al sistema nervioso autónomo. Los pacientes necesitan de la presencia reguladora del psicoterapeuta, de su templanza, de su sostén seguro, de su estar-con silencioso pero totalmente conectivo, además de ofrecerle alguna técnica de regulación.

Por ello, como bien dice Deyoung (2024), “no se trata de darles una explicación o interpretación a los clientes de ellos mismos ni de dirigir sus pensamientos o comportamientos”. Esto ahora no sería bien tolerado. Debemos de favorecer la regulación vertical para conseguir la modulación de las emociones. De este modo, no empezamos a preguntar sobre los contenidos de la caja, sobre los personajes y sus emociones, sobre lo que hacen y piensan, sobre lo que está pasando, en suma, no podemos hacer un abordaje verbal, con narrativa, porque la ruta de acceso al hemisferio izquierdo está bloqueada (recordemos que deja de funcionar cuando sucedió la experiencia traumática, con lo cual esta no se procesa como una narrativa coherente sino con fragmentos emocionales y sensoriales sin integrar). Lo que hacemos es, como digo, mostrarnos presentes y conectivos con el paciente, mediante la receptividad empática. Como bien dice Deyoung, la competencia clave “es estar con los clientes”. Acompañarlos todo el tiempo que dure la tormenta emocional. Es en estos momentos de altísimo estrés emocional donde la capacidad para mantenerse regulados con ellos mismos y con los otros cuando les resulta un reto a los pacientes. Pero juntos somos más fuertes, y si logran regularse, estaremos haciendo un muy buen trabajo de reconexión y mejora del funcionamiento del hemisferio derecho. Los pacientes necesitan (Deyoung, 2024):

Empatía: “Comprendo cómo te sientes” “Comprendo que es doloroso”, cualquier frase que el paciente pueda ver que capta su mundo interno y que el psicoterapeuta lo devuelve mediante una frase que sea una representación lo más aproximada posible a lo que están sintiendo, haciéndoles sentir sentidos. 

Regulación del afecto propio: El psicoterapeuta previamente ha conectado con su self, con su agencia, con su seguridad interna, se mantiene respirando y seguro, mostrando presencia y calma interna.

Habilidad de recibir y expresar comunicación no verbal: Estos componentes son extremadamente importantes. No hablamos mucho al paciente, sino que, mediante la comunicación con la expresividad facial, la mirada, el cuerpo… nos mostramos sintonizados con lo que está ahí pasando, que es reexperimentar pero esta vez junto con alguien que está a su lado y que se mantiene estrechamente conectado con el paciente en el aquí y ahora de la sesión. Si hay un vínculo de apego seguro creado entre ambos, estos componentes visuales, gestuales y corporales funcionarán del mismo modo que funcionan en el caso de las diadas bebés/cuidador seguras: calmando poco a poco al paciente. 

Conciencia de la experiencia subjetiva e intersubjetiva: Aquí es donde tratamos de que el paciente pueda conectar progresivamente con esa conciencia de lo que siente en ese momento. Para guiarle y que se sienta sostenido, como si le lleváramos de la mano, le podemos proponer que se fije solo en las sensaciones del cuerpo como experiencias físicas, mientras camina o se mantiene en contacto con una suave respiración. Esto puede llevar un tiempo, pero finalmente el paciente logra estabilizarse. Ahora al describir las sensaciones como experiencias físicas, podemos hacer una incursión al hemisferio izquierdo, al cual no le resultará abrumador poner en palabras lo que experimenta. Por ejemplo, el paciente dice: “Tengo agobio en el pecho” “¿Puedes decirme cómo es físicamente?; por ejemplo, ¿puedes hacer como un dibujo del perímetro que ocupa ese agobio? ¿Es continuo o por intervalos? ¿Es frío o caliente? ¿Es duro?  Esto ayuda en la regulación emocional y el hemisferio izquierdo al catalogar interviene en ayudar a este fin.


Un paciente de treinta años, tras crear esta escena, reaccionó
expresando una alta desregulación emocional, con
intensos sentimientos de dolor, asociado a los recuerdos 
de su etapa adolescente. Acompañarle en estos momentos
para que pudiera modular toda la experiencia, al lado de un
psicoterapeuta seguro, fue lo más importante.


Después, es más probable que el paciente se sienta más regulado, pudiendo estar en contacto con las emociones, su prefrontal se está haciendo cargo de estas, y de las sensaciones tan intensas que le llegan desde el cuerpo, se está empoderando… Ahora es momento de proponer que el paciente (incluso se puede hacer antes) ponga la mano en el pecho en la zona donde más intensamente siente la desregulación y mientras respira, trate de observar la experiencia -yo y la experiencia- pidiéndole espacio a esta y viéndola como una reacción… (González y Mosquera, 2012). Tras un tiempo, donde lo intersubjetivo también cuenta -y mucho, pues nos centramos en que el paciente ponga el foco en que estamos con él-, si puede notar nuestra presencia, si le ayuda y regula, aquel logrará estabilizarse y sentirse seguro y tranquilo.

