lunes, 6 de diciembre de 2021

El cuento "Estoy contigo", una metáfora perfecta para comprender la esencia de la psicoterapia y la parentalidad terapéutica

La época del confinamiento en pandemia por COVID 19 no fue totalmente negativa para algunos de nosotros/as. En concreto, a Maryorie Dantagnan y a mí se nos reveló como una etapa muy creativa, pues disponíamos de mucho tiempo para pensar en cómo mejorar nuestro trabajo terapéutico con los niños/as, los jóvenes y las familias que acuden a nuestras consultas de traumaterapia, a nuestras salas de valientes. Sentíamos que teníamos que crear y aportar material para apoyar a todos y todas los que son afectados por traumas (el COVID 19 y sus consecuencias son factores potencialmente traumáticos). En especial a los niños/as, cuya vulnerabilidad y dependencia para sobrevivir son mayores que las de los adultos.

Maryorie Dantagnan me pasó -en la etapa en la que estuvimos confinados en casa- una de sus habituales grandes picadas: el cuento "Estoy contigo". A ambos nos atrapó de inmediato y, curiosamente, nos sugirió lo mismo: una preciosa y entrañable metáfora del apego terapéutico (Siegel, 2007), de las que entra directamente al hemisferio derecho del cerebro, con más fuerza que todas las palabras del mundo juntas. Leyendo este cuento tan sensible y cálido, uno comprende de inmediato lo fundamental de toda psicoterapia. “Lo esencial es invisible a los ojos” – se dice en otro cuento ("El Principito"). Sin embargo, "Estoy contigo" creo que ha conseguido romper esta máxima y ha logrado -al menos en el ámbito del trabajo con pacientes en psicoterapia-, hacer que lo esencial (el apego terapéutico) se haga visible y palpable. 

Maryorie y yo pensamos en esta idea: adaptar este cuento, sin desvirtuarlo, para ilustrar la trascendencia que tiene el logro de un apego terapéutico con los pacientes (Siegel, 2007), ya que es una de las BASES sobre la que debe de descansar toda intervención psicoterapéutica. Sin el sustento de este apego cualquier intento de aplicación de técnicas psicoterapéuticas conducentes a la sanación emocional del niño/a no funcionará. Con el subsiguiente riesgo de que el profesional ante el fracaso haga sus elaboraciones y composiciones mentales para racionalizar y responsabilizar al niño o niña de que la terapia no es viable porque él o ella no pone de su parte… Cuando en realidad la escasa capacidad relacional de aquel está impidiendo que el chico o chica puedan acceder a las técnicas terapéuticas. No hay confianza y seguridad en la relación terapéutica por parte del niño/a, tan cruciales en una psicoterapia; y no digamos para personas víctimas de malos tratos que han perdido la confianza en el ser humano y lo viven como alguien peligroso o del cual guardarse… Si el trauma sucede en una relación interpersonal porque la misma persona con la que tienes un vínculo te ama/agrede, es precisamente dentro de una relación interpersonal de buenos tratos donde se puede reparar y volver a restaurar esa confianza.


Portada del cuento "Estoy contigo"

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Cori Doerrfeld
“Estoy contigo” es un cuento escrito por Cori Doerrfeld. Cuando todo se vuelve patas arriba, Taylor no sabe a quién recurrir. Los animales creen tener la solución perfecta. La gallina quiere hablar sobre el tema, pero a Taylor no le apetece charlar; el oso opina que Taylor debería enfadarse, pero esta tampoco parece la mejor opción... Uno tras otro, todos los animales intentan decirle a Taylor cómo actuar, y uno detrás de otro, todos fallan. Entonces llega el conejo y se sienta a escuchar en silencio. ¡Justo lo que Taylor necesitaba!

Hace poco leí que en muchas ocasiones la literatura explica las cuestiones psicológicas mejor que los libros profesionales. Estoy de acuerdo, sin ninguna duda, de que esto es así. “Estoy contigo” es una prueba de ello. Creo que no se puede concebir mejor manera de explicar conceptos tales como la sintonía emocional, la empatía y la contención, sin los cuales una psicoterapia no puede funcionar ni avanzar. El sistema de apego de un paciente no puede estar permanentemente activado, sino que debe de desconectarse para que pueda activarse el de la exploración. Explorar en psicoterapia no es otra cosa que mirar en el interior y reflexionar sobre los rasgos y características de mi personalidad, acerca de mi yo y mis circunstancias, pasadas y presentes. Es, entre otras cosas, acercarse a vulnerabilidades y recursos, es conectar con el dolor emocional y poder procesarlo para desarrollar nuevos insights. Por ello, el paciente conseguirá esta exploración sólo si su seguridad y fiabilidad en el terapeuta son sólidas, una vez que la confianza epistémica (Fonagy, 2016) proveniente del terapeuta se valora como fuente honesta, genuina, empática, contenedora y cordial. 

