sábado, 9 de diciembre de 2017

"Profesionales portadores de oxitocina", el libro que estábamos esperando, de Iñigo Martínez de Mandojana.



Quiero presentaros el primer libro escrito por Iñigo Martínez de Mandojana, de la Asociación Biraka, cuyo blog hermano de Buenos tratos ya conocéis. Un libro que estábamos esperando, necesario, pues creo que muchos profesionales precisan imbuirse de la cultura del buen trato en sus prácticas profesionales. 

El libro me ha cautivado desde el principio. Primero, porque reconozco a Iñigo en sus páginas. Me habría desilusionado que hubiera impostado un personaje para escribirlo. El libro rezuma Iñigo Martínez de Mandojana en estado puro por todos sus costados. Es el Iñigo atrevido y suelto de su blog, que aúna el saber de su formación y lecturas, pero también con todo su bagaje experiencial, haciendo gala de ingenio y creatividad a la hora de escribir, con sus metáforas únicas. 

Pero un libro no es un blog. Implica un trabajo mucho más elaborado, pues -lo sé por experiencia- hay que idearlo, estructurarlo, escribirlo y revisar cada una de sus palabras y frases porque requiere matización. Me encanta la evolución literaria experimentada por Iñigo Martínez de Mandojana y que se plasma en esta su primera gran obra.

Además del atractivo estilo literario del autor, creo -como os he dicho anteriormente- que Iñigo ha escrito un libro que yo echaba de menos en el mercado y que buena falta nos hace. Que los profesionales sean personas afectivas, y quieran y cuiden a los niños, adolescentes y familias con las que tratan -desde el título se nos transmite esto, puesto que la oxitocina es la hormona del buen trato-, no es algo tan extendido como en un primer momento se pueda pensar. Existe un buen número de profesionales cuyas intervenciones y actuaciones están carentes de afectividad, y de otros elementos que son claves, si es que queremos reparar a menores y personas que sufren traumas: sintonizar y conectar emocionalmente, empatizar y mostrar sensibilidad hacia las personas con las que trabajamos y -no lo olvidemos- sienten dolor físico-emocional. Este tipo de intervención distante -y en algunos profesionales, además, despreciativa-  con los niños y jóvenes les convierte en objetos, no en sujetos con mente propia. Por eso, cuanto mas difundamos el libro de Iñigo Martínez de Mandojana, más vamos a contribuir a difundir la cultura del buen trato entre los profesionales, tan necesaria. El autor nos dice por qué esto es tan trascendente, así cómo lo negativo que puede ser hacer lo contrario. Había que atreverse a publicar un libro como este, valiente, e Iñigo lo ha hecho. ¡Enhorabuena!

Portada del primer libro de Iñigo Martínez de Mandojana.

Para ello, el autor se fundamenta en la ciencia y basa su libro inicialmente en conceptos como el apego, la parentalidad positiva y la resiliencia. A continuación, se adentra en la extrema importancia que tiene sintonizar con el dolor del otro y la resiliencia, para, posteriormente, profundizar en las consecuencias que puede tener la iatrogenia profesional y en cómo debe ser un equipo de trabajo educativo para constituirse como un equipo con superpoderes. Termina su propuesta tratando el tema de los informes que los profesionales elaboran y cierra la obra recordándonos que ser un profesional portador de oxitocina es un verbo. 

Ha tenido la original idea -ya os he dicho que Iñigo es creativo- de que cada capítulo lo presente un profesional elegido por él. A cada uno le ha pedido que piense en una película, poesía, fotografía, música... que pueda servir como leit motiv para introducir el tema del que después Iñigo nos hablará. El autor me invitó a mi, entre otros, a presentar el capítulo que versa sobre sintonizar con el dolor del otro. ¡Todo un honor! Lo realicé con sumo gusto y placer. 

El profesor de la Universidad del País Vasco, Dr. en psicología y psicoterapeuta en ejercicio, Iñigo Ochoa López de Alda, ha elaborado un entrañable y sentido prólogo.

Os recomiendo este libro porque aúna muy bien ciencia y experiencia. Aborda con respeto pero con claridad y contundencia, el asunto más delicado y sensible que existe: cómo nos relacionamos con los niños y jóvenes y sus familias. Una comunicación afectiva y una receptividad empática deben de presidir todas las actuaciones y dinámicas educativas. El libro, además, pone de relieve, de una manera directa, el enorme beneficio que en los niños y jóvenes tiene el que portemos oxitocina como profesionales en nuestro trabajo y relaciones con ellos (afecto, empatía, cuidados...) Y el impacto tan negativo y perjudicial que produce en los menores intervenciones educativas llevadas a cabo por profesionales que no tienen los buenos tratos integrados en su ideario y praxis. 

Iñigo Martínez de Mandojana sabe de lo que habla, pues su experiencia y saber acumulados le otorgan credibilidad para poder escribir esta importante obra. 

Adquiérelo en esta dirección web:

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