jueves, 28 de octubre de 2010

Hiperactividad y trastorno del apego

Uno de los temas que salieron en las jornadas de Asturadop y sobre el que debatimos fue el diagnóstico de Trastorno por déficit de atención con hiperactividad-impulsividad (TDAH) que a menudo reciben muchos de los niños y niñas adoptados/as que acuden a los servicios, privados o públicos, de salud mental (consultas de psicología clínica y psiquiatría) Tanto si presenta déficit de atención con hiperactividad o sin hiperactividad como el subtipo combinado, la realidad es que, en efecto, en la práctica clínica se observa que un alto porcentaje de estos niños/as presentan este cuadro clínico o bastantes de los síntomas que lo definen.

Recientemente, hemos asistido a la noticia de la aparición de un estudio, riguroso, que afirma que el origen de este trastorno es genético. Tal y como puedo leer en un periódico se dice literalmente, así: El TDAH no tiene cura, pero los síntomas pueden ser tratados con fármacos y terapias para mejorar la conducta de los pequeños. Los científicos de la Universidad galesa efectuaron un análisis genético de 366 niños con el trastorno y 1.047 sin este trastorno. Y hallaron que los menores hiperactivos tenían duplicados segmentos de ADN frente a los que no tenían hiperactividad, subraya el estudio. «Esperamos que estas conclusiones ayuden a superar el estigma asociado al TDAH», afirmó Anita Thapar, principal investigadora de este estudio, quien agregó que «ahora podemos decir que el TDAH es una enfermedad genética y que el cerebro de los niños con este trastorno se desarrolla de manera distinta del de los otros pequeños». Otra investigadora, Kate Langley, señaló que el mencionado trastorno «no es provocado por un único cambio genético, sino por una serie de cambios genéticos, que interactúan con factores medioambientales no identificados».
Efectivamente, genes que interactúan con factores medioambientales no identificados. Uno de los factores ambientales que debería tenerse en cuenta e identificarse en las investigaciones es el apego.
Si, como ya hemos explicado muchas veces, el cuidador/a primario/a actúa de una manera negligente, abandónica o maltratante física y/o emocionalmente hacia el bebé en los primeros años de vida en los que la mente en desarrollo es vulnerable y el cerebro depende para desarrollarse sanamente, de un adulto sensible, empático y disponible coherentemente, el niño/a puede desarrollar un trastorno del apego. Uno de los síntomas que caracterizan al apego desorganizado es precisamente la hiperactividad y la impulsividad. Y uno de los cuadros clínicos más asociados con el apego desorganizado es el TDAH.

El origen genético es del 80% en el TDAH, nos dice el estudio. ¿Y en el caso de los niños y niñas con trastorno de apego? ¿Todos tendrían ese riesgo genético? ¿O pesarían más los factores ambientales? ¿O son ambos factores los necesarios para que el cuadro se dé? ¿Qué sería antes, la hiperactividad o el trastorno del apego? ¿Qué es causa y qué es consecuencia? ¿Coexisten ambos? Son preguntas que por ahora, no tienen respuesta. Lo que sí se observa si se revisa la literatura científica, es que ambas alteraciones comparten dificultades con la regulación y la inhibición de respuestas, pues el TDAH no se considera actualmente sólo como un trastorno en el que el niño/a es muy movido y no atiende, así, sin más, sino como un déficit en la autorregulación. Y es también llamativo que en ambos trastornos puedan existir, en algunos casos, alteraciones funcionales en los lóbulos frontales. Estos curiosamente, se programan adecuadamente en una relación de apego.

De todos modos, desde mi experiencia clínica -y esto es ya una opinión personal- observo que la hiperactividad en niños/as que han sufrido malos tratos y/o abandono, como pueden ser los niños/as adoptados/as, no es igual que la de los niños/as que han vivido una relación de apego segura con un cuidador temprano adecuado. Es una hiperactividad más asociada a los problemas de relación interpersonal, a no saber cómo, cuánto y de qué modo relacionarse. Y es una hiperactividad a la que le acompaña un sentimiento de dolor profundo cuando se entra en contacto con las personas o con situaciones en las que el niño/a no sabe manejarse, pues si éste/a ha sido dañado por malos tratos no se fiará de los demás, lógicamente, y uno de los modos de defenderse y demostrarlo es hiperactivándose. El trastorno del apego se definiría más por rasgos o formas de ser alteradas -que no son patología- sino que constituyen factores de vulnerabilidad. Por otro lado, la hiperactividad y los problemas de atención no son las únicas características que definen a un trastorno del apego. Este presenta otras manifestaciones diferenciales con respecto al TDAH -que podéis consultar en los post que he escrito sobre el apego-.


