jueves, 21 de mayo de 2009

Charla-coloquio con los padres y madres de la Ikastola Ekintza, de Donostia, sobre educar en las nuevas tecnologías

Ayer estuve en la Ikastola Ekintza, invitado por el Departamento de Psicología y la Asociación de Padres y Madres de Familia, para impartir una charla, junto con mi colega Isabel González Acha, psicóloga clínica, sobre el tema: Educar a nuestros hijos en el manejo de las nuevas tecnologías.

Este tema es el que más interés había suscitado entre los padres y madres de la Ikastola, por encima de otros, y es por ello por lo que nos decantamos a la hora de elegirlo. Había que dar respuesta a la demanda.

La charla comenzó a las 19,00h y asistieron muchos padres y madres. El guión de la conferencia versó sobre estos puntos: qué nos preocupa; oportunidades y riesgos de las nuevas tecnologías; diferenciando el uso y el abuso; qué motivaciones tienen los jóvenes ante las nuevas tecnologías; factores que influyen en un adecuado manejo de las nuevas tecnologías: la comunicación familiar, los hábitos, la supervisión y el acompañamiento a los menores; pautas para un manejo responsable de las nuevas tecnologías.

El debate fue muy participativo, una de las veces que más recuerdo que los padres hayan opinado, comentado sus vivencias y planteado sus dudas e inquietudes. Se alargó mucho más de lo previsto (hasta las 21,00h), lo cual nos da una idea del alto compromiso de estos padres por aprender de este tema. Las intervenciones fueron excelentes y enriquecieron la conferencia en muchos puntos.

Resumo parte de lo que comentamos en el turno de debate, por si os resulta de interés para vuestros propios hijos:

- Los padres sentimos miedo ante lo desconocido y no nos abrimos a conocer las nuevas tecnologías. Mantenemos un sesgo negativo de las mismas y eso nos impide comunicar y compartir con los hijos lo que ellos viven.


- Dramatizamos en exceso los riesgos y minimizamos las oportunidades. Nos preocupa mucho lo que puedan estar haciendo, por ejemplo, en Internet, pero igual nos olvidamos de los riesgos de la calle, por ejemplo.

- Es una cuestión de enseñar y acompañar a los niños y adolescentes, de educarles en un uso responsable de las nuevas tecnologías. Si se hace este trabajo educativo, no tienen por qué surgir mayores problemas.

- Desde que son niños, es conveniente comunicar con ellos de todos los temas, darles espacio para escucharles y no invadirles en exceso con nuestro intervencionismo. Creando silencios educativos es como podemos propiciar que ellos se abran.

- El afecto y el control, una vez más, son claves: si existe afecto, cariño, hacia los hijos es mucho más fácil poder ponerles control, esto es, límites. Sin éstos, los niños y los adolescentes no pueden crecer con seguridad. Se trata de querer siempre a nuestros hijos, explicarles las razones de por qué les ponemos los límites, pero no argumentar en exceso ya que llega un momento en el que hay que decir “hasta aquí” Tolerar el enfado y la rabia del menor ante el límite que no le gusta (no permitiendo conductas agresivas hacia los demás), aceptar sus emociones, como parte del proceso normal de crecimiento y maduración cuando nos ponen una norma que no queremos, es necesario.

- No es posible controlar todas las conductas de nuestros hijos. Si hemos sentado unas bases de cariño y respeto, hábito y acompañamiento, el menor habrá desarrollado la capacidad de autorregularse y tendrá recursos para resolver determinados problemas. Hay que confiar en los menores, aunque sin perder de vista que no todos son iguales ni presentan la misma edad madurativa, por lo que conviene hacer excepciones a esta regla.
- En línea con lo anterior, se desaconseja vigilar o revisar las conversaciones que el menor mantiene a través de internet. Es un atentado a su confianza y la relación queda resentida para el futuro. Es necesario enseñar a los niños que las mismas normas de educación que rigen en sus relaciones físicas también lo hacen en las relaciones a través de la red. Y educarles en los mismos consejos que les damos cuando salen a la calle: ni hablan con desconocidos, ni se van con éstos, ni proporcionan datos privados... Y lo que se considere ética y legalmente inaceptable en la vida real también lo será en la virtual.

- Hay que enseñar y educar en las nuevas tecnologías desde pequeños. La edad en la cual ya pueden tener un ordenador para ellos y sus estudios es aproximadamente los nueve/diez años, aunque hemos de mirar siempre el grado de madurez global más que la edad cronológica.

- Algunos padres se interesaron por saber con exactitud cuántas horas se les puede permitir de videojuego, de Internet… Cada padre debe de elegir un criterio y ponerlo en práctica, pues cada niño o adolescente es diferente y tiene características propias que requieren de medidas individualizadas. Sabiendo, eso sí, que el exceso de horas es negativo por el riesgo de abuso y porque pierden horas que podrían dedicar a otras actividades educativas.

- Finalmente, se ensalzó Internet como uno de los mejores descubrimientos de la humanidad, si les enseñamos los riesgos. Aun siendo esto así, Internet, en realidad, es un instrumento más que no podrá sustituir la magia y la calidez de las relaciones humanas en un contexto físico, en el cual podamos sentirnos sentidos.

Gracias a toda la comunidad escolar de Ekintza Ikastola por la sensibilidad mostrada y el interés en reflexionar para ser mejores padres cada día. Esperamos vernos el año próximo.

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