El cuento "Estoy contigo"

Cuando estudié psicología no se valoraba la relación terapéutica como se valoraban otros aspectos. Cuando me formé en postgrados en los cuales aprendíamos técnicas para tratar a los pacientes, el acento se ponía excesivamente en el conocimiento de las herramientas dirigidas a tratar las patologías y trastornos. Incluso en recientes formaciones como EMDR y IFS-Sistemas Internos de Familia (estoy estudiándola actualmente) la relación terapéutica se menciona y se habla de su importancia, pero en mi opinión no ocupa el lugar que merece. En EMDR porque la técnica y la aplicación de protocolos pueden dar lugar a un error: creer que acortar los tiempos es siempre deseable. Por su parte IFS considera que el self del sujeto es lo primordial, cuando algunos pacientes con trauma crónico necesitan primero el apoyo del self del terapeuta, pues las partes de su personalidad están tan fragmentadas que carecen de esta integración (conciencia del self). Igual podemos decir de la técnica de la caja de arena: lo fundamental es la armonía relacional, que las miniaturas y la caja con arena no nos fascinen tanto que nos olvidemos del marco fundamental: un proceso psicoterapéutico es siempre relacional. 

En este sentido, Kuchuck (2020) afirma: «el paciente y el terapeuta crean una tercera entidad con sus propias dinámicas, ritmos y características. Cada miembro de la diada clínica participa en las interacciones de tal modo que cada uno las siente como si se dieran fuera de uno mismo y teniendo vida propia. […] «En otras palabras, ambos, analista y paciente, participan en un ámbito comunicacional en el cual el significado está siendo continuamente co-elaborado». […] «El analista está emocional y corporalmente inmerso en un terreno compartido con el paciente». […] «La intersubjetividad incluye la toma de conciencia de un concepto central para el pensamiento relacional: la co-creación, la suposición de que las interpretaciones, la percepción y la comprensión dependen del ajuste intersubjetivo particular de cada díada única. Incluso si lo objetivo existe, solo el paciente y el terapeuta pueden conocerlos de manera subjetiva». […] «Los modelos más antiguos del psicoanálisis no consideran las implicaciones de la subjetividad del clínico y que el observador-terapeuta es parte de la terapia. La experiencia del analista se mide por el grado en que puede facilitar la exploración de la dinámica intersubjetiva de un tratamiento para ayudar al paciente a obtener una mejor comprensión de las relaciones, internalizaciones, repeticiones y barreras para el cambio deseado». Es estimulante y reconfortante saber que el modelo de Barudy y Dantagnan -desde el cual trabajo- incorpora desde sus orígenes este reconocimiento -y respeto- al otro como un sujeto. Personalmente, me encanta cuando Kuchuck (2021) piensa que el profesional es un «relacionalista» y no un «analista». 

Del mismo modo, Muller (2020) refiere: «recuperarse de un trauma es algo difícil de hacer solo. La psicoterapia es un relato, pero también es un intercambio personal. El componente interpersonal de la psicoterapia es fundamental para la sanación del trauma. En un metaanálisis se encuentra que la alianza entre clínico y paciente es mucho más decisivo en un tratamiento exitoso que cualquier otro factor controlado por el terapeuta. Y estos hallazgos han sido corroborados repetidamente. Una buena relación terapéutica –empatía, calidez, aceptación y aliento- es mucho más útil que la escuela de pensamiento específica seguida por el clínico».

Por eso, Muller concluye: «Antes de lanzarse a la terapia del trauma, antes de enfocarse en experiencias abrumadoras o en pérdidas dolorosas, antes de reflexionar sobre miedos, heridas y vulnerabilidades profundas, en resumen, antes de abrirse, los supervivientes del trauma deben experimentar una sensación de contención» (Muller, 2020).