Entonces, llega la hora de la integración horizontal: más regulado su hemisferio derecho y su sistema nervioso autónomo en la zona vagal ventral, abrimos la puerta para que el izquierdo pueda dar sentido y narrativa a lo vivido. Ahora el paciente, después de haber atravesado la tormenta emocional, puede desde la ruta arriba/abajo de su lado derecho del cerebro, entrar en el lado izquierdo y empezar a tratar de poner palabras a lo que el derecho creó. Una vez que ya se ha empatizado con el paciente, este logró la regulación, su capacidad mentalizadora se recupera -sobre todo si no está muy afectada de base-. Ahora, con el refugio seguro que es su psicoterapeuta, ya puede explorar el mundo en la arena y usar el lenguaje verbal. Puede suceder que la tormenta emocional haya sido de tal calibre, cual tsunami, que el paciente desee acabar la sesión, no pueda concentrarse o termine cansado. Si puede seguir, se explora la caja de arena. Y si no, no pasa nada, porque esta exploración puede hacerse días después. Lo importante es no olvidarse del hemisferio izquierdo. Como dice Rafael Benito (2024), el trabajo no es completo si no se hace la narrativa. Podemos hacer en sesiones posteriores muchas narrativas sobre la fotografía e incluso el vídeo que hemos grabado de la sesión. 

La exploración se hace con preguntas mentalizadoras, abiertas, que son una oportunidad de fomentar la curiosidad y el aprender más sobre los personajes de la caja, las zonas de la caja, sus relaciones… ahora es cuando el paciente puede y completa la escena con las palabras que son capaces de redondear una actuación terapéutica completa, atendiendo a toda la integración cerebral. No hay que preguntar en exceso, es mejor hacer pocas preguntas y sobre toda ninguna que perturbe el proceso. El paciente es el experto en su caja de arena, no lo olvidemos.

Los pacientes terminan las sesiones con la caja de arena en paz, transformados, empoderados y habiéndole encontrado un sentido, pero también una experiencia vincular reparadora, estrechamente conectados: con su terapeuta, pero también con su mundo en la arena, tremendamente revelador. Y muchas más apreciaciones y valoraciones propias irán llegando a la mente, pero podrán ser recibidas en contacto con unas emociones muy diversas pero que no desbordan o desconectan.

Con una sola caja de arena es probable que no sea suficiente, será necesario hacer un proceso y repetir esta experiencia completa varias veces. Habrá personas que quizá no puedan trabajar a este nivel, por lo que nos adaptaremos a su ritmo y posibilidades. Hay que trabajar en paralelo con el cuerpo, pues el trauma se graba en este, y hay que proponer a los pacientes una aproximación progresiva y amable de contacto con este. Es posible que algunos pacientes necesiten modalidades más libres de la caja de arena donde van creando escenas sin palabras, para después llegar a aproximaciones más conscientes y directivas.

Los alumnos que han hecho los talleres de la caja de arena pueden dar fe de cómo lo hacemos en las formaciones. 

Como dice Deyoung (2024), la terapia que implica al hemisferio derecho:
 
es un proceso de apego a través del cual los clientes con modelos inseguros de funcionamiento del apego tienen la oportunidad de “ganar” apego seguro en la edad adulta.

El hemisferio derecho es el hogar de las capacidades dañadas por el trauma relacional en edades tempranas

La desregulación del afecto es un mecanismo fundamental en todos los trastornos psiquiátricos

Relacionarse con los pacientes hemisferio derecho a hemisferio derecho.

Las experiencias e interacciones de hemisferio derecho a hemisferio derecho son insistente y confiablemente cercanas. 

Mientras los clientes hablan sobre cualquier cosa que tengan in mente los terapeutas del hemisferio derecho muestran un INTERÉS GENUINO y AFABLE en desarrollar la conversación, entender y explorar mejor eso que los clientes están expresando.

La parte más importante de ese entendimiento es la resonancia afectiva.

El terapeuta puede usar las palabras para establecer un contacto que regule el afecto y para provocar que surjan más sentimientos, pero evitará explicar o interpretar el momento. 

Con el tiempo y muchas repeticiones de momentos emocionalmente resonantes a salvo, el cliente será capaz de convivir con estados afectivos amplificados cuando estos surjan, y puede que incluso comience a hablar de ellos.

Esta es la manera en la que el afecto disociado se convierte en un afecto coherente y regulado.

Se convierte en estados emocionales experimentados de manera subjetiva y partes tolerables del yo.

REFERENCIAS

Deyoung, P. (2024). Comprender y tratar la vergüenza crónica. Sanar el trauma relacional del hemisferio derecho. Barcelona: Eleftheria.

González, A., & Mosquera, D. (2012). EMDR y disociación. El abordaje progresivo. Pleyades.

Gonzalo, J. L., & Benito, R. (2017). La armonía relacional, aplicaciones de la caja de arena a la traumaterapia. Ed. Desclée de Brouwer. Zarautz. España.

Marrodán, J. L. G., & Moraga, R. B. (2023). Sandtray applications to trauma therapy: A model towards relational harmony. Routledge.

Rogers, C. R. (1961). El proceso de convertirse en persona: mi técnica terapéutica. In El proceso de convertirse en persona: mi técnica terapéutica (pp. 356-356).

Schore, A. (2022). Psicoterapia con el hemisferio derecho. Barcelona: Eleftheria.

Siegel, D. J. (2007). La mente en desarrollo. Bilbao: Desclée de Brouwer.