Quiero terminar presentándoos este estudio que he leído en psiquiatria.com en el que identifican, en ratones, una relación entre la ausencia materna y los síntomas de hiperactividad. Esta ausencia es tremendamente angustiante, y en este estudio se descubre que este factor es crucial. Es muy bueno que las investigaciones lo avalen porque -sin negar en ningún momento la importancia de los mecanismos genéticos, eso sería de necios- no todo tiene por qué ser siempre genético. En algunos casos tendrá más peso lo genético, en otros lo ambiental y en la mayoría, ambos en interacción. Os dejo con el estudio, tremendamente revelador y a tener muy en cuenta para comprender las hiperactividades de nuestros niños y niñas, como yo les llamo cariñosamente, y para actuar calmándoles y conteniéndoles adecuadamente.


Un estudio prueba que la ausencia de madres puede causar ansiedad e hiperactividad en los hijos.


La ausencia de las madres puede causar en los hijos hiperactividad y ansiedad, según un estudio realizado en ratones por investigadores de la Escuela de Medicina de Yale que se publica en la revista 'BioMed Central Neuroscience'. En ratones, el destete y la separación precoz de sus madres promueven la hiperactividad y la ansiedad a largo plazo. Los investigadores describen el desarrollo de este modelo de conducta, que esperan utilizar para investigar los efectos a largo plazo de la negligencia en la infancia de las personas.


Los científicos, dirigidos por Arthur Simen, evaluaron su modelo de 'separación materna con destete precoz' (MSEW, según sus siglas en inglés) en un grupo de 80 ratones macho. "La adversidad en la infancia, en la forma de abuso y negligencia, es prevalente en todo el mundo y supone un significativo problema de salud pública. Por desgracia, los mecanismos moleculares que subyacen a las consecuencias de la negligencia en los inicios de la vida siguen sin conocerse", explica Simen.


Los ratones sometidos a este modelo de experimentación pasaron por una separación materna de cuatro horas al día en los días 2 a 5 tras su nacimiento y ocho horas diarias en los días 6 a 16. Las crías fueron destetadas pronto, en el día 17. Así, se comprobó que los ratones expuestos a este tratamiento eran hiperactivos y ansiosos en comparación con los animales control en las pruebas de campo abierto, natación forzada y laberintos. Sin embargo, su peso corporal y los niveles de metabolitos no cambiaron, lo que revela que la deficiencia nutricional no era la causa de la conducta observada.

jueves, 21 de octubre de 2010

"Cartas a Pedro. Guía para un psicoterapeuta que empieza", un excelente libro de la psicóloga Loretta Cornejo

Os he comentado muchas veces, seguidores/as y aficionados/as a Buenos tratos, que lo mejor de Internet es la posibilidad de ponerse en contacto con personas que, más allá de tu círculo inmediato, existen en otras ciudades y pueblos. A veces, lejísimos. Gracias a esta red de redes, el contacto, la relación, el intercambio de ideas y de información, el apoyo… en suma el enriquecimiento personal es una realidad. Virtual, sí, pero de otro modo no sería viable y nos estaríamos perdiendo la posibilidad de conocer a gente interesantísima que tiene ideas y proyectos geniales y que los comparte. Este salir de tu círculo es vital y necesario para no terminar creyéndote que el mundo empieza y termina en la cocina de tu casa.

Aunque no podemos vernos, con algunas personas se siente una relación y un feeling especial. Porque a veces los sentimientos, el agradecimiento, la solidaridad… viajan inmaterialmente por esos caminos electrónicos de la informática, por esas autopistas, y uno los siente. No es la magia del contacto real, del estar físicamente, claro. Por ello, me falta culminar el proceso y conocer algún día a todas las personas con las que me relaciono a través del blog y de su expansión por facebook. Vernos corporalmente y que la magia del contacto real culmine el proceso del que hablo, hacernos presentes. Todo llegará.

Una de las muchas personas -ejemplo de lo anterior- que se ha puesto en contacto conmigo es la psicóloga y psicoterapeuta Loretta Cornejo, quien no creo necesita presentación, pues es una prestigiosa profesional, de origen peruano, que lleva muchos años trabajando, autora de numerosos libros (alguno de los cuales lleva varias ediciones vendidas) sobre psicoterapia, fundamentalmente de orientación gestáltica. Impulsora, y una de las principales referencias, de esta corriente psicoterapéutica en su aplicación para los niños/as y adultos. Cofundó junto con unas compañeras, el centro de psicoterapia Umayquipa (palabra que en la lengua quechua significa soplando el amor) en su Lima natal hace 25 años. Un día, hace ya 14 años, decidió expandir sus conocimientos y humanidad a Europa y se vino a Madrid donde abrió -también junto con sus compañeras de singladura-otro centro de psicoterapia con el mismo nombre. Realiza una importantísima labor de tratamiento psicológico a niños y adultos, individual y de grupo, así como de formación para profesionales.

