jueves, 21 de enero de 2010

Tácticas para el profesorado para contribuir a la reparación del daño relacional de los niños/as con trastornos del apego

De la Guía para el apoyo educativo de niños con trastorno de apego, transcribo estas orientaciones para el profesorado de los colegios con el fin de ayudar a los niños/as con tácticas adecuadas para favorecer la relación y para contribuir a la reparación del daño relacional de los niños/as con trastornos del apego.

"El profesional (se entiende por “profesional” al profesor, tutor, profesor de pedagogía terapéutica…) acepta en lo fundamental al niño: la persona es siempre querida y aceptada –aunque no hay que forzar al niño a que muestre cariño hacia nosotros si no lo desea o no es capaz–, la conducta no es tolerada si le daña a él o a los demás. Hay que explicar al niño la diferencia entre ser y comportarse. Se acepta siempre al ser, no se pueden aceptar determinadas conductas. Por ejemplo, se acepta la emoción de la ira, pero no el comportamiento de pegar.

El profesional reconoce al niño su dolor emocional. Los niños víctimas de malos tratos y con trastorno del apego sufren. Sus conductas anómalas son fruto de un entorno temprano anormal. Siempre esto en nuestras mentes. Nada tiene contra nosotros. Cualquier conducta o emoción inapropiada es conceptuada como producto del malestar y del sufrimiento que ha padecido o padece. Se comprende esto, pero se le indica que aunque su intención no es dañar a otros, o perjudicarlos, sus conductas sí lo hacen. Por eso, siempre se le anima a aprender conductas nuevas, pues las otras conductas, las desadaptadas, son o han sido adaptativas para el contexto que le tocó vivir, y debemos tenerlo presente. Por ejemplo, si se enfadó porque no quería hacer los deberes y tiró todos los libros ante nuestra insistencia, hay que reflejar cómo se siente y proponerle una alternativa: “Creo que no tienes ganas hoy de deberes; puedes decírmelo: ‘No tengo ganas de deberes’; pero no tires los libros. Si yo lo sé, podemos hacer un trato”.
El profesional se muestra firme, exige razonablemente al niño lo que puede hacer, es seguro en sus afirmaciones. El niño tiene que notar que le tenemos estima y aprecio personales. Nunca se usará la relación como táctica para promover cambios. Es inadecuado decirle al niño que, como no ha hecho la tarea, no acuda al aula de apoyo hasta que la haga. Debemos usar una semidirección con grandes dosis de firmeza y amabilidad.
El profesional nunca amenaza al niño con castigos, sanciones… Son niños que pueden buscar el castigo (verbal, físico), pues a través de este fue como aprendieron a obtener atención. Se les dice que no se los va a dañar, aunque lo busquen. Debemos partir, inicialmente, de que si el niño se niega a hacer algo, es porque tiene sus buenas razones, y se lo hacemos saber. El profesional propone, plantea, negocia, aunque siempre decide y toma la responsabilidad. El niño opina, no puede decidir. El adulto no debe llegar a la discusión banal ni caer en las estrategias de alienación del niño. El mensaje es el mismo: “Te acepto, pero es necesario que hagas este trabajo, aunque no te guste. Así aprenderás, y mi labor es que lo hagas”. Si hay una oposición frontal a la tarea y se va a desencadenar una reacción de agresividad, inestabilidad emocional…, es posible que el niño atraviese un mal momento. Lo importante aquí es la táctica de la metacomunicación: “Me parece que no pasas por un buen momento, creo que igual no estás preparado ahora para hacer esta tarea”. Cedemos por esa razón (por empatía), no porque él tenga el poder de hacer lo que quiera. Otro día en el que esté más preparado psicológicamente se retoma esa tarea. Y no suele haber problema para que la haga en otro momento.
El profesional crea un clima apropiado para que el niño no se sienta juzgado y pueda comunicar verbal o no verbalmente sus preocupaciones, problemas, intereses… Si hacen falta métodos no verbales, hay que trabajar con él por medio del dibujo o el juego.
El profesional, para el abordaje de problemas sociales (por ejemplo, de relación: peleas, agresiones, discusiones… en las que el niño se muestra negador), usa métodos indirectos, a sabiendas de que los niños víctimas de malos tratos no pueden siempre tolerar las emociones que se generan y buscan la evitación o el escape como estrategia. El profesional hace saber al niño que es normal que le cueste aceptar sus dificultades, que le pasa a mucha gente. Para que el niño vaya aceptando su papel en los conflictos sociales, puede valerse del uso de metáforas o cuentos donde al niño le pasa lo mismo que al personaje de la historia.
Todos los profesionales escolares trabajan en coordinación y multidisciplinarmente con el resto de profesionales que atienden al niño: padres o educadores, psicólogos, psiquiatras… El niño lo debe saber para que perciba en torno suyo una estructura que le contiene.
El profesional debe mostrar entusiasmo e interés auténtico en su labor. El niño debe contagiarse de ese entusiasmo, ya que de las investigaciones se sabe que las emociones que los demás nos transmiten se sienten en las mismas áreas cerebrales que las propias.
El profesional conoce sus límites, se preocupa de prodigarse autocuidados y es consciente de que la labor educativa con niños con trastornos del apego es lenta. Se acuerda siempre de la metáfora de la gota de agua que horada la piedra. Así es su trabajo: a largo plazo. Tiene presente que, con los niños con problemas de apego, siempre hay que volver a empezar e intentarlo. Nosotros debemos volver a retomar la relación dándole oportunidades, nuevamente, de reparar sus acciones negativas"

Más orientaciones y pautas podéis encontrarlas en la Guía.



2 comentarios:

LUISA dijo...

Hola José Luis,
Que decirte que nos sepas yá. El manual lo leí íntegramente como ya sabes y aunque está dirigido a vosotros los profesionales, también nos ayuda a nosotros los padres adoptantes. Tus aportaciones siempre son útiles y no me cansaré nunca de agradecerte este blog y todo el trabajo que realizas a diario con estos niños tan necesitados de amor, comprensión y ayuda psicológica.
Un abrazo y hasta pronto.
http://adoptaextremadura.blogspot.com/

José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo dijo...

Hola, Alexia: Muchas gracias a ti, por ser una madre tan abierta y sensible a las necesidades de los niños y a la ayuda de los profesionales. Ya sabes que soy fan de vuestra página y que procuro visitarla frecuentemente para estar al tanto de lo que proponéis que siempre es útil e interesantísimo. Aquí aprendemos todos. Un abrazo igualmente y hasta pronto

José Luis