martes, 3 de mayo de 2011

La importancia de la edad bebé

Gracias a Mei, he descubierto, alborozado, un libro que me está resultando fascinante. No más he leído el primer capítulo y mi satisfacción va en aumento, con unas ganas enormes de sacar otro rato para volver sobre su lectura. Gracias, Mei, por proporcionarme esta “picada” tan buena.

Me estoy refiriendo a "El amor maternal" Un libro genial de una autora llamada Sue Gerhardt, psicoterapeuta de orientación psicodinámica –pero abierta a otras corrientes terapéuticas y neurocientíficas- que centra su explicación acerca de cómo llegamos a ser quienes somos no en el psicoanálisis ortodoxo y su teoría pulsional sino en las más modernas teorías sobre el desarrollo psicobiológico del ser humano. La neurociencia recoge cada vez más evidencias de que nuestro cerebro es un cerebro social y que nuestra mente se construye en interacción y conexión con otras mentes. “Mentes creando mentes”, dice el admirado Siegel. Lo fundamental para explicar el desarrollo humano no son, pues, las pulsiones sino los modelos relacionales que construimos en nuestra mente a partir de una experiencia de relación con los cuidadores primarios; en suma, a partir del establecimiento de un vínculo de apego.

“El libro que todo médico, maestro, progenitor, profesional o personalidad política debería leer”- nos dicen en la portada. Y, en verdad, no exageran. Estoy convencido de que si los políticos se decidieran a aplicar los conocimientos desarrollados en este libro sobre la extrema importancia de los primeros años (somos bebés y no nos acordamos conscientemente, pero hemos vivido experiencias, sensaciones, imágenes… que han quedado grabadas en nuestra memoria procedimental y que nos influyen inconscientemente, todo lo que ha quedado impreso y ha cincelado nuestra mente y cerebro proporcionándonos las primeras sensaciones y emociones físicas y psicológicas sobre cómo nos representamos a los demás y lo que esperamos de ellos, la confianza, seguridad, confort, capacidad de tranquilizarnos… y que configuran en una gran parte nuestras reacciones adultas) vividos en relación con el cuidador primario, el mundo funcionaría de un modo más justo y más humano. Puede sonar atrevido, pero si se trabajara a fondo con las personas (las madres, los padres y todos los que tienen bebés a su cargo) para sensibilizarles e incluso entrenarles (especialmente a los que, por diversas causas, están imposibilitados para saber hacerlo) en aprender a ser cuidadores sensibles (interpretar adecuadamente los mensajes que el niño emite para que se atienda su necesidad), disponibles y coherentes, pienso que nos iría muchísimo mejor a todos los niveles en los que nos relacionamos. El mundo funcionaría mejor, estoy seguro. Es por ello por lo que la autora realiza sesiones de psicoterapia madre-bebé. Porque tratar esta relación es trabajar para que el niño (la casa) tenga una estructura (cimientos) sólida que disminuiría la probabilidad de muchos trastornos, problemas, derrumbes, reacciones violentas, maltratos, hacerse daño… en la vida adulta. Vamos, creo que el hombre sería menos lobo para el hombre. Son los buenos tratos que mi admirado Jorge Barudy nos ha explicado muchas veces que son los nutrientes que todo niño necesita para desarrollarse sanamente.

En el primer capítulo Sue Gerhardt nos habla, precisamente, de esto. El libro comienza con: “Los cimientos: el bebé y su cerebro” La autora nos llama la atención de un mundo relacional fascinante, digno de que nos sentemos a contemplarlo y degustarlo: la relación madre/hijo. Esa conexión existente, esa unión, esa sintonía afectiva, esa comunicación verbal y no verbal sigue siendo lo más bello e impresionante ¿Qué ocurre dentro del bebé? La autora nos dice que ninguno lo recordamos; y que, incluso, cuando hablamos de nuestra biografía, ésta incluye un relato y unas referencias de lugares, personas, hechos… pero nunca se alude a esta etapa bebé. Es un mundo del que carecemos de recuerdo consciente pero en nuestra forma de actuar, sentir… se conserva mucho de este periodo.