Para mí ha sido un honor que Loretta Cornejo se haya fijado en el blog y le haya resultado interesante el mismo, alabando su contenido y expresión. Es como si un cocinero tres estrellas Michelín se fija en otro que despunta pero que aún le falta trayectoria para considerarse senior en la materia, y alaba su trabajo.

Pero lo que más me ha cautivado de Loretta Cornejo es su humanidad y su generosidad. He recibido gustoso un regalo que, emocionado, me ha hecho: dos de sus libros dedicados. Lo mejor de Loretta Cornejo es que no hay diferencia entre el profesional y la persona: Cualificada pero con cualidades humanas elevadas. Sin estas cualidades humanas, no puedes ser psicoterapeuta. Y Loretta las tiene porque sopla el amor allí donde va.

Voy a hablaros del primer libro que me ha regalado: Cartas a Pedro. Guía para un psicoterapeuta que empieza. Casualmente lo he terminado de leer hoy, día 14 de octubre, que es cuando escribo esta entrada. Hace 16 años que comencé como psicoterapeuta, por lo que he podido conectar con lo que sentía entonces. ¡Cómo me hubiera gustado tener este libro! Cuando lees Cartas a Pedro (Pedro existe, es sobrino de Loretta, y ésta le escribe pues va a empezar su formación, y cada capítulo está dedicado a una cuestión trascendente en la difícil tarea de convertirse en psicoterapeuta. Pedro actualmente ya es profesional en ejercicio) Loretta consigue la complicidad contigo: Sientes que Pedro eres tú, con tu inexperiencia, dudas, miedos, inseguridades pero a la par alegría por empezar tu carrera y sentir que puedes ser útil y ayudar a las personas que sufren por problemas psicológicos y de la vida de toda índole.

Sientes que Loretta te habla a ti, con ese estilo capaz de llegar al corazón de las personas pero enriquecido de sabiduría psicológica científica y profesional a la par. Y te va entregando ese saber capítulo a capítulo, para que tú puedas beneficiarte del mismo y comenzar tu carrera profesional –o revisar la que ya tienes empezada, sin duda- sintiéndote arropado y comprobando que a otros/as les ha pasado lo mismo que te pasa a ti.

Otro aspecto que yo destacaría de este libro es que aborda todas esas preguntas y dudas que un psicoterapeuta ha tenido y puede seguir teniendo sobre su desempeño profesional y que no se suelen abordar ni en la Universidad ni en los postgrados, y que, cuando vas a iniciarte, no sabes a quién preguntar o nadie te las quiere contestar porque las considera suyas o te hace pagar un fortunón por transmitírtelas: ¿De qué color pinto las paredes de la consulta? ¿Qué enfoque psicoterapéutico utilizo o es más conveniente? ¿Cómo manejo las resistencias del paciente? ¿Cuánto deben durar las sesiones? ¿Qué hago si el paciente no acude? ¿Cómo creo el clima emocional? ¿Puedo tocar al paciente? ¿Qué hago cuando el paciente no habla o no puede hablar? Sin olvidarnos del emotivo capítulo dedicado a cuando no desee ser psicoterapeuta y a las técnicas que la autora nos ofrece para explorar ciertos temas.

Me gusta el enfoque de Loretta Cornejo y lo comparto porque entra dentro del modelo del buen trato al que yo me adscribo y porque ante todo y sobre todo el psicoterapeuta que sólo es un técnico y se olvida de la persona que viene a su consulta a ser comprendida, escuchada, alentada, a sentirse sentida, a ser ratificada en sus puntos fuertes, a trabajar los débiles y las dificultades, dentro de un clima de confianza, aceptación y afecto, deshumaniza lo más humano y complejo que existe: la psicoterapia. Y sin humanidad no puede existir la psicoterapia. Si no soplamos el amor, la psicoterapia no es posible.