Creo que las personas que más me han enseñado sobre la importancia de la relación y el apego terapéutico (Siegel, 2007) han sido y son los niños y las niñas que llevo tratando en psicoterapia desde el año 1999 que comencé como psicólogo-psicoterapeuta en los programas de acogimiento residencial y familiar para la Diputación Foral de Gipuzkoa. Aquí es donde puedo constatar que cualquier tipo de prisa porque estos chicos y chicas se abran perjudica más que sana, por muy bien intencionado que el profesional sea y sea cual sea la técnica que use. Descubrí el postgrado de traumarterapia de Barudy y Dantagnan en el año 2004 y esta formación cambio mi manera de entender la vida y la psicoterapia con los niños y las niñas que sufren la pesada carga del maltrato. Porque aquí fue donde se le dio a esta relación su valor central, empezando por incluir en su programa formativo el trabajo con la persona del terapeuta. Este es el principal instrumento de cambio terapéutico.

Tanto Maryorie Dantagnan como yo, estando ambos en la misma sintonía, entendimos y sentimos, al leer este cuento y quedarnos maravillados, lo que es verdaderamente la psicoterapia. Y por eso decidimos crear -durante el confinamiento, en pandemia- una adaptación de este cuento para ofrecerlo como material psicoeducativo a los profesionales en formación de nuestro postgrado de traumaterapia, de tal modo que desde el principio de sus carreras se lleven lo que consideramos la esencia de todo el trabajo psicoterapéutico y además, lo más difícil de conseguir. No todo psicoterapeuta está capacitado para esto, en ello no forman la mayoría de los postgrados. Creo que la terapia personal, el autoconocimiento y el vivir una experiencia de mentalización y empatía con un profesional cálido y sensible son claves para poder interiorizarlo y por tanto poder dárselo a los niños y niñas. Uno ya puede tener como profesional cursados y estudiados todos los postgrados del mundo que si carece de las cualidades personales que se adquieren en las experiencias de apego seguro que experimentamos a lo largo de la vida, no podrá ser un terapeuta conejo, como el del cuento, fundamental para poder ser todos los demás terapeutas anteriores para el niño protagonista del cuento.

Hemos pedido permiso a Cori Doerrfeld para compartir un pdf que Maryorie Dantagnan y yo hemos creado en base al cuento y nos hemos encontrado con una excelente respuesta por su parte, generosa y alabando nuestra propuesta. Ella celebra que hayamos podido encontrar en su cuento una aplicación tan positiva y útil para nuestro trabajo. ¡Muchas gracias! 

Además, hemos desarrollado una adaptación del cuento para cuidadores de niños y niñas, pues creemos que también ellos y ellas deben de primar las cualidades personales como base y sustento para que el niño/a pueda abrirse, comunicar, elaborar y hacer un proceso resiliente.

Os compartimos el archivo pdf tomando como referencia el cuento para crear ambas versiones: profesionales y cuidadores. No sólo lo acercamos a los alumnos/as de nuestro postgrado de traumaterapia, sino que también lo ponemos a disposición de todos/as los/as profesionales cercanos a la Red Apega que seguís este blog y que compartís nuestra filosofía. También, por supuesto, con los padres, las madres, los acogedores/as, los cuidadores/as y todo aquel/aquella que esté involucrado en la labor de cuidar y criar a un niño o niña, tarea de toda la tribu. Somos conscientes de que puede ser muy beneficioso para la infancia. Creo que este cuento nos ayuda a reflexionar y nos da una edificante experiencia de qué es lo verdaderamente humano. Y la psicoterapia no deja de ser un encuentro y comunicación entre dos humanos, uno "más fuerte y sabio", el adulto, como decía John Bowlby. El niño/a necesita sin duda de nuestra competencia relacional. Es lo más importante.

Si deseas recibir el pdf en base al cuento que contiene el texto original junto con las explicaciones psicoeducativas hechas por Maryorie Dantagnan y por José Luis Gonzalo (servidor), escríbeme a este correo electrónico especificando si eres profesional o cuidador (padre, madre, acogedor, acogedora…) Dime en unas breves líneas tu motivación para tener este material.

jgonzalomarrodan@yahoo.es 

Con paciencia os lo iré enviando a todos y todas. Tenemos el permiso de la autora para compartir el pdf. No obstante, os recomiendo vivamente que compréis esta joya y la guardéis como oro en paño en vuestra biblioteca. Para mí, el mejor cuento que he leído.

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