Sue Gerhardt ahonda en esta etapa desde sus conocimientos y práctica profesional con madres y bebés. Y nos dice –entre otras muchísimas cosas interesantísimas y apasionantes- unas palabras que quiero remarcar aquí y que os pongo a continuación. Porque la semana que viene - a partir de lo que esta autora propone- desarrollaré unas pautas de trabajo para padres adoptivos, profesores, educadores, profesionales… con niños que tienen unos cimientos que se tambalean, que han pasado por una edad bebé que marca su posteriores dificultades en las relaciones interpersonales. Porque la adecuada relación con la madre nos prepara para conocer nuestras emociones, regularlas y aprender a conocer las de los demás, esto es, hace de nuestro cerebro un cerebro preparado y diseñado para la socialización, si la relación ha sido de apego óptimo o seguro. Porque con estos niños, pienso, hay que centrarse prioritariamente en darles las herramientas emocionales que no recibieron de bebés, tratar de reparar este nivel. Con toda la dificultad que supone. Por ello, primero tenemos que enseñarles a ser. Y enseñarles a ser supone enseñarles a ser sociales. Y a ser sociales se aprende conociendo las emociones propias y las de los demás: etiquetarlas, regularlas, expresarlas… Antes de que aprendan las matemáticas, a comer sin hacer ruido o a dejar su habitación ordenada –por poner unos ejemplos cotidianos- tenemos que prepararlos emocionalmente y después estarán más listos para poder alcanzar esos otros logros normativos. Y, normalmente, priorizamos el que "funcionen" Pero para funcionar hay que pasar por este proceso relacional-emocional.

Dice Sue Gerhardt: "Durante los primeros meses de vida, el organismo busca el nivel normal de excitación, estableciendo el punto adecuado de estimulación que todos los sistemas intentarán mantener. Cuando los niveles suben o bajan respecto al nivel normal de excitación, los sistemas entran en acción para recuperar el nivel o estado normal.






Pero lo que se ha de establecer en primer lugar es cuál ha de ser este nivel normal, y ello corresponde al proceso de socialización. El bebé no puede lograrlo por sí solo sino que ha de coordinar sus sistemas con los de las personas de su alrededor (…) Los bebés bien cuidados esperan del mundo que les rodea que sea receptivo a sus sentimientos y que les ayude a volver a un nivel normal cuando se presentan intensos estados de excitación en este caso, mediante la experiencia de lo que hacen sus progenitores aprenden a hacerlo por sí mismos.

Un bebé experimenta sentimientos globales de desconsuelo o satisfacción, de molestia o bienestar, pero procesa estos sentimientos sin complejidades ni matices, ya que aún no posee la capacidad mental para procesar informaciones complejas. Pero mientras se apoya en los adultos para manejar las situaciones que se le presentan en un intento de disminuir las molestias y aumentar el bienestar, va entrando, poco a poco, en el mundo que le rodea"
(págs. 30-31)

A este libro le vamos a sacar mucho jugo.

POST SCRIPTUM: Esta semana acudo al Diplomado de Formación Especializada para Psicoterapeutas Infantiles que dirigen Jorge Barudy y Maryorie Dantagnan, neuropsiquiatra y psicoterapeuta familiar y psicoterapeuta infantil, respectivamente. Expertos en el tratamiento psicológico y educativo de los niños víctimas de abandono, malos tratos, negligencia, abusos... que pueden padecer alteraciones en el vínculo de apego y trauma. Voy a participar como co-animador en una sesión con los alumnos de la 2ª promoción.

Este Diplomado es una excelente formación teórico práctica-profesional y vivencial en grupo reducido, donde se aprenden las bases teóricas y conceptos fundamentales para todos los psicólogos y psiquiatras que trabajan y que quieran formarse en modelos de tratamiento psicoterapéutico adaptados al sufrimiento infantil. Las técnicas -y otros muchos contenidos- se trabajan, aprenden y vivencian en formato taller donde la participación activa, la comunicación, el diálogo y el intercambio con el grupo y los animadores del mismo es la piedra angular de todo el proceso de aprendizaje. Una oportunidad única para formarse con los prestigiosos profesionales Jorge Barudy y Maryorie Dantagnan. Os contaré en el blog esta maravillosa experiencia de aprendizaje.