No os perdáis este libro, se lee muy a gusto, con placer: Aquí tenéis un enlace para poder adquirirlo. Está en la editorial Desclee de Brower.

domingo, 17 de octubre de 2010

Charla-coloquio con padres/madres de Asturadop, en las jornadas tituladas: "El buen trato a la infancia. Resiliencia educativa" celebradas en Gijón

El pasado viernes día 15 fui a Gijon invitado por Asturadop, Asociacion Asturiana de Adoptantes, para participar como ponente en las jornadas tituladas: "El buen trato a la infancia. Resiliencia Educativa" Cuando Joaquin García, su presidente, me lo propuso no me lo pensé ni un minuto. Estaba encantado de poder compartir con los padres y las madres adoptivos/as de esta bella región mis experiencias y conocimientos. Además, hacia muchos anos que no visitaba Gijon, ciudad que me trae muchos recuerdos de tiempos atrás, veranos de juventud, en los que disfrutamos de sus encantos. La he encontrado lógicamente, muy cambiada y mejorada.

Joaquin García fue quien personalmente, me recibió y acompañó durante todo el día. A mi y a Laura Heckel, Secretaria de la Asociacion La voz de los adoptados, quien también participó en las jornadas, impartiendo otra ponencia, a continuación de la mía. Una agradable joven que me ha impactado y sorprendido gratamente por su proceso personal de superación y porque es un vivo ejemplo de que la resiliencia es posible.

A las 17,00h estabamos citados para proseguir las jornadas, para celebrar su segundo y ultimo día, en el Salon del Acuario de Gijon, un magnifico lugar que cuenta con unas formidables instalaciones. Es realmente curioso y atractivo dar una charla teniendo a tu espalda y frente al público un acuario con una cristalera en la que los peces nadan a sus anchas. Lejos de distraer, como yo pensé, le da un efecto relajante.

Primero intervino Joaquin García para excusar a Enrique Vila abogado, cuya ponencia se titulaba: "Hijos bastardos", por su imposibilidad para acudir a las jornadas por motivos familiares. Tenía que haber intervenido entre servidor y Laura, pero desgraciadamente, motivos de fuerza mayor se lo impidieron. No obstante, Joaquin García, en su nombre, leyó la charla que Enrique envió por escrito.

A continuación, el presidente de Asturadop, Joaquín García, introdujo la participación de este servidor de ustedes y la de Laura Heckel. Presenté una comunicación titulada: "Niños con problemas de conducta derivados de un trastorno del apego: qué se puede hacer desde la escuela" En primer lugar, versé sobre la resiliencia primaria y el apego seguro, vinculando la primera con la segunda. Seguidamente, pasamos a describir el concepto de resiliencia secundaria, la cual se construye cuando se ha carecido -o no ha existido la primera- de manera suficiente. Los propios recursos naturales de los niños y niñas para resistir el impacto de las experiencias traumáticas, promovidos y potenciados por adultos significativos que en un momento dado aparecen en el camino del menor, o por experiencias o situaciones concretas que, como dice Boris Cyrulnik, provocan un renacer en las personas. Y los tutores de resiliencia serían las personas que hacen que eso sea posible para el niño/a. Si, utilizando la metáfora del edificio, la resiliencia primaria fuese los cimientos de la casa, la resiliencia secundaria sería como las casas antiguas que se sujetan entre sí. O como los arbotantes de las catedrales góticas, que con su sujeción y fuerza sostienen la estructura. Así debemos ser los adultos para estos niños/as: los que les sujeten todo el tiempo que necesiten en su proceso vital.

Una de las personas que precisamente, continué con la propuesta de la charla, puede ser tutor de resiliencia es el profesor/a del colegio. El profesor/a o maestro/a es una de las figuras con las que el niño/a pasa mas tiempo, siendo significativa en su vida. Todos/as recordamos a nuestros maestros y maestras, especialmente a los que más se volcaron con nosotros/as. Los profesores suelen manifestar y a veces con razón, que tienen muchos niños/as a su cargo y que les resulta muy difícil dar a cada uno/a todo lo que necesita. Además, precisan del respaldo de la institución para la cual trabajan, mas tiempo para la formación y el reciclaje profesional, mas recursos para poder ayudar a sus alumnos/as y sobre todo, la recuperación de su prestigio y autoridad social.

Hay algunos profesores/as que pese a todo lo anterior, a pesar de la dificultad, se entregan y se vuelcan con los ninos/as, especialmente con los/as que mas necesitan de ellos/as. Piensan que el cuidado y responsabilidad de los menores nos competen a todos/as. Sienten afecto por ellos/as y se comprometen personalmente. Dentro de lo que pueden, pero se implican. Si no se quiere a los niños/as -y esto es una opinión personal que expuse en la charla- no creo que una persona pueda dedicarse a ninguna profesión que tenga que ver con estar, relacionarse con ellos/as y ayudarles.

La charla concluyó explicando la tipología del apego y cómo el profesor/a puede relacionarse y pautar a los niños/as en función de ésta tal y como os he explicado en posts recientes lo hace la autora Heather Geddes en su libro El apego en el aula. Finalmente, puse un ejemplo de cómo un tutor/a y un equipo escolar pueden convertirse en tutor/a no sólo de curso sino de resiliencia mediante la exposición del caso de un niño. Trabajé con el tutor, el claustro de profesores, la orientadora escolar y las profesoras de pedagogía terapéutica de un colegio asesorándoles sobre cómo actuar con el menor. Un niño que presentaba severas alteraciones de conducta y emocionales como consecuencia de un apego desorganizado y cómo gracias a toda la implicación y trabajo de todos los agentes escolares se consiguió su adaptación a la escuela: sentirse aceptado, reducir su alto malestar emocional a través de un trabajo vincular con su tutor y sus profesoras de pedagogía terapéutica y, como consecuencia, un descenso de las conductas problemáticas como las agresiones a compañeros/as, las interrupciones del ritmo de la clase y los comportamientos desafiantes. La solución no fue -ni es ni será nunca- expulsar a los menores a casa unos días o retirarles de las actividades, sino relacionarse con ellos/as desde la aceptación fundamental: el niño/a es siempre aceptado y querido, pero sus conductas negativas no son toleradas. Este principio lo aprendí (entre otras muchísimas cosas) con la psicologa y psicoterapeuta Maryorie Dantagnan con quien me formé en el Instituto de Investigación Acción sobre la Violencia y sus Consecuencias (IFIV, de Barcelona), quien dirigió y supervisó mi practica profesional durante unos cuantos años: Maryorie: siempre te estaré agradecido porque el aprendizaje de los fundamentos de la psicoterapia infantil con los/as niños/as víctimas de los traumas provocados por los malos tratos te los debo a ti, pues tuve la suerte de econtrarte en un momento de mi vida profesional en el que no sabia cómo trabajar con estos menores. Maryorie Dantagnan me enseñó la metodologia, las técnicas, cómo relacionarse con el niño/a y muchas cosas más -que me darían para cientos y cientos de líneas- a la par que me dio confianza, ratificó mis puntos fuertes, me hizo ver con delicadeza los débiles y cómo modificarlos, siempre dentro de un clima de apoyo y fomento del crecimiento personal y profesional. Una parte de lo que transmito hoy en día en el blog y en otros foros es de Maryorie Dantagnan y creo que es de justicia decirlo así, públicamente, al mismo tiempo que le (te) dedico este pequeño pero sentido homenaje desde el blog.

Bueno, decía y dije en la charla de las jornadas de Asturadop -después de este necesario excursus-, que la aceptación fundamental debe de regir la relación con el niño/a al que queremos y deseamos fomentar su resiliencia. Los limites y las normas los irá interiorizando si siente, aunque nos ponga a prueba una y mil veces, que verdaderamente le importamos. Y para conseguir que un niño/a con trastorno del apego respete a los demás, es necesario seguir unas líneas de actuación que siempre serán propias para cada caso pero que en líneas generales he expuesto en muchas otras entradas de este blog o las podéis encontrar en la guía que publiqué -Guía para el apoyo educativo de niños con trastorno del apego- o en el ya mencionado libro de Geddes. En la charla de Asturadop las expliqué junto con, como he dicho, el ejemplo de un caso real.

Laura Heckel, Secretaria de la Asociación La voz de los adoptados, intervino seguidamente. Esta Asociación se está convirtiendo por su gran labor, en un referente para todo/a adoptado/a porque la forman jóvenes, que han vivido la experiencia de la adopción. Pueden comprender y empatizar con una persona adoptada y esto es muy importante. Además, por lo que pude escuchar el tiempo que compartimos en las jornadas, realizan una labor de apoyo integral a la persona adoptada. Especialmente, a aquellos que se plantean la búsqueda de sus orígenes, un delicado asunto que está siempre presente en la vida de estas personas. Ellos ayudan, orientan y recomiendan cómo hacerlo -cuentan además con profesionales que colaboran con la Asociación-, así que es importante seguir sus orientaciones y ponerse en contacto con ellos. Esta es su web: http://www.lavozdelosadoptados.es/

Laura participó con la ponencia titulada: "Una experiencia real. Resiliencia en adopción" Es una joven que me impresionó positivamente por su valentía y por el trabajo personal que ha hecho para desarrollar la resiliencia elaborando su propia historia de vida y su dolor emocional. Me pareció una persona que sabe conectar con los demás, con habilidades sociales y emocionales, y que fue capaz de crear un clima afectivo con los participantes, padres y madres, de una manera natural. Su charla tuvo ingredientes de su vida personal que puso como modelo de cómo es posible la resiliencia, pero también ofreció recomendaciones y pautas que ella, desde su saber y práctica en la Asociación, propone a los padres y madres para sus hijos/as. Fue una delicia de charla. Yo terminé pensando que las comunicaciones vivenciales de personas como Laura, admirables, tienen una utilidad a veces mayor que las de los profesionales, pues nos solemos perder en el tecnicismo o en realidades que no entran dentro de los centros de interés de los padres y madres. Pero no vale cualquiera: hay que saber comunicar y conectar, y en este sentido, Laura Heckel lo hizo fenomenalmente bien.