Para más información sobre el Diplomado, dirigíos a:

IFIV Barcelona

Avda. República Argnetina, 6, 4º 2ª

08023 Barcelona

Tel.: 93 238 57 60


Para conocer el programa del curso, haz clic aquí.

8 comentarios:

Unknown dijo...

Gracias a tí por este blog tan FABULOSO...!!!
Yo estoy alucinada y estoy aplicando muchas ideas con mi hijo que...ahora...QUIERE DORMIR CONMIGO, acurrucado, tranquilo y haciendo igual que hice con mi hija en su más tierna edad...El tiene 3 años, pero...intentamos recuperar lo que no tuvo y perdió en sus primeros meses y...ESTAMOS CHOCHITOS los dos...Espero que todos estos mimos que tenía que haber recibido de bebé, le sirvan para rehabilitar sus pérdidas emocionales...
Ahora estoy también con otro..."Bajo Presión", de Carl Honoré...muy interesante también...
Gracias, Jose Luis...

Esther dijo...

A mi me ha encantado la entrada!
Pilar, me alegro de lo que cuentas. Conozco a una madre que cuando su hijo de 5 años (estando malito) le pide que le de el desayuno, le dice que no, que tiene mucho morro. Duerme solo desde los 3 meses. No va al parque porque es una perdida de tiempo, cada tarde una extraescolar diferente... una pena

Mei dijo...

Pobre niño...y qué madre tan pobre...El pierde, pero ella también...Mi hijo tras dos años, los que hace que llegó a nuestras vidas, durmiendo en brazos de papá, ahora ya me llama y quiere conmigo...Su manera de dormir es diferente...más tranquila, más relajada...quizás...aunque mi marido lo ha hecho de maravilla!!! Es un padrazo!!! El ha encontrado un regazo maternal y...lo está saboreando a tope...y yo a él hasta el máximo...Mi hija de 5 años y medio me pide que le dé de comer y...ME ENCANTA!!! hacerlo...hay que tener muy claro lo que significa la maternidad...y no me refiero a malcriar ni a hacer niños tontos, sino niños satisfechos y llenos sentimentalmente...un beso

Anónimo dijo...

Intentaré localizar el libro ya mismo.
Cuando mi hija vino tenía tres años y perdimos tanto tanto tiempo porque no sabíamos cómo actuar. Por entonces, hace cinco años, no se hablaba de todo esto. ¡Disciplina¡¡Normas¡ ¡qué no os tome el pelo¡ eso era todo lo que oíamos.
Espero tu próxima entrada dispuesta a aprender y a actuar.

Gracias José Luis.
Itsaso

Elena dijo...

Ya he encargado el libro directamente a la editorial Albesa. Gracias por el consejo.

José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo dijo...

Gracias a todas por vuestros comentarios y me alegro que os esté aportando aspectos útiles en vuestro dificil pero maravilloso caminar en la aventura de ser madres. Un afectuoso saludo

Anónimo dijo...

Estimado José Luis. Te escribo desde Argentina porque ante mi primer embarazo estoy ansiosa por adquirir un ejemplar de El Amor Maternal de Sue Gerhardt que tan bien has conceptuado. Me está resultando realmente difícil dar con el libro aquí en Argentina. Por favor, podrías orientarme dónde puedo adquirirlo y/o a quién contactar? Gracias anticipadas por tu pronta respuesta. Saludos. Deby

José Luis Gonzalo Marrodán, psicólogo dijo...

Estimada Deby: siento decirte, por lo que yo sé, que ese libro está descatalogado. Si acaso queda algún ejemplar (como en Amazon) es a un precio desorbitado. Deberás esperar a que lo vuelvan a editar o a que algun amigo o amiga te lo deje. Un saludo.