Las jornadas terminaron con un excelente lunch servido por la Asociación Asturadop como cierre festivo de las mismas. En ese ambiente más distendido tuve la oportunidad de charlar con algunos padres y madres y escuchar sus opiniones y vivencias. Fue una prolongación informal de las jornadas pero tan importante o más que el formal de la charla en la sala. Tuve la ocasión de conocer personalmente a José Luis Pedreira, psiquiatra del Hospital Niño Jesús de Madrid, un prestigioso psiquiatra con quien realicé una formación hace ya unos años. Fue un placer verle y conocerle personalmente porque la formación fue... ¡virtual!
Termino dándole las gracias a Joaquin García por el excelente trato y acogida dispensada y a toda la familia que forma Asturadop.


Pronto dispondréis de las presentaciones de los ponentes que han participado en las jornadas colgadas en la web de Asturadop.

Blog de Laura Heckel

En este enlace de Asturadop tenéis la presentación que utilicé en la charla con los padres y madres en las jornadas.

PD.: Esta semana tiene lugar El I Congreso Europeo sobre Resiliencia. Lo voy a seguir a través de internet pero van a acudir muchos/as amigos y amigas que me darán cumplida información.

jueves, 14 de octubre de 2010

"Por cuatro esquinitas de nada", otro cuento excepcional

Este otro cuento lo he descubierto por casualidad, como se descubren a veces las grandes cosas: Por cuatro esquinitas de nada. Es de la Editorial Juventud. Por cierto, es muy recomendable seguir de cerca las novedades de esta editorial y su catálogo.

¿Cómo tratar lo difícil y lo doloroso cuando las palabras son como puñales que se clavan en la persona, pero es necesario abordarlo para poder curar? ¿Cómo poder alcanzar el sentimiento de que a la persona con la cual compartes la comunicación le está llegando, está dándose cuenta, haciendo insight, comprensión interior de aquéllo que es necesario que elabore?: Con los cuentos. Y si éstos encierran metáforas, ellas per se hacen el trabajo y nosotros debemos dejar que su efecto beneficioso se extienda y le impregne a nuestro paciente, alumno/a, hijo/a… Con el acompañamiento de una persona adecuada, por supuesto.

Aprovecho la ocasión para traer aquí, de la Wikipedia, la definición de metáfora:

La metáfora es un recurso literario que consiste en identificar dos términos entre los cuales existe alguna semejanza. Uno de los términos es el literal y el otro se usa en sentido figurado. La metáfora tiene tres niveles:
El tenor es aquello a lo que la metáfora se refiere, el término literal.
El vehículo es lo que se dice, el término figurado.
El fundamento es la relación existente entre el tenor y el vehículo (el discurso).


Creo, como ya dije en el post anterior, que todavía un libro –el soporte físico del cuento- en las manos con un niño/a a tu lado, escuchándolo y leyéndolo contigo, como hipnotizado, si lo contamos bien, y viendo las ilustraciones, es mucho más mágico que una pantalla porque la tradición oral se pierde en la noche de los tiempos. Y la narrativa estructura y organiza la mente.

No comentaré mucho la metáfora de este cuento porque cuando se explica se acaba su poder curativo, como comenté al hablar del cuento de El cazo de Lorenzo. Sólo apuntar que cuando lo he leído, he pensado que lo aplicaría a la incomprensión que puede sentir el niño/a víctima de malos tratos con trastorno del apego cuando le fuerzan a pasar por un aro por el que no puede (¡no puede!) pasar. Adaptemos las situaciones educativas a los niños y niñas que, como éstos/as, no pueden porque no están aún preparados/as o el dolor les colapsa o están situados/as en un nivel de desarrollo por debajo del cronológico.

Pronto vuelvo con todos/as vosotros/as para hablaros primero, de mi participación en las jornadas de Asturadop y después, de un libro y de su genial autora.

Soy consciente de que últimamente nos estamos centrando mucho en libros, cuentos… Es que son necesarios para nuestro trabajo: formarnos, encontrar ideas, recursos… Pronto variaré el menú, sin duda, y trataré otras cuestiones, pero siempre en torno a la temática de este blog.

viernes, 8 de octubre de 2010

"El cazo de Lorenzo", un cuento genial

Me ha llegado, a través de diferentes personas, este cuento titulado: El cazo de Lorenzo que está ya entre mis favoritos, entrando por la puerta grande, en el listado.

Este cuento, maravilloso, tiene una capacidad intrínseca para conmover y expresar -favoreciendo el darse cuenta- mucho, muchísimo, con un grafismo sencillo pero cariñoso, y con textos cortos y eficaces, pero magistralmente escogidos.

En la presentación del cuento, nos dicen:


Con palabras simples y unas ilustraciones tiernas y divertidas, la autora recrea el día a día de un niño diferente: sus dificultades, sus cualidades, los obstáculos que tiene que afrontar...
El cazo de Lorenzo llena un vacío, conmueve al lector, sea cual fuera su edad.
Pero lo que más llama la atención es la sencillez del dibujo y del concepto.
A partir de los 6 años.
Un cuento metafórico para hablar de las diferencias a los más pequeños. La superación de un niño con dificultades para sobrellevar el día a día.
Libro recomendado por FEAPS (Confederación Española de Organizaciones en Favor de las Personas con Retraso Mental)

La metáfora del cazo, en efecto, tiene un poder inmenso y no quiero hablar mucho de la misma porque las metáforas, si se comentan, pierden todo su valor y poder curativo.

Solamente una breve apostilla: El cazo me recuerda al dolor inmenso de los niños y niñas víctimas de malos tratos: “El cazo le cayó un día encima. No sabe muy bien por qué” El cazo, el dolor, nunca se quita del todo y debe expresarse, reconvertirse y transformarse en algo creador de lo contrario destruye, provoca aislamiento, incomprensión y las consecuencias son las inadaptaciones sociales.

"Pero afortunadamente, hay personas maravillosas" Que seamos nosotros y nosotras esas personas. Que sepamos ver las cualidades de estos niños/as, que podamos ayudarles a que puedan transformar su dolor expresándolo mediante actividad, palabra, juego, relación... liberadora. Así de ese modo, su particular cazo no estalla ni dentro de ellos ni en los demás. Lo que puede ser destructivo puede transformarse en creativo.

En este enlace podéis acceder al cuento. En este otro, podéis ver un montaje audiovisual del mismo colgado en youtube. Pero os recomiendo que lo compréis, pues la magia del libro, poder leerlo con un niño/a (o adulto) y trabajarlo juntos, ese momento de comunicación y sintonización es algo insustituible. Lo publica la Editorial Juventud. Creo que va a ser un dinero muy bien invertido.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Heather Geddes nos ofrece cómo ayudar a los niños/as en la escuela según su perfil de apego (II y final)

Como os anuncié, sigo con el libro de Heather Geddes, que nos ha aportado la inestimable ayuda de cómo favorecer que la escuela se convierta en lugar y relación segura para niños/as cuyos apegos son inseguros. La pasada semana ofrecimos las explicaciones y recomendaciones de la autora para el apego evitativo. Hoy, os ofrezco el punto de vista de Geddes y sus pautas para el niño/a de apego inseguro ansioso-ambivalente.

Insisto en la conveniencia de comprar el libro porque lo que os muestro no es más que un aperitivo. Además, la autora presenta numerosos casos prácticos de niños y niñas con los que ella ha trabajado que enriquecen y favorecen la comprensión.

Sobre las tipologías del apego, tenéis en este mismo blog detalladas explicaciones en otros posts.

Apego ansioso-ambivalente

Ya sabéis, resumidamente, que los niños y niñas que desarrollan un perfil de apego de tipo ansioso-ambivalente se han apegado de esta manera a los cuidadores con quienes ha predominado una comunicación e interacción en la cual aquéllos se han mostrado impredecibles y cambiantes en dichas interacciones. No ha existido una comunicación sintonizada en la que las dos mentes, la mayor parte del tiempo, se alinean y se conectan emocionalmente de manera adecuada satisfaciendo las necesidades del niño/a. Al contrario, han predominado los patrones de comunicación en los que el adulto cuidador invade con sus emociones (ansiedad, enfado, rabia, miedo…) y pautas de crianza inapropiadas tratando de conectar cuando el niño/a no siente esa necesidad y, por otro lado, desconectándose cuando el infante necesita esa conexión para ser calmado, sentido, apaciguado, satisfecho en sus necesidades. En un patrón así, el niño/a queda muy preocupado por su propia angustia y lo que hace es incrementar las conductas de apego como forma de adaptación (se muestra hiperdemandante y con tendencia a la hiperactivación) porque no está seguro de ser suficientemente querido. Pero a la par, la confianza en el cuidador, a consecuencia de esa impredecibilidad, queda menoscabada; por ello los niños y niñas no se calman fácilmente con este tipo de padres o cuidadores. Suelen ser irritables, coléricos y parece que expresarían su rabia hacia el adulto. Ni tampoco pueden separarse de una manera segura, quedan aferrados a la figura de apego.

Geddes dice que desde la perspectiva infantil, los niños y niñas experimentan la relación de apego como una relación en la que se niegan la separación y la autonomía a favor de un trato ansioso con la cuidadora principal. La conducta de apego está dominada por la incertidumbre de si serán satisfechas las necesidades y por la ambivalencia expresada por una conducta de aferramiento y al mismo tiempo de control.

Por lo tanto, el triángulo del aprendizaje, esos tres elementos que están presentes en este proceso (profesor/a, tarea y alumno/a) refleja la tensión entre el alumnado y la persona adulta a expensas de la tarea. El niño o niña va a estar preocupado (como lo está en la relación con su cuidador primario) con la relación con el profesor.

La autora nos dice que el profesorado puede percibir al alumno/a como dependiente y, con frecuencia, como irritante, y es de ayuda para quienes trabajan prestando apoyo individual a estos niños y niñas ser conscientes del deseo poderoso del alumnado por alcanzar un estado fusionado con la persona adulta mediante una aparente necesidad de apoyo, y por reconocer el miedo y la rabia que experimenta cuando no controla la atención del adulto. Puede ser más útil reconsiderar esta conducta como una dependencia ansiosa y una necesidad de control de la persona adulta significativa cuando no se ha sentido la seguridad en su presencia. Es necesario que la persona adulta siga ejerciendo como persona adulta al cargo y no replicar las necesidades de la madre.

Cara a la tarea, Heather Geddes nos da las siguientes recomendaciones con estos niños/as: (1) Diferenciar la tarea en pequeños pasos independientes y hacer turnos, para dar forma a la experiencia de dos personas separadas que trabajan juntas, en lugar de fusionarse una con la otra (no hay que olvidar que en el patrón de apego-ansioso ambivalente las invasiones emocionales –de angustia, inseguridad, miedo- del cuidador dejan fijado al niño/a ansiosa pero a la vez resistentemente a aquél, sacrificando la independencia y maximizando la emocionalidad no regulada) (2) Un cronómetro puede ser útil para controlar la ansiedad entre tareas independientes y cronometradas. (3) Los juegos de tablero ofrecen separación y también crean oportunidades para expresar la hostilidad hacia el adulto de una manera segura. (3) Hacer comentarios explícitos en el aula es reafirmante. Demuestran que el profesorado tiene en cuenta al alumnado y piensa en él. (4) El currículo y las historias, en particular, pueden ser una rica fuente de material que facilita el pensamiento y el desarrollo emocional sobre temas como las separaciones, la identidad y la independencia.

En relación a los compañeros/as, Geddes plantea que los niños/as han estado muy pendientes del cuidador o cuidadora, por lo impredecibles que han llegado a ser, por ello han sido muy sensibles a su estado. De este modo, en la relación con los iguales, desarrollan una capacidad de predecir y controlar la conducta de los demás y reafirmarse a sí mismos que para los compañeros/as puede resultar dominante y controladora. Es importante que en el aula sean útiles de modo que no sea ocupándose de los demás: responsabilidad por la tarea en lugar de por las personas.

Otros aspectos importantes con estos niños/as son la planificación y el advertir de cambios y movimientos en el aula, pues alivia la ansiedad de separación que se desencadena cuando se producen cambios. Para el paso a secundaria puede ser necesaria una preparación especial. Y, finalmente, la no asistencia a clase, el faltar mucho, es un indicador de perfil ansioso-ambivalente, y los procedimientos que responden con rapidez al absentismo ayudan a que el niño o la niña sientan que la escuela los tiene en cuenta.

Esto es todo por hoy. El libro es mucho más que todo esto. Por ello, os aconsejo que lo compréis y lo estudiéis bien sobre todo los/as que trabajan en educación (son pautas ideales y a tener en cuenta en las aulas de pedagogía terapéutica, por ejemplo), aunque también me parecen útiles y necesarias para el espacio de la terapia, por qué no.

La autora ofrece también explicaciones y recomendaciones para el apego desorganizado, pero éstas no os las cuento, os invito a leerlo en el libro porque espero y deseo haberos despertado la pasión por leer el mismo. La pasión es fundamental para ser un profesional que crece, se motiva, renueva y se entusiasma día a día.